martes, 29 de enero de 2013

I needed someone who tell me those things...

Me siento especial cuando escucho esa canción. Porque también existe para mí. Me siento más tranquila cuando la oigo. Es suave, es muy bonita. Es un consuelo cuando estás triste, y una promesa de ser fuertes cuando estamos felices.

Yo no estaba destinada a ser
La persona que te ocultara de la oscuridad.
Pero ahora sé que mis heridas se cosen
debido a quién eres

Solo escucha mi voz...
Recordándote que no sangres
Estoy aquí...
El salvador estará aquí
Cuando te sientas sola...
Un salvador para todo lo que hagas
Así que vive libremente y sin prejuicios.

Así que aquí escribo mi canción de cuna
Para todas aquellas personas que se sientan solas
Recuerda cómo aprendes a intentar
Para ser una persona a la que amar.

Así que puedo coger esta pluma
Y enseñarte cómo vivir
Pero lo que no se puede decir
Es el regalo más grande que te hago.

Así que escucha mi voz.
Recordándote que no sangres
Estoy aquí...
El salvador está aquí
Cuando te sientas sola.
Un salvador para todo lo que hagas
Así que vive libremente, y sin prejuicios.

Cuando escuche tus llantos, lamentos
Rogando por un poco de luz
Estaré aquí
Cuando oiga tus gritos
Rogando por un poco de luz
Yo estaré aquí...


"You're not alone"

Es triste, pero es lo que me consuela ahora. Es lo que debí hacer.
No he ido a llorarle a mi familia y eso ha estado bien. Me he limitado a leer, a estudiar. He escuchado mucha música, aunque no sea la más alegre.
Si Andy Sixx me dice que no estoy sola, yo me siento mejor. Por algún motivo, sé que hay más como yo, sé que no es como la otra vez. En esta ocasión, sé que lo voy a superar, aunque eso no me hace menos idiota...

Aquellas veces en la vida en que aprendemos a intentar...
Con una intención.
La de saber cómo y cuando vamos a morir.
Pero no sabemos escuchar.

Ojalá hubiera sabido que yo,
no tenía ninguna oportunidad
de mirar atrás y saber por qué
el dolor de esta circunstancia.

No estás sola.
Vamos a ser valientes en esta tormenta.

Así que aquí está mi canción, que escribí en aquel tiempo
cuando era necesaria.
A través del dolor del corazón o la pérdida de la mente
tu carga se levantará

No estás sola, pero sabes que yo
no puedo salvar nuestros corazones esta noche.

No estás sola.
Vamos a ser valientes y enfrentar esta tormenta.
Y se enfrentarán hoy...
Pero tú no estás sola.

Tuesday and more tears.

Ha pasado mucho tiempo de esos días en que debía mantener la mente ocupada por mi propio bien. Ya no recordaba la inapetencia y la rabia. Las pesadillas y la pérdida de apetito. Y las ansias de ser mala, aunque me arrepienta.
No me voy a quedar entre los muros, con los ojos rojos. Esta habitación, que ha sido testigo de muchas sonrisas el último medio año, no va a recordarme el testimonio de que te amé.
Voy a salir fuera, toda la noche. Voy a besar muchos labios y a beber de muchas copas. Incluso puede que busque pelea. Porque me he privado de ello, supongo, porque puedo. Porque estoy triste y quiero olvidarlo todo sobre nuestras vidas...

Monday and tears.

