domingo, 17 de agosto de 2014

Lucky strike

Con un poco de suerte, será esta la última noche. Mañana a esta hora podré dormir oyendo el mar.
Parece que han acabafo las inundaciones, el cauce vuelve a serpentear, esquivando los baches.
Con la autoestima alta, la barriga plana y un "te quiero" resonando dulcemente en la memoria, me voy, al fin, de vacaciones. No puedo sentir los nervios, solo tranquilidad.
Con mi mamá al lado, me voy a disfrutar unos días. Agua fría, sol caliente, cerveza, paella y piscina. Cartas, y pipas, y trivial, y dos magníficos hermanos. Más coquinas, peces, cañas y papá. Paseos y baños y piel morena.
¿Podría ser mejor? Probablemente sí, pero yo no me voy a quejar.

Daddy

Bienvenido a tu último año en la década de los 50.
Te quiero, papá.

sábado, 16 de agosto de 2014

U know what?

No me siento como si me estuvieras protegiendo en absoluto. No me siento como si estuvieras intentando de "ser justo conmigo" o lo que sea que se pasa por tu mente cuando me tratas así.
Me siento como si me hubieras abandonado cuando más te necesitaba.
Y no sé si ahora hay vuelta atrás para ninguno de los dos.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Autrement

De otra manera. ¿Qué es lo que ha dicho ella? Ah, que si fuera todo normal, las cosas serían de otra manera.
Si eso fuera así, mañana estaría en la playa. O no, quizá en algún lugar de el mundo, porque podríamos viajar sin miedo a coger un avión. Pero no.
Si fuera distinta la vida, me iría a dormir feliz, y saldría todos los días, y no tendría más pesadillas.
Pero las cosas no son perfectas para nadie, y mañana no iremos de vacacioned a ninguna parte, ni dormiré con los ojos secos, ni podré olvidar el dolor de aquellos a los que amo.

martes, 12 de agosto de 2014

The fat one.

¿Que yo te molo? Ja. Lo único que te mola es que soy tía, y "ninguna mujer es fea por donde mea".
Me molestaría en ser sutil si me importase un rábano. Incluso me plantearía darte un sí, ai estuviera borracha y desesperada. Podrías convertirte en mi... ¿Sexto peor error? No sé cuántos me habéis decepcionado ya, pero sigue siendo un N O. No puedes llevar cuatro años detrás de una de mis mejores amigas y echarme alpiste por cada vez que te rechaza, solo para que yo te suelte otra enorme negación, en mayúsculas y en negrita. Y es sencillo, porque sé que no te he gustado nunca. A ti lo que te gustaría es un polvo, y mi trasero, y mis curvas, y mis tetas grandes, y eso me tiene cansada, porque ni etes el primero ni serás el último ¿"me picas, Cris"? Permite que lo dude de nuevo.
No pueden pretender así mis amigas que esté con alguien. No quiero eso, no quiero marcarme un " Lula", no necesito un Selu 2.0.
¡Por esto no quería volver a la sociedad! ¿por qué sigo haciéndote caso, ah?

lunes, 11 de agosto de 2014

Hyphotèse

Sin nada que ver ni que oír, me concentro. Una idea merodea en el borde de mi conciencia, pero no logro atraparla. Algo me dice que sé el motivo de mi incomodidad, que lo he experimentado antes, pero la sombra densa y oscura se escurre entre mis dedos, incorpórea aunque tangible.
¡Céntrate, Cris!
Supongo que ya está, que es esto.
Siempre ha estado lejos. Está bien, supongo que para mí es normal. No pasa nada, mientras sienta su calor, mientras pueda tenerlo cerca en momentos como este. Si veo su luz, si ilumina mi vida, enconces no importa que no pueda tocarle.
Y ahora, parece que alguien hubiera cerrado el interruptor. Sigue ahí, tan lejos como siempre, y ya no me llega su esencia, y aquí permanezco, ciega, fría y a oscuras. Esperando a que mi sol vuelva a salir. Esperando luz y calor, un pequeño motivo para seguir...

Âme malade.

