jueves, 27 de diciembre de 2018

¿? de ¿julio? de 2017

(El papel está parcialmente mojado y no se puede leer muy bien, así que voy a poner las partes que se conservan íntegras y resumiré lo que creo que ponía en el resto.

Querido bae,

En una ocasión me hiciste una pregunta muy complicada y lleva tiempo rondándome por la cabeza la idea de responderte de forma más extensa. Sí, en ese momento simplifiqué, pero no me apetecía entrar en detalles.
Poco después de conocer a tus padres, ellos plantearon la conjetura de que yo era una chica pija, tradicional y religiosa. No les culpo, la verdad es que doy el pego perfectamente si solo juzgas mi manera de vestir, y más aquel día, que quería impresionarles y me esmeré más de lo habitual en prepararme...
Al caso, que está claro que pija soy, solo que para mí no significa algo malo. 
Y aquí viene la pregunta del millón: ¿Eres religiosa? Sé que lo que te preocupaba es que te arrastrase a la Semana Santa, pero la verdad es que yo solamente valoro la cualidad artística de los pasos gracias a mis clases de Historia del Arte de bachiller. No, pero mi relación con el catolicismo ha sido muy compleja y ni yo misma la entiendo.
Yo no había tenido mucho contacto con la religión hasta que me ofrecieron la opción de ir a catequesis, y allí encontré mi Fe. Era pequeña, las clases eran amenas y divertidas, y encontré en el Jesús amable y compasivo que me enseñaron a un confidente. Tienes que entender que pasé gran parte de mi infancia sin mis padres, que prácticamente vivían en el hospital, y tampoco tenía amigos con los que jugar, así que me sentía tremendamente sola. El rezo me aliviaba.
Me mantuve como católica practicante dos o tres años (aunque no iba mucho a misa, sí que leía la biblia y rezaba), y era difícil, porque el ambiente en el que me movía, tanto en casa como fuera, era hostil para con los creyentes. Mis hermanos y amigos se mofaban a menudo de la gente como yo, aunque tampoco es que fuera capillita ni nada por el estilo, solamente veneraba la idea de un Dios que me ayudase. Pero también crecía en mí una frustración terrible contra esa figura impasible e inalcanzable que jamás hacía nada por mí; el resultado fue que con el tiempo, desarrollé verdadera inquina y rechazo a la idea de Dios, que si de verdad lo podía todo, no hacía más que putearme y ponerme piedras en el camino.
Luego, todo dejó de tener sentido. Como hicieran el Ratón Pérez, los reyes magos o papá Noel, Dios se unió a las filas de amigos imaginarios y criaturas de mito y leyenda que cada vez se me hacían más absurdas e inverosímiles.
Pero aún me ocurre, en momentos aislados de mi vida, que se me enciende una chispa dentro. No quiero escuchar a esa emoción, pero me consume brevemente... y luego se esfuma. Es realmente difícil decir que no creo en nada cuando es tan tentador que alguien me proteja, aunque sea mentira. A veces pienso que ojalá pudiera tener fe en algo.
Así que supongo que... no creo, aunque quisiera creer. Pero es una putada, porque si Dios existiera tal y como lo pintan... me parecería un capullo. 

miércoles, 26 de diciembre de 2018

26 de diciembre de 2018

Querido bae:

Sé que meter esta carta aquí en medio resulta un poquito anacrónico, pero no me he podido contener. No dejo de darle vueltas a todo lo que sucedió ayer y no puedo menos que darte las gracias a mi manera.
Estuve todo el día luchando contra el frío que llevaba dentro, lo siento, a pesar de que derretiste buena parte del hielo de mi corazón con tu maravilloso regalo de Navidad. Intenté con todas mis fuerzas ser natural y amable, y poner una sonrisa en mi cara, para ti, para tu familia y tus amigos. Luchando por estar contenta, cuando el cuerpo me pedía helaito y cama, pero tú no te merecías la pena que arrastro por dentro en días como el de ayer.
Sin embargo, bae me prometió que lo haríamos un recuerdo bonito, y así ha sido. No dejo de pensar en que un día como hoy de hace cinco años, estuve toda la tarde enterrada bajo el edredón con las braguitas forradas de compresas y sin pantalones, intentando frenar el sangrado que me causó el desgarro vaginal, intentando no pensar en todas esas sensaciones que recuerdo como si fueran ayer. Si para mí era inverosímil disfrutar de un día así desde entonces, aún más dejarme tocar por absolutamente nadie, y supongo que por eso estaba tan nerviosa. Me daba un poco de miedo, también, no poder disimularlo y que la reacción de mi cuerpo te impidiera disfrutar... Evidentemente, estaba demasiado agobiada como para soñar siquiera con tener un orgasmo.
Aunque bae demostró una vez más ser el hombre de los milagros, no es eso con lo que yo me quedo. Has exorcizado a mis demonios, mi amor. Tú y solo tú has curado esa herida que lleva tantos años sangrando, estigmatizándome, has callado a esa parte de mí que se culpa y odia a sí misma por ese estúpido error que cometí. Y aunque sé que eso no borra lo que me pasó, y aún está marcado a fuego en mi corazón, estoy segura de que a partir de ahora recordaré el día de navidad y pensaré en bae cogiéndome de la mano, abrazándome , mirándome, tocándome despacito y haciéndome el amor a besos, a suspiros, a caricias. Manteniendo todas las piezas en su lugar.

lunes, 24 de diciembre de 2018

2 de junio de 2017

Mi precioso bae,

¿Sabes esas películas románticas en las que uno de los protagonistas renuncia al sueño de su vida, o un ascenso, o algo así... por su pareja? Siempre que yo veía algo así, me molestaba muchísimo. Parejas hay muchas, pensaba, pero oportunidades como esas..., no tantas. Avalada por mi pragmatismo, pensaba que eso nunca me ocurriría a mí, porque si lo hiciera, la decisión sería fácil de tomar (aunque doliera). Mi hermana me decía a menudo que algún día me enamoraría y tendría que morderme la lengua.
¡Qué razón tenía!
Ahora lo entiendo todo, pero es que tú, una vez más, tienes esa virtud oculta de darle la vuelta a todas las cosas que alguna vez di por hechas. Mi carrera solo tiene sentido si me da la estabilidad necesaria para comprarte la luna si me lo pides, porque tu ilusión, tu bienestar, tú entero te has convertido en mi nuevo sueño, mi meta. Ahora veo por fin que desear paz y tranquilidad con el amor de mi vida para prosperar juntos no es una meta fácil, ni tampoco es poco ambiciosa, sé que tendré que esforzarme cada día hasta que me llegue el final. Has cambiado los parámetros de la felicidad, le has dado sentido y significado a esa palabra tan grandilocuente. ¿Te imaginas qué vacía sería mi vida si volviera a mi gran casa después de un gran día en mi gran empresa en esa gran ciudad extranjera... y mi hogar estuviera vacío?
Ya no necesito fama, prestigio, dinero ni reconocimiento público. Son cosas que anhelaba conseguir, que asociaba con el éxito. Quería ser brillante, llegar lejos y que la gente recordara mi nombre cuando hubiera muerto; pero como dice la canción, "if you remember me, everyone else can forget".
Sin embargo, esto no cambia quién soy. Competir y esforzarme en superar a todos y a mí misma forman parte de mi carácter, son rasgos que no van a desaparecer fácilmente, porque aunque adquiridos, los he interiorizado a lo largo de los años. Todo eso viene en el paquete, querido, lo tomes o lo dejes, yo solo sé que ahora mi vida y mi futuro se reescriben ante mí y tú eres la dirección que quiero que tome mi vida. Ya sea por casualidad o por elección.

sábado, 22 de diciembre de 2018

29 de abril de 2017

Mi baesito querido,

El tiempo se me echa encima, y tengo miedo de marcharme. ¿Qué será de nosotros si no estamos físicamente juntos? Sabes que he intentado llevar relaciones a distancia antes y las cosas no me han salido del todo bien (aún me topan los cuernos con los marcos de las puertas), de manera que me aterra pensar en la dirección que puedan tomar tus sentimientos o los míos. Tengo miedo de los terceros que puedan aparecer, de los horarios de mierda que nos hagan distanciarnos, tengo miedo de que seamos personas diferentes al cabo de un año y no encontremos nada en común que nos una. Me asusta que haya personas en mi entorno apostando a ver cuánto duramos. Me da miedo que tengan razón.
Aún así, al menos me queda el consuelo de saber que vas a venir a verme, y me aferro con desesperación a esa idea, porque cuanto más se acerca Japón más miedo me da que nosotros seamos solamente tú y yo cuando toda esta experiencia se acabe.
Ya no quiero marcharme y me siento super egoísta.
Esto me ha servido para darme cuenta de que mi hogar está a tu lado.

1 de abril de 2017

Baesito,

¿Cuántas veces hemos oído eso de que el amor se acaba? no sé tú, pero yo muchas. Todo el mundo, y hasta la propia "ciencia" dice que, según la pasión se extingue, el propio amor se transforma en un cariño casi familiar... proceso que dura dos años (en teoría). Supongo que, en parte, puedo entenderlo. Yo ya pienso en ti como en alguien que forma parte de mi propia familia, de ese núcleo pequeñito de cinco personas (ahora, seis) que me importan en este mundo. Sin el resto, puedo vivir.
Así que es normal que las relaciones cambien, eso está claro. Los comienzos son excitantes y divertidos, pero también son agotadores. Prefiero mil veces lo cómoda que estoy ahora mismo contigo y con lo que tenemos que ese cosquilleo de nervios que sentía todo el tiempo al principio y que, francamente, aún me asalta de vez en cuando; pero es que creo que podemos establecer que soy una persona muy pasional en ese sentido y no creo que eso desaparezca, de manera que tendré cuarenta años y aún me sentiré sobrecogida por tu sonrisa. Ahora nos ponemos de acuerdo en la dirección que vamos a tomar: acabado el tonteo, llega la hora de trabajar juntos y en serio para construir un futuro juntos (qué ilusión me hace eso, jiji)
Dicho lo cual... yo no quiero que se apague la pasión. Me aterra, de hecho. Para otras personas solamente importan los sentimientos, pero yo no soy así, francamente, yo necesito esa faceta física y sexual de la relación. Yo siento el mismo ansia que el primer día, aunque a veces me apetezca que lo hagamos despacio y pegaditos y otras quiera que me pegues y escucharte gruñir. Me gusta brusco y también suave (me gusta que sea contigo, punto) y sigo esperando esas cosas, pero no siempre me hago ilusiones. Ah, a veces me provoca ansiedad...; ya se han acabado las conversaciones picantes, y no sé qué será lo siguiente. Tal y como yo lo veo, mi personalidad no es suficiente por sí sola, y tampoco lo es mi cuerpo, no sé cómo explicarlo.
No sé si se me pasarán las ganas de comerte los morros cada vez que te vea, pero a veces, cuando me apartas, me siento casi... triste. A veces pienso que si supiera contenerme... o si, al menos, me importase un poco menos..., podría dejar de sentir que me gustas más de lo que yo te gusto a ti.