Cuando abrí los ojos, sabía perfectamente dónde estaba. Sabía por qué quería llorar. Lo primero que pensé es que ya no podía volver a dejarle un comentario de buenos días diciéndole que le amaba. Deseándole un buen día. Me pregunté si lo echaba de menos, me permití volver a mirar su perfil. No había nada especial, nada diferente, nada nuevo.
No pude eludir a las lágrimas y eso me molestó. Me pregunté cómo diablos sería capaz de contenerlas, recordando las ininterrumpidas horas de angustiosa pena de la tarde y noche anteriores. Así que hundí el rostro en la almohada y respiré hondo hasta calmarme. Me cambié en mi dormitorio: no quería mirarme al espejo.
Tampoco eso pude evitarlo eternamente. Me parecía mucho a la "yo" de hace algunos meses, y se me puso la piel de gallina. Tratando de mejorar mi aspecto, me recogí una trenza, pero ni siquiera pensé en maquillaje, no todavía. Estuve dos segundos evaluando mi imagen. Al final sacudí la cabeza, con un sollozo atravesado en la garganta.
Al llegar a clase. Al volver a casa. En los lugares más insólitos y sin venir a cuento. De camino a una papelería.
¿Por qué es tan complicado de aceptar?¿Por qué siento que no estuvo bien confiar en las personas? Y dos partes de mí se pelean, ese << Te lo dije >> y aquella otra parte que piensa que merece la pena creer en los demás.
Yo sabía lo que iba a pasar. Sabía que no iba a ser bueno. Sabía muchas cosas y arriesgué. Darle segundas, terceras, y hasta vigésimo séptimas oportunidades a la humanidad y a la vida está bien para una buena persona.
Hasta que te sientes un poco gilipollas. Y ahora solo tengo UNA razón para quedarme. A los demás los he abandonado, supongo.
Me siento horrible. No quería. O sí. No me importaba. Pero ahora me hace llorar. Los echo de menos.
¿Por qué? ¿Por qué a mí? ¿Por qué tuve que quererte?

When I hear your cries...

"Yo no estoy hecho para amar a nadie".
Puse el dedo sobre el botón de apagado, sin cerrar la sesión siquiera y esperé. Uno, dos, tres. Luego me quedé allí, sentada en mi silla giratoria azul. Aspiré en desesperadas bocanadas el frío aire húmedo del estudio, ignorando la punzada en mi pecho. Mi corazón aceleró su carrera, y de pronto fui mucho más consciente de cada célula de mi cuerpo. Del picor de mis ojos, la aspereza con que todo se sentía bajo mis manos. Sentí el dolor en la parte baja de la espalda, después de tanto tiempo sin moverme del sitio. También que el vello de mis brazos de erizaba, y la punta de mi nariz estaba casi tan congelada como mis entumecidos dedos. Al ponerme de pie, la sangre circuló perezosamente hasta mis pies, de modo extraño, como si fuera muy espesa.
Y eché a correr. Bajé las escaleras de dos en dos, tropezando con mis propios pies, y solo cogí mis llaves del recibidor y mi bicicleta del exterior. El frío me hizo daño y  arrancó violentos estremecimientos de mi cuerpo, que se precipitaba calle abajo a toda la velocidad que mis piernas me permitían. Sentí calambres en los gemelos y la melena azotándome la espalda. Me puse en pie sobre los pedales para ir más deprisa.
Lo único cálido eran mis lágrimas. Abrasadoras, cegadoras, feas. No han dejado de aparecer sin previo aviso desde esa noche, la del domingo.
La lluvia lo hizo todo más dramático. Primero un ligero aguacero, luego la helada llovizna. Finalmente, bajé una de las piernas del vehículo y lo detuve con la otra, dejándolo tirado en el suelo.
Llamé al timbre de la casa varias veces. Aporreé la lustrosa superficie.
Cuando Gyu abrió la puerta, recobré la lucidez, y un extraño flash me mostró una fugaz imagen de mí misma, despeinada y mojada, con el rostro congestionado y los ojos hinchados.
Tan pronto como llegó, la sensatez me dejó allí arrumbada, sola con un torrente de explicaciones y un nudo en la garganta. Él tiró de mi brazo y me hizo entrar en el vestíbulo.
-Quieta.
Sollozando y tiritando, me envolví con los brazos a mí misma y aguardé. Él apareció con un albornoz de ducha muy grande y me envolvió en su cálido rizo. Goteando sobre la alfombra, solo fui capaz de acurrucarme en él y mirar con desesperación sus grandes ojos verdes, habitualmente tan risueños.
Gyu vaciló. Sabía que no iba a arrancarme ninguna respuesta coherente. Tampoco me había visto nunca así. Y aunque no era muy dado a esas cosas, dio un paso hacia adelante y me envolvió sus brazos. Me quedé muy rígida, con el rostro contra su pecho; pero aún me quedaba juicio y no quería que interpretase mi conmoción como un rechazo. Así que me abracé a su cintura y tragué saliva mientras me estrechaba, y mis convulsiones crecían de rapidez e intensidad.
-Anda, ven.
Con delicadeza, estrechó mi mano y subió las escaleras conmigo a su espalda. Me empujó hacia su dormitorio y cerró la puerta. Allí me quedé, en relativo silencio. Gyu cerró las cortinas, encendió la cálida luz anaranjada de su mesita de noche y puso en funcionamiento el aire acondicionado. Una ráfaga de aire tibio me golpeó la cara, y la habitación comenzó a caldearse. Luego se dirigió a su armario, miró varias etiquetas y sacó un pijama, probablemente el más pequeño que tenía. Lo puso todo sobre la cama, girándose hacia mí.
-Espero fuera.
Y me dejó sola. Me aproximé tambaleante a la cama y mis manos me cambiaron de ropa. Me asomé al exterior, donde el frío me recibió de nuevo.
-¿Ya?
Asentí. O en realidad solo dejé caer la cabeza hacia adelante un segundo. Gyu recogió mi ropa mojada y la extendió sobre el pasamanos de las escaleras. Al regresar, me empujó hacia el colchón y se sentó a mi lado con una toalla pequeña, que utilizó para secar mi cabello.
-Ahora quiero saber qué ha pasado.
Entrecerró los ojos al ver que los míos volvían a humedecerse. Y por primera vez en horas, podría decirse que hablé.
-Gyu..., Min..., es decir, no, es que..., espera, nosotros...
Y ya no pude decir más. Pero supe que lo había entendido.
Así que me estrechó en sus brazos, y nariz con nariz me cantó. Hasta que caí dormida. Hasta que dejé de llorar. Me dijo que no estaba sola.
Y eso fue más que lo que nadie ha hecho hasta ahora, porque sé que es cierto...