Me encuentro mal.
Más allá de este dolor debcabeza que no acaba nunca, y de que toda la comida me caiga mal. Más allá de esa masa que se ha instalado en mi pecho y no me deja respirar, y más allá de las ganas de llorar que acaban en nada.

Il n'ya pas.

Y no hay palabras que expresen ciertas cosas, por lo que se cae mi teoría, y ya solo quedan palabras y un regusto amargo de agonía.

domingo, 10 de agosto de 2014

Cris cries.

Que tienen lejía mis lágrimas, para desteñir su camiseta con mis lloros.
No todo cambia con los años.
No crecemos en todos los aspectos.
Pero no me importa llorar cuando duela, siempre tendré sus pijamas demasiado anchos, sus brazos a mi alrededor. Da igual lo que pase, tengo un hermano, no necesito nada más.

sábado, 9 de agosto de 2014

Breath, flashing.

No te vayas, exhala. Todo hálito caliente, y piel gris, y labios rotos. Sílabas lentas, arrastrándose sobre la pared de la presa. Una grieta, dos, unas gotas de agua que son apenas la sinopsis del libro, un pedacito para probar.
No me abandones, suspira. Y sus ojos vagos y perdidos asestan un nuevo mazazo a mi resistencia, siento la fachada temblar, como mis manos, como mi barbilla, como mis tripas.
Te quiero, respira sobre mi mano, la boca seca, las palabras apenas adivinadas en la forma suave y delicada de esos labios color cereza.
Pican mis ojos, calientes, algo punzante en ellos.
¡El dique!
Aire, aire, parpadeo. Te quiero, no me voy. Óyeme aunque no pueda decirlo. No te dejo, mami. Arrugo la nariz, vuelvo a tener diez años, y no entiendo nada.
Aire, dentro, que llegue a la punta de los pies. Esta noche, prometo, tiraré abajo el muro con mis recuerdos. Solo aire, parpadeo, cierra los ojos.
Control, paciencia.
Cris, sonríe, solo un poco. Le duele. No me lo pone muy fácil....

Empty hole.

Ese enorme vacío.
Un remolino de colores apagados, que me impulsa dentro, en espiral.
Un vacío oscuro con gravedad, que susurra en mi oído que ya llegará, más grande y fuerte que nunca, para quedarse a perseguirme allá donde vaya...

Falls, falls, falls.

Y me deshago, y me deslizo en la nada.
Aquí estoy, mirando un techo nuevo,
me rompo y soy todo migajas,
Quiero, y no puedo, el consuelo de un sueño
Y no viene a verme, no quiere estar conmigo,
Tal vez como tú tampoco quieres,
Y lo disfrazas de poder, no oyes, no ves
Que esto no es solo cuestión de capacidad.

Es tan sencillo, decirme lo que quiero oír
Y no comprometerte, después
Es tan fácil decir que se acabó
Sin saber de quién es la cara detrás
Y me parto en dos,
Anoche, y ahora,
Diez litros de cerveza menos
Y la boca y el corazón secos.

No sabes quién soy yo,
No sabes qué diría y qué no.
Y parece que apenas conozco más allá
De lo que quise ver,
No sé qué esconden esos ojos de luz,
Ni de cuantas formas puede matarme tu boca.

Y hay arroz en el suelo, y restos
De comida, botellas vacías, de bailes infructuosos,
Hay restos de llanto, eco de gritos,
Y de amargura en la boca,
Amargura de alcohol y de pena
Y de un corazón roto
Que resbala de tus manos
Y cae,
Cae,
Cae.

jueves, 7 de agosto de 2014

¿Qué hace esta cabra fuera del rebaño?

¡Vamos a tirarla desde el campanario!

To the moon.

