jueves, 30 de noviembre de 2023

Cierre.

Hola.

Sé que nunca leerás estas palabras, no solo porque te he bloqueado y así te vas a quedar, sino porque este blog es lo último privado y mío que tengo; este es mi modo de obtener cierre después de todo lo que hemos vivido, después de que cobardemente cortaras todo de raíz sin darme opción a réplica.

No voy a decirte lo que pienso de ti porque la vida te pagará lo que has hecho con infinita amargura, de eso no me cabe duda. Espero que encuentres felicidad en tu hija, porque en eso que tu llamas matrimonio y que murió hace mucho no está. Espero que, siendo tan obsesivo como eres, no olvides nunca lo que te ofrecí, la promesa de lo que pude darte y que ya nunca será, no dudes de que pasaré página y sabré ser feliz sin ti mientras tú te esfuerzas en recrear el tacto de mi rostro o la suavidad de mi pelo o mi olor. Así, al menos, habría habido algo de cierto en las cosas que me decías.
Qué coño; ojalá que ella tenga un poco de amor propio y te deje. Merece algo mejor que tú.

Supongo que hoy he comprendido que jamás podría haber funcionado. Me he destrozado la vida por nada, pero volveré a ser, volveré a sentir. Sé que te dije que merecía la pena aunque fuera para acabar mal, solo por los recuerdos que pensé que atesoraría, pero me equivoqué. Como tú mismo dijiste, no has estado a la altura, pero rara vez lo estás.

Me imagino que un día serás menos rata cobarde y asomarás la cabeza. Espero que cuando llegue ese día yo ya sea otra y pueda sostenerte la mirada con el orgullo de saber que siempre merecí mucho más de lo que tú podrías aspirar a dar.

Ahora ya sí. Adiós.

miércoles, 29 de noviembre de 2023

Lesson learned

La pena.

Tengo que sentirla, abrazarla y aprender de ella.

Gracias, cuerpo, por permitirme seguir viviendo. Perdóname por haberte expuesto a esto, no nos lo merecíamos. No ha merecido la pena, pues son muy pocas cosas buenas las que me llevo y un dolor tan inmenso que no me cabe en el pecho, pero tenía que intentarlo.

Me sale pedir que me arranquen el corazón, yo no quiero sentir esto más; pero no puede ser, debo vivir esto y aprender a perdonarme por tantos errores.

Gracias, cuerpo, por saber respirar entre tanto sollozo.

martes, 28 de noviembre de 2023

Nizar Qabbani

 Nizar Qabbani dijo que

" Days will pass, and you'll abandon things you were addicted to, and leave someone, and cancel a dream, and, finally, accept a reality"


Y yo así lo creo. A sanar.

Salvador

Como una gran sima, la realidad del mundo se abrió bajo mis pies y se tragó un millón de promesas en las que nunca debí creer.

sábado, 25 de noviembre de 2023

Sparks

     Un nudo de piernas; Nido de piel, miradas paralelas y nada alrededor. El mundo está en pausa, y yo estoy en casa. Te quiero. Me llenas hasta los poros de tu amor. Gracias por este momento. Quiero decírtelo todo, las palabras burbujean en mis manos, como cuando quiero escribir. Sé que puedes leerlas en mis ojos, las oyes en las canciones que te dedico cuando no puedo verte.

Ah..., un suspiro se me escapa, quizá una suerte de gemido contenido. Eres perfecto. Cada curva, cada esquina, cada secreto. Apareciste cuando menos lo esperaba, y desde entonces el mundo refulge. Un beso apretado atrapa todo lo que quiero contarte. Contrarreloj, el tiempo robándonos minutos a puñados, con angustia trato de asirte y retenerte a mi lado a golpe de cadera, de abrazo, de piernas a tu alrededor, para que no te me vuelvas a escapar.

miércoles, 22 de noviembre de 2023

Cañazos

     Cuerpo. No vemos lo mismo, ellos y yo, lo sé. Ellos y su interés vacuo que tanto me asquea. ¡Ah! si supieran lo que verdaderamente esconde la ropa, y tanta pose tan bien estudiada..., probablemente se asquearían. Estrías, piel fofa, arrugas, cicatrices, manchas. Este cuerpo que suscita tanto interés tan poco solicitado. Este cuerpo que intento aprender a cuidar y otros solamente quieren mancillar con sexo del malo, sin besos, sin caricias, sin susurros, sin amor.

