sábado, 21 de julio de 2018

¿Y si...?

He de confesar que has sido muchas de las dudas de mi vida, muchos de mis "¿y si...?". Hay muchos momentos para replantearte las cosas, supongo.

¿Y si le digo que se tome un café conmigo?

¿Y si me dice que no?

¿Y si es que no le gusto?

¿Y si me invita a salir a mí? ¿y si la cago?

¿Y si le gusto?

¿Y si sale mal?

Espera, ¿ y si me estoy enamorando?
¿cómo le explico que es lo más importante de mi vida?
¿cómo le digo que todas las ilusiones que tenía se me olvidaron cuando me sonrió por primera vez?


Y luego tuve mi respuesta.

Good night, sweetheart.

A veces, cuando la angustia me abruma, sigo el consejo de Mary Karr y me imagino que ese nudo que tengo en la garganta es una bolita muy pequeña y dura, me la trago y la empujo lentamente y con decisión por el esófago hasta alojarla en algún lugar indeterminado detrás de mi abdomen. Entonces, endurezco mis trabajados músculos para que no pueda volver a subir, cierro los ojos y respiro hondo para mantener el llanto a raya.
Pero tú siempre consigues que olvide un poco esa sensación.

viernes, 20 de julio de 2018

Reasons

De lo poco que recuerdo antes de quedarme dormida, es haber estado pensando en la ruptura del amigo de mi novio. Suspiré internamente. Supongo que, aunque ahora no parezca gran cosa, las rupturas nunca son fáciles; por un momento viajo atrás, muy atrás en el tiempo, y pienso en las lágrimas de Luca cuando le dejé, y el hecho de que rompiera con él por otro tío hace que el recuerdo sea aún más amargo. Otro tío que se largó al fin del mundo a acostarse con otra cuando puse fin a nuestra relación, y conté cada uno de los días que me costó purgar esa pequeña grieta que él había causado en mi corazón: 400 días, con sus 400 noches, que ahora parecen insomnes y plagadas de lágrimas. Como las que derramé cuando Ed me fue infiel, supongo. Se me escapa otro suspiro y por un momento reflexiono, más dormida que despierta, sobre lo frágil que puede ser una relación. Hoy duermes a mi lado, me susurras que me quieres, pero puede que la semana que viene... el mes que viene... ya no seamos nada. Por un momento se me rompe el corazón, aunque claro, no hay ningún motivo para pensar en tales cosas.
Para nosotros, no.

martes, 17 de julio de 2018

Try

Siempre que lo escuchas parece que no, pero el tiempo realmente lo cura todo.

Y así, las cosas que hace unas semanas dolían, ahora ya no lo hacen tanto.

Se disipa la bruma aplastante, y te das cuenta de que puedes respirar, y dormir sin soñar, pasa un día más y cada vez estás más viva.

El corazón me late veloz en el pecho y, al fin, ya no parece tan duro sobrevivir a un día más.