jueves, 31 de diciembre de 2020

Bae.

Ya no recordaba lo que era romper con alguien, pero también es cierto que nadie me había tocado de verdad en el corazón.
Mi primer amor.

24 horas han puesto en entredicho todo lo que tenía por más o menos seguro. La terapia me enseñó que, enunciando cosas de forma simple, llegamos más fácilmente a las conclusiones y a las verdades que necesitamos, así que lo voy a intentar.

1. Todo comenzó el año pasado, en septiembre (de 2019, se entiende). Yo comenzaba mi último cuatrimestre de carrera y mi novio hacía lo mismo con su TFG.
«Esto no es suficiente para mí», me dijo. «Quiero proponerme algunos objetivos más.»
Los meses se sucedieron sin que esto ocurriera, sin que yo le viera esforzarse en nada de lo que había dicho querer para sí. Mientras, yo seguía quemándome en un trabajo infeliz, en una carrera que me hastiaba, haciendo un esfuerzo titánico por combatir mi trastorno alimenticio y seguir dedicándole tiempo al gimnasio. Él era mi chispa de felicidad en una vida triste, pero no dejaba de suponer un esfuerzo extra por mantenerme activa cuando lo único que deseaba era desaparecer.

2. Llegó una pandemia y nos encerraron. Pasar tiempo conmigo misma me obligó a enfrentarme a los problemas que llevaba más de un año ignorando: no era feliz, me frustraba sentirme consumida por mi trabajo y mi entorno, estaba estancada en unas dinámicas que ya no me llenaban.
El encierro no ayudó a mi relación.
Yo trataba de redescubrirme, de reorientar mi hambre de crecer y despegar. Él no hacía nada, pero yo le echaba de menos igualmente y a la vez me quemaban sus demandas de atención.

3. Nos volvimos a ver. Volvieron la chispa, la pasión y las ganas, pero yo ya no era la misma persona.
Por primera vez, sentí que yo era la única persona que se estaba esforzando dentro de la relación para buscar un futuro mutuo y, frustrada y cabreada, abandoné mis sueños. Decidí buscar un futuro solo para mí misma, persiguiendo mis objetivos y que «el hiciera lo que viera conveniente»
Por primera vez fuimos él y yo, y no nosotros.

4. Durante el verano, intenté reconectar. Nos llevé a Cádiz, donde comencé a sentirme incómoda. Quise ir a la playa, quise moverme y hacer senderismo, pero él siempre estaba demasiado cansado. ¿Cansado de qué? Me preguntaba, irritada.

Por aquellos momentos le hablé de mi necesidad de que voláramos de una vez. Necesitaba compromiso, madurez, una vida común. Necesitaba sentirnos juntos. Él estableció el límite en un par de años, en el final de mi máster.

Un par de meses después, en Portugal, volví a hacer de tripas corazón para hablarle por primera vez de mis problemas con nuestras dinámicas de madre e hijo. Él se ofendió levemente ante la idea de que yo le considerase un niño pequeño para algunas cosas, pero tampoco me había dado nada más. Prometió pensarlo, pero nada cambió.

Entregó el TFG tarde y mal, después de una intentona fallida tras la que juró esforzarse por subir nota. Ningún otro objetivo cumplido.

5. Pasados dos meses, cambié de superior en la empresa. Mi jefa se marchó al departamento de jurídico y mi ex-compañero se convirtió en mi nuevo responsable.
Diego, por supuesto, fue la manifestación y personificación de nuestros problemas.

Conocer a un hombre de 31 años, maduro y seguro, me resultó interesante y fascinante. Después, las llamadas y las videollamadas y muchas horas diarias de compartir información y opiniones. Todo cada vez más intenso e íntimo, hasta que tuve que reconocerme que estaba pillada y que debía tomar una decisión.

Mientras: una cita preciosa. Un ramo de lirios blancos. Una medalla a la "super agente del mes" y toneladas de francés.

6. Iba a romper con Ale. Cuando más lo pensaba, más dolida estaba con él por la manera que había tenido de gestionar nuestra relación, sin progreso, sin chispa, sin sorpresas; pero él me convenció de darle una segunda oportunidad. Durante semanas, en lugar de escucharme, se volcó en mí: en regalarme, llevarme y traerme.
No era eso lo que yo quería. Yo buscaba madurez, voluntad, compromiso, ahorro..., Buscaba lo que había encontrado en Diego. Alguien junto a quien pudiera crecer.

Fue la etapa de llorar mucho, y no la única. Ale me convenció de seguir intentándolo y yo reuní fuerzas para una prolongada agonía de esperar a verle organizar, buscar, trabajar y sentar bases sólidas para ser quien yo sabía que podía ser.

Pero orientó mal sus esfuerzos. Dos meses diciendo que se apuntaría a una academia, estudiando para el noken sin saber cuándo es la fecha del examen, haciendo ejercicio sin dieta, sin pesar la comida y sin acordarse siquiera de pesarse. Su despiste en pleno apogeo.

Pero..., Tan dulce. Sus caricias, esa ansiedad omnipresente que me mataba por dentro. Mi amor por él creciendo exponencialmente, a pesar de mi irritación, mi hastío y mi pena.

Me dijo que nos mudásemos, pero yo no veía que pudiera ofrecerme un futuro. Qué rabia, todo lo que yo una vez quise, frente a mí..., Tarde.

Y todas esas cosas que dijo y que me mataron por dentro: «Eres buena persona en el fondo» «Tus problemas con la comida han hecho mucho daño»

7. Volvimos a vernos. Fuimos a la sierra y a Granada, y el segundo de ambos fue catastrófico. No paraba de pensar que él no puede ser lo que yo quiero que sea. La culpa me comía viva.

8. Navidad. Preciosa navidad y un picnic casero. Regalos que hablan de alguien que me conoce. Detalles maravillosos para mi familia

Pero todo lo demás sigue ahí. Sale mucho con su familia, pero no le veo matarse a buscar trabajo, currar como un cabrón ni apuntarse a la academia. 
Diego, mientras, me presiona. Todos me presionan, todos preguntan.

9. El final y mil preguntas. ¿Por qué le echo tanto de menos, si hace meses que solo nos vemos esporádicamente? ¿Por qué siento que me he equivocado, aunque mis bases y lógicas son intachables y sólidas? ¿Por qué ya no veo mi futuro con Diego, por qué se me ha caído todo? ¿Por qué me aferro a la idea de que mejorará y progresará y volveremos?

Ojalá leyeras esto y pudieras decirme por qué a todo. Sé que te pedí que no lo hicieras por tu propio bien, pero me muero de ganas de hablarte y no sé cómo. No paro de revisar tus perfiles y me quema esa ausencia de 27 en los ojos.

Es irónico e infantil que no estuviera segura de si te amaba y ya no me cabe duda de que sigo enamorada de ti.

Sabes que me siento un estorbo para tu progreso como persona porque siento que solo diriges hacia mí todos tus planes. Intento mantenerme al margen y dejarte avanzar solo, sin nadie que te lleve de la mano, pero ahora mismo lo único que quiero con todo mi corazón es meterme bajo tu edredón y decirte que no pasa nada, que solo ha sido un mal sueño y que te amo como siempre te he amado. Que no cabe nadie más en mi vida. Que me perdones si aún puedes aceptarme a tu lado...

Al final, solo quedan muchas preguntas y una absurda y remota esperanza de que leas todo esto algún día, si pudiera ayudarte...

raw

Sus palabras me arden en el cerebro, las mías, en el pecho.
¿Qué soy sin ti? ¿Qué he hecho?

miércoles, 30 de diciembre de 2020

Goodbye?

Desolador campo de batalla. Esa misma cama que nos vio amarnos, presencia hoy sobre el somier vencido nuestra segunda despedida.

Una puerta cerrándose ante sus ojos tristes.

Medio millón de hermosos recuerdos ardiendo en la mente.

Una manta suave sobre un cuerpo que tirita sin el calor de las manos que ama.

¿Y qué más puedo decir? Me queman las palabras en la boca pero ya he dicho demasiado.

domingo, 27 de diciembre de 2020

Et Veneris XIII

Nos miramos, en silencio, y la tensión comenzó a crecer como electricidad estática. Los cristales se empañaron, el coche pareció vibrar y brillar desde dentro, pero yo solo podía percatarme de cómo sus pupilas se dilataban hasta eclipsar el iris, color chocolate bajo aquella luz, por completo.
Solo su mano se movía: el pulgar arriba y abajo sobre el dorso de la mía. Los labios de ambos entreabiertos, congelados y anhelándose; me pregunté si podía escuchar mi corazón retumbando contra el pecho en un latido tan rápido que, al oído, sonaba como una nota sostenida. Como un colibrí. Tuve miedo de esa reacción desaforada, pero incoherentemente pensé que no me importaba que el mundo acabase en aquel momento.

Fue perfecto. Fue real. Fue nuestro.

lunes, 21 de diciembre de 2020

Las cosas bonitas que no te he dicho

Alguien muy sabio me dijo una vez que las personas no somos adivinas, y alguien puede no saber con certeza que le quieres hasta que se lo dices. Hoy, además, decías esperar una entrada bonita que no llegaba. Aquí están mis palabras de amor y de nostalgia.

Quisiera que no te fueras a dormir un día más sin saber que te quise a mi lado todas las noches que me restaban, ocurriera o no. Quisiera que supieras que estuve despierta mucho tiempo hace dos noches, oyendo tu corazón y tu respiración, admirando los detalles de tu rostro. Relajada, viéndote descansar, sin dolor ni pena; deseosa por otro lado de que descubrieras esos ojos de caramelo y me miraras y sonrieras de nuevo. Encaprichada de esa boca de bizcocho y del placer recuperado de encontrarme en tu cálido abrazo.

Quiero que sepas que me gusta enrollarme con mis tonterías y que tú me escuches. Que me vuelve loca la manera que tienes de mirarme, con brillo en los ojos. Que no quiero verte sufrir jamás y odio ser yo quien te traiga tanta pena junta. Que no deja de sorprenderme tu paciencia de santo, las muchas cosas que sabes y que tengo el placer de compartir contigo. Que se me eriza el vello del cuerpo y me tiemblan las entrañas y las piernas por esa sonrisa de truhán que tiene las respuestas a todos mis problemas.

Luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Necesito decirte que me has marcado y que respiro ese aroma dulce a hogar que te acompaña por todas partes. Que siempre encuentro una consuelo en tu inmenso abrazo y una sonrisa jugueteando en tu boca. Me siento sintonizada con tus frecuencias y vibro con tus ritmos.
Necesito decirte tantas cosas que, o bien salen a borbotones, o bien no salen en absoluto.