sábado, 26 de enero de 2013

Hugs.

Hoy me han dado muchos abrazos. Como el del saludo de un buen amigo. O el de buenos días de mi madre. El abrazo de una amiga que es consolada porque se siente triste. El achuchón tembloroso de quien te ama. Y el abrazo de alguien que te expresa su cariño y su apoyo para todo. De esa persona que sabe que no estás bien, que estás confundida. Y solo con mirarte a los ojos percibe que estás cansada y no eres feliz. Entonces atrae tu cabeza hacia su hombro y te acuna como si fueras un bebé, rodeando tus hombros con su brazo, meciéndote. Yo me sentí bien. Calentita en sus brazos, sobre el plumón de su abrigo. Su cabello me hacía cosquillas. Su olor tan familiar me hacía sentir casi... como si estuviera en casa. La música y el inusitado peso en mi corazón, estos días tan ligero, me recordaron muchos días atrás. Y sentí nostalgia.
Era una pesadumbre distinta. Y yo la enfrentaba de otra manera. A veces aún quiero ser quien fui.
No sé cómo me las arreglé para no romper a llorar.
En ese instante, como hiciéramos muchos meses atrás, nos miramos a los ojos y sonreímos. Fue una sonrisa distinta a esa mueca espontánea de felicidad. Fue distinta a una sonrisa amable.
Supongo que nos prometimos ser fuertes.

Further away.

Creía que serías la última persona a quien yo le dedicaría esta canción.

"Una luz que sanó un corazón roto con todo lo que podía.
Y yo traté de curar tu corazón con todo lo que pude.
¿Te quedarás lejos para siempre?
¿Cómo puedo vivir sin aquellos a los que amo?
Todos los lugares, todos los momentos, siempre en mi mente.
Tengo mucho que decir, pero tú estás muy lejos...
Planes de lo que nos deparará el futuro.
Pareciera que somos invencibles juntos, pero la verdad es muy fría.
Y la luz que has dejado permanece, pero es difícil mantenerla.
Sobre todo cuando tengo tanto que contarte, y tú estás muy lejos.
Y te necesito para saber..."


Terreno personal.

