domingo, 29 de mayo de 2016

Pesadillas sobre huidas novelescas.

Anoche tuve un sueño extraño, como casi siempre. Las imágenes estaban teñidas de tonos pasteles, y brillos desenfocados tipo orton, pero todo tenía tanto sentido que al final se convirtió en una pesadilla. Fue tan raro que, como no podía ser de otra forma, aquí van los pocos fotogramas que recuerdo:

Estoy sentada a la mesa del comedor de un salón que instantáneamente reconozco como mío, a pesar de no haberlo visto en mi vida. Es como imaginaría la casa de los Fairlie si hubiera vivido en la época del Londres victoriano: altas habitaciones muy recargadas, a mi espalda, grandes ventanales blancos dejan entrar una luz pálida y grisácea propia de un día nublado, el amarillo pálido de las paredes oculto tras un horror vacui de eternos cuadros pintados al óleo y grandes espejos de bruñidos marcos dorados. Por todas partes, muebles de madera tostada con enormes asideros, patas curvas, platos e imágenes sobre ellos, pequeños trapitos de ganchillo. La mesa de comedor no es una excepción, y contemplo un poco embobada la vajilla blanca de líneas azuladas (¿un remanso de mi mente se quedó con la cerámica Ming?) delante de mí, conteniendo una profusión de tostadas, salchichas, huevos, té, café, zumo... todas las cosas que básicamente no tomo para desayunar. 
A mi lado está mi madre. No mi madre real, con su piel aceitunada, su enorme y preciosa sonrisa y su sencillo cabello liso y negro pulcramente recogido con un pasador. No es ella, y sin embargo una parte de mi mente la observa anonadada: está sentada en una silla, erguida en una postura completamente normal. A pesar de la tensión que se adivina en sus músculos y del ropaje pomposo, puedo ver los hombros finos, el pecho firme y la cintura estrecha, un cuerpo hermoso y esbelto. Su rostro, sin embargo, apaga la emoción de mi corazón con una expresión bastante desdeñosa y snob. Sus grandes ojos están ocultos tras un maquillaje muy poco natural, su piel artificialmente blanqueada, su hermosa sonrisa un rictus despreciativo, todo ello enmarcado por una cascada de tirabuzones oscuros.
Alguien se aclara la garganta. Un hombre calvo, gordo y sudoroso se restriega torpemente su gran bigote rubio con una servilleta de tela y carraspea de nuevo.
-Aquí, hmmm..., querida...
Me tiende una cajita verde de madera con un lazo ribeteado de blanco. Algo en él no me gusta, no quiero verle y mucho menos tocar algo suyo. ¿Y mi padre, dónde está? de pronto siento a mis hermanos mirándome en sumiso silencio desde el otro lado de la mesa en manso silencio.
-No lo quiero. - Siento la rabia bullendo dentro de mí, un sentimiento definitivamente anormal.
-Cristina.
Nadie me llama así nunca.
- ¿Qué?
Y de pronto estoy gritando toda clase de cosas insultantes, crueles. La clase de reproches que duelen en el alma según hieres y enfadas a la otra persona cada vez más. Y mi madre también me chilla, desquiciada, que ella puede amar a quien sea y que tengo que respetar a mi nuevo padre, pero por alguna razón parece inadmisible. En mi cabeza, Mr. Bigote-de-morsa-rubia tiene la culpa de que mi padre, sea por la razón que sea, no esté sentado a la mesa con nosotros. De que no esté en absoluto.
Así que salgo corriendo de esa falsa escena hecha un mar de pasos furiosos. Es curioso, cuando salgo del salón, el edificio cambia y vuelve a ser mi hogar, y la no siento los volantes y lazos de un vestido novelesco, solo la tirantez habitual de mis vaqueros según bajo las escaleras y huyo de la casa.
Según piso la calle me doy cuenta de que ya no estoy en la ciudad en la que crecí, y huelo a salitre. Incluso dentro del sueño pienso que es una escena digna de un drama de televisión. Giro hacia la derecha y echo a correr, experimentando una sensación curiosamente realista en el cansancio muscular y el ardor de los pulmones. El cabello me azota la espalda y mi zancada se alarga según llego a un pequeño puertecito de madera, con barandillas blancas y puestos de comida, todo con un aire muy a Boston. Sin pensármelo dos veces, queriendo huir, me paro en la cola delante de un pequeño buque impecablemente blanco y entablo conversación con una señora de aspecto bastante alemán, pelirroja y rechoncha.
Ya arriba, nos sentamos en el suelo bajo la luz rojiza del atardecer. Le hablo de mi nuevo padre y de la actitud despreciable de mi madre, y por alguna razón se me pasa el enfado según ella me convence de que debo amar y perdonar a mi familia. Entonces me doy cuenta de que no tengo ni idea de a dónde va el barco, y de que me da miedo correr semejante aventura, ya está bien de huidas novelescas. Le doy las gracias a la señora alemana y bajo corriendo por la escalerilla (preguntándome cómo es que no he pagado nada, ni nadie me lo ha pedido) con la intención de volver a casa.

