martes, 28 de junio de 2016

Time up.

Does time give value to everything?

Art. Art pieces are not understood without considering time. I think that, sometimes, it is what makes some things important. Do you really think that building is beautiful? I don't either. But it's old, right?
Same hapens with relationships. Who cares if you love him or not? Time has your back.
Time gives value to people. You are no longer you. You are the time you spent studying and working, at least for companies or universities. You're just the time you've left to work and retire, as Goverment considers you. Your opinions are endorsed by your age. Why would I take a teen seriosly? who cares what he or she though about? You are just a kid. You are twenty, but just a kid. You've been thinking a lot about the world and how could you make it better, but you're just a kid and you are supossed to know nothing about life.
Poeple like to judge. Your relationship will only worth it whenever you've put up with your partner for a very long time. It doesn't matter your amount of knowledge, because you'll only ascend at work with time, and how long will you stand your boss, who's taking the place you deserve?

It's not fair at all. By the time you notice you are not the time you spent doing something, your life has gone, and I thing that's the only thing measured by time you should care about. We care too much about future, which will be past soon; and too little about living our lifes.

But what do I know? I'm just a kid.

sábado, 18 de junio de 2016

Gaga and u.

Lo vi de reojo, como siempre que paso por esa zona. Un manchurrón negro, rodeado de otros graffitis, en una descolorida pared que algún día fue amarilla... o naranja. Si no hubiera sabido que está ahí, ni siquiera me hubiera parado a mirarlo.
Mi nombre, escrito con una grafía extraña, salta en mi campo de visión casi sin querer. No lo he mirado, lo prometo, pero lo recuerdo muy claramente. Me pregunto cómo tantas expectativas se hundieron tan deprisa, al igual que esa letra desigual, tambaleante e ilegible, la letra de un niño...

Me trae tantos recuerdos... la primera vez que lo vi fue por casualidad. Habíamos perdido el contacto hacía mucho, pero supe de inmediato que era para mí, como también creía saber que lo nuestro era imposible y no iba a pasar nunca más. No muchos meses más tarde, lo recordé por casualidad y se lo pregunté al presunto autor, en nuestro nudo de brazos y piernas. No éramos ya tan niños, o eso pensaba yo...
Ahora, cada vez que estoy cerca, miro hacia el suelo..., pero las letras, gastadas y negras, se cuelan en mi visión periférica y casi resplandecen. Entonces pienso en besos, escondidas, encuentros fortuitos y aparcamientos. Pienso en su cama de muelles vencidos, en su cuerpo largo y huesudo, y sus labios suaves. Él era la chispa que me hacía perder el control, y solo recuerdo el fuego que era, todo su calor entrando en contacto conmigo y explotando, como un incendio infinito que terminó por consumirnos a los dos.


I am your biggest fan,
I'll follow you until you love me,
Promise I'll be kind,
but I won't stop until that bo(d)y is mine.
Baby, I'll chase you down until you love me"

martes, 14 de junio de 2016

Land of the free and home of the brave.

Hoy, vagueando por mi Facebook, me he encontrado con algo aterrador: una madre mostraba los mensajes que había recibido de su hijo antes de morir en el tiroteo del club Pulse de Orlando. Los textos le recordaban que la quería, y en un tono muy frenético, su hijo le anunciaba aterrado que iban a por él y que iba a morir. Su madre lloraba.
Ese chico... era un niño. Tenía veintipocos años, estudios, trabajo, deseos, sueños, miedos y una familia. Me rompió el corazón imaginarme la misma escena en el mundo en que yo vivo: estar a punto de irme a dormir y recibir, de pronto, un mensaje de alguno de mis hermanos diciéndome que iba a morir, y no poder hacer nada, no poder decirles nada. Es una escena cruel, es difícil de extrapolar...