¿Cómo hace la gente para tener sexo casual?

No me imagino abriéndome para nadie de esa forma. Ya no se trata ni siquiera de que me vean, sino de la inhibición de la confianza. De arquearme y gemir. Me gusta mi cuerpo por muchos motivos, uno de ellos es que es expresivo. Sin órdenes conscientes él expresa ese deseo con suspiros, con escalofríos, con gemidos, ofreciendo el cuello, ofreciendo el pecho, ángulos que pocas personas han visto y espero que muy pocas más (o mejor: ninguna más) lleguen a ver. 

Este cuerpo, que intento convertir en un templo, apreciarlo por todo lo bueno que puede ofrecerme a mí y al mundo..., este cuerpo no es solo el objeto de desahogo de un gorila calentorro. ¡Me niego!

The most current exegesis

     ¿Cuántas veces habré buscado refugio en esta vida? El refugio de mi niñez era la soledad que me permitía expresar con gusto las emociones reprimidas. A veces, espacios, como lo fuera mi casa..., antes de esta aciaga época. Durante algún tiempo incluso encontré refugio en los pesados ecos del interior de una capilla, donde hablaba con Alguien que, evidentemente, hacía oídos sordos a mis ruegos y dudas. La fría humedad de ese lugar no hace sino recordarme que soy la única persona a la que tengo en realidad, mi única aliada, la mejor inversión de mi vida.

En esa reticencia a volcar la necesidad de ser socorrida en otros me he aferrado durante más tiempo del que pueda recordar. Poco a poco, los escasos puertos seguros de mi vida se han ido desvaneciendo en una aséptica dejadez: primero amigos, luego familia. Una suerte de hermana-madre lucha contra la inercia inevitable de la vida ofreciéndome un hombro, una mano y recursos.

Últimamente, cuando yo misma más me fallo, es cuando más he buscado el consuelo de una mano amiga. A veces es una presencia constante e indefinible al otro lado de la pantalla, corazón robado; a veces es un batiburrillo de mantas y el acunar firme y sólido de sus brazos fuertes, de sus besos en el pelo, del perfume de su cuello. 

Qué roca es Él, mi Él, tan fuerte y tan seguro. De entre las brumas de la incertidumbre y el cansancio intuyo el resurgir de su brillo que ciega, de su amor, que arrolla. Le dije que yo no dudaba, no lloraba, no desistía, y Él pacientemente esperó a que lo hiciera y me demostró que no pasa nada, que con él he duplicado ojos y manos y piernas, que puedo ser una hojita frágil y temblorosa en medio de una tormenta y tener miedo, y está bien. Él me protegerá de las ráfagas inefables. 

lunes, 20 de noviembre de 2023

Limón.

     Sé lo que tengo que hacer. Conozco los pasos, viejo es el sendero. Me canso de tantos vaivenes, de tantas relecturas, de estas esperas abisales.

Dime, ¿Qué sentido tienen tantas lágrimas? He envejecido doscientos años en los últimos meses y ya no me compensan los momentos bonitos, los chispazos de color, de calor y hasta de fuego.

Si yo te recordé que hay luz, tú me recordaste lo fácilmente que pueden apagármela.

domingo, 19 de noviembre de 2023

crawling

    El cuerpo, tan sabio él, entiende de lealtades mejor que nadie. Tendrás tus acuerdos, tus contratos y tus te quiero más que asignados, pero tu cuerpo solo responde conmigo y el mío grita con escalofríos que no quiere que le vuelvan a tocar manos menos suaves que las tuyas nunca más.

viernes, 17 de noviembre de 2023

Said and done.