Gracias por enseñarme a querer con paciencia, sin miedo, sin pausa, sin restricciones. Gracias por todo lo que me das, incluso lo que no valoro. Gracias por no rendirte hasta el final.
Quererte me ha hecho mejor persona. No tengo forma de agradecerte eso.

domingo, 20 de diciembre de 2020

Heading towards...?

Contuve las lágrimas en repetidas ocasiones. No podía abandonar la omnipresente sensación de estar haciendo muchas cosas por última vez, no podía evitar pensar cada vez en lo mucho que le iba a echar de menos.

sábado, 19 de diciembre de 2020

¿Y qué pasó después?

     Pasó que tuve más recuerdos preciosos a los que llorarles.

Pasó que mi resolución se esfumaba por la ventana, derretida bajo la calidez de su abrazo. Enésima vez que no lidio bien con un problema porque me siento demasiado bien en sus brazos: la venda en los ojos. ¿Qué he hecho, sino dificultarlo todo, con el cosquilleo que resurge entre mis entrañas?

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Empezar a empezar.

"Las cosas empezaron a empezar" escribe Markus Zusak.

No pude negar que me gustara esa expresión. Empezar no es un verbo que venga del latín, sino del español moderno ya consolidado. Viene de pieza, de la idea de comenzar a utilizar algo; y habitualmente se usa seguido de preposición e infinitivo. A pesar de que empezar es el que lleva toda la carga gramatical, el significado y el interés semántico recae en el verbo que permanece inmutable.

De alguna manera, empezar a empezar pone en valor el sentido del propio verbo empezar. Dar comienzo, iniciar, arrancar. Implica cambio, implica novedad, implica división y abandonar lo anterior. Implica esperanza e ilusión, significa avanzar.

O quizá estoy buscándole tres pies al gato.

martes, 15 de diciembre de 2020

La desazón de Abbey Dunbar

     Es irónicamente doloroso que tú me regalaras el libro que habría de poner palabras a la desazón que lleva meses carcomiéndome. El capítulo que más me llama la atención no está numerado, empieza por una sola palabra escrita, para horror de mis ojos, completamente en letras minúsculas, en la página 198: zátopek, como el atleta checo.

    Y habla de la muerte del amor de Michael y Abbey Dunbar. De un hombre que no avanza y una mujer que quiere volar. De una relación plagada de desequilibrios, donde ella decide y controla.

"¿De verdad eran felices? ¿qué había de cierto en ello"

" Tanto daba qué sucediese en el mundo que separaba una y otra [imagen], sabías que a esa mujer le iría bien en el otro lado; especialmente, según resultó, sin él"

" Sorprende lo pronto que aparecieron las grietas... [...] ella era toda fuerza vital, y él solo una vida"

***

Cada frase es como una puñalada, pero no puedo dejar de leer. He releído el capítulo cerca de 20 veces, saboreando con amargura la sangre de mis carrillos y mi lengua, masticando cristales.

" De ahí pasaron al <<Pues dime cómo>> y al <<ya no te enseño más>> y a los <<¿a qué te refieres?>> y a ella incorporándose en la cama y diciendo: <<a que no puedo enseñártelo todo, no puedo llevarte todo el tiempo de la mano. Tienes que descubrirlo tú>>"

" Creo que nunca has tomado la iniciativa"

En estos momentos, la habitación parece hecha de retales a punto de descoserse.

" <<Dios, no lo entiendes, ¿verdad?>> ese último goñpe fue como un tañido fúnebre, una verdad queda y cruda. El esfuerzo que requería la había debilitado, aunque solo fuese de manera momentánea."

" <<Dime cómo puedo arreglarlo>> pero la voz de ella salió horizontal, sin angustia, sin esfuerzo. Sin deseo de arreglar ni de arreglarlo. Impregnada de lástima"

"<<Quizá no es suficiente>>".

sábado, 12 de diciembre de 2020

Steel

De pie, desnuda frente a la báscula, empieza de nuevo el ciclo de odio, asco y cabreo; si bien por razones opuestas a las habituales.
Yo estaba bien. O todo lo bien que puedo estar: estable. Estaba contenta y fuerte, feliz de esforzarme por ganar salud.

Doy un paso al frente y un escalofrío me recorre la espina dorsal ante el frío cristal del peso. La pantalla se ilumina y titubea un poco, yo solo puedo pensar que anoche comí demasiado y que tengo náuseas. 
Me escupe su veredicto y siento ganas de llorar. Me abrazo, tiritando bajo el frío aguijonazo de una mañana de diciembre, aprieto ansiosamente los dedos contra las costillas cada vez más pronunciadas.

Cinco kilos menos. Ansiedad, pena y rabia. Enfermedad, debilidad, vulnerabilidad. Frío, muchísimo frío constante.
Alivio, también. Jamás he estado tan delgada. A una parte de mí le gusta lo que ve y me aterra; pero cuantas más capas me quito, más cerca estoy del acero que llevo dentro. La resolución me quema en las venas cuando me bajo de la báscula... Y voy a prepararme el desayuno.

domingo, 6 de diciembre de 2020

Happy coincidences.

De noche, en el borrón difuso y gris que es mi vida, aparece una chispa de color al otro lado de la pantalla, en algún punto de la ciudad. Qué feliz coincidencia, pienso, este brochazo brillante, espontáneo y bello. Él, a veces, es eso: una colección desordenada de colores primarios en un cristal atravesado por haces de luz, como una vidriera con nombre y apellidos.
Una broma con un poco de inocente picardía y él se finge indignado: «Piratilla, ¡canalla!» me llama. Enseñándome a reír de nuevo, realeccionando mis recuerdos con esa voz que más que hablar, acaricia; con esas manos que quisiera coserme a la piel, con una calidez en esos ojos negros que querría robar para añadirle al café de por las mañanas.

(Un)learning.

A veces conviene ignorar ciertas cosas, o desaprenderlas. Ciertos miedos, viejos anclajes, señales de peligro. A veces conviene deshacerse de prejuicios absurdos, de ideas preconcebidas y abrazar el temor que deriva de la vulnerabilidad, a la idea de abrirse con todo lo que una es..., Sin tapujos. A nuevas sensaciones, a nuevos estímulos, a respuestas inesperadas les doy la bienvenida.
Para reescribirme otra vez. Para dejar espacio a un nuevo aprendizaje.

viernes, 4 de diciembre de 2020

When all of this is over.

 "We've been missing a connection through the distance

it feels like everything we have is going wrong.

We try to fight off our demons

and remember that feeling


If only we can hold on

when all of this is over

I'll see your face again


We've been low on patience, getting lost in translation

some days it feels like we're gonna lose it all.

But if we hold on to the faith that

if we're meant to be, we'll make it,

then I promise you it wont be that long


If only we can hold on

when all of this is over

I'll see your face again"


Hold on

miércoles, 2 de diciembre de 2020

El resurgir de las cenizas.

     Trato de verlo, pero no puedo. Solamente lo imagino. Me doy cuenta de que no creo que vaya a ocurrir, y eso me aterra y me apena a partes iguales.

Me veo yo sola allí y, francamente, no es una visión triste. Me veo como me vi en Japón: autosuficiente, pero en una versión mejorada. Me veo construyendo, decidida.

Me veo diferente. Me siento diferente. No, definitivamente, no soy la misma persona que comenzó el año.

sábado, 28 de noviembre de 2020

6:44

Otra noche que se nos escurre de entre los dedos charlando, discurriendo, vibrando con las satíricas fábulas del Marqués de Sade, con poesía en francés, con adjetivos maravillosos y con demasiada verdad por delante.
¿Qué será lo próximo que aportes a este par de mejillas sonrosadas, mon soleil?

Ambush

Por un momento, varias vías diferentes se dibujan frente a mí y vuelvo a ver infinitas opciones. Puedo luchar por lo que he perseguido y anhelado durante años, o puedo dar un salto de fe hacia una vida distinta, a pesar del miedo de no saber qué voy a encontrarme.

Pero, ¿Qué quiero realmente? la única pregunta a la que no sé responder.
Estoy cansada, aburrida de intentarlo. ¿Debería quemar el último cartucho, para no quedarme con el "y si..."? ¿me quedan fuerzas, me quedan ganas para esto?

¿O le doy la oportunidad a volverme a ilusionar, a ser feliz de otra forma? ¿le doy una oportunidad a la incertidumbre?

miércoles, 25 de noviembre de 2020

C'est l'histoire d'un amour

Quemando las etapas como pólvora. Las buenas y las malas, las de una esfera y las de la otra. Agotándome rápidamente frente a mi propio corazón confundido, asustada de todo lo que se mueve a mi alrededor, añorando música que llene cada silencio y acalle la voz de mis pensamientos, anhelando que llegue la noche y me encuentre en su compañía, tan virtual como vibrante.



lunes, 23 de noviembre de 2020

¿Adiós?

 Caos y miedo han hecho de mi mente su reinado, con lo que a mí me gusta mi cómoda, plácida y tranquila estabilidad. Quizá ese sea parte del problema: quizá me he acomodado en las rutinas que eran fáciles, pero que ya no me permiten avanzar. Destruir para construir. 

A lo mejor ahora me estoy convirtiendo en una persona diferente, y todo este dolor es también un duelo por mí misma. Por la persona que he sido, a la que quizá tenga que decirle adiós. Por cerrar una etapa preciosa y comentar una vida nueva y diferente, con otros retos, con más altura, con sentimientos y valores nuevos, con la oportunidad de convertirme en una versión distinta de mí misma. ¿Mejor, peor? el tiempo lo dirá.


Yo solo sé que me han tirado de la alfombra bajo los pies. Y ya no puedo volver a donde estaba.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Seguimos para bingo

Arriba, la vida sigue.
Duele levantarse, y juro que duele físicamente. Me duelen la piel y la cabeza, que gira y gira
Arriba, que el tiempo ha reanudado su cauce, su curso. Quita las sábanas, dobla la ropa de ayer, tienes que estudiar un rato y hacer ejercicio. Tienes que seguir cuidándote, aunque tengas el corazón roto.

Ciertas decisiones son difíciles de tomar, pero sabes que es una obligación. Piensa, respira, relaja. No tan frenético, construye una lógica, trabaja tus bases. Hazlo bien.
Sé que sabrás hacer las cosas bien.

sábado, 21 de noviembre de 2020

What would Austen do?