A lo mejor es una buena idea que me marche lejos. A lo mejor así, cuando vuelva, no podrás quitarme las manos de encima (hmmm)

jueves, 20 de diciembre de 2018

18 de marzo de 2017

Mi querido bae,

No sé cómo decirte lo mucho que ha cambiado mi vida gracias a ti. ¿Sabes a caso lo agradecida que estoy? Doy gracias a mi estampa, mi suerte y Dios si hace falta por haberte conocido, por esa maravillosa causalidad de que me ames como yo te amo a ti. Doy gracias a la alineación de las estrellas del día en que nuestros caminos se cruzaron, mi bae. Doy gracias a tus padres, familiares, profesores y amigos por el papel que han tenido en quien eres ahora, por enseñarte lo que importa de verdad. Te doy gracias a ti por asimilar lo bueno y ser una maravillosa persona.
Te doy gracias por cuidarme y preocuparte por mí.
Te doy gracias por acariciarme las mejillas y besarme la frente.
Te doy gracias por ser paciente conmigo y sincero, aunque a veces sea una verdad que no quiera escuchar.
Te doy gracias por esforzarte en todo lo que haces y por hacerme sentir tan orgullosa de ti, mi bae.
Gracias, gracias, amor, por cada día que paso contigo.

11 de marzo de 2017

Mi querido bae,

Me encantaría conocerte mejor, saberlo todo de ti, para seguir viéndote en todos los lugares y en todas las cosas, en la música y el paisaje, en películas y sueños; así, toda mi vida estará impregnada de ti, y eso será lo más bonito que pueda pasarme.
Sé que los hombres no dedican tanto tiempo s pensar en estas cosas, pero yo soy una romántica empedernida, de modo que sueño con flores y corazones y lazos de satén color rosa bebé. ¿Cuál es tu gema favorita? ¿Y tu olor? ¿Hay algún recuerdo del que te avergüences mucho? ¿Cómo sería un día perfecto para ti?
Para mí sería contigo

martes, 18 de diciembre de 2018

27 de febrero de 2017

Mi precioso bae,

Mientras te emocionas de las cosas que escribo para ti en mi blog, pienso que cada una de tus cartas de amor son las confesiones que me has hecho y que impregnan el aire entre nosotros. Me imagino cientos de palabras blancas, apretadas entre nuestras miradas, recordándome continuamente que a mí y solo a mí me has dicho que me amas, que soy tu vida, que quieres envejecer a mi lado. Esas son mis propias cartas de amor, mi vida, y las llevo escritas en mi piel.

Me pregunto qué sentirías si esto llegara a ti algún día.

lunes, 17 de diciembre de 2018

13 de enero de 2017

Querido bae,

Cómo brilla la galaxia de tus ojos, mi amor. Será lo único que vea cuando mire a un cielo estrellado, trazando las rutas entre los lunares de tu piel. Quisiera poder memorizar cada pulgada, como un mapa: una guía de lo feliz que me hace tu tacto, tu mano en mi rodilla, tus cosquillas, tus brazos al dormir, aunque sé que se te quedan dormidos y te duelen, y solamente lo haces por mí. Mi piel anhela la tuya, la imprenta de calor y el olor almizclado de la ropa limpia, el desodorante, ese delicioso perfume que me vuelve loca y tu propio aroma. ¿Cuánto tiempo tendrá que pasar hasta que pueda olerlo en mi almohada cada día al despertar? Espero que no mucho.

jueves, 13 de diciembre de 2018

25 de diciembre de 2016.

Mi precioso bae:

Hoy, de nuevo, escribo un pequeño mensaje para ti, pero hoy no sale exactamente del afecto espontáneo. Quiero decir que, normalmente, cuando escribo es porque me abruma la potente sensación de estar tremendamente enamorada de ti, no puedo respirar y me quedo sin palabras que decir. Entonces, en ese momento, tengo una pequeña revelación sobre qué decirte y cómo hacerlo exactamente, de manera que lo anoto (unas cuantas palabras, una frase...) y luego le doy forma y lo guardo en algún sitio.
Pero hoy es el aniversario de ya sabes qué, y como tengo una obsesión psicosomática por las fechas, hoy es un día en que me paralizo por completo. Me siento como si estuviera debajo del  agua del mar en un día de invierno: helada, no me siento las manos ni los pies, estoy entumecida y no puedo escuchar nada más que el rugido amortiguado de las olas por encima de mi cabeza. Hoy, la razón de que me siente en mi escritorio a garabatear, es que no quiero pensar en cómo me siento, ni recordar la mano espectral que sujeta aún mis muñecas para que no me mueva. Hoy me moriría por estar contigo, porque tu calor siempre derrite parte del hielo de mis entrañas, me moriría por hacer el amor despacio, para que tu recuerdo dulce se sobreponga a mis pesadillas para siempre.
Odio el día de Navidad.

miércoles, 12 de diciembre de 2018

21 de diciembre de 2016

Querido bae:

A veces me siento ansiosa sobre mi apariencia contigo. Hace poco me di cuenta de por qué, creo. El mes pasado, cuando fui a cortarme el pelo, estaba muy nerviosa por dentro porque no sabía si te iba a gustar o no, pero tú siempre me dices que te gusto de todas las maneras posibles, pero ¿Es eso verdad? ¿O solo lo dices para no ser "tóxico", como los modernitos de twitter, y por dentro fantaseas con cómo te gustaría verme en realidad?
Esto no encaja en lo que yo estoy acostumbrada, ¿Sabes? No te aburriré con los detalles, pero durante mucho tiempo he llevado el pelo y la ropa como otra(s) persona(s) han querido. Por un lado, estaba bien tener algo a lo que atenerse, algo que supiera que siempre iba a gustarle... Por otro lado, él se enfadaba cuando me cortaba, alisaba o recogía el pelo. Era muy agobiante.
Me gusta poder ponerme lo que me apetezca, aunque siga queriendo gustarte, impresionarte y sacarte un halago, me gustaría saber qué usar o qué ponerme a parte de sudaderas oversize para hacerte perder la cabeza. Debes saberlo, cada vez que me engalano es para ti y solo para ti, pero es porque yo quiero y no porque me sienta obligada (o haya sido DIRECTAMENTE obligada). Me encanta que no censures mis elecciones ni te enfades cuando llevo algo ajustado o con escote o algo así, aunque soy reservada para esas cosas. No sabía que esto era posible, y sobre todo, no sabía que iba a poder sentirme bien conmigo misma.
Pero es que eso es lo que tú haces: devolverme mi propia autoestima. Cuando me cuidas, cuando me deseas, cuando besas mis heridas, tú me sanas por dentro. Tú me das ganas de vivir.

martes, 11 de diciembre de 2018

9 de diciembre de 2016

Querido bae,

Tu nombre debe ser mi palabra favorita de todas cuantas se hayan escrito. Una palabra llena de promesas y esperanza. Tu nombre encierra mis ganas de vivir, el amor más grande que jamás se haya sentido.
Tú eres mi vida entera.

lunes, 10 de diciembre de 2018

1 de diciembre de 2016

Querido bae:

Para mí, tus brazos significan hogar.
Mi hogar.
Mi lugar seguro.
Mi refugio.

Sé que soy difícil, pero no te marches nunca.
Yo te amo.

domingo, 9 de diciembre de 2018

14 de noviembre de 2016

Querido bae:

En las series y en los libros, la gente se ralla mucho antes de decir que quieren o aman a alguien, normalmente les preocupa la reacción del otro. No tengo mucha experiencia en el amor, pero de alguna manera, he crecido inspirada por esos valores.
En mi propia experiencia, son palabras grandes... Para mí, decirte que te amo significa que me abro completamente a ti, me convierto en alguien vulnerable. También significa compromiso.
Dani sabía lo que suponía para mí, y en los casi tres años que duró nuestra relación solo me dijo que me amaba dos veces (y puedo decirte las fechas exactas). Edu siempre me decía que me quería, pero nunca quiso decir que me amaba, al final comprendí que no lo sentía en absoluto. Una vez me regalaron esas dos palabritas mágicas por navidad, y creo que es lo más bonito que he recibido nunca hasta que el destino te trajo a mi vida.

Por supuesto, también recuerdo cuándo me lo dijiste tú a mí. ¿Te costó mucho? Espero que no. Yo aún recuerdo el tono de tu voz, tu expresión. Qué maravilla... Y eso se queda para mí, porque no sé si pars ti fueron momentos especiales, pero a mí me cambiaron la vida. Y sé que tardé un poco en decírtelo, porque quería estar segura, pero las palabras me quemaban en la garganta y al final salieron solas, sin pensar.
Cuando dije en voz alta que te amo, todo tuvo sentido. ¿Cómo lo voy a dudar? Claro que te amo. No sé desde cuándo, pero es algo que llevo dentro y que me acompaña siempre. A lo mejor tardé mucho en comprender de qué se trataba, porque no se parece al amor que yo conozco: es un cariño profundo, sincero, sin miedo, sin inseguridad. Tu amor es todo lo que yo conozco, y veo en tus ojos todo lo que yo siento por ti.
Espero que lo sepas. Te amo.

6 de noviembre de 2016

Mi precioso bae:

Ayer vino a visitarnos a casa uno de los compañeros de trabajo de mi padre, un señor gordito y gracioso llamado Coto. Hace poco le comentó mi padre lo mucho que me gusta ponerle miel a las tostadas, al té y al café, así que el señor, que es apicultor, nos trajo un tarro de miel de jazmines que él mismo había producido y recolectado, y te adelanto que está espectacularmente rica.
Tiene, además de un olor delicioso, un color asombroso que no se parece nada a ese tono ambarino artificial de la miel de supermercado, sino que está a caballo entre el marrón y un caramelo casero, un dorado intenso que parece relucir desde dentro como si tuviera luz propia. Su color cálido llama al dulzor meloso de su contenido, justo como tú... igualito que tus ojos con el sol adyacente, llamándome a mí como la luz a una polilla. Cierro los ojos y los veo con toda claridad, y me siento como si tuviera la consistencia de la miel misma, deshaciéndome...