No puedo solo ser borde y fingir que me da igual. O sí, sí que puedo, quizá con el resto del mundo. Supongo que porque realmente me dan igual, o solo comparados con mi familia.
No puedo soportar esto por más tiempo. No puedo actuar como si no ocurriese nada y decirte cosas bonitas para que pases de mí. Y, de echo, ya no lo hago. Pero tampoco aguanto ser borde y fría contigo, y verte solo dos o tres horas al día. Y que no me hables más que para decirme "Buenos días" y "Buenas noches.
Porque no. Eres mi hermano, siempre has sido la persona a la que más he querido y admirado sobre la faz de la tierra. Siempre he querido cumplir tus expectativas, aunque dejara de ser yo misma. Me conoces mejor que nadie, sabes que me estás haciendo sufrir. Y si me quieres, debes hacerlo aceptando mis decisiones.
He hecho y dejado de lado muchas cosas por ti. Pensé que serías la última persona de la tierra que me haría llorar porque sí. Pensé que eras el único a quien se lo podía contar absolutamente todo sin tapujos. Y que me ibas a querer como yo fuera, me vistiera o pensara. Pensaba que siempre ibas a ser mi pilar.
Todos decían que te quería más que a nadie. Todos lo saben. Mis amigos lo saben. Mi familia lo sospecha. ¿Qué más puedo hacer para agradarte? Estudio, saco buenas notas. Le dije adiós para siempre al amor de mi vida. Dejo de juntarme con los que no me convienen. Pienso más las cosas. Ya no visto que doy miedo. Incluso me he dejado el pelo hasta la cintura.
Pero yo ya no soy quien quieres que sea...

viernes, 25 de enero de 2013

Entire lifetimes.

Si escuchara solo a mi corazón, quizá estaría cometiendo un grave error. Porque se acelera si eres tú quien está conmigo, y a veces duele con gran facilidad. Envía grandes cantidades de sangre a mis mejillas, si me dices algo bonito. Sería absurdo escuchar a mi corazón, porque me está gritando que no necesito nada más para vivir. Eres mi sol y mi oxígeno.
Pero yo ya lo sé todo, porque a me lo está diciendo mi cerebro. No solo te echo de menos. No solo me pongo nerviosa. Es más que un sentimiento. Es medio año de recuerdos. Es todo eso y mucho más. Son esas palabras que solo tienen sentido para ti y para mí.
Tú. Abrazos. Noches de cerveza. R U Mine? Vaquera. Barbita. Burguesita. Larousse. Rubito. Dinamita. Un cine, un parque, una estación de tren. Pictolines. Desayunos al fresquito de la mañana. Mon raison d'être. Muse. Sudaderas grandes y un bajo eléctrico.

"Te quiero más cada segundo."
"Me encanta mirarte, eres preciosa."
"Estoy loco por ti."
"I wanna be yours."
"Ya te echo de menos..."
"Quiero pasar el resto de mi vida contigo."

No necesito más pistas, ni más indicadores.
Y si no lo sabes, pues lo digo:
Te amo.

sábado, 19 de enero de 2013

Past pages.

Ha llegado el momento de pasar página.
Porque ya he dejado casi trescientos días atrás. Ya soy capaz de olvidar nuestro aniversario a veces. Me concentro en recuerdos bonitos, y yo no siento nada. Nada bueno, nada malo, nada especial. Quizá rabia por el tiempo malgastado. Rabia por lo que soy, y por lo que he llorado.
Ya soy capaz de no echarte de menos nunca. Y de no llorar cuando se acerca la fecha.
Puedo celebrar que sentí algo muy bonito, porque el amor siempre lo es. Y que fui capaz de poner fin a la situación cuando no me convenía. Fui capaz de pensar con la cabeza y ser sensata.
Y soy capaz de fijarme en otras personas. Y de volver a emocionarme. Me siento más o menos yo. Y todo me hace ilusión de nuevo. Incluso han desaparecido las horas muertas y vacías.
Y creo que esto está muy bien. Creo que puedo seguir adelante.
Creo que puedo querer a las personas.
Bueno, en realidad a una sola persona.

Talk that.