 Joder, un mes..., un mes para darle la vuelta a todo. A lo que sentía, a lo que sabía, a lo que creía, a lo que me imaginaba que sería mi vida.

Hace un mes, mi novio me enrollaba en una mantita para tragarse conmigo mi peli favorita, abrazándome, con mandarinas y té verde sin azúcar porque sabe que la comida me da, en el mejor de los casos, pánico. Hace un mes, ese era el único hogar que conocía.

Hace un mes, todo estaba claro, cristalino; hoy me quedan las cuatro palabras que titulan esta entrada.

viernes, 20 de noviembre de 2020

Dosel de pepinos.

 - ¡Has sido bendecida con un dosel de pepinos! -. Exclamó entre risotadas

Eva se reía, evidentemente. Yo contándole mis diatribas y dramones románticos y Eva... se reía.

Es que es para reírse. Es una broma del destino. Una maldita bravuconada del mundo, una auténtica jugarreta de la vida, como diría ese personaje tan tonto de aquel otro libro aún más tonto. He sido maldecida con un dosel de pepinos, como quien visita las huertas del Porzuna; ironías añadidas, tengo un suspiro atascado en el pecho y no me puedo concentrar.

Tanto por decidir...

jueves, 19 de noviembre de 2020

Danger

Qué poco han tardado en complicarse las cosas, en querer más, en decirlo todo a medias.
Qué poco he tardado en sentirte cerca, en verte por todas partes. En reírme de eso que recuerdo que dijiste, en sentirme extraña si no te encuentro al otro lado de este muro de pantalla y auricular.
Qué pronto se han difuminado las líneas, que para mí siempre es difícil trazar y mantener.

Pero, ¿a dónde me estás llevando?

miércoles, 18 de noviembre de 2020

Eco

Te echo tanto de menos que me ha cambiado la consistencia: la sangre, más fina, los huesos, más blandos. Me derrito, me deshago, me ralentizo y me despido de materia. ¿Para qué quiero un cuerpo que tú no puedes abrazar?
Sin ti, amándote incorpórea, seré como Eco sin Narciso, atrapada entre las piedras.

L'attente

 Las horas pasan más despacio sin tu presencia al otro lado de la pantalla.

Euforia y rabia.

 La rabia es un potente aliciente para todo, pero yo no soy alguien que tenga mucho de eso. Si cuando hay otros implicados la rabia es solo el abrigo del dolor, en estos días de tanta rabia hacia mí misma..., lo que enmascaro, admito, es decepción. La decepción es algo con lo que hay que convivir cuando siempre estamos pidiendo más de nosotros mismos. Después de tirar de mis extremidades y mis hemisferios cerebrales casi hasta romperme, la parte de mí que quiere pararse a respirar se pelea con el Rocky que llevo dentro. La calma, contra las cuerdas, con el potencial atacando.

Al final, utilizo la rabia en su forma más útil, alejándome de mis pugnas internas y golpeando la calzada con zancadas largas y rocío en la cara, con música en los oídos y un gruñido gutural atrapado en los pulmones constreñidos.

Y qué bien. Qué bien se sienten el poder en las piernas, la libertad de saberme capaz de huir de todo por un momento, la velocidad, imparable.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Da boss.

Y de repente amaneció por entre los edificios al otro lado de la ventana. No me di cuenta del paso de las horas, del canto de los pájaros o del clarear del cielo. El tiempo pasó volando a través de la madrugada, y luego del día, la tarde, y otra noche más mientras él me contaba algunas cosas, me recomendaba otras, y me daba lecciones de vida medio en francés, medio en español, marcando con su cadencia un nuevo ritmo para el paso del tiempo.

More stones.

"But I'm just that..., just smoke"

"You have to accept that's how you see yourself but not necessarily everyone else"

"Perception is just a point of view after all. The truth behind it it¡s just the intersection of all realities"

At that point, I was starting to get mad. Did I never like victims, nor philosophy.

"Then why is mine less real than your own?" I snorted.

"Like three-dimensional objects, this is nothing but the intersection of theoretical infinite lines which at the same time is the combination of infinite points. It's equally real, you see? maybe from your point of view I'm a circle, but I might be a cilinder and some people would consider me to be a square"

"And still there're my eyes to see it, my brian to process it and I do get a certain image. It's the interpretation of the lines which throws out a reality capable of providing with information for me, as I see it."

He glared silently, as I started to get impatient.

"So... are we even?"

He smiled in response.

"Haven't we always been?"

domingo, 15 de noviembre de 2020

Nevertheless.

It all started smoothly. Softly. Some happy memories, a few awkward yet funny texts.
A list of odd names. A bigger smile to wear.
A caress entangling my hair.

And then, a few more convos.
More distant, yet more meaningful.
I don't remember the last time I ever saw them.
I only remember how vulnerable I felt over losing them.

But feelings..., Ah, feelings make everything more complicated. Over vulnerability, came determination. "I'm beyond all of that."
Oh, but also jealousy. I wanted their time and attention, although I'd never admit it.
Gratefulness over being listened to. Taken care of.
Fear over missing them when they were gone.

It all started smoothly the first time.
Perhaps it started softly every single time, with all texts, pictures, hand-holding, smiles, hugs, truths, confessions.
With the first "I love you too"

sábado, 14 de noviembre de 2020

Desperdicios

     Ver una serie sobre prostitución adolescente y abuso sexual es siempre como una patada en el pulmón. Para mí, quizá, pueda ser considerado masoquismo. No deja de preocuparme el seguir conectando con esa etapa de mi vida. Seguir ahí, estancada, en mis frágiles 16. En la obsesión de no ser un objeto, pero buscando constantemente esa validación ajena, esa atención que necesito que tanta repulsa me causa. Con todas esas cicatrices que, como queloides, han mutado desde la piel hasta el alma.

    Al final, Baby es un recordatorio de que las cosas no siempre funcionan para todo el mundo, y menos como uno querría, como la televisión y los medios sugieren que la vida fluye, justa y felizmente. No. En una sociedad donde los milagros escasean, a veces los inocentes pagan, a veces los culpables también, a veces no son víctimas quienes creemos, y pocas veces importa nada más. 

    Pero es difícil medir lo justo, incluso cuando el culpable es privado de su libertad, porque el dolor queda para revestirte el resto de tu vida. 

    Tan entumecida

    Tan vacía

    Tan ajena

    Tan muda

    Todo el mundo te mira y tiene claro quién eres, o quién puedes ser. Todos ven tus adjetivos, tus logros, tus ambiciones, tu potencial. Y tú no sabes qué decir, no sabes qué sentir, no sabes por qué no respondes como deberías. ¿Es que acaso te has estropeado? Y tienen la cara de lamentarse, ¡qué desperdicio!

    Pero eso es puntual; la realidad es más larga. Los días son más cortos y el frío acecha cuando se acerca ese aniversario simbólico de dolor, pena, rabia, culpa. La injusticia, los crímenes sin pagar. Esas cosas que le pasaron a una, hace mucho, mucho tiempo. Navidad, más culpa.

martes, 10 de noviembre de 2020

Mutuamente.

Mi miseria y yo funcionamos mejor juntas y solas, sin manos amigas
En lugares fríos, como el suelo del baño, mi humeda habitación o la sala de espera de una UCI cualquiera.
Mi pena, amiga conocida, se me acurruca y abraza en el pecho, a veces no puedo respirar, pero se lo perdono porque a veces no controla su fuerza, como yo. 
Me hace llorar cuando menos lo espero y necesito, pero es que ella es poco sutil, como yo. 
No pasa nada, nos conocemos y nos acompañamos. Estamos de acuerdo en que yo tiraré del cuerpo fuera de la cama, da igual las fuerzas que tenga; y ella tratará de no asfixiarme del todo.

Y así en fino equilibro, con respeto y paciencia, nos olvidamos de nuevo de que un día no existimos juntas.

martes, 3 de noviembre de 2020

Reinventing the education

 Hay un señor frente a mí protestando sobre la hegemonía lingüística del inglés, reivindicando su italiano de formación. Claro. Resulta clásico hasta para sus más de setenta años, con sus escasas canas repeinadas, su traje demasiado grueso para esta estación del año pero bien ajustado, las gafas y el calzado a la moda, pero la bolsa de piel negra tan atemporal como la que llevara mi padre a trabajar allá por el año 2000, con su hebilla dorada y todo.

Nos mira desde arriba, desde su estrado elevado, tras un portentoso escritorio de madera oscura que ha perdido el lustre por el uso, con su ancho culo cómodamente aposentado en una silla acolchada (a diferencia de nuestras desvencijadas bancas de madera). No se mueve, a penas levanta la vista de los apuntes que nos lee, que nos dicta. Es como si hubiera una barrera entre nosotros, una absoluta separación espacial, temporal y hasta dimensional.

Y yo digo..., que bueno, que qué remedio tengo. Llevo cinco años ya en la universidad, y he aprendido que desgañitarme sobre las condiciones de estudio solo afectará a mi salud mental y a mis niveles de energía. Y que, aunque me gusta su voz profunda, eso puedo encontrarlo en cualquier podcast. Que me gusta el contenido, pero para oírlo con 800€ menos de matrícula en el bolsillo, bien podría leerlo por internet, de donde sea que haya descargado los libros y apuntes que tiene bajo las narices, en la cálida y reconfortante calidez de mi hogar; y sin cabrearme cada vez que pierda 20 minutos por no saber abrir un documento de word o entender una referencia en ingles.

¡Ah! ¡qué útil su italiano de formación!

domingo, 1 de noviembre de 2020

El calor de tus mano en mi espalda desnuda

That's it, that's the post.

Squeezed in a tight hug, lost in your lips and, suddenly, a playful hand climbing up inside my pyjamas' tee and gently lying against the skin on the middle of my back. 

Its warmth is so comforting I could even call it 'home'. It's satisfying, as if I were in pain without realizing it and that simple touch had made everything go away. I'm somehow sure I will not forget how this feeling deploys and unfolds on my chest, electrifying every nerve, giving the word 'intimacy' new meanings.

You may think I'm stupid. How can an open hand against my naked back be more meaningful than having you inside me?
Oh well, I don't know. Feelings are just that, and sometimes unaccounted for. This is, actually, one of those little things I end up treasuring in my mind, as they bring me closer to you when the world is just too cold.