En este momento, como estoy inspirada, se me vienen a la cabeza toda clase de citas, poemas y símiles literarios para el romance, fruto de años leyendo novelas clásicas victorianas. Por ejemplo, me resulta curioso que después de haber leído mil veces al menos Cumbres Borrascosas, que no es la novela más romántica de todos los tiempos, ahora encuentre un lado nuevo desde el que mirar las mismas páginas. Siempre empaticé con el amor calmado de Cathy y Linton mil veces más que con la pasión vehemente y tenaz de Heathcliff, y ahora solamente se me vienen a la cabeza algunas de las cosas que él dijo sobre su amada. También tiene momentos muy acertados, porque como él, yo también te veo en todas partes, tampoco puedo vivir sin mi vida, sin mi alma... sin todas esas cosas que eres tú para mí.

sábado, 8 de diciembre de 2018

17 de octubre de 2016

Mi querido bae:

¿Sabes que hablas en sueños? Bueno, en realidad es la primera vez que lo haces, al menos que yo sepa. Me encanta dormir contigo, aunque no siempre esté durmiendo, aunque me pase horas mirándote. Me gusta cómo hueles, y que me beses dormido, o que me busques por la cama como si lleváramos años durmiendo juntos. Me gusta tu calor, tu suavidad, y contar tus respiraciones para dormirme.
Y entonces, anoche, me dijiste lo más bonito y reconfortante que he oído en mucho tiempo: me prometiste (o tu subconsciente) que siempre ibas a estar conmigo. Solo conmigo. Y entonces tuve una breve visión tunelada de un futuro juntos, con niños regordetes de rizos rubios, un mañana idílico en el que no tuviera que sufrir nunca más por nada, en el que mi única preocupación fuera cuidarte.
¿Me darías eso?

jueves, 6 de diciembre de 2018

3 de octubre de 2016

Querido bae:

Podría pasarme horas mirándote, contando los delicados pelos de tus pestañas en las sombras que proyectan sobre tu pómulo o sumando el mapa de lunares de tu cuerpo. Podría estar eternamente salivando al pensar en esa boquita colorada sobre la mía, en todas partes, y lo sumamente precioso que eres cuando sonríes. Diría wue he memorizado los matices broncíneos, cobrizos y dorados de tu cabello bajo el sol, a distintas horas del día. Algo se me infla por dentro cada vez que me miras, y siento que podría volar, y me arde la piel cuando me tocas. A lo mejor te parece que estoy perdiendo la cabeza, pero eres lo más bonito que hay en mi vida ahora y lo que más feliz me hace, mirarte es como contemplar arte. 
Es evidente que me estoy pasando, ¿O no? Ya no me importa lo que ocurra después; vivo por y para ti, para el ahora que comparto contigo. Seré lo que quieras, lo que necesites, haria cualquier cosa que me pidieses... ¡Qué peligro tengo!

miércoles, 5 de diciembre de 2018

25 de septiembre de 2016

Querido bae:

Anoche estuviste fenomenal. No solo tuviste el coraje de venir a la boda de mi hermana sin previo aviso y sin conocer a nadie, sino que te comportaste de diez. Todo el mundo hablaba maravillas de ti, y para mí eras el acompañante perfecto. No solamente estabas guapísimo con ese traje azul, afeitado, el pelito recién cortado (para comerte y rebañar, vamos), sino que fuiste abierto, sencillo, ingenioso y divertido a pesar de que no te sintieras muy cómodo con las circunstancias. Sé que lo hiciste por mí y solo por mí, me salvaste la noche, que iba a ser una  velada familiar  de  lo más ughggg, y no sabes lo agradecida que estoy. Me lo pasé genial después de todo el estrés de tenerlo todo organizado y procurar que la gente se lo pasara bien, una catarsis de alcohol y bachata que culminó en lo que llevaba todo el día deseando: quitarte la ropa despacito, besarte, acariciarte y enseñarte la bonita lencería de encaje celeste que me compré para ti la semana pasada. Ahora mismo yaces dormido, medio desnudo, y siento cómo el deseo se despereza y se asienta  en mi bajo vientre, pero es posible que tengas resaca y quieras seguir durmiendo al fresquito del aire acondicionado. Sigues precioso, no puedo dejar de mirarte... Pero mejor te dejo tranquilo.
He de confesar que me siento un poco culpable, especialmente por la amenaza de muerte de mi hermano, pero espero que me perdones con el tiempo. Al fin y al cabo, te llevé a comer y beber gratis, ¿No? 

22 de septiembre de 2016

Querido bae:

Tengo que confesarte que estoy asustada. Siento que con todas mis inseguridades, que poco a poco van saliendo a la luz, lo único que voy a conseguir es alejarte de mí irremediablemente y para siempre. No tardarás mucho en darte cuenta de que estoy pirada y tengo más mierda de la que puedo tratar; porque todo esto es por mí, no porque no confíe en ti.
Creo que hay dos razones fundamentales por las que me siento así. La primera, que la idea de ser tu segundo plato me atormenta, no quiero ser la primera de cambio, no quiero ser una al azar otra vez. Es evidente para mí que nunca te he gustado y atraído como ella y jamás me vas a querer de la misma manera. Supongo que, si te diera esto algún día, entenderías el por qué del exabrupto que he tenido esta mañana en la universidad. Sé que te he hecho enfadar, y lo siento mucho...
La segunda razón es que no tengo miedo de decirte lo que pienso, aunque me preocupa herirte, claro. Dani se enfadaba con frecuencia y me amenazaba, aunque luego no cumpliera con lo que decía. Tú no pareces querer vengarte de mí todo el tiempo, y eso hace que nuestra relación funcione en unos parámetros que yo no entiendo. Todo esto es tan nuevo para mí como para ti.

lunes, 3 de diciembre de 2018

28 de agosto de 2016.

Querido bae:

He de confesarte que me siento terriblemente culpable, porque hay algo que te he ocultado.
Me escuece un poco que "R U Mine" sea nuestra canción. Está llena de malos recuerdos para mí, recuerdos de la persona que me enseñó el grupo... aunque tú le hayas dado la vuelta a su significado. Pero, además, no puedo dejar de pensar que alguien más me envió esa canción hace muy poco tiempo, cuando yo no la conocía, y me preguntaba continuamente "¿Eres mía?". Y yo le dije que no, que era de mí misma, pero la realidad es que yo solo quiero ser tuya en cuerpo y alma para que hagas lo que quieras conmigo.
¿Dejaré de ser tan creepy algún día?

domingo, 2 de diciembre de 2018

19 de agosto de 2016

Querido bae.

No sabes cuánto me gustaría hacer que te dieras cuenta de lo precioso que eres, y no solo eso, sino de lo bueno que estás. Precisamente por lo inseguro que eres, no creo que seas consciente de lo mucho que me gusta tu cuerpo..., Si yo hubiera hecho un hombre a medida para mí misma, no me habría salido mejor. Siento que me derrito por dentro por ti, algo se me enciende en las entrañas cuando te veo, cuando me tocas, cuando te quitas la ropa. Dios, me encantaría poder mirarte todo el tiempo, cada día de mi vida, me encantaría memorizar cada curva, cada ángulo, cada recodo; me encantaría que no hubiera ni un solo milímetro entre tu cuerpo y el mío, y poder acariciar tu preciosa y suave piel hasta que se me gastaran las manos.
Y tú, ahí, sin saber cuánto me atraes... ¡Pobre de ti! Pero, por favor, no pienses que te amo solo por eso.

sábado, 1 de diciembre de 2018

3 de agosto de 2016

Querido Ale:

Hay una cita de una canción de la Oreja de Van Gogh que me gusta especialmente, y dice "aún no te conozco y ya te echaba de menos". Siento que añoro cosas que aún no he experimentado, como despertarme contigo, viajar... Y sé que es añoranza por el tinte de melancolía que lo empaña todo. A lo mejor se debe a que este mes estamos en lados opuestos del país, a lo mejor se debe a que tengo a Jorgito constantemente zumbando en mi móvil con poemas de amor grandilocuentes (seguro que copypasteados del chat de otra tonta) y regalos para mí almacenados en su casa.
Me encuentro fantaseando contigo e imaginando el futuro como si tuviera quince años. Me quedo embobada releyendo mil veces las cosas bonitas que me dices. ¿Qué he hecho yo en la vida para merecerte? Probablemente algo muy bueno. Probablemente no te merezco, no lo sé. Espero estar aportando cosas buenas a tu vida, no puedo más que mirarte y sentirme tremendamente orgullosa de ti y de todo lo que te estás esforzando.
Eres maravilloso.

viernes, 30 de noviembre de 2018

? de julio de 2016

Querido Ale:

Me gustaría decirte que cuanto más te miro más pequeños detalles encuento que me encantan de ti. Decía Hazel Grace que se enamoró de Gus despacio al principio y luego de golpe, de manera inesperada, y creo que ahora entiendo lo que quiere decir. Es como una cascada fuerte y rápida sobre mí, ardiente, haciendo que me tiemblen las piernas y me pique la piel. También me hace sentirme viva.
En muchos sentidos creo que estoy viviendo mi primer amor de verdad. Visto en retrospectiva, lo de antes simplemente no cuenta, no es lo mismo, no puede ser lo mismo. Así es como dicen los libros que debe sentirse alguien: nerviosa, ligera, tímida, expectante, feliz. Me pregunto qué pasará mañana, y pasado mañana, y al día siguiente. Me muero de ganas de descubrir cosas contigo.

jueves, 29 de noviembre de 2018

25 de junio de 2016

Querido Ale:

Ayer te vi dormido por primera vez y me enamoré de nuevo. Tu vulnerabilidad, la torpeza y la vergüenza con la que intentaste hacerme el amor anoche. Fue tan desastroso y tierno como todas las primeras veces deben serlo, y eso que yo me corrí y bien.

Es la primera vez que experimento algo así. 

Aunque evidentemente te deseo, y ha sido un mes bastante largo para mí también, esto es totalmente distinto a lo que me esperaba. Ahora sé lo que se siente. Ahora sé a qué viene tanto misterio con la súper conexión mística entre los amantes que se miran a los ojos y se adoran.
Algo hizo "click" dentro de mí ayer y creo que fuiste tú, encajando las piezas del puzle para mí. Ahora por fin lo entiendo todo.
Gracias, gracias, gracias.
Todo esto es tan grande que da miedo. Lo siento por haberme marchado esta mañana sin decirte adiós.
Perdón, perdón, perdón.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

28 de mayo de 2016

Querido Ale:

Solo quería decirte que me gustas mucho. Eres todo lo que había querido, y más, aunque son palabras que ahora mismo suenan tremendas, como ponerle un abrigo XXL a un recién nacido. Demasiado grande y pesado.
Anoche, todo ocurrió como un borrón, un torbellino de emociones que empezó con ese beso voraz que me dejo la piel ardiendo y la sangre revolucionada. Qué nervios, señor. ¿Tú estabas nervioso? Porque no lo parece en absoluto. Me pregunto qué estabas pensando mientras venías a la estacion de metro. Todo esto ha ocurrido muy rápido y es dificil de asimilar, aunque hace mucho que quería poder tener algo contigo.
Ayer me dijiste que yo era lo mejor que te había pasado, y yo me contuve. Eres tierno y dulce, eres bueno, pero hablas movido por el esplendor de algo que te hacía ilusión experimentar: el noviazgo. Ya todo vendrá, paso a paso, y me hace muy feliz poder hacer eso contigo. Quiero enamorarme de ti.

23 de mayo de 2016

Querido Ale:

Después del ligoteo divertido de estos días, siempre que pienso que por azares del destino casi no acudí a nuestra cita, me quiero morir. Si tú supieras lo bien que me lo estoy pasando... Tu timidez es bastante refrescante. Se nota que eres bastante nuevecillo en esto, pero a mí me gusta más así; claro que la responsabilidad es mayor.
Aunque... no paro de preguntarme por qué no me besas. Y entonces te veo hablando con ella y me vuelvo más pequeñita que nunca. No sé si son celos o inseguridad, pero no quiero espantarte.
No creo que pudiera soportar ser el segundo plato otra vez. Por favor, si es así, dímelo ahora.