Detente. Detente, por favor.
¿Cómo pudiste hacer esto? Me has dañado tanto...
Por lo menos, ¿piensas en mí? ¿Soy fácil para ti?
Sí, te escucharé, aunque todo lo que me digas sea una mentira.
Sí, sonreiré, igual que todas las chicas con las que has jugado...
Dilas, sigue diciendo esas palabras ridículas.
Dilas, pero no pienses que voy a creerte.
Porque todo lo que dices es una sucia mentira

Dilo, dime la verdad.
Dilo, y deja de jugar conmigo.
Dilo, aunque todo parezca una mentira.

Sí, voy a escucharte, a pesar de que ya conozco tus mentiras.
Sí, voy a sonreír. Ahora, por favor, vete. Ya no me importa nada.

No quiero oír tus excusas más, detente.
No digas mi nombre, no vuelvas a pronunciarlo...


miércoles, 16 de enero de 2013

Thats what I get.

Abrí los ojos de nuevo y tanteé bajo la almohada. ¿Habría dormido algo? Recé porque así fuera. O no alcanzaría a dar dos pasos antes de desplomarme por la mañana.
Las tres y veinte. Solo habían pasado seis minutos desde la última vez que miré el móvil. Seis minutos eternos. Suspiré y cambié de postura dos, cuatro, seis veces.
Las cinco menos diez. Había dormitado durante casi diez minutos. Un sueño inconcluso e impreciso que reflejaba la angustia de mi corazón. Apreté la mejilla contra la almohada y dos grandes lagrimones se perdieron en mis sienes antes de cerrar los ojos de nuevo.
Las cinco y cuarto. Abrí los ojos de nuevo. Los sentía irritados, increíblemente cansados. Me pregunté cuánto me iba a llevar quedarme dormida. Cinco minutos al menos. Estaba harta de divagar, eso solo me cansaba más.
Las seis menos cuarto. Apreté los ojos fuertemente. <<Duérmete, duérmete>>.
Sentí el teléfono vibrar antes de oír el tono de despertador. Busqué el aparato con dedos trémulos y el sonido cesó bruscamente. <<Ya era hora>>
Me destapé de golpe y me puse en pie, analizando el estado de mi cuerpo.
Mi cerebro lanzaba punzantes golpes contra mi cráneo, y el dolor me recorría desde las cervicales hasta las sienes. Estuve bastante entumecida, incluso cuando la sangre circuló de nuevo con normalidad. Seguía sintiendo los ojos cargados, un sollozo atravesado en el pecho, y esa molesta sensación en la nariz cuando aguantas las ganas de llorar.
Pero no era raro. Era lo que me tocaba.
Así que arrastré los pies hasta el baño y encendí el calentador.
Mirarme al espejo era aún más estremecedor que sentirse yo. Un cadáver me devolvió la mirada desde el cristal y contuve un escalofrío. Me cambié de ropa lo más rápido que pude y me abrigué. Tenía más frío de lo normal.
En el instituto, lo hice bastante bien. Casi me sentí orgullosa de no llorar ni un solo segundo, nada de nada. Pero la verdad es que ha sido uno de los peores días de mi vida. No he conseguido concentrarme.
Al llegar a casa, almorcé. Cada bocado viajaba con un interminable esfuerzo a mi estómago. Y el plato no disminuía de tamaño nunca.
Y no lo hizo, porque no lo terminé.
Huí a mi habitación. Cerré la persiana y la cortina, como cuando mi abuela me obligaba a dormir la siesta de pequeña. Cerré los ojos de nuevo, hundí la cabeza en la almohada y grité.
Me estuve desgañitando entre sollozos y lágrimas secas durante horas, pero no llegué a llorar. Luego, demasiado agotada, me quedé dormida. Nuestra canción sonaba de fondo, y eso me calmó.

Time Machine.