You spooning me. You, slow-kissing me. Your fingers tangled with mine. A smile only for my eyes to see. A whisper of how much you love me within the mist of an early sleep

jueves, 24 de septiembre de 2020

Dreams, future.

- Esto le dará más alegría a la cocina -. Parloteé alegremente mientras me secaba las manos manchadas de pintura en el viejo trapo.
La estancia, pobremente iluminada por un pequeño ventanuco, se había llenado con olor a pintura y barniz, lo cual me traía recuerdos muy felices de las reformas de mi infancia o la mudanza de mi abuela al pueblo. Siempre me han entusiasmado los grandes cambios.
Ale alzó la vista hacia las molduras del techo, que habíamos cubierto con cinta carrocera ls tarde anterior para que no se mancharan con la pintura de las paredes.
- Está quedando muy bien - comentó -. Y, de hecho, se me ocurre qué me daría una alegría a mí...
Se volvió en mi dirección alargando las manos y a mí se me escapó una risita infantil nada propia de mi carácter, pero él me hacía sentir así. Ligera, joven. Era tarde, tendríamos que trabajar en pocas horas y estábamos molidos de lijar, pintar, barnizar y mover muebles, pero Dios sabe que nos dió absolutamente igual mientras chocábamos contra las paredes del piso, enredados en un abrazo ansioso, llenando las estancias vacías con el sonido de nuestro amor. Los besos, las risas y algún jadeo rebotaban contra las paredes y caían sobre nosotros y nuestro colchón inflable provisional, colocado sobre una vieja sábana gris en el salón. Teníamos poco, pero nos queríamos con todo, a manos llenas.

Cuando me desperté en mi colchón de viscoelástica, atravesada en mantas del mejor algodón egipcio de El Corte Inglés, miré con decepción los tropezones de pintura sobre el gotelé de mi habitación, deseando haber amanecido esa mañana gris en el salón pelado del apartamento de mi imaginación, con su cocina oscura y su pequeño baño; pero con la sensación de haber regresado de una premonición más que de un sueño.

lunes, 21 de septiembre de 2020

Saturday mornings.

Me siento dar un respingo involuntario incluso antes de abrir los ojos. Espero, sin moverme, a que se me ralenticen la respiración y el ritmo cardíaco, concentrada en mis sentidos. Los ojos perciben claridad a través de los párpados, mi lengua paladea el regusto metálico de la sangre. El sentido del oído, intensificado por la falta de visión, busca movimiento en el silencio de la mañana y solo encuentra una respiración pausada, otra superficial y dos corazones que golpetean a diferentes ritmos, impulsando la sangre en las venas.
Pero, de todos, el que menos uso es el más información me transmite: el olfato. Por él me parece saborear la humedad en el ambiente, el cálido dulzor de su piel, el suavizante para la ropa, los restos de nuestro sudor en las sábanas revueltas. Sabiéndome a salvo a su lado, olvidada mi pesadilla, dejo que me acurruque de nuevo en sus brazos, acariciándome el pelo, a pesar de que se me ha escapado una hora entre los dedos desde que asomé a la conciencia. Y me abandono, segura, porque sé que ya no soñaré nada malo.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Centimeters.

Como un chispazo repentino, siento de nuevo esa corriente eléctrica que vive entre mi pecho y mi vientre y es una mezcla de nervios, amor y deseo. A pesar de todas las dudas, las preguntas, las incertidumbres y los miedos que reptan por mi columna hasta la base de mi cráneo, donde se asientan, creando infatigables cefaleas. El roce de sus dedos en mi rostro, y ya se ha ido todo.
Me cosquillea la piel ahí donde él me toca; donde no, mis poros suplican por su tacto. Me besa de esa forma que es solo suya, despacio pero con hambre, mordiendo, lamiendo, tanteando mis respuestas con toda su boca. Juro que me cuesta respirar y, a la vez, todo lo que quiero es saturarme de su olor hasta que pueda saborearlo en mi paladar, en mi garganta.
¿Qué te pasa? Ronronea, sonriendo como un bendito, sabiendo lo que me hace. Sabiendo que el corazón me salta dentro del pecho, que las mariposas me han dejado las tripas hechas un gurruño de tanto revolotear, que solo puedo pensar en lo suaves que son sus labios cuando se unen, formando burbujas de aire en forma de palabras de amor. Algo parecido a la lujuria palpita al sur de mi cintura, y algo más cálido y difícil de definir late, espoleado, en mi pecho.
¿Qué me pasa? Me repite, y a mí se me escapa un gemido que condensa mis ganas de tragarme cada centímetro que haya entre nosotros el resto de nuestras vidas.

lunes, 17 de agosto de 2020

heating up

Hay ciertas cosas, ciertas sensaciones, que se viven pocas veces en la vida y se recrean con frecuencia. Dejan huella en el alma y ya no se pueden olvidar; como una estocada suave y titubeante, abriendo mi carne lentamente a nuevas sensaciones, y de pronto su voz derritiéndose en mi oreja como caramelo fundido, susurrando «te siento...».
Por todas partes, su olor, su calor.

miércoles, 29 de julio de 2020

El lado bueno de las cosas

Ahora que mi compañera, amiga y mentora se marcha del trabajo y se acercan días complicados, no puedo evitar pensar que, incluso en ese mundillo tan desagradable, pasan cosas buenas a mi alrededor a diario. Y, aunque me encanta el teletrabajo por lo cómodo, echo y echaré de menos muchas cosas de trabajar en plataforma, rodeada de criaturas de cuya inteligencia limitada me quejo constantemente pero a las que aprecio a pesar de todo.
Ojalá hubiera sabido en marzo que todo cambiaría, que ella y yo ya no íbamos a volver a trabajar codo con codo nunca más. Que ya no habría más pausas conjuntas para compartir un té, ir a picar a la sala de espera los días de "traer comida" o bajar a desayunar carne mechada al bar de abajo.
Ahora, ese sitio ha cerrado.
Es sorprendente lo rápido que cambian las cosas. Entonces, por ejemplo, Xinxin no era padre y no sabía que estaba a punto de serlo a los 24 años. Helio y yo todavía pasábamos hablando cada minuto de nuestro tiempo libre, contándonos con detalle todos los aspectos de nuestras vidas. Me pregunto constantemente qué habría pasado con nosotros en una realidad paralela, como siento que tampoco supe apreciar nuestros últimos días juntos en enero, cuando Alberto fue nuestro coordinador y nos la sopló lo que pensara de nosotros mientras pudiéramos trabajar casi en el mismo puesto, jugueteando con las manos del otro; con un suspiro enganchado en la garganta por todo lo que podríamos ser pero se nos escapa de entre los dedos.

En ese momento, todavía observaba a Geo levantarse a través de las pantallas azules y venir a darme un masaje en los hombros, bajo la desaprobadora mirada de la jefa. Solía quejarse de lo huesuda que era. Todavía podíamos tocarnos, qué cosas, y todavía podía no usar mascarilla y pintarme los labios de color morcilla. Ahora, Geo no está.
Todavía charlaba con Nikolai por las mañanas, y rodaba por media plataforma para sentarme al lado de Alejandro Sanz cinco minutitos para ssludarle por las mañanas, a ese señor cuyo nombre todo el mundo dice siempre completo por algún motivo, y me ponía colorada cuando Diego nos soltaba sus puyitas... Para luego acostarse con la hija de 19 años de una subordinada, tiene mandanga.
Marta, Cristina, Espe, Caio, Rocío, Antu...

Quizá, después de todo, el error es mío. Por no saber valorar el aquí y el ahora. Por todas esas cosas, todas esas personas que siempre estoy echando de menos.

martes, 7 de julio de 2020

Moments

Está siendo una noche difícil, aunque nada fuera de lo normal.
Mi jefa está de mal humor. Los clientes me insultan, se enfadan, están hastiados y, aunque lo entiendo, absorbe y quema. Son emociones que han impregnado mi día a día durante mucho tiempo y ahora, que me siento mejor con la vida en general y conmigo en particular, escuecen más que nunca.
Mi productividad no es todo lo buena que podría, para más inri. Llevo horas sin despegarme de de la silla y aún así solo estoy tragando problemas, malas tramitaciones y mierda. Qué lío. Encima el abatimiento de las cinco se cierne sobre mí, me escuecen los ojos y... Bueno, supongo que la melatonina hace su trabajo.
La noche es inusualmente húmeda, no se mueve ni una brizna de aire para dar alivio a esta densa quietud. Una manta de nubes grises oculta la profundidad ultramar que tanto me gusta del cielo nocturno. Solía contemplarla con... con...
No importa.
Cierro los ojos, y me transporto a mi lugar feliz. Una realidad paralela y alternativa en la que estoy tumbada a su lado en una enorme cama ahora mismo, apenas cubiertos por una fina sábana. Mientras me alza el rostro para besarme, usando el brazo con el que me rodea los hombros y me mantiene unida a su cuerpo, y a mí se me deshacen un montón de emociones bonitas, temblorosas y adolescentes, en las tripas. Me da igual que haga bochorno y que ls noche esté oscura y gris, me da igual todo... Menos su amor.

miércoles, 1 de julio de 2020

Coming home

El sol de poniente, dorado y cegador, calentándome el rostro. El cuerpo cansado de los excesos de un fin de semana perfecto. El ronroneo sedoso de mi coche, conectado a mí a través de los pedales; la carretera, toda mía. Música entre los dos, y su olor deliciosamente dulce impregnando la pequeña cabina del vehículo.
Sentí sus ojos en mí e inmediatamente temí estar yendo demasiado rápido, por lo que levanté instintivamente el pie derecho del pedal. Quise hundirme en su mirada, que adivinaba del color del topacio bruto a la luz del Astro Rey, pero me sentí enrojecer y decidí no arriesgarme a una distracción. 
- ¿Qué? - murmuré, nerviosa
- Eres preciosa, ¿lo sabes?
Se me atragantaron en la garganta un puñado de mariposas y lamenté no haberle mirado a los ojos.

martes, 23 de junio de 2020

Rigor

La muerte, protagonista de tantos poemas, películas, pesadillas, filosofías, preocupaciones. Tan real, tan cercana, y a la vez tan desconocida.

Pensándolo ahora, en retrospectiva, siempre he tenido a la muerte cerca, como una vieja amiga, esperando su turno. Más de una vez he pensado en abrazarla. Más de una vez me he preguntado cómo de cruenta o de pacífica puede ser realmente, trayendo desgracia y alivio por igual, según se mire.