sábado, 28 de mayo de 2016

Not sorry, not goodbye.

No puede ser, y sin embargo, es. ¡Y tanto que es! delante de mí, sólido, suave, cálido como nunca me había atrevido a imaginarlo.
Pero no puede ser. Volvemos a lo mismo. Creo en todas las cosas que la gente no quiere creer, y esta vez creo que has llegado demasiado tarde. Sabes que no puedes amar a nadie. Sabes que solo quieres que no me vaya de tu lado. Sé que no me quieres de otro modo, no como siempre anhelé, no como yo te quería.
Pero eso está bien, porque las cosas cambian, y esta vez no es una excepción. No, lo que tenemos no se lo ha llevado el viento. Yo te quiero. Te seguiré abrazando cuando tengas un mal día. Aún puedes apoyar tu cabeza en mi regazo, y aún te acariciaré ese hirsuto cabello tuyo.
Pero no esperes más. Yo he cambiado, pero si tú cambias conmigo, esto ya no tiene sentido. Aún seguiré escuchándote cuando tengas un problema, seguiré cuidándote siempre que pueda (y te dejes, mi pequeño gatito arisco). Pero no serás el primero ni el único. Y eventualmente, la vida seguirá su curso, y si queremos evolucionar con ella, supongo que tienes que saber que nos estancaremos aquí para siempre. Ya no voy a ir a buscarte, no me quedaré contigo para siempre.
Esto es una disculpa, por favor, no lo conviertas en un adiós.

miércoles, 25 de mayo de 2016

Xue Wu.

Estoy asustada.
¿Qué va a pasar con mi felicidad si todo el mundo se sigue marchando?
Sé que es ley de vida,
pero eso no lo hace más aceptable.

Lucky charm.

I feel like there's a tiny little sun warming me from my belly. It spreads many sensations that explode along with its waves. There's a trembling feeling of happiness and nervousness in my chest, my legs feel like melted butter and there's something with the taste of soft cozy love I'd get at home, surrounded by all people I love.
I literally couldn't be happier at that time. Quietly happy. I didn't laugh loudly, but I smiled from the botton of my heart. I had amazing old and new friends, a lovely family. Wonderful memories to share. Lots of work and learning ahead. His hand on my hand.
Greatest summer ever lived is waiting for me. After the exams are finished, I'll be going to the beach with my girls, meeting Ali all day long, hanging around, seeing my boy, visiting Málaga with my little sunshine, enjoying some "secret plans" and, to end summer up perfectly, I'll be visiting Rome. I can't wait for all these stuff to come, but I wait for all of it nicely, softly, wisely, as I live, love and smile like I've never done before, as my tiny little sun gets bigger and warmer.

domingo, 22 de mayo de 2016

#MásAnorexiaMenosGordas.

Esa linda frase que he colocado como título hoy en este post no es otra cosa que uno de los trending topics más comentados en Twitter hoy.

Se me ocurren tantas cosas que decir que dudo mucho que una entrada sea suficiente. Curiosamente, me siento más triste que enfadada, porque pensaba que el estándar de belleza física estaba evolucionando. Diversas corrientes de pensamiento han hecho un trabajo fabuloso por promover los cuerpos de mujeres gordas, delgadas, altas, bajas, atléticas, con más o menos curvas, de diversas etnias y con distintos colores de piel. En algún anuncio, en alguna canción, en campañas de todo tipo.