Estados Unidos de América es la nación de los grandes. La nación más próspera y poderosa del mundo y el modelo a seguir para todos los demás Estados. "El hogar de los valientes", país de la libertad y las oportunidades.
Pero, ¿qué veo yo? veo una nación costumbrista, exclusivista y retrógrada que, como si fueran pequeños Hitlers, encasillan a las personas a la fuerza en un modelo estandarizado de familia blanca, de gente guapa, cristiana y exitosa y tratan de eliminar a los demás. En América, un país levantado durante siglos por inmigrantes, los negros, latinos, musulmanes y asiáticos no tienen cabida.
Lo siento, pero esta es la realidad.
¿La tierra de las oportunidades? a lo mejor, pero, ¿para quién? para una joven alta, delgada y rubia que sueña con ser actriz, a lo mejor, o para un hipster de poca monta que sueña con escribir en una máquina antigua sentado en una gran cafetería de Nueva York mientras exhala trágicos suspiros, pensando en lo sucio de la sociedad desde su elevado estatus moral de escritorucho-bohemio. Esa no es la realidad. En los libros, Estados Unidos es el lugar al que todos los ciudadanos se marchaban cuando buscaban un lugar mejor. Se supone que ahí existía la oportunidad de luchar, triunfar y ser libre. Pero, de nuevo... ¿libre para qué? para no escoger tu religión, pensamiento, sexo o condición sexual, por lo que veo. Porque te pueden matar por ello. Recordemos que, en vuestra querida USA, regalan cuarto y mitad de rifle con cada McMenú. En vuestra querida USA, ni siquiera existe la libertad de vivir, no hablemos ya de elegir cómo se vive.
Mis padres jamás me dejarían ir a cualquier otro lugar donde se produjeran semejantes atentados, pero eh, ¡arriba América! con los yankees parece que no pasa nada. Están locos, son extremistas, quieren configurar el mundo a su imagen y semejanza, y tienen armas, pero no son peligrosos.

¿De qué te sirven una gran economía o un poderoso ejército? ¿y una gran sanidad a la que solo pueden acceder unos pocos? ¿de qué te sirve tener las mejores universidades del mundo, si la gente aún no ha aprendido que lo que importa es respetar a todos los seres humanos como iguales? ¿cómo podéis jactaros de vuestra valentía, si ni siquiera tenéis el coraje para admitir que existan personas diferentes a vosotros?

Porque no, no todos vivimos igual, pensamos igual ni tenemos las mismas historias. Pero siempre he pensado que esa gran diversidad de culturas era lo que más atractiva hacía a América, y no las películas cutres de serie B que ponen en Antena 3, con grandes casas adosadas, bellos jardines y las vidas ideales de gente rubia con sonrisas perfectas de porcelana blanca.

Siempre quise visitar los Estados Unidos. Ver sus monumentos, sus ciudades y los muchos e increíbles paisajes naturales, desde las montañas del norte, los grandes lagos, las formas múltiples del desierto y las costas californianas. Quería conocer a personas increíbles y vivir experiencias dignas de película. Y aunque no he ido, ya me siento amenazada, asustada, repudiada. ¿Cómo voy a apoyar de cualquier modo a un país que desde el principio me odia por hablar español?

sábado, 11 de junio de 2016

Ojalá que me despierte y no busque razones.

Leer es mi vida.
¿Resulta muy tópico si digo que los personajes y los mundos me transportan lejos y es perfecto? probablemente, pero no es menos cierto.
Leer es perfecto en cualquier instante.
Leer es acallar las voces de mi cabeza y sumergirme en otro mundo. Durante unos minutos, unas horas, el alivio es como cerrar los ojos después de soportar una luz muy brillante durante horas.
Porque mi cabeza nunca se calla. A veces, vivir con esta perenne verborrea de narraciones, ideas y pensamientos es agotador, como una voz mental que me grita y a la que no puedo ignorar. Siempre está buscando algo que narrar y describir, y realmente eso no es tan molesto. Molesto es que a veces, mi cabeza me dice lo que no quiero oír, me hunde en reflexiones oscuras, me insulta. A veces, mi cabeza me dice que soy una jodida fantasmona y que jamás haré nada bien. Me replica, airosa, que deje de creerme tan lista. A veces mi cabeza me recuerda que poco importa lo hábil o inteligente que los demás me consideren, sabiendo como sé que soy una inútil y que ni siquiera los aspectos que me definen como persona están bien conformados. Que nunca seré una buena persona, y mi personalidad parcheada da pena. A veces le da por recordar con toda nitidez todas las cosas que me han hecho daño, todas las cosas desagradables que he visto, oído y sentido. Y cuando duermo, esta luz brillante y tortuosa sigue encendida, con matices irreales y nebulosos, con menos sentido y más pánico.