He visto a mucha gente morir, pero casi siempre he sentido pena por los que se quedan. En escenarios dolorosamente familiares para mí, he visto a muchas personas aferrarse a los restos del calor de sus padres, sus tíos, sus abuelos, sus hermanos y, a veces, sus hijos. He escuchado las expresiones más variopintas de la pena humana, la catarsis del final del proceso más agónico que hay. He sentido miedo de mis propias emociones cuando llegara el momento.

Ahora, saludo nuevamente a la Parca, la Segadora de Almas, como algunos la llaman. Ha venido a traer paz y descanso a mi alma, a poner descanso a lo peor de mi persona, a enterrar mis recuerdos en el camino al olvido. Ha llegado el momento de despedir a la figura más controvertida de mi vida, a un hombre del que anhelaba consuelo y amor, un señor cuya aprobación perseguí por algún extraño motivo durante años. La primera de las más grandes decepciones de mi vida. La esencia de la miseria, el abandono, el maltrato, el egoísmo y la bajeza pura.

Cuántas veces soñé con ser yo quien acabase con su vida, en venganza por su mal corazón. Anoche, viendo cómo su su cuerpo se descomponía en hinchada rigidez pre mortem y úlceras como mis puños de grandes, bajo su atenta mirada consciente y despierta, me pareció que me reconocía. Observé tranquilamente cómo se pudría en vida, agonizando, y me asustó rebuscar en mi interior para no encontrar absolutamente nada bueno.

Con él, muere también lo peor de mí.
Al fin.

martes, 9 de junio de 2020

Expectations

Qué ganas de tener mi propio espacio, donde levantarme un domingo por la mañana y ponerme a pintar. Donde cualquier sitio y cualquier hora son ideales para ponerse a leer un libro, barnizar una estantería o aprender a coser.
Qué ganas tengo de poder llenar mi propia nevera de esas cosas que me encantan y de las que todo el mundo se ríe. Heura, quinoa, beyond meat, panes de cereales, muesli, té, granola, smoothies.
Qué hambre tengo de pintar un mural en la pared en un raro arrebato de inspiración. De teñir camisetas con flores de amapola y hacer pan y velas para que toda la casa huela a mi infancia en los campamentos de verano del colegio.
Qué ganas tengo de amar sin miedo, de hacer ruido y deshacerme en esos besos lentos que me deshilachan el alma, para luego pasearme desnuda por el limbo nebuloso de la somnolencia, en tus brazos.
Y qué apetito de despertar con la espalda entibiada por la luz del sol moribundo al ritmo de las palabras de amor anticuadas de Fitzgerald, hablando de verano, del mejor jazz, de la mejor época.

domingo, 31 de mayo de 2020

A la melancolía de los lunes por la mañana.

... O de la noche, más bien.

No hay trabajo, para no variar. El resplandor azulado de la pantalla de Salesforce me hace daño en los ojos cansados, necesitados de la tenue iluminación de las bombillas amarillentas de bajo consumo. O de una siestecilla, por qué no.
Sería bonito cerrar los ojos un momento y descansar. A lo mejor podría suceder un milagro, y la próxima vez que los abra tendré el cuerpo descansado, arropado por el abrazo del hombre al que amo, por el frescor del final de una noche de verano azotado por un ventilador de dimensiones industriales. Sí..., Incluso aunque me despierte, no abriré los ojos de inmediato. Me quedaré disfrutando del silencio de la vivienda dormida, de los leves crujidos de la madera en distensión, de la respiración calmada que me mece desde atrás como el susurro del océano desde un balcón insomne, en las noches de verano de mis recuerdos más felices. Quizá me deje llevar a la deriva de nuevo, navegando entre esos inocentes recuerdos gastados y borrosos y duerma un poco más. Quizá, con la energía del buen descanso, me restriegue un poco contra el creciente bulto duro que presiona contra mis nalgas, a la gresca. O no... a lo mejor me quedo admirando la belleza armónica de sus rasgos, de ese atractivo rostro relajado por la feliz inconsciencia, preguntándome qué sueña.
Puede que, con él, las posibilidades sean infinitas...

miércoles, 27 de mayo de 2020

Ours.

The night is crazy beautiful, isn't it?
Cold and calm. Filled with the smell of summer. 
The sky is deep, full of stars.
It would have been nice to sit over some terrible coffee on the terrace on the fifth floor and chat again. It would have been nice to joke for a bit and hold hands, and regret the upcoming dawn. We would have kept it low not to break the peace, the magic emptiness of the sleeping city. Not to be heard by anyone..., but the other.

I wonder if you're thinking the same as I do.
I wonder if you are looking at the fading stars and remembering me too.
I wonder if you feel just as lonely.

lunes, 11 de mayo de 2020

La verdadera literatura erótica

Me llevó un momento darme cuenta de por qué había una sensación de déjà vu tratando de acaparar la atención desde el fondo de mi cabeza; pero es que todos los elementos estaban ahí, haciendo del oxígeno algo más complejo, más lleno, denso, irrespirable. No podía negar que estaba nerviosa, que ese momento me había producido cierta ansiedad durante varias semanas, y que mis ganas se sobreponían a todo lo anterior.
Dios, juraría que mi cabeza funcionaba todo lo rápido que puede ir el pensamiento humano. Me debatía entre síes y noes, me preguntaba si estaba preparada. Al fin y al cabo, había pasado mucho por mi cabeza - y mi corazón - durante el periodo de confinamiento y ya no me sentía la misma persona. Pero esa forma suya de besarme no dejaba lugar a dudas; entre todas las cosas que me decía, había un gran subtítulo que gritaba sexo, y yo me estaba dejando llevar por encima de las voces de mi cabeza y de mi corazón. En un gran esfuerzo, me aparté y le insinué que nos detuviéramos, al fin y al cabo, él estaba muy cansado. Sus pupilas se dilataron al mirarme, dejando un fino iris color caramelo, y yo me perdí en esa negrura.
- Para esto no estoy cansado - murmuró con voz ronca y una sonrisa procaz.
<< No pasa nada >> me dije. Ni que fuera la primera vez.
Pero así me sentía.


En la penumbra de mi dormitorio, los besos adquirieron un cariz menos ansioso pero más hambriento. Me decían muchas más cosas, algunas tan bonitas que acallaron mis dudas y mi deseo subliminal de esperar para todo aquello. Me desnudó con mimo y con alivio, como si me hubiera echado de menos; me acarició por debajo de la ropa interior y sentí que mis mejillas se incendiaban con vergüenza por mi propia excitación. No me reconocía en mis propias reacciones de adolescente pudorosa, pero así ocurrió y así lo cuento.
- Estás lista ya. - ronroneó. Me sorprendió darme cuenta de que sus palabras admitían una doble interpretación casi interrogativa, y respondí como si así fuera.
- Sí.
Sin más preliminar que éste, se tumbó sobre mi cuerpo en la postura más convencional que existe. Fue suave, pero aún así un pinchazo me hizo encogerme y una sensación de quemazón se extendió por mi pelvis. ¿Pero qué...? Me enfadó que mi cuerpo recibiera un momento tan ansiado con dolor, especialmente cuando ni yo soy virgen ni él tiene un mástil de medio metro; pero se balanceó en acometidas suaves, susurrándome que me calmara, que era él y solo él... hasta que por fin logré relajarme y me acostumbré a la sensación de tenerle dentro de nuevo. 
Me preguntaba en el fondo de mi cabeza hasta qué punto diferiría esta experiencia entre sus recuerdos y los míos, siendo yo tan propensa al trascendentalismo más kantiano. Sabía que yo lo viviría como una reescritura de mis primeros pinitos sexuales, considerando el componente emocional, nervioso y, también, ese dolor tan característico. Ahora bien, si me conoces, y creo que lo haces..., sabes las muchas veces que me he arrepentido (y me arrepentiré) de que eso no sea verdad. Las cientos de ocasiones en que mi cabeza, demasiado acostumbrada a leer y visionar fantasiosos dramas románticos, ha idealizado el cómo habría sido. Sin embargo, por desgracia, es difícil recrear cómo me habría sentido antes, durante, después. Estoy contenta, creo, porque me parece que hoy he tenido una aproximación bastante certera. Fue breve, cuidadoso y dulce, al menos hasta que mi mundo tembló y se deshizo en un orgasmo devastador. Entonces pasamos a otros tercios un poco menos amables..., e igualmente deliciosos.

domingo, 3 de mayo de 2020

Accomplishment.

"Es difícil romantizar ciertas cosas, da igual lo buen orador o escritor que uno sea." Fue mi reflexión de ayer mientras volvía a casa. Corriendo a buen ritmo, acusando todos los dolores de mi cuerpo menstrual y desentrenado, pensé que difícilmente podría entenderse como atractivo ninguno de los aspectos físicos o espirituales de aquella carrera que, ojo, soy muy consciente de haber elegido y realizado deliberadamente. En algún lugar de mi subconsciente recordaba que me gustaba correr, pero no sabía por qué. Luego pensé que a lo mejor solo me gustaba correr en cinta, que dicen que es más fácil y cómodo que en terreno real, con sus fiestas y desniveles; en la fresca comodidad de mi gimnasio, con agua y una toalla para el sudor. A lo mejor era demasiado sibarita para el calor y los mosquitos, me dije.

A punto estaba de relajar el ritmo hasta un paso de marcha rápida cuando, enfilando una calle, una de esas canciones perfectas para el momento perfecto me golpeó los tímpanos de pronto y, sin darme cuenta, aceleré de nuevo. El dolor en mis pulmones y mis piernas se convirtió en ardor y potencial concentrado y me llené de un subidón tremendo de endorfinas... O adrenalina, no sé. En ese momento, con el viento en la cara y el día muriendo a mis espaldas, me pareció una sensación muy adictiva.
Terminé corriendo en un sprint brutal todo lo rápido que me permitieron las piernas, dejando atrás un montón de días de inseguridades, mi autopercepción física y emocional de mierda, las dudas, la añoranza y la pena por Helio, la sensación de culpabilidad constante, la necesidad de martirizar y castigar mi cuerpo en un vértice de hambre, la soledad, el aburrimiento, el insomnio y la desgana. Todo, todo, se me olvidó por un momento y solamente quedó "Go", de Maduk, tan fuerte como fuera posible en mis oídos, y la libertad, la euforia, la satisfacción.
Sentí que, por fin, había perdonado a una parte de mí. Ya es un paso

viernes, 1 de mayo de 2020

Ever lasting fears.