     En un por entonces te sueño y te recuerdo, entre sábanas y almohadones mullidos, en el vaho por dentro y lluvia por fuera; en el resuello vives, en las bocanadas sutiles de tu perfume, Sauvage, que me llegan a la nariz, fuego en los huesos blandos y el golpeteo sicalíptico de la piel. En mi melena rodeándonos como un velo, labios entreabiertos, suspiros frente a quejidos, esa boquita hinchada de comernos hasta las almas. En las empinadas laderas de la sierra alpujarreña las preocupaciones se desvanecían con los últimos estertores de un orgasmo denso, goloso.


Hace un año la vida era eso: comernos a manos llenas en cada esquina. El trabajo era una mierda y quizá he maquillado los recuerdos en exceso, pero al menos esas tardes de trastear con robotitos te hacían feliz. No había tanto mal humor, tanta queja, tanta ansia. ¿O sí, y lo he olvidado? Hace un año la vida era gris y tú mi vidriera de colores.

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Robe

" Como buen guerrero
Puedo dar la talla
Puedo darlo todo
Pues doy todo por perdido
En cada batalla
Y nunca me he rendido

Porque si la pierdo
¿Para qué quiero estar vivo? "

domingo, 12 de noviembre de 2023

¿Dónde estás?

     Se me escapa entre los dedos, y no soy capaz de asirlo. Finjo que tengo el control, mordiendo esta rabia que sabe a hiel y que empaña lo que debió ser ni más ni menos que un espacio de tiempo hermoso y pleno de paz y cariño.

En el silencio cargado de cosas por decir, en la ausencia, en la pérdida, en el abandono..., ahí te encuentro. Te miro sorprendida y me pregunto quién narices eres y por qué demonios iba yo a querer algo así en mi vida. Con la preocupación como telón de fondo y con una tristeza infinita intento aún animarte, idiota de mí. Celos, vaivenes y culpa.

Y ni un solo gesto de amor.

Necesito un motivo.

oh boys

Navegando entre la parte que me da calor y la que me hiela el alma. Al final todo se resume en eso: el antes, el ahora. El amor, la indiferencia. La certeza, el miedo.
Hasta los huesos me duelen de tanta pena como cargo.

sábado, 11 de noviembre de 2023

Momento vips.

La amenaza de las decisiones y los cambios pende sobre mí con el peso de las lágrimas demasiado tiempo contenidas.

jueves, 9 de noviembre de 2023

A fuego lento.

     Es tentador.... cambiar de postura. Ponerme música. Abrir los ojos.

Huelga decir que eso es precisamente lo que no debo hacer. Ian siempre dice que hay que escuchar, vivir y sentir en el momento presente, así que respiro despacio e intento romper mi inercia de constante movimiento. Quieta, ¿relajada? de inmediato acumulo tensión en la espalda, los hombros, me pica el cuerpo y me inundan poco a poco, sin pedir permiso, las emociones. En descuidado desorden irrumpen la impaciencia, la pena, el desconcierto y la... ¿rabia?

Rabia. No tiene que ver con las piedrecitas que se me clavan en el culo a través de la esterilla de yoga. Me imagino que es un objeto y que puedo visualizarla, tocarla, olerla incluso; quiero que sea algo externo. Me doy cuenta de lo ajena que la siento, también recuerdo su búsqueda. ¡Hola, compañera! Te había puesto careta de tristeza, qué torpe yo. No te reconocía. ¿Y ahora, qué hago contigo?

Dale la bienvenida (casi escucho la voz de Ian), no asumas que es tu enemiga. Siéntela, acéptala.

Y de pronto la rabia es una persona que parece sentarse a mi lado, aquí, en medio del pinar, con las piernas cruzadas. ¿Qué haces aquí? no te juzgo, ojo, solo quiero conocerte. Ella titubea y me cuenta que le enfada no sentirse prioridad en mi vida. Asiento, tiene sentido. Cogiendo carrerilla, me explica que siente que paso de puntillas sobre las cosas para no enfrentarme al conflicto, para no ser vulnerable, para no asumir que obtener lo que quiero pasa por tomar la decisión que más temo. Mirándome a los ojos, con una expresión decidida, esta Rabia que parece conocerme tan bien me acusa... de elegir deliberadamente no ser feliz.

