martes, 30 de octubre de 2018

I can't breathe no more

Toda la vida construyendo algo para que ahora no podamos estar ni en la misma habitación.

No sé a quién quiero engañar si cada vez que algo me recuerda a ti se me parte el corazón.

No sé cómo pretendo vivir sin ti ahora, si nunca antes he podido.

Parece que no te importe,

Pero yo no puedo respirar,

como si me faltara algo,

mis pulmones, tú, quien sabe.

Quizá eres tú quien ha sido mi oxígeno,
desde que me sostuviste,
desde que colocaste tu pequeño pie bajo la rueda de mi carro para mecerme
desde que me acogiste en tu cama en las noches de insomnios y en tus brazos en las de pena.

Desde que ya no tengo eso, ya no puedo respirar.
Ya no puedo llorar.
¿Y qué hago?
Si es que ya no me siento viva.


sábado, 27 de octubre de 2018

We ignite.

El tiempo se marcha de entre mis manos mojadas de agua y lejía, a veces como un borrón, a veces como el lento gotear de un grifo roto. El tiempo, tan insustancial, se pasa, rozándonos a todos; también a mí. Entre el frotar desganado de la balleta sobre la vitrocerámica, el barrido perezoso de las cerdas de la escoba por entre las líneas del mármol blanco. Y mientras, la luz se escurre por las ventanas y desaparece, un día tras otro tras otro, entre sábanas y ropa arrugada sobre el mostrador del lavadero, escondida en la montaña de papeles coloreados de post its y subrayador fosforescente que sigue acumulándose en mi escritorio. 
Todo empezado, y aún así todo por hacer, el tiempo deja su residuo en mi mente acalorada de trabajo atrasado. Demasiado tiempo, o demasiado poco, y menos motivación aún, eso es lo que tengo yo.

lunes, 22 de octubre de 2018

Un, dos, tres, pollito inglés.

Siempre frunzo los labios cuando alguien habla de una violación, y más si es alguien que no tiene ni idea de lo que dice. Supongo que ya sabrás que me refiero al señor Crespo de la Rosa, por supuesto. Otra cosa que hago es concentrarme en algo difícil que me impida escuchar la sandez que esté diciendo el tonto de turno: recitar entremeses o pasos de Lope de Rueda, traducir mentalmente un poema a otro idioma, deletrear una palabra de atrás hacia adelante...

La razón de que me moleste tanto es que, a pesar de los años que han pasado, siento que es algo que no se olvida nunca del todo. No he construido mi identidad en torno a ello, ni siquiera se lo he dicho a nadie más que a ti, a mi blog, a dos personas más quizá. Nadie que pudiera ayudarme a asimilarlo.
Las secuelas abarcan amplios espectros. Sé que ya sabes que durante mucho tiempo no tuve relaciones con nadie, pero iba más allá, estaba aterrorizada hasta cuando me abrazaban. Si alguien con quien no tenía mucho contacto me tocaba siquiera la mano, se me disparaba el corazón y me sudaban las manos. A veces todavía sueño con ello y me despierto paralizada de miedo. No soporto que me tiren del pelo, me cubran la boca o me rodeen el cuello con las manos; y, a veces, cuando me miraba al espejo, sentía que esos rasgos no eran los míos, que era otra persona. Luego, alguien me explicó que a esto se le llama "trastorno disociativo" asociado a un trauma.
Así que: 1) Las consecuencias las llevaremos escritas de por vida.

Así que lo siento si soy muy melodramática..., pero verás, aquel día yo no llevaba el pelo recogido en una coleta o una trenza, sino liso y suelto. No llevaba paraguas, ni nada que pudiera usar para defenderme. Solo yo misma, un polar negro que tiré al llegar a casa, unos pantalones de color rojo vino a los que nunca pude quitarles las manchas de sangre, un bolso corriente y moliente y unas zapatillas de deporte. Hay quien se cree que solo te pueden violar con violencia y golpes, un desconocido en plena madrugada, quizá al salir de una fiesta. Yo solo sé que hay dos opciones: si aguantas, puede que sobrevivas, si te resistes..., bueno. Yo intenté gritar y acabé con las huellas azules de sus dedos en torno al cuello.
2) Nada puede salvarte.

Este texto, o uno parecido, lleva demasiado tiempo entre mis borradores. Hoy, después de lo que he visto en el ht de #MeToo, he comprendido de manera meridiana que NADIE sabe lo que se siente, hasta que ocurre.
3) Cuando ocurre, ya no hay vuelta atrás.

domingo, 21 de octubre de 2018

Eres...

Eres la persona de la que hablan las canciones,
los sentimientos que se describen en los libros,
tanta belleza como jamás creímos que existiera.

Pido a todo lo que tenga oídos para escucharme,
suplico,
estar contigo siempre para compartir nuestras vidas.

Quiero encadenar tu amor a mí, aunque tu cuerpo y tu mente vuelen libres,
y disfrutar secretamente de esa hermosura que adorna tu cuerpo,
y que nadie más ha visto ni verá.
Quiero prescindir de mis sentidos,
si no existen para percibirte,
todos me sobran.

Ya ves, te quiero todo para mí,
quiero saber el por qué de tus penas,
qué piensas, qué te emociona, qué te apetecería probar.
Me gustaría compartir experiencias nuevas, 
y revivir las antiguas,
me gustaría sanar tus heridas,
quisiera que un día te mirases a ti mismo con orgullo
que veas lo que yo veo,
que sientas lo que yo siento,
que supieras que no se puede ser mejor persona.

Quisiera decírtelo todo,
aunque no me queden palabras.
Quizá podría ir poco a poco,
y empezar recordándote que te quiero

lunes, 15 de octubre de 2018

Future.

Tanto suplicar que llegue el invierno y os estáis perdiendo nuestro breve amago de otoño, con sus días húmedos y el perecer de las hojas. Me pregunto si es que nos hemos vuelto demasiado impacientes, si no se me pasará la vida mientras dejo pasar buenos momentos, anhelando mi idealizado porvenir.
Carpe Diem, Cris.