Tengo un recuerdo del que nunca me he atrevido a hablar. Un recuerdo que me atormentaba, porque no estoy muy segura de hasta qué punto era verdad.
Durante años, todo lo asociaba con ese momento. Me preguntaba continuamente si algo, algún día, volvería a estar a la altura de las emociones que aquellas dos palabras, aquella noche de verano, provocaron en mí. Me aterraba no volver a sentirlo, me aterraba haberme quedado vacía, me aterraba la posibilidad de haberlo idealizado durante tanto tiempo que, después de todo, solo estuviera buscando un imposible.
Después de lo que parece una eternidad, ya casi no lo recuerdo; pero, lo que es más importante, ya no lo anhelo. No lo estoy buscando. No sé si lo que tengo ahora se parece o no, no sé si es mayor, o mejor, ni me interesa. Es único, me llena, es mío. Me hace feliz. Es bonito, es sano. No tengo que vivir comparando ni recreando nada.
Y eso no lo hace menos real, ni menos sincero, ni menos auténtico.

domingo, 26 de abril de 2020

Sweetest

Sabía que estaba dormida y soñando porque era una situación imposible. Y, a pesar de que el dolor me doblaba en dos en breves secuencias intermitentes de lenta abrasión, también sabía que iba a ser un sueño precioso.
Es una pena que ahora no me acuerde más que de una nebulosa de un resplandor blanco cegador y de la sensación de pasar de la ilusión al pánico doscientas veces en medio minuto. ¿Sabría hacerlo? ¿repetiría los errores que otros habían cometido conmigo? ¿Y si le hacía daño?
De pronto, alguien me colocó algo pequeño, húmedo y tibio sobre el cuerpo. Una pequeña cabeza sonrojada, con el cabello enredado en mucosa y los ojos entrecerrados y ciegos, emitía agudos quejidos sobre mí sin llegar a llorar. Del todo.
Yo, por el contrario, sí lloraba. Una emoción indeleble, más intensa que la mayor de las penas y la mayor de las alegrías, se me desbordaba por los ojos. A mi lado, otro rostro pálido y un poco angustiado, traducía el debate con sus emociones a mi lado, los ojos de caramelo anegados en llanto contenido.
Acaricié aquella pequeña mejilla, pálida como la porcelana.
- Hola..., mi niño...

sábado, 25 de abril de 2020

Bitter lessons.

Nights went by on a blur of everlasting seconds, minutes, hours. No jokes. No laughing. No more random shallow-deep convos. Just me, my memories, my guilt and my nostalgia, waiting in silent solitude for...daylight.

miércoles, 22 de abril de 2020

Steam

No sé si alguna vez lo he dicho, pero el recuerdo quizá más íntimo que tengo contigo..., bueno, en mi vida, en general, es bastante reciente. No hay sexo en él, además.
Es tan bonito..., Solo una imagen, con mil sensaciones adheridas a ella, congelada en mi memoria. Por alguna razón, estoy obsesionada con ese breve lapso bajo la ducha, el agua ardiendo, rodeada de vapor, de tu piel, de tu brazo cruzado sobre el pecho, de tus besos en el pelo húmedo. No puedo dejar de pensar en esa emoción sin nombre, tan grande, que me llenó din previo aviso el pecho, dejándome sin voz y s la vez inundándome de una felicidad y una paz que nunca había conocido.

Rescato ese recuerdo de vez en cuando. De verdad que, para mí, ese momento fue precioso. ¿Tienes uno así tú también? ¿alguna vez has sentido lo mismo?

martes, 21 de abril de 2020

The One.

Una tarde, tumbada entre sus brazos en silencio, pensé en todas las cosas que me había hecho sentir en tan poco tiempo. Sentí que su recuerdo estaría allá donde mirase: cualquier cosa que le gustara, una canción romántica, una de nuestras bromas, un momento bonito oculto en las sábanas. Supe que, si él también se marchaba al final, esta vez me iba a costar mucho recuperarme y, más tarde, acabaría comparando a todo el mundo con él. Nadie estaría a su altura. Me había dejado huella.
Lo tuve claro. Había escuchado, leído, soñado mucho con el amor absoluto y perfecto de las novelas. Era la pieza que faltaba para darme sentido. El único, el verdadero, el definitivo. El amor de mi vida.

Dreaming of a fancy afternoon.

El sol intermitente en la cara, hierba húmeda bajo la manta, la tibieza de una primavera que arranca tarde. Huele a sol, a naturaleza, a tranquilidad y a cosas buenas. Es un buen momento para todas las cosas que apetecen solo de vez en cuando: una partida a las cartas, una cerveza fría, meter los pies en el agua, una mano indiscreta demasiado arriba en el muslo, jugando, tentando.
Jugamos. Sabemos que no va a llegar a más, pero nos gusta molestarnos. Tirar de la cuerda, probar a ver si se rompe. Nos gusta perseguirnos y tentarnos a dar el paso, disfrutar del principio, la anticipación, las ganas, las expectativas. Muchas veces son la mejor parte del proceso; a mí siempre me gustó alargarlo lo máximo posible, aunque fuera entre suspiros ansiosos.
Planes para pijos, podría pensar él.

Qué pena..., que solo sea un sueño.

sábado, 18 de abril de 2020

Shattered

No soy digna de confianza, y lo entiendo. Lo peor de hacer algo inexcusable es que ni siquiera puedes retirarlo. Es como romper un cristal: siempre seguirá roto. Lo único que puedes hacer es barrerlo, y esperar no cortarte con los trozos más pequeños que hayas dejado atrás.

viernes, 17 de abril de 2020

Good old dose of humble.

I thought I had it under control, you see? Shutting you out. Pain is part of withdrawal and as so I embrace it; but mind's proven It's not so easy to ignore heart's wishes. Seems like I'm still trying to catch up muy breath from these last few nights, half sleepless, half crowded with a million versions of your face.

I might be determined to be a good girl but my heart and mind are not so forgiving. Seem like they have decided to torture me.

Dear God, if you are there... somewhere... help me out on this one. Please.

miércoles, 15 de abril de 2020

Everything that is blue.

Me parece fascinante que el mundo pueda girar a una velocidad perceptible para el ojo humano. Quizá suene absurdo, pero me gusta sentarme sobre el tejado, en el semi muro de ls terraza, a las 7:10 de la mañana y contemplar cómo se aclara el cielo minuto a minuto, como halos y franjas luminosas colorean las nubes de distintos tonos de azul, cómo el mundo se vuelve menos frío e inicia la carrera hacia un nuevo día.
Se me ha ocurrido que es una pena que los jirones de nube que dejó la tormenta de ayer oscurezcan un panorama tan bonito. Últimamente, hasta puedo ver estrellas de nuevo. Luego, pensándolo mejor, se me ha ocurrido que es una buena metáfora de la vida: qué lástima que dos jirones de nubes oscuras nos hagan perder el foco, desconcentrándonos de la belleza de lo que sucede detrás, de los comienzos, del calor, de la luz.
El cielo..., El mar... Me pasaría el día contemplando los panoramas que pueden ofrecer. Soñando con, de algún modo, unirme a ellos.

lunes, 13 de abril de 2020

Insecurities over 9000

There was a time, not so long ago, where my body made me feel safe. In spite of not being besutiful, it was strong and resilient, and capable of providing  comfort and pleasure.
None of that is true now. Putting my panic aside and getting naked again, all I get is... a yawn.

Destruction.

Y luego está la culpa.

Estas palabras son infinitamente más difíciles de escribir que las de ayer. Porque duelen mucho más y porque llevan gestándose a fuego lento durante casi medio año. La culpa es un instrumento muy poderoso, sea autoimpuesta o no, puede llevarnos a hacer - o dejar de hacer - muchas cosas.
La culpa puede venir con nombres y apellidos. Los míos, los tuyos, los suyos. 

La culpa viene de alguien que toma malas decisiones y sigue sin aprender de sus errores. Que lo tiene todo a su lado y no lo aprecia, y lo cambia por una carcasa vacía de sonrisas superficiales. Alguien que es impresionable e ingenua, con el amor propio atrofiado; alguien a quien podrían sonrojar con cuatro palabras mal tiradas encima de la mesa. Fácilmente seducible por la misteriosa e intrincada lógica de una mente que esconde un vacío existencial, un "adulto" sin instinto de preservación ninguno, que va dando bandazos entre sus propias emociones y las esconde bajo una absurda capa de sardónicos chascarrillos. Ella, que es capaz de tirarlo todo por la borda - todo por lo que ha trabajado, todo lo que ha construido - por atención y halagos proyectados con muy mal gusto. Pero en el fondo no puede evitar sentirse especial, elegida por él para compartir cuatro migajas de inseguridades y traumas del pasado. Tiene complejo de salvadora, como heroína de una tragedia romántica de las que emiten en Antena 3 los sábados a mediodía.

El sentimiento de culpabilidad puede proceder, aunque solo hipotéticamente, de un treintañero que aún no se ha descubierto a sí mismo, y al que le gusta arroparse de su propia soledad jugando al ratón y al gato con esa chica joven que conoció en el trabajo. Si tuviera dos dedos de frente, podría sentirse culpable de interferir en la vida sentimental de esta mujer sin intenciones de que sus breves flirteos lleguen más allá de un polvo decepcionante en el rellano de su apartamento. Un parche efímero a la soledad de un tío al que siempre han dejado por el camino; pero es que eso es la vida: adaptarse o morir. Si, además de cerebro, tuviera corazón, podría sentir resquemor por jugar a alimentar los sentimientos de ella. Pero él se consuela porque en el fondo se está conteniendo, en el fondo... cree que la respeta. Que la valora. Él se dice a sí mismo que quiere que ella sea feliz mientras planta pequeñas semillas de dudas aquí y allá. << Deberían cuidarte mejor>>, dice. Dice también que la llama se apaga, pero que eso es normal. Y culpa de ella, también, por compartir demasiado de sí misma con él. Él cree que ha dado en el clavo, pero no acierta ni una. No sabe que no todas las personas son iguales..., y especialmente la tercera rueda de nuestra historia.