Pero supongo que me equivocaba.
En parte creo que este TT es la creación de un grupo de personas aburridas que quieren sembrar polémica, y la mayoría de los que intervienen piensan, como es lógico, que la idea que promueve ese eslogan es estúpida como poco.
Pero habrá quien sufra por ello, ¿sabéis lo frágil que es una mente que recae? Sencillamente, muchos de los que leéis esos mensajes no sabéis lo que se siente cuando te odias a ti mismo con todo tu ser, cuando te esfuerzas tanto y no ves resultados, cuando pierdes todo lo que te importa. Las chicas (y hablo solo de mujeres porque el hashtag dice "menos gordas") que entramos en algún momento en este tipo de ciclos de odio y represión hemos sido atormentadas todas sus vidas por sus cuerpos. A fin de cuentas no es más que otra afirmación de que las mujeres solo importan por cómo luzcan y no por quiénes sean o cómo piensen. Así que a vosotros, seres humanos Adonis de este planeta, no os importará que mujeres de toda condición arriesguen sus vidas, hundan su autoestima y arruinen su felicidad y la de sus seres queridos si lucen como queréis que luzcan.
No pasa un solo día sin que oiga a alguien desprestigiar a una mujer por su aspecto, su ropa, su cuerpo o su rostro. Con esto no quiero decir, ni mucho menos, que se debiera hacer lo mismo con los hombres (que también tienen sus tópicos, sus estereotipos y sus estigmas), sino que este comportamiento debe cesar de inmediato. Las mujeres no somos un complemento. Las mujeres debemos tener el cuerpo que queramos tener. Las mujeres no tenemos que atender a vuestras peticiones ni exigencias, pensamos por nosotras mismas.
La anorexia no es solo dejar de comer. No es una broma. No es una dieta estricta. Anorexia es tener hambre y odiarte por ello, perder las fuerzas, sentirte un deshecho inútil y asqueroso. Anorexia es castigarte por comer, desmayarte continuamente, enfermar. Cerrarte a todo el mundo y a todas las cosas, porque nada tiene interés ni sentido; y así, mientras tu cuerpo languidece, ni siquiera puedes luchar por salir adelante. Después de todas las cosas que he visto, después de todo lo que he llorado con cada insulto, con cada hora de ejercicio y hambre, con cada kilo pesado... Después de todo eso, me pone enferma y furiosa que juguéis y opinéis tan libremente sobre la vida de personas como yo.
Y todo porque vosotros pensáis que somos más válidas si estamos más delgadas. Hacéis de este mundo un sitio repugnante en el que vivir.

sábado, 21 de mayo de 2016

To be afraid of people.

Temo cosas que nunca antes me habrían preocupado. Temo la vulnerabilidad, el juicio, dañarte y dañarme, y dejarme llevar y perder el tiempo a tu lado, temo gustarte, y sonrojarme, y temo tus manos sobre mí, y me da aún más miedo imaginarlo todo, y mis propias trabas. Temo tantas cosas de ti y de mí juntos...

Towards the sky.

¿Alguna vez habéis mirado el cielo por debajo del agua?
Esa superficie infinita de azul profundo y sin mácula, quiero decir. Sumergíos en el agua límpida y cristalina y girad. Mirad hacia arriba. Vuestro movimiento y las burbujas de oxígeno se alzarán, rompiendo la superficie, y los destellos del sol crearán suaves rupturas plateadas sobre las olas, que dibujan sombras sobre sí misma, convirtiendo el cielo en una miríada de chispas resplandecientes, como la luz cayendo sobre un diamante, y transparencias, ondulaciones y azules. Haciendo de él, del cielo, algo único y maravilloso.

viernes, 20 de mayo de 2016

It's time to say goodbye, baby.


I know you are trouble

But I can't seem to get away

All the pleasure, all the pain

All those times we stayed in
And we'd be dancing in the clouds,

like we had nothing to lose.


I haven't heard from you, it's been a long time

Know that I hurt you, it stays on my mind

Let me make it right
We never said goodbye
What you been thinking 'bout?
Know that we're worth the fight
So let me make it right
I might have had my doubts
Said some things I regret
If I could take it back
I wouldn't hesitate




We never said goodbye

Never said goodbye, baby

What you been thinking 'bout
You've been thinking 'bout lately?
Know we're worth the fight
Know we're worth the fight
So let me make it right

It's been a long time

martes, 17 de mayo de 2016

Nessun dorma.