Eso no es justo. Abro la boca para defenderme y...

¡Puf! se ha roto el momento. Se esfumó. Ahora solo queda el trino de los pájaros, el ajetreado crecer del follaje, el silencioso alternarse del sol y las nubes. Han pasado casi tres horas.

miércoles, 8 de noviembre de 2023

En sentido figurado

Redobla el ritmo, se salta un latido, y vuelve a echar a correr. El acicate del dolor. Tan lejos y tan cerca.
Qué noche tan oscura. Más fría, si cabe, cuando me reciben sus brazos fuertes; recogen y remiendan los pedazos dispares de mi corazón.

Desgranando

Déjame seguir vomitándote donde no alcanzan los golpes rabiosos, las zancadas cansadas, los sueños en los que eres mío.

No sé si aún me recuerdas

Ay, qué no daría yo por verte perdido en mi cuerpo toda la vida, y recrearte una y otra vez mientras besas y veneras mi piel, y te hundes en mi carne y gimes que me necesitas, que te duele no tenerme, que cada suspiro exhale un «te echo de menos» que pesa más que el retumbar bradicárdico de mi corazón en el pecho, tum, tum, y todo borroso, pero contigo en el centro, y todo caliente, pero la piel de gallina, me falta el aire y tú me llenas.

Toda la vida.

Joke's on me.

Se ha dormido. En cuestión de segundos, casi sin tocar la almohada, se ha quedado frito.
Contemplo su rostro, relajado al fin; las arrugas de tensión han dejado su huella, un recordatorio en la piel descamada, el cabello demasiado largo, nuevas canas que proliferan aquí y allá. He descubierto que su vejez me produce ternura, especialmente cuando su alma de niño asoma a los ojos brillantes, a la sonrisa pícara de labios llenos. Una imagen de su rostro feliz de pequeño relampaguea en mi cabeza y una carcajada amenaza con trepar por mi garganta, decido entonces que quiero alguna de esas fotos para no olvidarme de la persona de la que me enamoré y que ahora sonríe tan poco.

Con un suspiro, me quito el sujetador por debajo del jersey. Llevaba interior bonita porque..., bueno, necesitaba sentirme deseada. En el fondo aún quiero que me mire con admiración, pero no ha podido ser.

Cuando me meto en la cama, a su lado, murmura algo. Su cuerpo dormido me busca, me mueve a su antojo con fuerza y decisión, me coloca donde él quiere; siempre me gustó cómo me toca y noto inmediatamente que me humedezco. La piel de gallina con el tacto de su mano áspera y cálida sobre mi cintura, bajo el jersey. En el fondo sigue haciéndome sentir en casa.

domingo, 5 de noviembre de 2023

Ay, amor...

Después de un día de maravilla,
no quiero dormirme.
Y contaré los minutos hasta no sé cuándo
por volverte a ver...

viernes, 3 de noviembre de 2023

Midnight verbosity.

     Viernes por la noche, una menos diez de la madrugada. La casa se mece con el arrullo del sueño inocente de quienes viven bajo su techo; todos ellos menos yo, que froto con brío los restos de pizza de los platos. 26 Años, pienso con un suspiro. ¿Era así como me imaginaba mi vida hace, pongamos, diez? Sé que no. Por muy retórica que sea la pregunta, por muy mías que sean mis elecciones, sé que no.

Me distraigo pensando en lo hermosa que ha sido esta mañana. El sol jugaba al escondite tras unas nubes altas y deslumbrantes en su blancura. Mi mejor amigo y yo, paseando por el casco histórico de la ciudad, rodeados de mis amores: los libros. El aire fragante a otoño. Un músico callejero tocando una de Santana. Una sonrisa tan fácil, tan natural que es casi inconsciente. ¿Por qué serán tan verdes sus ojos? Me siento ligera..., me siento viva. Roces no tan inocentes que me hacen pensar en lo áspero de mis manos, tan frías, tan viejas y tan infantiles al mismo tiempo.

Ambos nos sentimos solos. Es fácil verlo.

Reviviría la mañana en bucle...