En cualquier caso, la culpa jamás debería proceder de donde resulta emanar con más fuerza. De un joven con la autoestima hecha trizas por dos décadas de rechazo hacia su cuerpo y su personalidad, nuestro canto rodado. De él, que lo daría todo por ella, que se esfuerza por comprenderla y cuidarla porque la idolatra, pero en el fondo se siente siempre insuficiente. ¿Por qué ella mira a otros? se pregunta él. Bueno, tal vez si estudio con más ahínco. O quizá si tuviera más dinero. O fuera más atractivo.
Él se esfuerza, pero ella no lo valora. Ella no lo ve. Él ve las series que a ella le gustan, pero no recibe nada a cambio. No sabe ya qué decirle, de qué hablar. Quizá son muy diferentes. A lo mejor tienen que conocerse más.
Y él, siempre ingenuo y positivo, se compromete a hacerla feliz, tiene claro que eso es lo que quiere; aunque no sabe cómo conseguirlo. El problema es que ella tampoco.

Al final, ella, adorada por ambos, aunque por distintos motivos, es un fraude. A uno lo hace sentir menos solo, el otro, pobre inconsciente, es demasiado bueno como para sentirse utilizado. Ella es peligrosamente explosiva, en toda su negatividad conocida, encontrada y reforzada. Demasiado torpe para reconocerse a sí misma y evitar los tropiezos recurrentes, para identificar los autodestructivos patrones de su pasado y eliminarlos finalmente de su vida. Ella se piensa y es pensada como inteligente, pero es la reina del sabotaje. Ella debería quedarse sola para aprender su lección de una vez por todas.
Hay gente a la que conviene evitar. Antes de que su fogonazo te lleve a ti por el camino.

Light over darkness.

Day brought a light as grey as my own feelings.
You told me once you associated languages to certain people. Heard that before: with situations, emotions, context. But not people, for some reason, although it makes perfect sense. I think that idea kind of sticks to me still now, so everytime my emotions are dyed in your colors - purple, stone grey -, I tend to naturally shift to English myself.

This is..., Harder than I expected.  I did write about you several months ago, hoping it'd be the first and the last time. 
You've overstepped the boundaries many times. So have I. I don't wanna let go of the many things we shared, the things we've...said. the things you are. What you bring out in me.
It's like everything you've said is recorded into my mind somehow. I...uh..., I remember that last night, when you admited you wanted to see me happy from the bottom of your heart. Gave me some good advice back then, and now again, even tho everything is ALWAYS so difficult with you, drama king.

But love is not supposed to be difficult. Real one, at least, is not. It's natural as sunlight, pure as oxygen. Naturally flowing, like one's breath.
This is me following your advice. Being happy, choosing wisely. Mind over body. Where could we go anyway, honestly? Maybe in a different world... A different time...

And you'll never know about any of this. Ain't it kinda funny? Took me ages to get you to open up just a tiny bit for me, to start sharing true feelings, memories, hopes, fears... Then, hours of conversation just kept flowing naturally through us. And now, I'm about to shut you off, away. Until it's over... Until we're over.
Funny enough, this...thing, whatever it is, only took place in my head. So it's time for me to retire and lick my wounds, Stone.

Bye.

Confused...

No entiendo qué está pasando estas últimas semanas... O meses, quizá;  mientras mi corazón late a destiempo, confundido entre dos ritmos muy diferentes, mis atontados recuerdos se demoran en lugares más felices de mi vida, en arenas blancas, fosos, paseos, horizontes infinitos, espuma blanca, medusas varadas en la orilla, perezosas tardes de pesca, siestas en el césped con la barriga llena de sandía, el agradable sol moribundo de un atardecer de septiembre, leyendo frente al Atlántico.

viernes, 10 de abril de 2020

Apocalypse.

Qué día tan bonito, pensé. Era casi una pena que estuviéramos en lo mejor de la mejor de las estaciones del año y no pudiéramos disfrutarlo. Sol, nubes dispersas, un cielo que invitaba a zambullirse en él, tibieza, olor a primavera.
El vacío de las calles, sin embargo, rompía con el ambiente. De alguna manera, resultaba irónico que no lloviera durante la única semana santa en cierto tiempo que la gente no podría salir a disfrutar. No es que a mí me importe ni lo más mínimo, para ser sincera, pero en esta clase de días... una espera encontrarse con las terrazas llenas, la gente paseando, corredores aislados, movimiento, vida.
Si pasas junto a las casas, la oirías, eso sí. Aunque hay ciertas cosas que uno no espera experimentar en la vida - una de ellas, un apocalipsis vírico - el bullir de la vida dentro de las casas y pisos de la ciudad compensa por la silenciosas soledad de las calles vacías. Caminando lentamente, arrastrándome casi por entre los adoquines para aprovechar lo mejor del sol de media tarde, suspiré de nostalgia mientras escuchaba llamadas, conversaciones, música, locutores de radio y grititos infantiles en los patios y jardines de las urbanizaciones vecinas.
Fuera o dentro, seamos sinceros, el ambiente se ha enrarecido. ¿Cuál es la chispa de salir a este exterior yermo, en serio? ¿quién puede disfrutar de una vida coartada, por bonitos que sean los rayos de luz que iluminan la vida incipiente en las copas de los árboles?
La tensión es densa como mantequilla. Casi podría cortarla y untarla en pan.

jueves, 9 de abril de 2020

Standby

Nights. I know I said before how nights are the perfect moment for tranquil redemption. How I was eased by it's peacefulness and how I liked to picture what could be going on everywhere, anywhere, from love to crimes, from fantasy to reality.
Words are indeed very powerful, almost as much as imagination. Words can change someone's life for good, from "you should say your goodbyes" to "I love you". I believe I have had quite a share of powerful words so far, life changing displays of letters and phonemes, but not everything just yet. I'm still waiting for a few of them - specifically from one person.
But that's not the point. What I wanted to reflect in here is how words allow us to depict something's appearance as either wonderful or terrifying. I'm not saying it's all just a lie, but a side of truth for someone, at a specific time...

It could be true for me, just for a moment, if only I could throw out a message of hope with the upcoming day.
It was a very cold morning today. I took a break from work and went out to the terrace to watch how the pastel colours of the sun made the stars fade way. The smell of humidity, the cold, birds' chirping..., it all remind me of my youth somehow: summer school camps, early rugby trainings, late walks home with my shoes on one hand.
I know I said I love the easiness of the night, but there's nostalgia in my mind now. Everything good came by with the hopes of a new day, a new beginning if you will. Daylight is warmness, brightness, the end of the standby and the beginning of action. Daylight is when things take place, when life happens.

It's funny that this is the way we came to find each other. We made the wheels turn again, bursting into life... Right in the standby of the world.

martes, 7 de abril de 2020

Nights...

If someone’s rational about it, you would probably say that the biggest perks of working a night
shift are related to the plus cash you get in your wage by the end of the month, the
peacefulness of the working office, the easiness in terms of finding a parking lot or skipping on
the morning jams. You could even consider the convenience to match your job with other
schedules, such as uni ones. It’s true tho, but that’s not it.
I wouldn’t say I like working night shifts, nor I hate them. Truth is, I don’t really mind, I could do
anything. Although I’m highly motivated by this environment, being realistic, the true reason I
enjoy the night is, most probably, the sky.
Ah, humidity in the air smells nice. The music of crickets, unstopped above every other not
existent sound. Voice echoes. It’s refreshing, awakening.
As a romantic, I’m a huge fan of the mysteries of the night. Time for crimes and murder in most
of my favorite novels; also a perfect timing for affairs and runaways. A time for a warm, cozy
cuddle with your s.o; as anything can happen in the dark.
For some reason, they just bring a very comfortable silence into my life. Almost as if my never
stopping inside voice got to shut down for a bit. I remember being a kid and sitting onto the
window to stare at the night sky when I could not sleep. Same at the hospital, watching the
dawn break into the Peace with its shy yet bright colors. The perfect moment for a late (or early)
book. For a quick chat with that boy from next door I liked; a beer and some nuts over a bench,
still wearing my pajama, with this former hookup. I think night’s definitely a good moment to stop
life and treasure some very special memories with the right people.
Like these very late late convos...

martes, 10 de marzo de 2020

Holding on for a miracle

Everybody get's tired at some point. It's easy to get bored when your life gets reduced at the very same points and procedures all the time. Wake up, run, work, run, workout, run, eat, run, count calories, run, clean, cook, keep running, run some errands, get back...'sleep'... and repeat. Always late, always breathless, always chasing, constantly worried.

I'm too young to be this tired, indeed. Tired of being sad, defeated by my own bloody mind. Tired of being tired, sleepless, sick of making such huge effort with everything. Tired of being skinny and hungry and weak all the time. Tired of the same memories, the same nightmares. I feel old. I feel hopeless. It's like... I'm too lazy to live one more day like this.

Tired of looking ahead and finding no good reasons to keep going. Just more dull boredom and endless efforts awaiting.

I wish I could just give up already.

lunes, 2 de marzo de 2020

¡Adiosi!

Es una realidad que nunca he tenido buena suerte con mis amigos, como lo es que siempre hay dos responsables en cada lado de la historia. Yo soy orgullosa, cabezota, competitiva, dejada. inoportuna, un desastre leyendo a la gente y, peor aún, escogiéndola. Me llevó un tiempo darme cuenta de que mi constante interés romántico en gente que me maltratase, o bien física, o bien psicológicamente, era perfectamente trasladable al tipo de influencias negativas que potenciaron durante mucho tiempo lo peor de mí como presuntas amistades.

Por consiguiente, y de manera también perfectamente análoga, siempre me las arreglo para separar de mí a las personas que merecen la pena, tanto en el ámbito amoroso como en el campo de las relaciones "amistosas". Me pregunto por qué y cómo me las arreglo para que siempre sea así; pero tampoco me preocupa demasiado. Hace tiempo, después de mucha pena y más soledad todavía, decidí que no quería ni necesitaba amigos, solo gente con la que salir de vez en cuando si estaba aburrida. La gente se volvió irrelevante para mí, y cada vez que alguien me incomoda o me inoportuna, lo tacho de mi vida. Decidí que, mientras tuviera mi núcleo duro, tendría todo lo que me hace falta para ser feliz, un grupo selecto de personas por las que daría la vida y que sé que darían cualquier cosa por mí. No quería más.

No quiero más.

Esto es solo otra persona que se marcha.

Que te vaya bien. Si algún día necesitas algo, ya sabes... búscate la vida.

jueves, 27 de febrero de 2020

Hybris.

I am... relapsing. Falling back into the same patterns. Lying once again, trapped in the same vortex of obsessive thoughts, somewhere dark, some place dyed in anxiety colors. Yellow. Orange. Black. Too bright to look at, blinding me from seeing the truth, the logic, the Health.

Some place where there are only flaws. You are disgusting. You are weak. You don't deserve joy. You could do so much better. You are wasting your time, your energy, your potential. You must be punished. You didn't earn basic survival, so just... don't eat, don't sleep, don't rest.