En general, no me gusta que mi hermana duerma fuera de casa. Después de tanto tiempo compartiendo habitación, me cuesta conciliar el sueño si no siento su respiración cerca. Pero hoy no me importaría estar sola, podría encender la luz y leer y escuchar música hasta poder dormirme sin molestar a nadie. Ni siquiera puedo levantar la persiana sin que se moleste, y pongo los ojos en blanco mentalmente ante el pensamiento, pero estoy divertida.
Y exasperada. Me pongo sobre el costado derecho. Boca arriba. Sobre el costado izquierdo. Abrazo uno de los cojines, ladeándolo levemente. Me entra calor, y pateo la colcha hacia el final de la cama. Luego, cambio de postura, esta vez boca abajo, con los brazos debajo de la almohada, el cojín cae al suelo con un ruido sordo. Ahora me duele el pecho, y la espalda, y para colmo quiero taparme de nuevo.
Suspiro y abandono. Ruedo hasta el borde de la cama y me pongo en pie sobre la madera lisa y suave. Cuidadosamente recojo mi libro de la estantería a mi lado y huyo de la habitación tratando de ser silenciosa.
Más tarde, acurrucada en el sillón junto al ventanal, me pregunto si Ed estará dormido. En medio del frío silencio, lo echo de menos, me echo el cobertor del sillón sobre los hombros. Quién me diría que yo iba a tener frío..., aunque no se deba a la temperatura.
Pienso en poner música, y finalmente acudo a mi carpeta de Jazz, buscando algo de Miles Davis.
Acercándome al círculo de trémula y cálida luz, susurro los versos de uno de mis poemas favoritos de Bécquer:
" Podrá no haber poetas,
pero siempre habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía"

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía! "

Distraídamente tomo nota de las anáforas y los paralelismos, aunque la parte central de mi cerebro está embriagado de belleza, de imágenes inconexas, de tranquilidad, de piano y saxofón, de la luna creciente sonriendo quedamente desde el cielo.
A veces, el insomnio no está tan mal.

miércoles, 6 de agosto de 2014

There was a time.

Abro los ojos vagamente desorientada, buscando la familisr vista de mi dormitorio. Pero no.
Mis ojos adoemilados recorren un amplio salón iluminado por el sol del atardecer. Estoy tumbada sobre un enorme sofá color crema, admirando la perfecta disposición de los muebles de caoba, y el perfecto contraste con el parqué color arena y las paredes grisáceas.
Solo llevo puesto mi bikini, aún ligeramente húmedo, y es entonces cuando recuerdo que nos quedamos dormidos en el porche después de nuestra "competición" a nado. La victoria resuena con su orgulloso himno en algún lugar de mi cabeza, y una tonta sonrisa se desliza en mis labios.
A mi lado, el sofá está levemente mojado, por lo que deduzco que alguien más durmió a mi lado, o se sentó ahí. Me pongo en pie, descalza, y camino hacia otro sillón a juego sobre cuyo respaldo hay un montón de ropa, aunque no la mía. Reconozco la camisa celeste que llevaba Seth antes de bañarnos en la piscina, me la pongo sobre los hombros y agito los brazos para que mis dedos asomen por las largas mangas.
Una melodía dulce y melancólica me llega desde una puerta a mi derecha, parece que conduce al jardín. Sigo el sonido de la guitarra acústica y me encuentro con su espalda morena ligeramente encorvada sobre el instrumento, una expresión dulce y concentrada mientras contempla el reflejo del sol sobre el agua de la piscina, iluminando de color jade las hojas de las plantas más cercanas.
Su ceño se cierne una milésima de segundo sobre sus ojos, gira levemente el rostro y me mira. Una sonrisa blanca y perfecta cruza ese rostro como si fuera el sol en un cielo nublado. Y esos ojos, que son como el tronco de un árbol cubierto de musgo, se iluminan con el sol de la tarde, y rezo distraídamente para que mi piel no sea color cereza ahora mismo.
Me acerco lentamente, con una timidez nada propia de mí, y me siento frente a Seth.
-Hola.
-Hey.- alarga la mano hacia mí, y veo que sostiene un botellín de Desperados.- ¿Quieres?
Sonrío levemente y cojo el frío recipiente. Me llevo el borde a los labios y pruebo la cerveza, con ese fondo profundo a tequila.
-No quería interrumpirte.-musito, a modo de disculpa.
-Y no lo haces
Rasguea la guitarra en un silencio repentino y denso. Sin tensión.
-¿Hay algo que te gustaría oír?
Muchas alternativas pasan por mi mente, mezcladas con melancolía y felicidad. El regusto amargo de los recuerdos felices que ya no están. Así que me encojo de hombros y bebo cerveza, admirando las hortensias verdosas que decoran el porche.
Dos notas titubeantes, reconozco la canción. Comienza demasiado lenta, luego coge ritmo, me hace fruncir los labios, querer reír, inundan mis ojos de lágrimas y un hálito tembloroso se instala en mi pecho.
Me mira, y sonríe. Mis mejillas se estiran en respuesta, igual. Y cuando he recuperado la voz, canto la letra muy bajito, muy dulce, en un tono bajo y grave.
Bebemos cerveza, cantando al unísono, rodeados de música, mientras el sol cae.

domingo, 3 de agosto de 2014

Same way.