Hay quien dice que Junichirô Tanizaki es un gran escritor. Yo solo he leído una de sus obras, y me pareció aburrida, pretenciosa e inconexa; sin embargo, hay algo que debo concederle: Tanizaki sabe pintar imágenes con las palabras. No tanto porque te sientas parte de la imagen, sino porque te hace recordar e imaginar las sensaciones.
En eso estaba yo pensando anoche, a las tres de la mañana, mientras observaba la luz de la luna danzando contra el gotelé del techo. Ojalá tuviera un pincel mental para darle forma y colores a mi melancolía. No, no, ojalá pudiera prestar un cachito de mis recuerdos y sentimientos, brevemente, e inducir estos mismos sentimientos en otra persona.
En una cabezada, soñé. Soñé con el olor húmedo y el viento suave, con el sol tibio. Escuchaba el gorjeo del agua borbotando sobre las piedras, las briznas de hierba susurrando unas contra otras, y el silencio. Nada tan magnífico como el silencio, No la quietud absoluta zumbando contra los oídos, sino el tiempo detenido sobre mi cuerpo cansado. El aire, denso y pesado, entre los árboles distribuidos cuidadosamente en hileras. A un lado, un mundo de tierra húmeda y fresca oscuridad, al otro lado, pálidas y relucientes colinas eternas, hundiéndose entre montañas. Casi invitan a saltar y dejarse caer, rodando, entre el esponjoso verdor.
Un paso desplaza las piedras, y chocan contra sus compañeras según mi peso las empuja hacia abajo. Crujido, chirrido, crujido. La grava acusa mi existencia, entorpece el silencio de una forma curiosamente agradable, gratificante.

Pero yo no sé dibujar sentimientos con las palabras, como hace Tanizaki, así que esos recuerdos se quedan para mí...

Watch the watch.

Ese reloj me molesta. 
En primer lugar, fue comprado en algún momento a mediados de los ochenta. Su forma cuadrada (en un amago vanguardista, imagino), los números irritantemente arcaicos y ese aire nebuloso y empañado del cristal me frustran sobremanera.
Además, el marco negro esta lleno de arañazos. Apenas se ven, salvo que un rayo de luz recaiga sobre su superficie dibujando los rayones rectos horrorosamente blancos y brillantes. ¿Quién estropea de esa manera un reloj de pared? por muy viejos que sean, estos artefactos existen para permanecer intactos, recordándote el tiempo que has perdido haciendo nada, desde lo alto de la pared. Eso me hace pensar que ese reloj sufrió en la primera y única mudanza de la historia de la familia Castro.
En tercer lugar, está la cuestión de la hora. Veréis, a a hora de empezar y terminar algo, siempre debe ser en números redondos: en punto, y 10, y cuarto, y media. Pero ese reloj, como si se hubiera propuesto ser fastidioso, marca las cinco, un minuto y cuarenta y siete segundos. Casi dos minutos de error, y como si se avergonzara, está medio escondido detrás de una caja con un sello viejo de hospital.
Ahora paso varias horas en el sótano, tratando de ignorarlo mientras sudo. Pero a veces, entre abdominal y abdominal, un temblor titubeante se cuela en mi visión periférica, pero el reloj no varía. Me mira, tiritando, como burlándose de mí después de tantos años, como queriendo avanzar otro segundo y ser aún más imperfecto, aún más irregular.
Juro que algún día voy a darle la vuelta.

sábado, 14 de mayo de 2016

Safety has a name.

Sus abrazos saben a hogar como los de nadie más.
"Qué pequeña eres. Y qué grande. Pero mi pequeña." dijo, mientras me abrazaba. No era un achuchón cualquiera, sino uno de esos gestos tiernos y cálidos a los que cuesta renunciar. Un brazo largo y fuerte cubría mi brazo y mi espalda desde el glúteo hasta el omóplato; el otro abarcaba la amplia longitud de mis hombros y acariciaba mi pelo, presionando mi cabeza contra el pecho. Una fina capa de músculo lo convertía en un lugar mucho más confortable de lo que yo recordaba, aunque habría amado ese sitio aunque siguiera sintiendo cada costilla contra mi propia piel. Y luego, el peso suave de su mandíbula en lo alto de mi cabeza, manteniéndome en el sitio, en perfecto equilibrio, aferrada a su espalda, de pronto ancha e irreconocible, a su cuerpo enjuto pero nervudo.
Y de pronto todas las inseguridades desaparecen. Él hace que todo esté bien, que yo esté bien. Fuerte, floja, gorda, delgada, grande, pequeña, bajita, alta. Todo suena como un cumplido en sus labios. Y me doy cuenta de que me gusto y me quiero siempre que él piense eso de mí, siempre que siga besando mis cicatrices, siempre que siga mordiéndome, acariciando mi piel como si fuera lo más bonito que existe. En sus brazos me siento bonita, en sus palabras me siento inteligente y poderosa. Pienso que todo lo que hago lo hago por él, todo lo que digo es por él. Me doy cuenta de que he estado perdida mucho tiempo, y solo quiero ser alguien de quien él esté orgullosa, y esforzarme al máximo, explorar mis habilidades y estar a su lado para siempre, siempre jamás. Creo que define en gran medida quién soy y quién quiero ser. Creo que es porque nunca me he sentido tan amada como cuando él me dice que me quiere.