21 de mayo de 2016

Querido Ale:

Dice la ley de Murphy que todo lo que pueda salir mal, saldrá mal. Eso fue exactamente lo que me pasó a mí ayer: después de un día desastroso que me dejó al borde del colapso mental, tres tipos me bombardearon el móvil con súplicas absurdas de perdón y sexo mientras estaba contigo. Lo siento por eso. Y lo siento por mi aspecto, vaya fachas llevaba... Y mira que quería ir divina. Quería impresionarte. Mi careta se me cayó antes de que me la pusiera, fíjate.
Volví a casa caminando en una nube anoche, y te juro que no sé si dormí o no. No recuerdo haberme dormido, no recuerdo haber respertado..., Acabo de desayunar y ni idea de qué. ¿Y este despiste? Será quizá que solo pienso en una cosa. me encantaría poder meterme en mi cabeza y saber qué pensabas anoche, qué se te pasa por la cabeza con la luz de un nuevo día, si la cagué mucho, si se me rompió el filtro cerebro-boca, si a pesar del moño deshecho y la camiseta vieja causé una buena impresión. Al menos pusimos las cartas sobre la mesa, ya sabes a dónde voy, ahora la pregunta está en si estás dispuesto a intentarlo o no.
Sea como fuere, tú le pusiste el toque brillante a un día horrible. Y mereció muchísimo la pena.
Gracias.

20 de mayo de 2016.

Querido Ale:

Pensaba que quizá eras un poco espesito, pero no. Espero por Dios que esto no sea una broma.
Me pregunto si de verdad crees que me creo que cuando llegue a Gran Plaza habrá alguien más. Pero me haré la longui, a ver qué ocurre....
Ojalá hubiera alguien con quien pudiera hablar de esto, alguien que me ayudara a decidir qué ponerme y cómo comportarme. Son las seis de la tarde y ya me he duchado, después de hacer un poco de ejercicio; aunque llevo un buen rato sentada delante de las puertas abiertas del armario. Supongo que debo continuar con la máscara puesta un poco más, y quizá logre engatusarte. Luego supongo que puedo relajarme.
Me convertiría en lo que fuera, en lo que me pidieras.
Sé que no tienes ni idea de qué coño estoy diciendo. No pasa nada. Tú solo... Perdóname por mentirte, aunque las cosas que diga sean verdad.
Nadie que me conozca de verdad me querría.

15 de mayo de 2016

Querido Ale:

Es increíble cómo mis ganas de pisar la universidad se miden en mis ganas de verte. Bueno, a ti y al culo de Luengo (hmmmmm)
Aunque me gustaría que Ezequiel y Fran me dejaran tranquila.
Debo ser kamikaze. ¿por qué tengo tantas ganas de acosarte a miraditas cuando ni siquiera quieres tomarte un café conmigo? Debo estar loca, definitivamente. No sé si he sido demasiado descarada o es que cuanto más calor hace, menos ropa llevo y más cuenta de das de lo que hay debajo de esas sudaderas grandes.
Sigo intentando recordarme que no caben esperanzas, y aún así me da de todo por dentro cuando me sonríes. Lo cual ocurre con cierta frecuencia. Emites señales contradictorias, amigo...

9 de mayo de 2016

Querido Ale:

Me siento como si fuera una persona distinta. No creo que te hayas dado cuenta, pero mi ropa cutre ha pasado a mejor vida y ahora hasta me peino. Es evidente qué (quién) ha motivado mis ganas de vivir de nuevo. Estoy en la luna, y además flirteando contra un muro, porque no me devuelves ni una sonrisa, ni una mirada, ni un guiño. ¡Dame algo de feedback, por dios!
No sé si me gustas o me enfadas.

2 de mayo de 2016

Querido Ale:

No dejo de darle vueltas a nuestra conversación de hoy. Bueno, darle vueltas es un eufemismo... He psico-analizado cada palabra tuya de una manera bastante creepy (para lo que me ha dado el café). Casi agradezco mi suerte.
Hoy me has dicho que eres bajista, y por mucho que trato de imaginarlo, no puedo. ¿Qué tocas? ¿Qué te gusta? ¿Cómo es la gente de tu grupo?
Soy tan predecible... Y yo pensando que, por una vez, no me había colado por un músico. ¿Tendré un sexto sentido?
Como si las cosas no fueran ya lo bastante rarunas, dejaré caer que me parece algo sexy. Y que espero que te vuelvas a quedar sin calderilla un día de estos.

22 de abril de 2016

Querido Ale:

Hay cosas que no se pueden cambiar, da igual cuánto esfuerzo le pongas. Creo que es por eso que me resulta muy frustrante pensar en que no llegaré a gustarte jamás... Sé que no te fijarías en mí, y no solo porque solo tengas ojos para ella. Me doy cuenta de que no soy tu tipo, y me cabrea porque ni aunque me esforzara tendríamos nada en común. Podría aprender sobre algo que te gustara... Pero no podría ser más bajita, ni más delgada, ni tener los ojos azules. Y, ¿De qué me serviría a mi que te enamorases de alguien que no soy? Hace tiempo que vengo pensando que ya no me interesas solo para un polvo esporádico, y cuanto más me gustas, más triste me siento. Mi padre dice que más sabe el diablo por viejo que por diablo, y a mí me parece que Julia es para ti como Dani para mí: ni te quiere ni te deja de querer. Nos tienen comiendo de las palmas de sus manos...
Y yo que quiero comer de la tuya.
Vaya plan.

martes, 27 de noviembre de 2018

18 de abril de 2016

Querido Ale:

Hoy has pasado a mi lado, hablando con Sergio, riendo. Tienes una sonrisa bonita. En realidad, toda tu cara me parece bonita, hay una ingenuidad blanda y suave en ella que me gusta. Siento que podría ser sincera contigo.
Puedo imaginarme acurrucada en tu hombro.
Soñar es gratis (de momento)

13 de abril de 2016

Querido Ale:

Sé que no sabes que existo, pero yo te veo, te escucho. Es más de lo que muchas personas pueden decir de la gente de su entorno.
Me gustaría poder sentarme a charlar un rato contigo, y saber qué más hay detrás de todos esos chistes y el aire despistado que te rodea. Hace tiempo que me pregunto cómo eres, especialmente cuando la miras, y veo esa ternura en tu cara.
Esa mirada de bobo me molesta.
Quisiera que fuera para mí, o que alguien me mirase así alguna vez

Love letters.

Hay una razón por la que me gusta escribir cartas de amor, y también la hay para que nunca las entregue o las envíe. La primera, es que escribir forma parte de mi manera de racionalizar mis propias emociones y reflexionar al respecto; la primera y única de las terapias que traté de seguir y que he mantenido incluso después de dejar de ir al psicólogo. La razón de que ni tú ni nadie hayáis recibido nunca las misivas es que sé que está todo dicho en la historia del Amor, que es predecible y cursi y siempre me da mucha vergüenza. Pero las tengo, están fechadas y guardadas, algunas perdidas entre papeles, otras en formato digital; y son tan tuyas como mías.
Si tú las quieres.

sábado, 17 de noviembre de 2018

Gobbledygook.

Cállate.

Tú no lo entiendes.

Ni sabes ni te importa lo duro que es esto.

No te das cuenta de que si de mí dependiera, preferiría morir a seguir viviendo así.

Así que déjame en paz con tus milongas.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Unattainable

Una parte de mí sabe que me estoy dejando ir, pero la realidad es que voy ganándome terreno a mí misma. Con excusas de poco a poco, los días se pasan rápidamente mientras normalizo a mis ojos y a los de los demás mi mala praxis, mientras el hambre se convierte en un sentimiento conocido y reconfortante, mientras recorto calorías de aquí y allá, mientras me concedo a mí misma otros diez o quince minutos más en el gimnasio. Cualquier cosa para aliviar mi culpa, mi impaciencia y mi ansiedad. Esto es más fácil de lo que pensaba, y da miedo..., supongo que porque la parte difícil está dentro de mi cabeza.
Todo va peor que nunca, pero para qué entrar en detalles. Al menos me gustaría tener la valentía de hacer esas pequeñas cosas que me imponía a mí misma, hasta que dejaron de importarme tanto, como desnudarme mirando al espejo a la hora de ducharme, o quitarme la camiseta cuando voy a hacer el amor. Estas cosas parecen lejanas ahora, y yo me siento más débil, más pequeña. 
Pensé que a estas alturas me sentiría mejor.

jueves, 8 de noviembre de 2018

M'aidez?

Soy un trozo de carne.

Qué sentimiento tan peculiar, familiar y malo.

Soy un trozo de carne. 

Como ganado, para disfrute de otro.

Soy un trozo de carne.

Me miro al espejo, y veo eso. Como un animal de cría, se me selecciona por mis atributos físicos.

Soy un trozo de carne.

Es duro que te recuerden que no eres nada. Que no importas, que no interesas.
Las mujeres, yo incluida, tenemos interiorizado que nos van a desear solo por nuestra apariencia en algunas ocasiones en la vida. Aún así, es difícil aceptar que eres prescindible.

Soy un cuerpo.

Cuando hace cuatro años que conoces a una persona, y solo te habla cuando se aburre, el sentimiento de ser utilizada es desagradable. Cuando lo hace porque eres el recambio de su vida sexual, el sentimiento es asqueroso, rancio, insoportable.
Me miro en el espejo, y odio lo que veo incluso más que antes. Porque ahora, mi piel floja y mis tetas mustias son un atractivo para otras personas. Alguien a quien no le importa quién soy, qué me gusta hacer con mi tiempo libre, cuáles son mis aspiraciones de futuro. Para él, solo soy un trozo de carne; el calentón que le ha proporcionado imaginarse, y cito en sus propias palabras, mis tetas botando y mi piel brillante y cubierta de sudor, y a él entre mis piernas, empujando hasta hacerme daño. ¿Por qué a los hombres les excitará que duela? Y a parte de eso, de esa fantasía húmeda, yo no soy nada.
Es un sentimiento familiar, pero hacía mucho tiempo que nadie provocaba este asco en mí. Me imagino que me toca, y la sensación me repele. Me imagino que se excita al mirarme, y quiero cerrar los ojos para no verlo ni recordar lo que se siente. Mi cuerpo es un trozo de carne, y encima de mala calidad. Mi asqueroso cuerpo es lo único que algunos miran cuando me ven, y solo desde su mísera necesidad sexual insatisfecha. 
Mi cuerpo deshecho, usado, de segunda mano. Rebajado a segundo plato, a "si no hay más remedio".
Del resto, nadie quiere saber nada. "Yo te daba", aunque en realidad no te conozco. "Por favor, chúpamela", pero vete después y que nadie te vea salir.

Qué miseria no seré como persona, que solo me quieren como animal.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

Good girl, bad girl.