Sola, en una habitación que se ha vuelto más amplia de lo habitual.
Ha terminado. Sí, supongo que ha terminado.
La historia que creamos nosotros dos fue también en vano. No puedo creer que se haya derrumbado tan fácilmente.
Un error, un lamento. Nadie es perfecto.
Incluso si trato de decirlo...de oírlo..., da igual, el dolor no se cura.
Si tuviera una máquina del tiempo, para ir a tu encuentro de nuevo, no desearía otra cosa. Antes de que los recuerdos se hagan distantes y vagos.
El tiempo transcurre más lento cuando estoy sola. Supongo que el castigo por equivocarme es duro.
Las palabras que has dejado atrás se repiten contínuamente, hacen que mi corazón sienta dolor de nuevo.
Solo un error, y muchos lamentos. Incluso ahora, te sigo amando egoístamente.
Si soy capaz de encontrarte, pasando a través del tiempo y el espacio, si nos dirigimos al mismo lugar, estoy segura de que no existiría tanto remordimiento....


lunes, 14 de enero de 2013

How...

Dime cómo. Cómo mentirte. Cómo mentirme. Cómo decirte lo que estoy pensando y sintiendo sin destrozar tu alma en el proceso. Respóndeme. Qué hago. Cómo lo hago. Que no me ha dado tiempo. Que es imposible. No va a suceder. Cómo vuelvo a atrás, para ser borde conmigo, y que dejes de quererme como lo haces.
Casi quisiera volver a ser esa persona inhumana. Esa chica que odiaba y obviaba al resto del mundo.
No era feliz. Pero tampoco había mucho por lo que preocuparse.
¿Cómo me voy a dormir sabiendo lo que dejo atrás? Una mente brillante y un corazón noble. ¿Cómo irme a dormir? Quejándome de las personas mezquinas que hacen lo mismo que yo estoy haciendo ahora.
¿Qué estoy haciendo mal? No me améis...No os equivoquéis...

No more.

Es muy duro para un corazón roto abrir una brecha en otro corazón. Es muy duro decir que no. Que te prometan un mundo mejor y una sonrisa más cálida, un par de brazos distintos. Es muy duro saber que otro va a sentir lo que tú padeciste. Que se enamoren de una carcasa.
Lo sé.
Creo que ellos sabrán decirlo mejor que yo.

domingo, 13 de enero de 2013

Two years later.

Realmente me siento como si fuera una desquiciada hablando sola o algo por el estilo.
¿Qué es lo que os pasa? ¿Que porque estaba lejos no podía amarle? ¿Por qué me hacéis daño de esta manera? ¿Cómo se os ocurre decir que lloraba porque no "le conseguí"...? Es absurdo, dos años de tristeza infinita...¿Qué os pasa? Porque soy una niña, una menudencia, ¿no puedo amar? ¿o de qué va esto? ¡Yo sé que le amaba! Sé que no lloraba por gusto! Aunque me confunda, aunque llore, es sencillo, no era un capricho, yo lo sé, y nadie lo entiende, y le amaba, y le amo. ¿Cuánto tiempo más voy a tener que llorar todos los días hasta que pueda volver a sonreír? ¿Cómo me voy a quitar de la cabeza que él ha llorado también por mí? Porque cada vez que me habéis dicho que me estaba mintiendo, yo os decía que sí para que os callaseis. Confiaba en él y lo seguiría haciendo. Le creo. Creo que me amaba. No creo que lo hiciera a mala idea. Me hizo mucho daño, pero no fue queriendo. Me sentí humillada, pero él no quería eso.
Yo lo sé, sé que me amaba, él me lo digo, y no podré sacarme su veneno de la cabeza, estoy infectada de su esencia...
Quiero que vuelvas, me lo he planteado, no sé qué hacer. Quiero volver a hablarte, volver a ser feliz, estirar las cosas al máximo, aunque luego pase otros 273 días mal, o los que hagan falta..., da igual a quién haga daño, no me importa a quién decepcione, solo quiero que vuelvas, que me abraces, que me escuches, discutir contigo, y volverme loca. Por cada canción, cada tontería, cada "Canija", por cada riña, yo solo quiero volver atrás. ¿Servirá? ¿Podré arrepentirme?