Ojalá algún día me enamore de alguien que me haga sentir como lo hace mi hermano.

Water, kisses and fire.

El fuego calienta las cosas de forma extraña. Mi ropa, por ejemplo, me producía la sensación suave y cálida de quien sale de la ducha y ha dejado la ropa sobre el radiador para que esté tibia; pero la piel de mis antebrazos y mis manos experimentaba un calor intenso y picante, y me imaginé a mí misma dando vueltas sobre el fuego como un pollo asado. Podía sentir el arrebol extendiéndose por mi pecho, mi cuello, buscando mis mejillas, aunque probablemente eso tenía causas bien distintas.
Había un tipo de fuego bien distinto bajando por mi pecho, quemándome el esófago camino de mi estómago. El alcohol produce una quemazón extraña mientras baja inexorable, una explosión agradable de tibieza cuando se asienta. El vidrio frío abandonó mi mano mientras cedía mis sensaciones a otras personas.
El resplandor anaranjado sobre el agua, negra como boca de lobo, también era hipnótico. El mundo, en su fría combustión nocturna, se veía en dos variedades cromáticas: la del cielo negro salpicado de motas plateadas, la de la acera gris resquebrajada, el agua oscura y uniforme reflejando las vagas luces de la ciudad. Las palidez de las personas enfundadas en ropa oscura, a mi alrededor. Las llamas, rebeldes, trazaban un inofensivo círculo amarillento a su alrededor, dibujando más luces y sombras en el paisaje, y se reflejaban en la superficie del río con una intermitente insinuación de resplandores rojizos y azules.

También había algún tipo de fuego en los labios de Miky. La clase de calor que comienza con suavidad y se expande, arrasando todas las demás sensaciones, los colores, y los pensamientos. Se dejaba sentir en sus dejos helados, que ardían en todos los rincones de mi cuerpo a una velocidad alarmante, me chamuscaban garganta abajo bajando con sus labios, y se dejaban sentir en el arco tenso y doloroso de mi espalda ansiosa. Oí silbidos, y un calor como de vergüenza y orgullo se dejó caer en una sonrisa boba en mi rostro.

Qué joven era. Qué joven y qué estúpida.

viernes, 6 de mayo de 2016

Working out with "work it out".

I've been working out everyday. So hard. It's already been over a month with my new training schedule and my muscles still cry after every session.
I always though I didn't like exercise, but as I improve my strenght and resistance, I'm capable of enjoying that time. Even sweating...
But still, I don't really feel like it. I feel more stressed now than were I was fatter. I've never eaten so much lettuce before, but not only that... I've given up many things on my diet I like a lot... and I don't see the results I'd like to.

Sometimes I see "I used to be fat" show. I know, it's not educative or funny, but it helps me improve my english a little bit since it's part of my daily session of study (watching anything in English, I mean). Seeing those boys and girls starving and killing themselves in ever practice make me realize I could be doing more.
Today I learnt something new. There was this girl, struggling with exercise because she hated it and I felt connected with her with empathy. Her trainer said something that made me feel proud about myself too: "it takes a warrior or a survivor to do something you hate, even if it is necessary."


lunes, 2 de mayo de 2016

"Eres una letrosa y una inculta de las ciencias"

Bueno, realmente soy una ignorante y no una inculta, pero para qué voy a matizar el rico significado de mi lengua si las letras son "inútiles". Pero a lo que vamos:

Es cierto, no recuerdo cómo funcionaban las resistencias ni la corriente alterna. No llegué a dar los algoritmos. Era muy buena en física, pero no recuerdo cómo hacer cálculos de velocidades, fuerzas y volúmenes desalojados. También me falta muchísima cultura general en cuanto a personajes destacados y sus descubrimientos. No recuerdo cómo era la formulación orgánica...; Al fin y al cabo, son cosas que estudié hace mucho tiempo y que olvidé, en parte porque no todo me interesaba, en parte porque no las he usado para nada.
¡Ah, bueno! recuerdo cómo funcionan las leyes de Mendel, la replicación celular y la mayoría de las cosas que di en biología. Incluso recuerdo que la mosca de los ejemplos era una Drosophila Melanogaster. Pero se me olvidaba que "eso no vale, porque la biología me gustaba y además es la parte de las letras dentro de las ciencias".
O sea, que si sé lo que sé porque me gusta, no vale. Ok.
Sea como fuere, siempre se adquiere una idea general de lo que se estudia. Por ejemplo, aún sé resolver ecuaciones aunque no haya hecho una desde los 15 años, pero no recuerdo la teoría de los límites, ni sé hacer raíces cuadradas de memoria. Pero sé que son cosas que puedo recordar si me hacen falta. Y no solo eso, sino que tengo los recursos necesarios para mi día a día.
En otros aspectos sé que no. Aunque se me daba bien la física, casi nunca pienso en cómo desplazar un gran peso con menos esfuerzo y cosas por el estilo. Tampoco sé nada de mecánica, informática, tecnología o electrónica; aunque soy consciente de que es un conocimiento importante.
 Así que hay varias cosas que quiero que sepáis:

1. Estoy hasta las narices de que menospreciéis mi conocimiento porque se ajusta al campo que me gusta, que es el de las humanidades. Sí, me sé algunas fechas en arte y literatura (aunque no tantas en historia), pero ese conocimiento es "inútil"... sin embargo, GUESS WHAT, a mí no me resulta más útil saberme las tres leyes de Kepler, o en qué año se inventó la bombilla, o la vida y obra de Newton que a vosotros saberos las características generales de la escuela florentina en el renacimiento. La culturilla general, a efectos prácticos, solo sirve para que los demás se generen una determinada opinión sobre ti, y yo ya sé cómo soy y no me importa qué piensen o dejen de pensar (además de que me llevo muy bien a la gente a mi terreno). Todos tenemos campos en los que flojeamos y este es el mío.

2. Todos olvidamos algunas de las cosas que hemos estudiado. Uno de mis profesores me dijo una vez que lo importante no es tanto la información como saber crear las herramientas necesarias para poder desenvolverse en cualquier situación, y poder acudir al conocimiento cuando sea menester. Y estoy bastante segura de que soy lo bastante inteligente como para hacerme con los recursos y conocimientos que me sean necesarios cuando me sean necesarios, porque la mejor ventaja de ser yo es que puedo aprender lo que sea, siempre y cuando me interese o me sea necesario.

3. ¿No se dice que siempre salta el cojo de la pata que cojea? muchos de los que estáis siempre criticando el campo de conocimiento de las humanidades tenéis exactamente el mismo problema que nos atribuís, pero en sentido inverso. Me he encontrado a muchos brillantes físicos, futuros matemáticos e informáticos que no sabían componer frases gramaticalmente correctas en su propio idioma, ni habían leído casi ningún libro, ni sabían nada de historia. Pero, ¿vosotros no sois ignorantes? no, porque saber sobre historia, economía, geografía, idiomas, literatura, arte o filosofía es inútil. Os importa más cómo funciona el mundo que cómo funcionan los seres humanos, lo cual dice mucho de vosotros.

4. Tiene que haber especialistas para todo, mis queridos lectores. Necesitamos a los profesores tanto como a los médicos. Necesitamos quien idee y cree las máquinas que nos facilitan la vida y nos permiten mantenernos en contacto o desplazarnos, como necesitamos al periodista que nos ayuda a mantenernos informados, al artista que crea las obras que nos hacen pensar y al músico que compone nuestras piezas favoritas. Necesitamos a la gente de arte, también, nuestros pintores y actores, necesitamos a quienes programan nuestros ordenadores, a los que documentan la historia e investigan los hallazgos y a los que nos traducen los manuales, los textos, los libros; como también necesitamos a quienes investigan el universo en busca de respuestas o a los arquitectos que diseñan los espacios en que nos movemos. Ningún campo de conocimiento es despreciable, porque os guste o no, nos necesitamos los unos a los otros para completar nuestro conocimiento y para seguir funcionando del modo en que lo hacemos.

Así que, en resumidas cuentas, dejad de tocarnos las narices a mí y a mis compañeros. En primer lugar porque nadie os ha pedido opinión, en segundo lugar, porque vuestras opciones no son más válidas que las nuestras, porque también nos necesitáis, y por último, porque todos estamos aprendiendo a desarrollarnos dentro de lo que nos hace más felices, ¿no? pues ea.