Alguna vez me he preguntado si lo que soy es inherente a mi persona o si mis comportamientos son aprehendidos. Bueno, supongo que es más correcto preguntarme qué porcentaje de mi personalidad responde a cada uno de los criterios.
Lo que quiero decir es que nunca me había parado a pensar en que soy, en el fondo, una mala persona; y si este dato tan revelador es resultado de los valores que se me han inculcado o de que yo misma los aceptara y asumiera. De esta manera, me doy cuenta con la fortaleza de una revelación epifánica de que lo que yo tomaba por integridad moral no es sino egoísmo y afán de protagonismo. Verás, me educaron para ser competitiva, para esforzarme y resaltar; ya sabes que condeno el cansancio y el dolor y procuro asumirlos como una parte inevitable y natural de la vida. Crecí pensando que, naturalmente, las personas tenían capacidades diferentes y quienes se esforzaban más eran, en cierto modo, mejores. El sacrificio también es una virtud que valoro, una cierta tendencia a la martirización silenciosa nunca está de más entre los míos. "El que vale, vale, el que no... comida para perros" es algo que mi padre decía y dice a menudo, dando por hecho que yo valía, ¿podría permitirme el lujo de despreciar a quienes no?
Crecí pensando que los amigos vienen y van y que no se puede confiar en nadie, porque las personas solo quieren obtener beneficio de mí y los míos; así que es totalmente legítimo tener "amigos" hasta en el infierno por si algún día necesito un favor. Para este fin, es necesario destacar, deslumbrar y labrarse un buen nombre. Pero los amigos de verdad..., eso ni siquiera existe.

Puedes darte cuenta del mazazo que supuso para mí ampliar mis círculos y dejar de ser alguien que inspiraba admiración y envidia. Excelente a los 5, del montón a los 15, conforme conocía a más personas que tenían la capacidad de hacerme sombra, no pude sino alimentar mi carácter competitivo. La gente que no tiene dinero debe labrarse la excelencia de otra manera, digo yo.
Así pues, la empatía no es mi fuerte. No soy generosa, ni altruista, pues espero recibir algún tipo de mérito de muchas de las acciones que realizo, ni buena, ni inocente. Tiendo a pensar mal de la gente, soy relativamente reservada y me valgo mucho de mi tatemae.

Así pues, ¿qué importa si soy o me han hecho? la pregunta de verdad es si puedo, si realmente tengo el coraje que requiere cambiar en qué me he convertido.

martes, 30 de octubre de 2018

I can't breathe no more

Toda la vida construyendo algo para que ahora no podamos estar ni en la misma habitación.

No sé a quién quiero engañar si cada vez que algo me recuerda a ti se me parte el corazón.

No sé cómo pretendo vivir sin ti ahora, si nunca antes he podido.

Parece que no te importe,

Pero yo no puedo respirar,

como si me faltara algo,

mis pulmones, tú, quien sabe.

Quizá eres tú quien ha sido mi oxígeno,
desde que me sostuviste,
desde que colocaste tu pequeño pie bajo la rueda de mi carro para mecerme
desde que me acogiste en tu cama en las noches de insomnios y en tus brazos en las de pena.

Desde que ya no tengo eso, ya no puedo respirar.
Ya no puedo llorar.
¿Y qué hago?
Si es que ya no me siento viva.


sábado, 27 de octubre de 2018

We ignite.

El tiempo se marcha de entre mis manos mojadas de agua y lejía, a veces como un borrón, a veces como el lento gotear de un grifo roto. El tiempo, tan insustancial, se pasa, rozándonos a todos; también a mí. Entre el frotar desganado de la balleta sobre la vitrocerámica, el barrido perezoso de las cerdas de la escoba por entre las líneas del mármol blanco. Y mientras, la luz se escurre por las ventanas y desaparece, un día tras otro tras otro, entre sábanas y ropa arrugada sobre el mostrador del lavadero, escondida en la montaña de papeles coloreados de post its y subrayador fosforescente que sigue acumulándose en mi escritorio. 
Todo empezado, y aún así todo por hacer, el tiempo deja su residuo en mi mente acalorada de trabajo atrasado. Demasiado tiempo, o demasiado poco, y menos motivación aún, eso es lo que tengo yo.

lunes, 22 de octubre de 2018

Un, dos, tres, pollito inglés.

Siempre frunzo los labios cuando alguien habla de una violación, y más si es alguien que no tiene ni idea de lo que dice. Supongo que ya sabrás que me refiero al señor Crespo de la Rosa, por supuesto. Otra cosa que hago es concentrarme en algo difícil que me impida escuchar la sandez que esté diciendo el tonto de turno: recitar entremeses o pasos de Lope de Rueda, traducir mentalmente un poema a otro idioma, deletrear una palabra de atrás hacia adelante...

La razón de que me moleste tanto es que, a pesar de los años que han pasado, siento que es algo que no se olvida nunca del todo. No he construido mi identidad en torno a ello, ni siquiera se lo he dicho a nadie más que a ti, a mi blog, a dos personas más quizá. Nadie que pudiera ayudarme a asimilarlo.
Las secuelas abarcan amplios espectros. Sé que ya sabes que durante mucho tiempo no tuve relaciones con nadie, pero iba más allá, estaba aterrorizada hasta cuando me abrazaban. Si alguien con quien no tenía mucho contacto me tocaba siquiera la mano, se me disparaba el corazón y me sudaban las manos. A veces todavía sueño con ello y me despierto paralizada de miedo. No soporto que me tiren del pelo, me cubran la boca o me rodeen el cuello con las manos; y, a veces, cuando me miraba al espejo, sentía que esos rasgos no eran los míos, que era otra persona. Luego, alguien me explicó que a esto se le llama "trastorno disociativo" asociado a un trauma.
Así que: 1) Las consecuencias las llevaremos escritas de por vida.

Así que lo siento si soy muy melodramática..., pero verás, aquel día yo no llevaba el pelo recogido en una coleta o una trenza, sino liso y suelto. No llevaba paraguas, ni nada que pudiera usar para defenderme. Solo yo misma, un polar negro que tiré al llegar a casa, unos pantalones de color rojo vino a los que nunca pude quitarles las manchas de sangre, un bolso corriente y moliente y unas zapatillas de deporte. Hay quien se cree que solo te pueden violar con violencia y golpes, un desconocido en plena madrugada, quizá al salir de una fiesta. Yo solo sé que hay dos opciones: si aguantas, puede que sobrevivas, si te resistes..., bueno. Yo intenté gritar y acabé con las huellas azules de sus dedos en torno al cuello.
2) Nada puede salvarte.

Este texto, o uno parecido, lleva demasiado tiempo entre mis borradores. Hoy, después de lo que he visto en el ht de #MeToo, he comprendido de manera meridiana que NADIE sabe lo que se siente, hasta que ocurre.
3) Cuando ocurre, ya no hay vuelta atrás.

domingo, 21 de octubre de 2018

Eres...

Eres la persona de la que hablan las canciones,
los sentimientos que se describen en los libros,
tanta belleza como jamás creímos que existiera.

Pido a todo lo que tenga oídos para escucharme,
suplico,
estar contigo siempre para compartir nuestras vidas.

Quiero encadenar tu amor a mí, aunque tu cuerpo y tu mente vuelen libres,
y disfrutar secretamente de esa hermosura que adorna tu cuerpo,
y que nadie más ha visto ni verá.
Quiero prescindir de mis sentidos,
si no existen para percibirte,
todos me sobran.

Ya ves, te quiero todo para mí,
quiero saber el por qué de tus penas,
qué piensas, qué te emociona, qué te apetecería probar.
Me gustaría compartir experiencias nuevas, 
y revivir las antiguas,
me gustaría sanar tus heridas,
quisiera que un día te mirases a ti mismo con orgullo
que veas lo que yo veo,
que sientas lo que yo siento,
que supieras que no se puede ser mejor persona.

Quisiera decírtelo todo,
aunque no me queden palabras.
Quizá podría ir poco a poco,
y empezar recordándote que te quiero

lunes, 15 de octubre de 2018

Future.

Tanto suplicar que llegue el invierno y os estáis perdiendo nuestro breve amago de otoño, con sus días húmedos y el perecer de las hojas. Me pregunto si es que nos hemos vuelto demasiado impacientes, si no se me pasará la vida mientras dejo pasar buenos momentos, anhelando mi idealizado porvenir.
Carpe Diem, Cris.

domingo, 30 de septiembre de 2018

Presión de grupo.

Estoy cegada por completo, en esta noche del demonio. Me han hecho sentir otra vez que soy una loca, una exagerada, de modo que al final me ha podido la peer pressure, que es como la llaman ahora. Por supuesto, haciendo balance de la comida de mierda que me he sentido obligada a ingerir durante todo el día, me ha aplastado el pánico.
Hace un rato, estaba sentada en el suelo, las tablas de madera royendo mis huesos doloridos, manchadas del mismo sudor frio que me cubre la piel. Todo es un borrón de miedo y de ansiedad, incluida la oxidada hoja gris, ya arrancada de su viejo soporte plástico.
Miro mi mano como si no fuera mía, la punta de la cuchilla hundida en mi piel, duele. Hiere, pero le da un sentido a mi dolor. Y mientras más pienso en la mierda de persona que soy, la mano me tiembla. Quiero y no quiero, y no debo, pero lo necesito.
Piensen en qué gran contradiccion supone esto: tirada en el suelo, hecha un mar de lsgrimas por haberme descuidado de esta manera considerando lo precaria de mi estabilidad mental, a punto de volver a abrirme las muñecas. Por suerte o por desgracia, la hoja de mi viejo cúter es vieja y ya no corta como antes. Abro los dedos uno a uno, despacio, y la suelto. La miro unos sengundos eternos antes de volverla a guardar escondida en su sitio. Me cuesta deshacerme de ella.

domingo, 23 de septiembre de 2018

For what's worth it.

A veces me siento como si nadara en el océano en medio de la noche. Sin luz, sin oxígeno, en un ascenso continuado que no me lleva a ningún sitio. A veces me pregunto si estoy nadando para salvarme, o para hundirme; y sin embargo, sigo pataleando, braceando, aunque me ardan los pulmones, por toda esa gente a la que no puedo hundir conmigo cuando deje de respirar.
Y entonces se produce un flash inesperado, un halo de luz fugaz y consistente que ilumina la salida para mí. De este modo, los gestos más repentinos se convierten en mis indicadores de hacia dónde dirigirme si quiero salvarme: un beso, una frase bonita, una tarta con amigos y una carta de Hogwats con su sello y todo.

Pequeños recordatorios de que vivir merece la pena.

lunes, 17 de septiembre de 2018

Never more

Han cambiado muchas cosas, soy consciente, de modo que me sorprende y me asusta que ciertas cosas todavía tengan la capacidad de herir mis sentimientos. Me miro, y no me reconozco en esa cara angulosa de huesos prominentes, igual que no identifico nada mío en esas descripciones anticuadas que están llegando a mis oídos.
Jamás quise ser así.
No quiero seguir siéndolo

jueves, 13 de septiembre de 2018

Menor que tres.