Pero cuando leo... ah, cuando leo no hay punto de comparación. Cuando leo, las voces se acallan, las luces se atenúan. Cuando leo antes de dormir, sueño cosas más plácidas. Cuando leo es porque es mi forma de sobrevivir. Una narración diferente llena los huecos vacíos de mi cabeza y arrincona a la oscuridad bien lejos. Así, cada vez que me acabo un libro es un nuevo y denso desgarrón, y las luces me ciegan por un momento mientras sufro por la voz que se ha ido, la historia que no volveré a visitar. A veces sé cuándo no volveré a leer un libro nunca más. Otras, me reencuentro con viejos amigos olvidados y regreso a los universos perdidos de historias que suenas más difíciles, divertidas y llevaderas que la mía.

Escribir también tiene ese efecto analgésico, como si abriera las ventanas y el resplandor se disipara un poco. Escribir me permite ver con más claridad. No he cerrado los ojos, pero tampoco estoy ciega. Los pensamientos discurren por mis venas a una velocidad mucho más asequible y se deslizan por entre mis dedos, controlados, precisos en ocasiones, salvajes y enrevesados otras.

Y hay quien dice que los libros son una tontería..., la única tontería que me mantiene vida y despierta.

viernes, 3 de junio de 2016

GEAO.

Ha sido un año tan maravilloso que apenas puedo creer que se esté terminando. Los días han pasado volando.
Si supiérais cuántas cosas han cambiado para mí gracias a este año...; pero no todas las cosas duran para siempre, y eso me hace sentirme triste. He establecido lazos con muchas personas increíbles que no han dejado de iluminar mis días con sus sonrisas, sus rostros y todos los momentos compartidos; desde las horas sueltas al sol, las clases divertidas o la "twitter-party" hasta las comidas, las salidas nocturnas, los eventos varios. Algunas de esas personas se marchan, porque este no es su lugar. No pasa nada, siempre podremos volver a vernos, excepto aquellas que se marchan más lejos...

Sinceramente, no esperaba volver a querer así a nadie. Mis padres en particular me han dicho alguna vez que la vida es así, la gente viene y va y aprenderé a dejar de encariñarme, o a no echarlas tanto de menos cuando se vayan. Yo, por otro lado, siempre he pensado que eso forma parte de mi carácter, y por eso me aferro tanto a los recuerdos. 
Pero, ¿cómo no hacerlo? ¿cómo no extrañar los chistes satíricos de Alicia cuando ya no esté sentada a mi lado? ¿y las (muy acertadas) pullitas de Sergio, o sus abrazos, que saben a hogar? ¿cómo no echar de menos las preguntas extrañas de Linda?
Podríais no haber sido tan buenos conmigo, no si pensábais marcharos, es casi cruel.

Supongo que poco me queda más que disfrutar de los que aún están a mi lado. La mano de Ale envolviendo la mía, la risa contagiosa de Almudena, la energía de Mei, mis desayunos con Marco. Son recuerdos que quiero atesorar, que me dan fuerzas y ganas cuando todo lo demás se tambalea, y me entran las dudas..., pero luego viene Mayka y me abraza, y Carmelo me da las mejores conversaciones, Marina baila para mí, y Juan siempre tiene una sonrisa para alegrarme la mañana. Todo es mejor con mis compañeros y amigos a mi lado.

No hay momento en que no me lo pase bien con vosotros, mis niños. Por favor, que esto no acabe nunca. Por favor, no os vayáis.

miércoles, 1 de junio de 2016

Tear-storms nightmares.

Estoy teniendo un dejà vu terrible, atrapada en un sueño, consciente del mismo y sin poder abrir los ojos y devolverle sensibilidad a mi cuerpo.
Una vez más, estoy vestida de negro. Huelo el mar. Una espuma color hueso tira suavemente de mis tobillos según las pequeñas olas se estrellan contra mí. El mar está revuelto y gris, como el cielo, que parece un brochazo de nubes y ceniza. Amenaza tormenta, como mis emociones cuando se desencadenen y me arrastren hacia el caos de ese agua helada.
Mi pesadilla, dotada de una iluminación más que artificial, parece haber sido pintada por Aivazovsky.


No quiero considerar esa posibilidad. Abro la boca, y sale un chirrido sin aire de mis pulmones. Me estoy asfixiando. La pena me ahoga, abrazada a mi pecho como una boa, ardiendo en mis ojos, en mi garganta, en el único nombre que danza en el infierno que son mi cabeza y mi corazón.
Todo se ve negro, y luego rojo según grito con todas mis fuerzas, y hago del dolor algo real que me destroza al salir. La boca me sabe a sal, pero ya no es culpa del mar, son mis lágrimas, y la luz a través de los ojos cerrados.

Ya pasó, dicen. Pero, ¿cuánto tiempo más podré vivir bajo las nubes?