Todavía no te puedo olvidar, una y otra vez pienso en ti..., te extraño tanto..., No podré dormir en toda la noche.
Veo tu espalda alejarse mientras camino bajo la lluvia. No puedo hacer nada. Me arrepiento cada día y lo siento. Rezo, quiero que vuelvas...
No puedo, no puedo soportarlo. Un día sin ti, no lo soporto, mis lágrimas están cayendo de nuevo...
¿Seré capaz de olvidarte? No sé cuánto tiempo voy a estar así...
Pienso en ti durante toda esta noche, no sé por qué me dirigí a este show de amor. La distancia entre nosotros se ha incrementado, yo era la sirvienta de este amor.
¿Por qué peleamos? ¿Por qué hicimos esto? ¿Perdiste la visión que solía ser nuestro amor? ¿Por qué estoy atrapada en este momento? Soy una idiota, todo lo que yo necesito es a ti.
Vamos a olvidar y a borrar todos los malos recuerdos...
¿Qué puedo hacer? Solo sé decir que lo siento...

miércoles, 9 de enero de 2013

Vrai.

En serio, no sé por qué hace mucho que quiero escribir esto. El cielo parecía estar rompiéndose en mil pedazos, y las llamas se desvanecían en el horizonte cuando conseguí dar forma a las ideas que siempre están ahí. Tal vez fuera a causa del último libro que me he leído. Me ha dado mucho que pensar. Lo que al principio me parecía una ingenua comedia sobre los cambios de un chico adolescente se han transformado en una reflexión acerca de mí misma. Quizá por mi edad me vi identificada con él. Tal vez por mi experiencia. Puede que porque soy una inmadura.
Pero este chico es inteligente. Mucho. Sus frases, sencillas en estructura y carentes de complicación en lo referente al vocabulario, son de una sencillez que choca por su veracidad. Está escrito en forma de diario, y es muy sincero. Es impactante. No me había dado cuenta de lo falsa que soy a veces. O quizá sí, pero no quiero admitirlo, porque todos somos muy moralistas cuando nos apetece. Me he percatado de lo buena mentirosa que soy. Tanto que puedo engañarme a mí misma.
Sacudí la cabeza y un dolor lacerante nació de mis sienes hasta la coronilla. Pero eso solo hizo que me entrara más pereza por levantarme de la cama, y la luz murió mientras yo le daba vueltas a Charlie.
¿Qué habría hecho Charlie en mi lugar?
Me imaginé siendo irritantemente sensible, perspicaz, ausente del mundo y de mí misma. Imaginé los mismos cambios en mí misma. Y que había allí una Sam que pudiera orientarme para actuar como realmente quiero.
Decidí "implicarme", como dice Stephen Chbosky en el libro. Decidí sincerarme con el mundo.
Así que cogí mi cazadora de los pies de la cama y salí de casa. Estaba entumecida, pero no tenía frío.
Y al instante siguiente había un edificio delante de mí. No me sentía con ánimo de hablar con otra persona que no fuera él. Y como no quería, no lo hice. Solo saqué el móvil y le indiqué que saliera.
Allí estaba él a los pocos minutos. Y fuimos a dar un paseo, como hacemos siempre. Sentí que él necesitaba hablar, así que esperé. Sabía que tenía algo que decirme. Entrelacé los dedos con los suyos en nuestro apretón, como hacen las parejas, porque así lo deseaba. Y cuando él estrechó suavemente mis dedos, me pregunté cuántas cosas me había perdido por timidez o por miedo a molestarle o incomodarle o..., o.., yo qué sé.
Pasamos juntos todo el final de la tarde, como llevamos muchos meses haciendo. Tardes y noches. A veces hablamos desde el instituto. Y a mí me agrada. Porque..., no sé por qué. Supongo que porque estoy enamorada de él. Supongo.
Estaba cariñoso. Mucho. Supongo que él necesitaba cariño, y a mí me gusta darle todo lo que quiere. Porque yo necesito que él sea feliz. Y con este pensamiento tan natural, me di cuenta de lo confundida que estoy, me di cuenta de que siempre intento expresar las cosas difíciles con palabras igualmente grandes y extrañas. Y que todo es tan sencillo como escribirlo tal y como lo siento. Tal y como hace Charlie.
Pero por algún motivo, me sentí como si me aprovechase un poco, aunque eso fue después.