Mientras lo observo hablar, con la cuchara a medio camino entre el plato y la boca, me doy cuenta de cómo me gusta hasta la sombra que proyectan sus pestañas sobre las mejillas rubicundas. Cada día me enamoro, es verdad, de cosas que antes no conocía, no apreciaba o no veía. Cada día soy consciente de que el amor significa cosas que el día anterior ni siquiera entendía.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Through fears.

Siempre dices que duermes muy bien conmigo, pero la verdad es que no es recíproco. Yo no puedo dormir a tu lado, y no porque te muevas, te levantes y te desveles cada cinco minutos. Solo puedo dormitar si me pego a tu cuerpo, si oigo tu respiración y el latido acelerado de tu corazón retumba cerca de mi mano, que te apresa y te protege. Y aún así, me despertaré veinte veces para asegurarme de que estás bien.
No sé, no sé por qué. Quizá el miedo visceral de que mueras a mi lado y no entre mis brazos, a salvo y en casa, es más fuerte que todo lo demás.

lunes, 10 de septiembre de 2018

Hole.

Empiezo a darme cuenta de que estoy bailando al filo de la navaja. Mis pasos no son tan seguros como solían ser, de modo que miento cada vez que digo que controlo lo que estoy haciendo. Sé que mi régimen se parece más al que haría una obesa mórbida que tratase de perder... qué se yo, 100 kilos en un año en lugar de 10. Sé que estoy empezando a escatimar, a colar pequeñas mentiras, y que nunca he tenido intención de comer más, como prometí, cuando empiece a hacer ejercicio.
Pero tengo que obligarme a hacer esas pequeñas cosas que odio, como comerme un yogourt a la semana sin desnatar, o concederme un capricho un día. Las raciones que antes se me antojaban normales se han vuelto enormes, imposibles de comer, y tonterías como la perspectiva de ponerle un poco de queso a mi pizza casera son un mundo para mí. Ahora es quizá cuando más me doy cuenta de que tengo un problema que a veces parece una sombra en mi cabeza, y otras es un muro de hormigón que lo cerca todo. Y a pesar de ello tengo que apretar los dientes y obligarme a tragar, y arrancarme la verdad de la garganta aunque escueza, correr todo lo que me permita mi cuerpo y comerme la comida antes de que ella me engulla a mí. Solo así puedo yo luchar y ganar esta batalla.

Por fin ha llegado el momento de salir de esto.

lunes, 27 de agosto de 2018

Disappointment.

A veces me gustaría tener el valor de hacer algunas pequeñas cosas, como mirarme en el espejo cuando me desnudo para ducharme, o pintarme los labios de rojo. No estaría mal usar ciertas prendas de ropa que se que a mi familia no le gustaría que llevara, como uno de esos bonitos bañadores vintage pensados para gente gorda. Como yo. Y me gustaría dejar de sentir vergüenza de mí misma, aunque sé que mi madre habría sido mas feliz con una hija pequeñita, delgada, rubia y de ojos azules, que siempre estuviera suave y encremada, que jamás saliera sin maquillar y luciera una impecable melena lisa y abundante color trigo.

Pero esa no soy yo.

sábado, 25 de agosto de 2018

Karmic relief.

Algunas veces, cuando me besas, siento un alivio visceral, kármico, como si apagaras un dolor que no me había dado cuenta de que sentía. Suavemente, se evaporan de mi conciencia las dagas afiladas que representan mi dolor, mi hermana, ese miedo impreciso al futuro que tanto me agobia últimamente, el recuerdo vago de mi ex (acuciado por sus palabras bonitas, los halagos y los alardes de comprensión) y, antes de que pueda seguir enumerando, se me olvida mi propia existencia, perdida en esa boquita suave y carnosa que tanto me gusta.

martes, 7 de agosto de 2018

Matando a mis demonios.

Quizá sea porque conservo este recuerdo con especial ternura que aparece en mi mente teñido de las más dulces circunstancias: la luz dorada de una tarde moribunda y perezosa, la calidez incipiente de una primavera breve, tardia, como es tipico donde nosotros vivimos. Ignoro si fue así como ocurrió o si lo he adornado en mi mente, pero la cuestión es que me recuerdo tumbada entre las sabanas revueltas de tu cama grande, arrancadas las bajeras de las esquinas del colchón al que, con uñas y dientes, aún se aferran. Habiendo volado la ropa sin miramientos, y habiendo hecho eso a lo que yo estaba acostumbrada y que nada de inusual tenía, estábamos intentando recuperar el resuello cuando extendiste la mano sobre mí y vi que ibas a tocar mi vientre. Un miedo antiguo y visceral se revolvió por mi pecho y tuve que tragar saliva para deshacer el nudo de mi garganta, pero tú acariciaste con delicadeza la superficie lisa y blanda de mi piel, con cariño y suavidad, y después te inclinaste sobre mí para besar mis estrías blancas y la cicatriz rugosa y extraviada que convive con ellas. Abrazando, aceptando lo más feo y oscuro de mí. Mi obsesión, mi locura.

miércoles, 1 de agosto de 2018

Little kids.

Quién me iba a decir a mí cuando era una muchachita flaca y enfermiza que me aferraría a esa imagen de mí misma con anhelo, y llegaría a odiarme tanto como lo hago ahora.

Por un momento he intentado hacer ese ejercicio que propone Kester a Rae y me he concentrado en proyectar una imagen de mi misma cuando era pequeña, con mi cara redonda y pecosa, siempre colorada de reirme, y los rizos oscuros bailando detrás de mi cabeza a cada sacudida. Veo a esa niña delante de mi como si fuera otra persona, y pienso en decirle todas las cosas que me digo a mí misma todos los días. Das asco. Debería darte vergüenza. Esto no es propio de ti. Tienes que cambiar. Delgada serías más feliz.
 Me imagino decirle cosas así a una niña de... ¿Diez, doce años? Y no me sale la voz mental. No puedo crear la escena. Todo lo que veo es que esa niña podría ser cualquiera, y que vea su vida arruinada por una infelicidad tan profunda como la mía, por mi culpa, por culpa de la gente que la rodea.

A veces siento que mi vida no tiene sentido. Debería rendirme de una santa vez y dejar de pelearme conmigo misma, ya que nunca podré ser feliz. Nunca podré quererme.

sábado, 21 de julio de 2018

¿Y si...?

He de confesar que has sido muchas de las dudas de mi vida, muchos de mis "¿y si...?". Hay muchos momentos para replantearte las cosas, supongo.

¿Y si le digo que se tome un café conmigo?

¿Y si me dice que no?

¿Y si es que no le gusto?

¿Y si me invita a salir a mí? ¿y si la cago?

¿Y si le gusto?

¿Y si sale mal?

Espera, ¿ y si me estoy enamorando?
¿cómo le explico que es lo más importante de mi vida?
¿cómo le digo que todas las ilusiones que tenía se me olvidaron cuando me sonrió por primera vez?


Y luego tuve mi respuesta.

Good night, sweetheart.

A veces, cuando la angustia me abruma, sigo el consejo de Mary Karr y me imagino que ese nudo que tengo en la garganta es una bolita muy pequeña y dura, me la trago y la empujo lentamente y con decisión por el esófago hasta alojarla en algún lugar indeterminado detrás de mi abdomen. Entonces, endurezco mis trabajados músculos para que no pueda volver a subir, cierro los ojos y respiro hondo para mantener el llanto a raya.
Pero tú siempre consigues que olvide un poco esa sensación.

viernes, 20 de julio de 2018

Reasons

De lo poco que recuerdo antes de quedarme dormida, es haber estado pensando en la ruptura del amigo de mi novio. Suspiré internamente. Supongo que, aunque ahora no parezca gran cosa, las rupturas nunca son fáciles; por un momento viajo atrás, muy atrás en el tiempo, y pienso en las lágrimas de Luca cuando le dejé, y el hecho de que rompiera con él por otro tío hace que el recuerdo sea aún más amargo. Otro tío que se largó al fin del mundo a acostarse con otra cuando puse fin a nuestra relación, y conté cada uno de los días que me costó purgar esa pequeña grieta que él había causado en mi corazón: 400 días, con sus 400 noches, que ahora parecen insomnes y plagadas de lágrimas. Como las que derramé cuando Ed me fue infiel, supongo. Se me escapa otro suspiro y por un momento reflexiono, más dormida que despierta, sobre lo frágil que puede ser una relación. Hoy duermes a mi lado, me susurras que me quieres, pero puede que la semana que viene... el mes que viene... ya no seamos nada. Por un momento se me rompe el corazón, aunque claro, no hay ningún motivo para pensar en tales cosas.
Para nosotros, no.

martes, 17 de julio de 2018

Try

Siempre que lo escuchas parece que no, pero el tiempo realmente lo cura todo.

Y así, las cosas que hace unas semanas dolían, ahora ya no lo hacen tanto.

Se disipa la bruma aplastante, y te das cuenta de que puedes respirar, y dormir sin soñar, pasa un día más y cada vez estás más viva.

El corazón me late veloz en el pecho y, al fin, ya no parece tan duro sobrevivir a un día más.


lunes, 18 de junio de 2018

Sweet.

De repente me mira, con una sonrisa contenida, se le dilatan las pupilas hasta que el iris es un fino halo dorado en torno al negro, y veo que sus mejillas pálidas se tiñen de rosa. Me doy cuenta, con orgullo y celoso placer, de que esa sonrisa es mía, que puede hacer que me sienta de mil maneras distintas cuando aprieta los labios contra mi frente y me da ese besito suave, dulce; y yo me soy diminuta bajo las emociones que me arrollan y enorme a la vez, como si pudiera comerme el mundo de un solo mordisco.

miércoles, 13 de junio de 2018

Agony.

Contra todo pronóstico, llega el final del día, y con él, la oscuridad. Solo puedo distinguir el titilar diguso de las luces e indicadores de la bomba de perfusión, que arroja una luz azulada contra las paredes y un zumbido sordo que pronto se convierte en ruido de fondo.
A pesar de rodo, de pares y nones y de idas y venidas, estoy aquí, a tu lado. Solo yo. Quien te baña, quien te hace de comer, quien te coge la mano en cada nueva agonía.
Pero la verdad es que odio dormir contigo, a pesar de lo agradable y tranquilizador que resulta tu olor familiar y el martilleo de tu corazón tan cerca de mí. Pero no puedo dejar de mirar la silueta de tu pecho, esperando que vuelva a llenarse después de cada exhalación, esperando algún ruido, un indicativo de que estás viva.
Me pregunto por qué será que vivo con este miedo atronador, si es que la oscuridad me recuerda que no hay día sin certeza de que la noche vendrá, y entones soy más consciente que nunca de que cada latido puede ser el último. O es que pervive en mí el miedo de que sea yo quien cometa un error fatal y te mate, y no poder sacarme esa imagen de la sesera jamás, y pasar el resto de mi existencia viendo tu rostro sin vida por las noches como ya sueño con recuerdos de gritos, despedidas, pus y ríos de sangre.
Quizá se te haya olvidado, madre, que no eres la única víctima de esta tragedia.

martes, 12 de junio de 2018

Fun, fun, fun.