This place is so cold, my bones hurt, even though they are not sticking out as much as they used to. I'm cold, alone and I'm not trust worty. I've deceived and dissapointed everyone I cared about, in their words. Liar. Bad sister, bad daughter. Lacking empathy and consideration, because I'm barely human. Who are you to make people you love worry? Why are you so dumb? You should be beyond this.

Life is heavy and I'm wearing off. Fading. Wildy told me once you only fall down to come back stronger, but just like Sisyphus and the boulder, I'm too tired to keep on pushing forward. I can't see the top of this steep mountain anymore, if I ever did. But there I go again, hubristic if anything, willing to defeat destiny itself... Stubborn? Stupid? Proud?

viernes, 21 de febrero de 2020

Black holes and Revelations

Creo que una parte de mí aún esperaba un milagro. Las expectativas son, ciertamente, malas; y el "todo saldrá bien" no siempre es tal.
Aún después de haber llegado hasta aquí, vacío el asiento a mi lado en el avión, creo que una absurda parte de mí tenía esperanza de que ocurriera un raro y loco milagro a lo Hollywood, con carreras por el aeropuerto y grandes gestos imposibles. ¡Ay! Qué mal educadas estamos las mujeres...

martes, 18 de febrero de 2020

No one.

Still I feel sad, though.

The problem it's not being alone itself - that I don't have any issues with. I'm extremely independent and believe in my own skills on everything. I mean..., if I made it to rent a place or get an insurance in Japan, what makes people around me believe I can not spend a few days in the United Kingdom (whose language I actually speak) by myself?

No, loneliness is indeed not what makes me sad. I guess part of it it's just the effort I've input onto this trip-gift; I never imagined it would end up like this. If only I could have guessed...
Part of it relies in the fact that I've fantasized too much about it. I always fall into the same mistakes all over - all these past months, every time I had a fight with Dani, every time a rude customer crossed me, every time I got called out by my boss or a coworker, every single time I controlled and denied my feelings for Helio, I mentally caressed the idea of going away with my boyfriend, as he is also my safe space. I leaned on to sharing some time just the two of us, away from work, away from the move, away from family. I fed an idealized image of us chatting, eating together, walking around, laughing, taking pictures, creating memories, having sex and cuddling to sleep every night.

Also, for the fist time ever, I felt that I had no one. No friend or mate to come over. But it's worse knowing that I deserve this, I made it myself through my depressiond and subsequent isolation.

I did not allow myself a single tear on this, not a single sob came from me at any point of the last... two, three weeks? But today I'm just breaking apart. Today's just one of those rough, bad days; as nothing's appealing anymore. Not this trip, not my job, nor moving out, nor my masters, nor my future.



The words I should have never swallowed.

When did I start measuring my words, my tone and expressions?

I crated this space from scratch, using the perishing leftovers of an old blog, born in 2009 from my notes on a dream diary. I created this account to be my safe space, to watch me grow through the years.
Maybe giving some people access to my most intimate feelings was not such a good idea, as their feelings started meaning more than mine. Maybe I should refrain from sharing certain things.

All I know is that I'm a volcano of feelings, and my outbreaks are vile and violent. Part of getting more mature implies letting the lava run beneath the surface, changing the engines of my functioning system; but we all need to be able to just dive into the outburst of our emotions sometimes.

Perhaps it's a good thing that I get to travel on my own for once. This could be a good chance to be alone with my thoughts and get a fresh start from all the stress of these last few months.

lunes, 17 de febrero de 2020

Love

Nos hacen creer que hacer el amor se reduce a follar despacio y besarnos mucho, pero los que lo hemos hecho alguna vez sabemos que el amor solo se hace unas pocas veces en la vida, pero todas y cada una de ellas te marcarán por dentro con una huella indeleble, indestructible.
A hacer el amor se empieza no desnudando el cuerpo, sino el alma. Quitando las capas del pudor, de la vergüenza, despellejando cada una de las protecciones adicionales de las que pudiéramos disponer por la propia salvaguarda y dejando los sentimientos en carne viva. A hacer el amor se empieza con vulnerabilidad, con miedo, con inocencia, con un "te quiero" ardiendo en la lengua, abrazando la posibilidad de que el rechazo o el abandono merezcan la pena por unos sentimientos tan bonitos. El amor se hace también en la confianza, la imperfección, el cabello enredado, los ronquidos y la babita de la siesta, en pretender que el otro te ame con todos esos detalles que no te gustan y te hacen humano; se hace en los esfuerzos por ponerse guapo para el otro, en sonrojarse ante la expectación, en vestirse bien mientras uno desea ser desnudado.
Por eso, mi vida, podemos hacer el amor cada día y a cada momento, solo con dedicarle un pensamiento preñado de cariño y de ilusión al otro. Podemos amarnos con locura cuando nos damos un beso casto en los labios, acariciándonos los rostros, y también cuando destrozamos los somieres con tirones de pelo, azotes, lubricante y encaje fino. Podemos querernos hasta que duela, podemos odiar cada centímetro que haya entre nosotros. Podemos sentirnos conectados, y no solo físicamente, y estaremos haciendo el amor.
Perdóname, mi amor, si así pierde significado, si lo convierto en algo banal de tan reincidente. Perdóname si me gusta hacer el amor contigo a todas horas, porque contigo es extraordinariamente especial, porque siempre te llevo dentro y no solo cuando tu carne se clava en la mía. Perdóname si te he mentido diciéndote que no era virgen cuando nos conocimos, pero es que yo no sabía que nunca había hecho el amor antes. Perdóname si quiero desnudar el cuerpo y el alma para ti el resto de los días, las tardes y las noches que me quedan de vida.

miércoles, 29 de enero de 2020

You build me up.

Qué soy yo, si no la chica que te ama, la que se muere por verte, la que no puede estar lejos de ti. Qué me define, te pregunto, si no las emociones que me provocan tu risa, tus besos, tu lengua apoyada contra el labio superior cuando estás concentrado, tu humor sardónico, tu gracilidad al moverte, tus pupilas dilatadas al verme. 
No me entiendo si no es en referencia a ti, a arrancarte un gemido de placer cuando pruebas algo rico que haya cocinado yo, un jadeo ahogado cuando me desnudo delante de ti, un sonrojo aislado cuando te me cuelas dentro, un suspiro de satisfacción cuando te quedas dormido con mi cabeza en tu pecho. 
No me entiendo, y no me quiero, sin las cosas buenas que traes a mi vida: deseo de superarme y mejorar, de hacerte sentir orgulloso, de gustarte físicamente, de sorprenderte y despertar tu admiración, de ser mejor persona y hacer florecer el amor más puro y noble de ti. Porque, ¿para qué valgo si tú no me quieres? ¿para qué trabajo, si no es para ti? ¿para qué dormir, si no es para soñar contigo? ¿para qué vivir, si no para hacerte feliz?

sábado, 18 de enero de 2020

En cuerpo y alma.

Algunas emociones son tan poderosas que tienen la indefectible capacidad de asustar mucho. Cuando te entregas a alguien en cuerpo y alma, no cabe menos que preguntarte qué harías si de pronto ya no le tuvieras más; a dónde irías tú, con tus sueños rotos, a recordar el calor de su cuerpo, el sabor de sus besos, sus frases, sus sonrisas, sus coletillas, su forma de escribir, esa lista de reproducción que te hizo para cuando estuvieras un poco triste, sus bromas o vuestro olor mezclado con el suavizante de las sábanas, en una fría mañana de enero.
Una insegura certeza se instala entonces en tu pecho: jamás tendrás ningún tipo de tranquilidad a este respecto. Acaricias sus ondas rubias bajo la pálida luz que se cuela por entre las rendijas de la persiana, y te asustas porque sin él no tienes nada más que una carrera inútil y un trabajo que no te gusta. Sabes que has construido tu precaria y naciente felicidad en los ratitos agradables de los fines de semana, en la vaga posibilidad de un futuro juntos donde estas raras casualidades ocurran con más frecuencia. Estás ansiosa, lo que has hecho estos meses es peligroso. Te gustaría poder contar con algún amigo, pero no confías en la gente y poco te importan los que quedan de la juventud, así que te sientes sola.
Pero él se mueve, te abraza dormido y acomoda una pierna entre las tuyas. Te quedas quieta y respiras pausadamente, acompasándote a él, para que no se despierte, pero sirve de poco y entreabre sus ojillos legañosos con una sonrisa luminosa y adormilada. Es tan adorable que se te encojen el corazón y las entrañas ante tan bonita visión, un paisaje que desearías disfrutar cada día de tu vida sabiendo que nadie jamás lo ha hecho. Es como ver la salida del sol, dándole color al mundo.
Un beso en la frente, otro en la nariz, y luego un roce vacilante en los labios, lento y suave, una lengua tímida que le sale al paso a la tuya. Saboreas su respiración, un <<te adoro>> depositado sin aire en el interior de tu boca, entonces..., se confirman las sospechas; y por fin te puedes volver a dormir...
... sabiendo que es tan tuyo como tú eres suya.

martes, 7 de enero de 2020

Purple.

How humilliating, when he looked at me in condescendent pity. I still can't believe I admited it, even if it was only with a glare; it was certainly not my intention to state that I desired such thing as flowers, fancy dinners with expensive table cloth or rose petals over the bed. I realized I accidentally had made my love life seem rather scarce..., but I never intended to live in a Hollywood cheap romance!
"Poor thing!" he exclaimed while stroking my hair. "You need to be taken better care of".

I don't think so, or so I murmured to myself. I can think of better ways to get affection and intimacy.
As... leaning my back against his chest, under the warm wather of my tiny shower, being wrapped up in his arms in silence. Nothing but steam and the subtle vibrations of the heater outside of the shower enclosure, the drop of the fake waterfall all over us. Nothing but naked wet, hot skin on some more skin, both of us pale, finaly fitting together in some way. Nothing erotic on the scene but two vulnerable people with nothing to hide, covered in the dense depth of their love.

Tsk..., who said flowers?

Stone.

This might be the first (official) entry to you as well as the last one, we'll never know.
What I do know is that, over the course of the last year, you've become rather important to me, a fact I came to acknowledge as soon as I knew you were leaving.

It's been a rocky weekend, with little time to lick my wounds and moan this sad, cold feeling of isolation. What a way to welcome the new year, huh? moaning you..., being fifteen again.

Damn I miss you and I can't even say it out loud.