Me dejé llevar porque eso era lo que yo quería. Me dejé llevar cuando rodeó mi cintura con los brazos.
Y cometí el mismo error, a medias. Yo quería besarle. Quizá me lo hubiera devuelto. Quizá me hubiera apartado. No puedo saberlo, no es precisamente locuaz. ¿Por qué a medias, digo yo? Porque ni lo hice ni me lo callé. Se lo pregunté. ¿Qué me harás si cruzo la línea? Supe que lo había comprendido ¿Qué me harás si te beso?.
Él me explicó que no podía permitirlo. Me dijo que tenía miedo de estropear lo que teníamos -y tenemos- ahora. Quise decirle que no soy tonta. Quise que supiera que no lo hago al azar. Pero no lo hice, en parte porque no quería, en parte porque él no es como yo. Le daría vueltas infinitamente, lo sé, lo pensaría hasta desgastar el cerebro. También me dijo que debería haberme arriesgado antes.
Y me maldije, por no hacer lo que quería. Me maldije de nuevo por lo que me había perdido.
No sé si me arrepiento, porque ahora mismo me parece que está bien. La conversación estuvo bien. Y saber el porqué de todo me hizo mucho bien, o eso creo, aunque me siento un poco idiota por no haber intentado perseguir mis sueños antes. He luchado, pero no en la manera que él quería o pretendiera. Y me he hecho más cercana a él, sí, pero como una amiga. Él cree que yo estoy triste por el hecho de que no estemos juntos. Pero me he dado cuenta de que soy muy feliz siendo su amiga, porque me dice cosas muy bonitas, tiene detalles hacia mí, y me encanta la relación que tenemos. Me gusta pasar tantas horas hablando con él. Me gusta volver a sentirme como antes de todo lo que me ocurrió, y estar inspirada y que no se me atasquen las palabras. Me gusta volver a tener ilusión y a sentirme un poco yo. Tengo razones para ser mejor persona, porque quiero luchar por lo que él me hace sentir. Y me da la sensación de que ha sido un poco gracias a Charlie. Otro ejemplo de esos libros que parecen un poco tontos, que a algunas personas no les dicen gran cosa, pero a mí me ha llegado.
La cuestión es que quiero volver a ser la de antes, como siempre. Y quiero ser sincera, como Charlie. Sencilla, porque no hay que decir muchas palabras bonitas para ser alguien inteligente, como piensan algunos. Quiero aprender a ser lista, también. Y quiero hacerle llegar todo lo que he aprendido gracias a él, y estas cosas tan bonitas que siento, aunque me parece que va a ser muy difícil si es que alguna vez lo siente por mí.
Porque, Ed, me he dado cuenta. Es verdad, es precioso, es único, y es nuestro. Y si tú sientes que se puede estropear, yo no voy a tocar nada. Porque prefiero ser tu amiga, y conservar lo que tenemos, que ser tu pareja y perderlo. Aunque no lo creo.
Aún así, yo no me rindo, porque soy muy tenaz. Y el tiempo está de mi parte. Y cuando estemos cara a cara de verdad, yo quiero que sepas que te amo.
Creo que no eres consciente de todo lo que has hecho, de todo lo que me has dado.
¿Lo leerás alguna vez? Creo que es mucho pedirle a mi suerte.
Gracias, gracias, gracias.

miércoles, 2 de enero de 2013

One more night.

Han pasado ya cinco meses, ¿te has dado cuenta...? otra noche más, tú y yo. Me acuerdo de los helados de vainilla y straciatella, de las palomitas bajo la luna, de aquel paseo por el centro. Me gusta que eso no haya cambiado, me gusta molestarte cuando me aburro, y correr hacia ti dando saltitos y haciendo pucherillos a ver si me gano un abrazo, aunque me llames boba, aunque todos tus besos sean en la frente, aunque me trates como a una hermanita, mi corazón se acelera igual.
Tampoco me importa acostarme tarde para estar contigo un ratito más. Mi Oppa. No me importa si me dices que me quieres. No me importa si dices que soy la razón por la que sigues aquí. No me importa nada, estoy contigo...
Son cosas que no voy a poder olvidar. Solo paseos charlando.
Y aquella frase interrumpida..."Bueno, tú y yo somos muy cercanos...tal vez..." ¿Quién sabe?
Solo vuelve a abrazarme. No necesitamos saber. No ahora.
Te quiero.