La historia de Jessica en la segunda temporada de 13RW me está trayendo muchos recuerdos. Ella fue violada por el mejor amigo de su novio con el consentimiento de éste, una noche en una fiesta, mientras ella estaba borracha y semi inconsciente. Sin embargo, le hicieron creer que había mantenido relaciones sexuales "consentidas" con su pareja; y aunque en su fuero interno sabía la verdad, lo cierto es que Jessica no es capaz de admitir lo que le ha ocurrido.
Violación es una palabra fuerte. Es la clase de cosas que te enseñan que solo ocurre en ambientes peligrosos, como en lugares pobres, escenas retratadas por el cine y la literatura a lo largo de los años como escenas violentas, en las que existe una resistencia activa por parte de la víctima. Parece la clase de cosa que nunca ocurriría a nadie normal, en circunstancias normales. Para eso, nos enseñan desde pequeñas, y ojo, enfatizo el femenino, a tener cuidado con los ambientes en que nos movemos, las horas a las que salimos, la compañía, la ropa y el alcohol. Es duro, porque no he visto a nadie que enseñe a sus hijos a no violar; o que enseñe a las mujeres que, mientras no medie consentimiento, es violación con todas las de la ley. Si estás bajo el efecto de alguna sustancia que altere tus sentidos, es violación. Si no has dicho que sí, aunque tampoco hayas dicho que no, es violación. Si tu pareja te fuerza a tener sexo y a ti no te apetece, por mucho que sea tu pareja, es violación.
Me habría gustado tener más conciencia de lo que implicaba ser forzada. Nadie rompió mi ropa, y yo no grité, no ofrecí resistencia activa, no peleé. Solo le dije que parase, una y otra vez. No lo admití durante mucho, mucho tiempo, y en mi fuero interno (porque en voz alta jamás lo decía), pensaba en aquella tarde como "sexo no consentido". Pero nada de esto evitó que tirase la ropa que llevaba puesta a la basura, que no pudiera mirarme al espejo y ver las marcas de sus dientes y los moratones que dejaron sus manos en mi cuerpo, o que tardase mucho en volver a pensar siquiera en que nadie me tocara. Tampoco he vuelto a ese lugar, y, desde luego, no he sabido nada de él. A estas alturas me pregunto si él sabía que yo no quería... me pregunto si era consciente de que me estaba obligando a ofrecer mi cuerpo, mi dolor y mi inocencia contra mi voluntad. Me pregunto si era consciente de lo que estaba haciendo, a pesar de que yo no hiciera nada para detenerle, salvo gimotear y suplicar.
Ahora siempre tengo miedo de que alguna vez vuelva a ocurrir, y lo único que me tranquiliza es que mi cuerpo, por su forma y aspecto, no es realmente objeto de deseo para nadie. Puedo hablar de ello, o más bien escribir sobre ello, pero eso no significa que no me sienta tensa y asustada cuando estoy en la calle y es de noche, o en todas las ocasiones en que un hombre ha hecho un movimiento indeseado de aproximación a mi cuerpo.
Y ¿quién lo creería? la mayoría solo dirán que tuve relaciones sexuales sin protección, que me asusté y dije una mentira, porque era una cría. Pero así es como funciona el mundo, y ya estoy acostumbrada a guardarme para mí lo que ocurrió.

domingo, 10 de junio de 2018

Exhaustion.

A veces tengo la sensación de estar hecha de un cristal muy fino y agrietado, como si cualquier pequeño roce pudiera romperme en mil pedazos. Intento convencerme de que soy más fuerte y capaz de lo que yo misma creo, pero la realidad es que se me dan mejor los sprints que las carreras de fondo, y ya no tengo oxígeno ni para dar un paso más.

miércoles, 6 de junio de 2018

A drastic turn of events.

He venido de nuevo, como quien recurre a un viejo amigo, a un viejo hábito. He venido como el alcohólico rehabilitado, que coge la botella siempre que las cosas no van como lo esperaba. He acudido a mi pequeño refugio como quien pasea, inconscientemente, hacia un sitio conocido. Mucho estaba yo tardando.

Cuando vives en tensión, los minutos parecen alargarse indefinidamente. Eso está bien, si tienes que medir todo lo que dices, porque cualquier mala expresión podría provocar una crisis de llantos y reproches en la que solo puedes agachar la cabeza y disculparte. Hoy, por enésima vez y a pesar de mis breve escapada, he vuelto a contener las lágrimas, mientras un dolor sordo ardía en mi pecho y me constriñe los pulmones aún ahora.
Eso es, me siento constreñida. Como un envase de zumo, aplastado por las manos del niño grande y caprichoso que es mi familia a veces. Es un tipo de daño diferente este, pero no deja de ser lo que es, y yo estoy familiarizada con el dolor y la pena. He crecido rodeada por él, otro viejo amigo.
Mucho se teoriza sobre la felicidad, de si es estado o emoción, conformismo perpetuo o espejismo. o mera ausencia de desdicha. Felicidad. Una palabra que suena extraña en mi mente ahora, como cuando repites el mismo término muchas veces. Fe li ci dad. Suena feo, suena mal. Desconocida, y a la vez familiar, tal vez porque siempre se me escapa de entre los dedos.

Como siempre que las cosas se tuercen en mi precario equilibrio, las palabras fluyen de mi mente prolija, pero soy incapaz de abrir la boca. Soy incapaz de hablar, me queman en el pecho las cicatrices torcidas, tropezando unas sobre otras, de una infancia y juventud de soledad, abandono y lágrimas. No puedo respirar. No veo luz, no veo nada. Si tan solo pudiera exteriorizar hasta qué punto me siento triste, cómo de cansada estoy, entonces quizá tendría un minuto de paz, asimilando que viviré como una pobre desgraciada, perseguida por mi pasado y mi presente lo que me queda de vida.
¿Qué he venido a hacer a este mundo?
¿Por qué sigo viviendo?

martes, 22 de mayo de 2018

Oxygen.

Nunca entenderé por qué algunas personas equiparan el amor con la droga. El amor no debería ser así... Para mí, una droga siempre es algo malo. Es dependencia y corrosión, para mí, no tiene nada que ver con el amor. Este es mucho más sano, hermoso y puro que eso. Yo no soy adicta a ti; pero te necesito, como si fueras una bocanada de aire fresco que me limpiaras el cuerpo y la mente con tu presencia..., así, yo, me siento más ligera, más optimista, más viva. Era como si me estuviera ahogando hasta que te conocí, y por fin pude respirar de nuevo.

Últimamente me parece que está todo dicho, ya no encuentro formas de explicarte lo que siento por ti. Las palabras se quedan cortas al lado de esto que llevo por dentro cuando estoy contigo.
Sin embargo, por suerte, la música aún puede hablar mejor que yo.


viernes, 4 de mayo de 2018

Three million years

ItsI been like three million years
And we can't change the fact that
We are two different souls that happen to attract.

Cause every time that we kiss
It gets better than the last 
and it feels lili I'm flying so high
when our hands intertwine.

My heart drops a little when I see your smile
There is no doubt in my mind
That you are mine 💜💚

lunes, 30 de abril de 2018

Because you're the love of my life.

Truth is I didn't choose you.

The way I feel about you is not a choice for me,

any more than it's a choice to breathe.

viernes, 27 de abril de 2018

La Manada, o la muerte de la justicia.

A mí ya me violaron una vez. La proxima vez, espero que me maten, porque hoy he aprendido que es la única manera de que te tomen en serio; de que no cuestionen tu integridad, tus hábitos, tus decisiones.
Hoy me siento menos que nada.

lunes, 23 de abril de 2018

Tanzanita.

Me gusta este tiempo suave, que hueve a tibieza a lo largo de la tarde, cuando el largo día muere y los cielos pasan de ser cristalinos ópalos azules a vaquero deslavado y cuarzo celestón. Echaba de menos esta suerte de primavera, un amago de entretiempo que no había visto en años, tan solo la brusca transición del aire cortante a la asfixia del calor seco y el aire ondulante en el horizonte. Echaba de menos oler la tierra húmeda, ver algún relámpago surcando el firmamento como un selfie de un Dios que no sabe muy bien cómo usar la tecnología y se hace las fotografías con la cámara de atrás y el flash puesto, cegándose a sí mismo y enfadado de salir siempre con los ojos cerrados.

Y a todo esto, echaba de menos viajar con amigos. Me ha enamorado Lisboa, el corazón de Portugal, mucho menos turístico de lo que me esperaba; un pueblo profundo, de casas bajas, geométricas y coloridas incrustadas en colinas y valles. Una ciudad de cuestas, escaleras infinitas y adoquines, para que contemples su magnificencia sin aliento desde cada esquina, perdido en cada patrón de los hermosos y famosos azulejos que decoran las fachadas de las casas. Una ciudad llena de plazas, teatros, estatuas, obeliscos, con cierto aire marítimo a pesar de la presencia de ese río que la recorre y acompaña, tranvías de colores, ancianos amables y los olores de la buena comida y el vino.
Echaba de menos viajar con amigos por la ciudad más romántica que se me ocurre, bajo ese cielo amplio, oliendo la tibieza de la primavera.

lunes, 16 de abril de 2018

Un-loved.

Let's pretend that I'm not angry about what I've been avoiding all weekend. Let's say that I'm not mad, or sad, for the fact that I'm always left behind.
Forgotten.
The fact that I have no friends.
No one to remember me.
No one to miss me.
No one to love me.

Do I deserve this? well, of course I do. I'm such an asshole.

Fur.

Me he pasado la vida buscando la felicidad, sin saber que ésta estaba en una cama demasiado blanda, cubierta de pelo de gato, escuchando tu corazón bajo mi oreja, sintiendo tu mano acunar mi rostro, y tu aliento moviendo mi pelo cada vez que susurras que me amas, con amor en la voz, en los huesos lánguidos, en la calidez de nuestras piernas enredadas.

lunes, 9 de abril de 2018

Inseguridades II

Inspiro, expiro, inspiro, expiro. Cada músculo de la espalda me grita socorro mientras tiro del balón medicinal entre abdominal y abdominal. La pantalla del móvil parpadea y me informa con un pitido de que tocan ejercicios de barca a barca baja, así que recojo las piernas y tenso el torso mientras desciendo de forma controlada, subo de nuevo, y vuelvo a extender las piernas. Suelto un quejido de esfuerzo cada vez, miro de reojo el reloj, todavía quedan veinte minutos para la hora.