Él te necesita, y no estás. Simplemente no estás. Enterrada en tu auto-estupidez, preguntándote continuamente hasta qué punto has asumido lo que sientes, y barajas la posibilidad de enmascarar una oportunidad bajo el hechizo de un sueño, cuando él deposita su fe ciegamente en ti. Y le amas, pero simplemente, no lo haces bien. No es un juego, nunca te lo ha parecido, y sin embargo actúas como si así fuera.
No, nunca aprenderás.
Realmente, no te lo mereces. Jamás estarás a su altura.

Knot, uncertainy and tears.

Se encorva. No llora, claro, pero lo parece. Sujeta su mano, pálida y huesuda, con otra mano muy parecida, más morena y más larga. Besa los nudillos, uno por uno.
Ella mantiene los ojos cerrados, la respiración superficial, mientras arde en vida ante mis ojos, bajo las mantas. La habitación parece haber perdido luz, y es ahora cuando la ineludible verdad golpea severamente mi cráneo, dejando una visión vibrante y un molesto pitido en los oídos. Una gota de sudor baja por mi columna, y tengo ganas de llorar.
Parece más pequeño y frágil, como ella. Sus ojos, como ónice líquido, se ven duros, no traicionan ni por un momento el denso nudo de su garganta. Lo noto viendo cómo traga.
Mis ojos se cruzan con la mirada de mi padre, sus ojos son como topacios, relucen con las lágrimas no derramadas.
La desesperación, el miedo y la incertidumbre. Densos como si nadáramos en mantequilla.
Siento mi propio nudo en la garganta, el aguijón de las lágrimas amenaza con ahogarme.
¿Qué vamos a hacer?

One more time.

Se inclina, a mi lado, las luces titilantes de la noche arrancando destellos de todos los colores de esos enormes ojos azules suyos.
-Si te digo que eres preciosa, solo estoy diciendo la verdad.
Dios mío.
Mi corazón se salta un latido, y luego reanuda la marcha a toda velocidad, lo siento latir por todas partes. Su brazo es cálido, abarca desde mi hombro izquierdo hasta mi cintura, por la derecha. No tengo frío, pero me siento bien acurrucándome contra él, con la cabeza contra su clavícula. Me muerdo el labio inferior, estoy nerviosa de nuevo, no puedo dejar quietas las manos. El esmalte de uñas, artísticamente bien combinado, relumbra con el reflejo de las luces de la calle.
Si te digo que eres preciosa, solo estoy diciendo la verdad
Vagamente recuerdo a mis amigas vitoreando esa audaz afirmación, de acuerdo con las palabras de mi amigo. La angustia comprime mi corazón de forma dolorosa, me siento como si estuviera ligando con él. O él conmigo. O ambos. Sea como fuere, es una cosa terrible, porque claro, él está saliendo con una buena amiga mía, y yo la quiero, pero...
...Miro esos ojos, el flequillo rubio cayendo sobre su mirada celeste, y todos los músculos de mi vientre se contraen. ¿Por qué a mí?
Recuerdo los primeros días del curso. Sus ojos azules estaban por doquier. Esa clase de comentarios también. Y ella, con su dulce sonrisa, mirándolo a él.
No, no, Cristina, joder, abre tus ojos. Sería como quitarle un caramelo a un niño... que se ha enamorado de él.
Además, yo no estoy enamorada de él, aunque su sonrisa me encienda el alma, y sus ojos hagan a mis tripas bailar la conga. No lo estoy, y ahora, bien lejos de esa boca tan... distrayente, lo veo claro. Veo a mi chico en el fondo de la pantalla, y algo cálido y expansivo se instala en mi pecho.
¿Ves? Estás enamorada de Ed, no de aquel otro.
Mi mente me habla en voz alta, la imagino con gafas de media luna retorciéndose sabiamente en su chaise longe. Y ahora, no podré hablar con ninguno de los tres sin sentirme culpable.
¡Ah!

sábado, 2 de agosto de 2014

Para mi querido "¿Señor Grey?"

Soy una mujer de palabra, y por ello voy a hacer lo que se me requirió.
Mi amigo Dani, firme admirador de la trilogía de Cincuenta Sombras de Grey, me preguntó un día si había tenido ocasión de leer las tres novelas. Mi respuesta consistió en una negativa, y en la declaración firme de que no pretendía leerlas. Tenía entendido (y con acierto) que la base fundamental y reiterada de la obra era una detallada relación sexual entre dos personas, y el argumento no me seducía en absoluto. (Perdón por el juego de palabras). Él compartió conmigo un punto de vista diferente, y me pidió que me leyera tan solo el primer libro y luego escribiera mi opinión, de forma sincera.
Bien, amigo, aquí va:
Ciertamente, es una novela simple y fácil de leer. He encontrado multitud de parecidos en cuanto a las actitudes de los personajes con otros libros (como la saga Crepúsculo, ls obra principal de Stephenie Meyer), y cito a la chica torpe y poco consciente de su propia belleza, de madre soñadora y divorciada del padre retraído, amante de la literatura clásica y obviamente responsable, enamorada de un hombre sensual de aspecto y actitudes perligrosas con un pasado difícil. Por supuesto, hay muchos más puntos, pero eso no es el caso.
La historia gira únicamente, de forma predecible, en torno a la complicada relación de la chica torpe con el millonario sexy. La prosa no es delicada, las descripciones son agradables hasta cierto punto, por poner un ejemplo, la relación sexual no resulta obscena en ningún momento, no de forma verbal. Sin embargo, encontraría mucho más a mi gusto la obra si pudiera hacerme una idea de los entornos en los que se desarrollan las cosas, de las expresiones de los personajes. Podría interpretarlo mejor. Pero bueno.
El libro tiene la capacidad de emocionar. Es algo frío y a la vez tiene su punto tierno. En algunos momentos ñoños, casi se derrite una servidora, y en otros momentos ha faltado poco para plantarme en tu casa y pedirte que me arrancaras la ropa, con un látigo a ser posible (Bromeo, claro, pero sabes qué es lo que quiero decir). Aunque me avergüenzo un poco habiendo llorado con el final del primer libro. Bueno... Llorar es un eufemismo.
Sabes que eso me gusta.
Y, también, creo que no es solo sexo. Hay conflictos, hay que abrir la propia mente, horrorizarse a veces, forzar los límites de los propios prejuicios, del amor, aceptar el placer, el propio cuerpo, en parte siento que el libro llama a una eliminación de los tabúes más tontos del ser humano, ¿cómo vamos a perpetuar la especie sin relaciones carnales? ¿Qué hay de malo en el mutuo placer, incluso si el objetivo no es seguir poblando el planeta? Aunque ese tema debería ser discutido en otra ocasión, son algunas de las preguntas que me ha suscitado la actitud comprensiblemente dubitativa de Anastasia Steele.
Sea como fuere, llevo más de 800 páginas leídas en apenas 48h. De forma voluntaria y ávida, he comenzado con el segundo libro, a sabiendas de que no estaba obligada a ello.
Tenías razón en nuestro parecido con Anastasia y Christian, eso me gusta. Quizá adopte oficialmente el mote de Steele y comience a hablarte de usted, así nos reímos un poco. (Siempre y cuando JAMÁS me llames "nena")
Tú has sido casi tantas primeras veces para mí como Ana y Christian el uno para el otro, y lo sabes.
No estoy segura aún de que me guste realmente el libro, demasiados aspectos a considerar. Pero puedo decirte que me ha sorprendido, tengo mucho en qué pensar... Y ya sabes que adoro eso.
Sintiendo no poder esclarecer de otra forma mi opinión,
"¿Chica Steele?".