Entonces, enumero mentalmente mis fallos para saber por qué estoy haciendo todo este esfuerzo, y me siento como si estuviera escribiéndole una carta a los reyes, que bien podrían ser cirujanos plásticos. Queridos reyes magos, este año he sido muy pero que muy buena. Ahora, quiero una liposucción de abdomen, cartucheras y piernas, que bien podrían ser un poco más largas, y unos treinta metros de piel nueva, que esté lisa y suave y sustituya mi propio desastre dermatitoso, picoteado y lleno de cicatrices. ¡Ah! y si os sobra tiempo, tengo las pantorrillas demasiado musculosas (de serie, tampoco es que me haya pasado haciendo ejercicio), y pagaría si hace falta para tener los pies más estrechos y menos planos, y poder ponerme zapatos bajos sin que parezca que tengo aletas de esas que usan los buceadores. También quiero: un juego nuevo de cabello natural, liso u ondulado, y muy suave; los labios más llenos, los ojos más grandes, la mandíbula más pequeña, una cara nueva, unos pechos más juntos y altos, el cuello más largo y una cintura más fina. ¡Gracias!
Y cuando ordeno las pesas, las mancuernas, la esterilla y el balón medicinal en la estantería, me bebo mi peso en agua y apago la máquina de correr me digo que no, que no estoy tan mal, y que al menos tengo un buen culo. Podría ser peor.

16.05.27

Wise men say only fools rush in,
but I can't help falling in love with you.
Take my hand, take my whole life too
For I can't help falling in love with you.

sábado, 7 de abril de 2018

P!nk

I let you see the parts of me that weren't all that pretty,
and with every kiss you fixed them.

lunes, 2 de abril de 2018

New age, same feeling.

I've done it again.
I don't know why, but I did it.
I shouldn't have, but I did it.
I didntd want to, but I needed it.

However, I've come too far to see the end now.

miércoles, 21 de marzo de 2018

Ups and downs

Últimamente estoy teniendo unos bajones horribles en los que a mi cuerpo se refiere. Me siento frustrada todo el tiempo, por no tener la fuerza de voluntad necesaria para comer menos o la resistencia física para mover más mi enorme culo.
Así que voy a dejar esta foto por aquí, para verla a menudo, porque no me conviene olvidar a dónde lleva esto, lo que se siente cuando se te caen el pelo y las uñas y las piernas no te sostienen.

viernes, 16 de marzo de 2018

Joy.

Aunque sus labios fueron dulces y cuidadosos, los brazos que me ceñían la cintura me apretaron con fuerza contra su cuerpo. Curiosamente, había espacio en mi cabeza para pensar, para concentrarme en no perder el control; aunque no había peligro de que eso ocurriera de nuevo: ya no percibía esa ciega necesidad que nos había poseído un rato antes en medio de la calle.
Supuse que era inevitable, teniendo en cuenta todo lo que había pasado, que en cuanto tuviéramos un lugar tranquilo y estuviéramos a solas, no habría nada que pudiera separarnos. Lo raro fue, por tanto, que no tuve ninguna sensación de inevitabilidad, de que aquello fuera a lo que estuviera avocado todo lo que había entre nosotros, una especie de objetivo culmen. De algún modo, fue una de las primeras veces que él me sorprendió (como lo seguiría haciendo y aún lo hace, cuando me encuentro incapaz de dejar de mirarle y suspirar). Estar juntos por primera vez fue un batiburrillo de opuestos revueltos: comodidad y familiaridad, pero una energía chispeante e ingenua que no sabía que podía sentir. Suave, pero extremo, relajante y abrumador.
De lo único que estoy segura de aquel momento es de su esencia absoluta, ese núcleo de pureza, mejor que nada que haya conocido jamás. Estuve segura, mientras le miraba dormir, acalorado en el sofá viejo, de que él pertenecía a un plano mucho mejor que el mío, sin ningún tipo de maldad ni dolor. Aún a veces tengo la abrumadora sensación de que formo parte de esa dimensión tan pacífica, de que algo o alguien me ha dado permiso para ser feliz.
Ahora quiero reírme de mí misma. Pensé que sabía algo, pero ahora soy consciente de que mis experiencias anteriores en cuanto a relaciones son muy limitadas desde el punto de vista sentimental. Siempre se ha tratado solamente de sexo, un acontecimiento con final definido, más divertido que placentero, un intento banal de gratificación física...; así que lo que sentí aquella primera vez que hicimos el amor no encajaba en mis concepciones ya formadas en ningún nivel, de ninguna manera. En primer lugar, la gratificación personal queda en segundo plano, y el objetivo principal se convierte en la demostración de adoración por el otro, volcarse en besar cada centímetro de piel (y de alma, si pudiera) y entregarte por completo al otro. Y luego, por supuesto, jamás me había despertado abrazada a nadie, jamás me había abandonado por completo a la pasión sin sentir una cierta repulsa por el sudor y los fluidos ajenos, los ronquidos y el aliento mañanero. Son repulsas que se sienten cuando el cuerpo fláccido y desnudo a tu lado es el de una persona desconocida, y me maravillo aún de la sensación de escucharle respirando bajo mi oreja, de su calor a mi alrededor.
Llevo dos años buscando la palabra adecuada para esa sensación de bienestar, un cosquilleo un poco similar a ese sentimiento burbujeante que me deja sonriendo por dentro cuando pienso en él y evoco todo lo que me gusta, todo lo que adoro y lo que amo de su persona. Quizá si tomamos esa emoción y la envasamos, concentrándola y purificándola dentro de un crisol, liberándola de toda sensación inferior, obtengamos la respuesta algún día. De momento, lo único que se me ocurre es "dicha".

martes, 6 de marzo de 2018

Subtle, recurrent warnings.

La verdad es que siempre supe que la enfermería, la medicina y derivados no eran lo mío.
El pensamiento me ronda la cabeza mientras miro de reojo a mi madre a través del espejo. Me pregunto cómo sobrelleva lo que está a punto de ocurrir, si no le dan miedo las curas... aunque debo admitir que siempre me quedan muy bonitas y limpias.
Ese es mi problema, no soporto el dolor. Me llevo bien con la sangre, pero no con el dolor. Sin embargo, me gusta el orden, el arraigo de la técnica aprendida y siempre disfruto con la preparación.
Me lavo las manos lentamente, metódicamente, como me enseñaron. Las palmas, el dorso, describiendo círculos con energía, entre los dedos, y luego cada uno individualmente. Después me repaso cuidadosamente las uñas cortas, sin esmalte. Cierro el grifo con el codo y me seco las manos usando papel desechable. Luego, me embadurno las manos con el sterillium, esa solución a base de alcohol para limpiar a fondo que me deja la piel achicharrada y un penetrante y desagradable olor químico pegado al paladar.
Respiro hondo, mis manos sudan dentro del látex. Despego los apósitos uno a uno, suavemente, y de inmediato me llega el aroma dulzón de la sangre contaminada por pus, pero no puedo asustarme, no debo asustarme. Tengo muchísimo calor, pero sé que es la tensión, en breve estaré sudando, pero lo ignoro mientras pulverizo clorhexidina en la gasa estéril y la paso por la zona, enrojecida, caliente, tirante.
La úlcera está abierta, y froto un poco la superficie buscando una boquilla por la que drenar. Una vez la localizo, presiono la herida, limpiándola por dentro y alrededor del catéter, tirando un poco más cada vez. No pasa nada, he hecho esto mil veces, pero sudo a chorros sintiendo en mi alma cada uno de sus respingos y estremecimientos de dolor.
Y de pronto la vía se sale. Tengo en mis manos el extremo redondeado y restos de puntos descosidos y la sangre sale a borbotones de la vena. ¿Era la yugular o la subclavia? no puedo recordarlo, pero presiono con todas mis fuerzas para detener la hemorragia y ella me mira con esa sonrisa distante, como diciéndome que eso no es nada, que no me preocupe. Todo chorrea, los mostradores de mármol, los apósitos, los botes, el lavabo, el suelo. Estamos bañadas en sangre y necesito ayuda.
Ayuda.
Ayuda.
¡AYUDA!


Y me despierto, siempre en el mismo lugar.

lunes, 5 de marzo de 2018

And then?

And then I wish I was wrapped in your arms, your warmness, because there's nothing in this world I could ever love more than sleeping in your chest, feeling how your blood pumps and rushes through the veins, your very much alive heart soothing me down as I slowly start to believe I found home in you.

lunes, 19 de febrero de 2018

You feel like home.

El tiempo vuela, arrastrado por un viento demasiado cálido para ser de invierno, y aún demasiado frío para atreverme a llamarlo primavera. Me deslizo cómodamente en los días conocidos, rodeada del calor de las personas a las que quiero, como si los pasados meses, con toda su incertidumbre, jamás hubieran ocurrido. Como un sueño observado desde mis ojos miopes, se me resbalan por entre los dedos todos los recuerdos malos y extraños, y todo queda en una experiencia lejana, exótica, brillante.
Ahora solo queda disfrutar incluso de las memorias más recientes, como estrellarme contra tu cuerpo grande y sólido, y arropada por tu tibieza se me llenen las fosas nasales de tu aroma dulce, de recuerdos de la suavidad de tu piel, y preguntarme si no eres tú y únicamente tú lo que añoro, sin lo que no puedo vivir. ¿Eres tú mi hogar?
Aquí te dejo una canción tan dulce como tú.


martes, 6 de febrero de 2018

Genesis

Hoy, mientras apoyabas tu cabeza en mi pecho, con tu calor envolviéndome el cuerpo, no he podido evitar acordarme de aquel día, no hace mucho, en que me pediste que por favor no te dejara. Sé que es culpa mía, por no haberte transmitido mis sentimientos apropiadamente; es obvio que si supieras cuánto significas para mí jamás habrías pensado tal cosa. Pero lo hiciste, y ahora caigo en la cuenta de que no te digo con suficiente frecuencia cuánto te amo y lo que significas para mí. Aspiro tu olor, paso las manos por la mejilla suave y enrojecida, y se me ocurre que no hay ningún lugar en el planeta donde quisiera estar más que aquí, a tu lado, y tengo el corazón henchido de felicidad porque tú me quieres y yo te adoro.
Luego has alzado esos preciosos ojos de caramelo y miel, preguntando qué me pasaba. Yo miro esos labios llenos, blandos, rojos, y te digo que nada, pero no es verdad: estaba embobada, pensando en lo feliz que me haces.

lunes, 29 de enero de 2018

Lie to me.

Recuerdo que cuando vine a Japón me indignó la lluvia, la humedad perenne y me enfadaron las bajas nubes grises. Se suponía que el cielo iba a ser lo único familiar de este sitio, y ni siquiera eso fue verdad.
Sin embargo, ahora creo que entiendo lo que quieren decir con eso de que el cielo es el mismo siempre. Cierro los ojos, me dejo acariciar por el calor del sol y aspiro el aire frío. Bien podría estar en casa haciendo esto mismo, no lo sabría a no ser que no abriera los ojos.

domingo, 28 de enero de 2018

Dorm rooms.

Acabo de terminar de limpiar mi habitación, y créeme, nadie había frotado tanto la roña de este nido de bichos desde que abrió. Todo vuelve a tener ese toque impersonal y neutro que dominaba el espacio en septiembre, así que de nuevo me siento extrañamente incómoda, sin saber muy bien dónde sentarme o cómo hallar un rincón cómodo. Supongo que aquí es un poco imposible.
Así que endemientra pongo una canción. O un álbum entero, por qué no: