jueves, 26 de diciembre de 2013

Step by step

Tengo la sensación de que me vas a dejar.
Tú me das todas esas excusas...
Tu frío "adiós" se sentía diferente a los demás
¡Pero yo no puedo dejarte ir!
Porque te amo.

Me dijiste muchos "te quiero", pero ahora,
¿por qué me estás diciendo adiós?
Por favor, no te vayas, no te vayas.
Por favor, no me digas adiós
¿Puedes, por favor, mirarme de nuevo una sola vez?
Por favor, no te vayas, no te vayas, no me gustan las despedidas tristes.
Porque te amo, vuelve a mí.
Paso a paso,
uno, dos, tres.
El tiempo, largo tiempo, te borrará.
Sin embargo, cada día será como una tortura.
Será una tortura, para mí.

No digas no, no, no.
No evites mis ojos.
Paso a paso, ¿por qué intentas irte más y más lejos de mí?
No digas no, no, no,
No me gusta ese tipo de mirada.
Te lo suplico, así, con lágrimas.

sábado, 21 de diciembre de 2013

I'm trapped...

No puedo moverme, ¿por qué cada vez me siento más pesada?
Quiero tocarte, pero estoy en esta negra oscuridad...
Me estoy cansando, creo que estoy soñando sola
Quiero olvidarte.
Quiero volar.
Quiero dejarte ir.
Quiero ser... libre.


Extraño el sonido de tus pasos,

¿Por dónde caminas ahora?

Scared of what.

El miedo no es el gusanito cuando la montaña rusa cae, ni el retortijón de las tripas cuando te van a dar tu examen. El miedo tampoco es la sensación de angustia que precede a las pesadillas.
El miedo es más como la incertidumbre, la impotencia y el enfado. Es frustrante en su esencia, porque no puedes conocer la respuesta, el método, o el futuro.
El miedo está en el goteo de un suero, en el pitido de una máquina. En los grados que marca el termómetro y en cómo la piel envuelve como papel al hueso. El miedo está en el latido de un corazón que no tiene fuerzas.
Ese es mi miedo.

And I'll stop...

Oigo las palabras como si estuviera por debajo del agua.
¿Distantes, apagadas, distorsionadas? Amortiguadas por un halo de turbación.
Sé lo que me espera, aunque aún no lo acepto.

Solo al pie de la escalera, el miedo toma posesión.
Un desasosiego con nombre y forma merodeando en los límites de mi pecho.
Y me invade un sudor frío según asciendo, como si la temperatura bajase
y yo estuviera cansada de caminar.

Puedo oír mi propio corazón por encima del sonido de mis pasos,
puedo oír mi propia voz, dentro del cerebro, lamentando.
Lamento lo que pude hacer y no hice,
lamento saber lo que sé.

Y pararé, sé que cuando esté en la cima tendré que detenerme y pensar...,
pensar nunca ha sido bueno para mí.

Pero ya no puedo hacer nada, porque estoy delante de la puerta,
pienso en cualquier cosa para no entrar y enfrentarme a la verdad.
Pienso en tocar la madera, o sentarme unos minutos en un escalón...
la verdad es que no sé por qué corre tanto mi corazón,
pero ojalá estuviera tan cansado como yo.
Ojalá se detuviese ahora que aún puede.
Pero no, tengo la mano sobre el pomo,
y ya no hay vuelta atrás,
porque la puerta se abre y yo no puedo cubrir mis orejas.

Quisiera que hubiera alguien que me dijese que es mentira,
un malentendido. Que me he equivocado, como siempre.
Ahora parece que es mi cabeza la que está latiendo contra los huesos de mi cráneo,
como si gritase al corazón: <<detente, es mi turno ahora>>
Pero no hace caso.
Nadie hace caso a mi cerebro, ni siquiera yo.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Trying...

Lo estoy intentando con todas mis fuerzas, lo prometo. ¡Qué mal momento para ser adolescente! ¡Qué mal momento he escogido para recordar tu perfil hasta en las formas de las nubes y los dibujos de las baldosas! Aunque si algo bueno tiene este momento... es que la música aún me consuela, me hace feliz, y sobre todas las cosas me hace llorar.
Solo deseo tumbarme a escuchar nuestras canciones una y otra vez, pero eso también es adolescente, y yo he decidido llevar esto como una persona madura.
¿Qué debo hacer conmigo misma...?
Menos mal que aún me queda esto. Eso y mis canciones. Esto... y mis recuerdos...

Daydream

Esta es una de esas canciones que me hacen llorar y me tranquilizan a la vez. En parte por mi propio y particular "fenómeno fan", en parte porque es una canción preciosa... del estilo de aquella de Jung Yonghwa que tanto me gusta.
Y supongo que porque también le echo mucho de menos, claro.
<<Tapo mis oídos y trato de escucharte.
Cierro mis ojos y trato de dibujarte.
A pesar de que te has alejado, te has ido
ni siquiera puedo retenerte dentro de los recuerdos.
Estoy prolongándolo...
los recuerdos de nuestro amor pasado están jugando conmigo
de nuevo, una vez más.
Que acabemos solo así, no lo puedo creer.
A este ritmo...
¿Qué hago? ¿Qué hago con todas aquellas promesas?

Incluso cuando estoy herida, solo puedo seguir viviendo si te tengo.
La vida sin ti es como la muerte para mí.
No puedo seguir adelante; no puedo volver atrás.
¿Qué debo hacer? ¿qué debo hacer conmigo misma?

Morir triste (desde ese día en que te fuiste)
Morir triste (desde ese día en que me abandonaste)
Desde entonces, he estado cayendo poco a poco.
De nuevo, una vez más...
Que acabemos aquí, no lo quiero creer, 
¿qué hago? ¿qué debo hacer con todas las numerosas promesas...?>>

I'll keep being me

Dicen que me notan rara, tampoco es que yo me sienta muy feliz.
Es como...¿qué hago? Bueno, no tengo grandes razones para preocuparme, pero así es.
Las pesadillas no ayudan gran cosa...
Creo que mi hermano tiene razón y pienso demasiado. Debería concentrarme en que no se me cayera la sonrisa de la cara, en salir un poco más y reírme mucho, pero así no soy yo, y no sé si quiero seguir fingiendo que me gusta mi forma de llevar mi propia vida.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Hello and goodbye.

La primera vez que entré en ese aula, me distrajeron la penumbra y el olor a incienso que emanaba de una serie de velas blancas.
Las sillas estaban distribuidas formando un círculo en torno a la mesa del profesor, a la altura de una columna blanca cuya pintura se desvanecía a parchetones. Había un escenario detrás, un escenario azul con cajas, objetos altos cubiertos con viejos pedazos de lona y tela y algunos instrumentos musicales.
El profesor estaba sentado en una silla. Era un hombre grande y bastante mayor. Sus ojos, negros y risueños, brillaban entre una miríada de arruguitas, que formaban un abanico sobre su piel. Vestía un poncho a rayas muy descolorido, una camisa de manga corta debajo y unos pantalones pulcramente planchados que dejaban entrever unos dispares calcetines amarillos y azules. Tenía su escaso pelo recogido en una larga coleta colmada de tirabuzones.
Fruncía los labios mientras nos estudiaba, allí, jóvenes alumnos de doce años. Estábamos cohibidos, pegados unos a otros.
-¡Venid pequeñas libélulas!
Tenía una voz extraña. Era profunda, ronroneante y aguda a la vez, y el hecho de que hablase a gorgoritos -como si estuviera cantando ópera- no ayudaba en absoluto. El tono variaba en mitad de las palabras sin ton ni voz, parecía jubiloso y extraordinariamente serio a la vez.

Recuerdo muy bien su aspecto. Recuerdo su voz. Sus excentricidades. ¿Quién no? como todos los genios, estaba loco. Y es que, tras la infinidad de disparates que soltaba de cuando en cuando, se escondían razonamientos que entonces solo pude almacenar. Nos enseñó a criticar, a trabajar en equipo y a amar el teatro. A afrontar los problemas, a relajarnos, a exaltarnos. Aprendimos a preguntar menos y a pensar más
Aún hoy no estoy muy segura de lo que Ramón Guzmán, como profesor o como persona, significó para mí. ¿Un profesor de valores morales? ¿de teatro? quizá sería más acertado llamarlo Maestro de la vida.
El colegio Aljarafe, el Teatro y el mundo entero ha perdido a una persona impresionante.
Nosotros vamos a recordarte, Ramón. DEP.

Se ha ido.

<<Alguien se arrodilla al lado de su rostro y le cierra los ojos. Qué estupidez, ¿por qué la gente finge que la muerte es como dormir? No lo es, no lo es en absoluto.
Algo dentro de mí se derrumba. Tengo el pecho tirante, me duele, me cuesta respirar. Caigo al suelo, la piedra me raspa las rodillas. [...] Debería haberlo sabido. Me llevo las manos al pecho en in vano intento de aliviar la presión.
Cuando parpadeo veo la parte de arriba de su cabeza mientras me lleva a cuestas al comedor. Noto el rebote de sus cuerpos. Es grande, cálido y torpe. No, era.
Eso es la muerte, cambiar de "es" a "era".>>

viernes, 15 de noviembre de 2013

Ríe cuando puedas, y llora cuando lo necesites.

Ahí me tenéis en uno de esos días
en que nadie te coge el teléfono
y las paredes se te echan encima.
Yo sé que siempre hay salida,
 pero saber que todo irá mejor no quita
 que me sienta hecha una porquería.
Pasan los años, los proyectos, los sueños.
¿Recuerdas cómo querías ser cuando eras pequeño?
Crecer es darse cuenta de que la vida no es como quisieras que fuera...
todo es mucho más complejo:
 responsabilidades, luchas, deberes
sonreír cuando no te apetece,
mentir para no hacer daño a los que más quieres...
Fingir cuando sabes perfectamente que te mienten.
¿Merece la pena hacer lo que se supone que debes más veces de lo que realmente quieres?
¿Por qué terminé haciendo lo que todos hacen, si se supone que siempre me sentí diferente?
He sido una cobarde disfrazada de valiente,
siempre pendiente del qué dirá la gente.
Escondo mis miedos para parecer fuerte,
pero ya no más.
Ya es hora de ser consecuente...
Quizá la clave para ser realmente libre sea
reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites,
ser honesto con uno mismo,
centrarse en lo importante
y olvidarse del ruido.
Quizá la clave para ser realmente libre sea
reír cuando quieras y llorar cuando lo necesites,
no cegarse con los objetivos,
tratar de relajarse y vivir algo más tranquilos.

Con este texto me hago una promesa,
hacer lo que sea para encontrar soluciones
y no problemas.
Sé que no soy perfecto...
Bien, no me castigaré más por no serlo.
Voy a aprender a decir que no,
a aceptarme como soy
a medir el valor.
Porque a veces fui valiente por miedo...
Sé que suena extraño pero, ¿sabes qué?
lo peor de todo es que es cierto

Hoy busco...dormir a gusto.
Sé que no suena muy ambicioso
pero créeme, es mucho.
Llevo dieciséis años estudiando la vida,
¿que no hay mal que por bien no venga?
Eso es mentira

Me centraré en lo importante:
en mi familia, mis amigos, en mi pasión por el arte.
Aceptaré que tengo derecho a estar de bajón de vez en cuando
porque eso significa que soy humana.
No pienso rendirme ante ningún problema,
confío en mí y soy capaz de vencer lo que sea.
Volveré a caerme millones de veces
pero siempre volveré a erguirme
porque me di cuenta de que...
Quizá la clave para ser realmente libre sea
reír cuando puedas y llorar cuando lo necesites,
ser honesto con uno mismo,
centrarse en lo importante
y olvidarse del ruido.
Quizá la clave para ser realmente libre sea
reír cuando quieras y llorar cuando lo necesites,
no cegarse con los objetivos,
tratar de relajarse y vivir algo más tranquilos.

-El Chojin (Ríe cuando puedas)

viernes, 8 de noviembre de 2013

City of Bones

-¿Qué es eso?-inquirió, irguiéndose-. Eso que llevas, quiero decir.
Clary bajó los ojos para mirarse. Se había echado encima una chaqueta fina para no sentirse tan desnuda y había cogido su mochila de la habitación. Pero Simon no miraba la mochina; contemplaba sus piernas como si no las hubiera visto nunca antes.
-Es un vestido, Simon-respondió ella en tono seco-. Sé que no los llevo a menudo, pero la verdad es qu...
-Es tan corto-repuso él, confuso.
Incluso vestido de aquella manera, todo de negro, parecía la clase de chico que iría a recogerte a casa para salir y sería educado con tus padres y amable con tus mascotas.
Jace, por otra parte, parecía la clase de chico que pasaría por tu casa y la quemaría hasta los cimientos solo por diversión.
-Me gusta el vestido-dijo éste, desenganchándose de la pared. Sus ojos recorrieron la figura de Clary perezosamente, como las garras acariciadoras de un gato-. Pero necesita algo extra.
-¿Ahora eres un experto en moda?-replicó Clary.
Su voz brotó algo irregular; él estaba de pie muy cerca de ella, lo bastante como para sentir su calidez y oler su tenue aroma metálico.
Jace sacó algo de la chaqueta y se lo entregó. Era una daga larga y fina en una funda de cuero. En su empuñadura había incrustada una única piedra roja tallada con la forma de una rosa.
Ella negó con la cabeza.
-Ni siquiera sé cómo usar esto...
Él se la puso en la mano y le hizo curvar los dedos a su alrededor.
-Aprenderás.-Bajó la voz-. Lo llevas en la sangre.
Ella apartó la mano lentamente.
-De acuerdo.
-Podría darte una funda de muslo para guardarla-ofreció Isabelle-. Tengo toneladas.
-Ni hablar-soltó Simon.
Clary le lanzó una mirada irritada y metió la daga en el bolsillo exterior de la mochila. Alzó la mirada después de cerrarlo y se encontró con Jace que la observaba con los ojos entrecerrados.
-Y una última cosa-dijo él.
Alargó la mano y le retiró las centelleantes horquillas de los cabellos, de modo que le cayeron en gruesos y cálidos rizos por el cuello. La sensación de los cabellos haciéndole cosquillas le resultó desconocida y curiosamente agradable.
-Mucho mejor-susurró Jace, y esa vez a ella le pareció que tal vez su voz sonaba también ligeramente irregular.

See what you look at.

Bajó la vista hacia mí. Un simple gesto, una leve inclinación de la cabeza. Una sonrisa ligeramente ladeada, un atisbo de risa en los ojos.
Todas estas cosas transcurrieron en apenas unos segundos, y todo lo que no había pasado por mi cabeza los días anteriores me atravesó como una daga, y un puñado de...de... de abejas asesinas se alborotaron en algún lugar de mis entrañas. La despedida se me quedó atrapada entre los pulmones y las cuerdas vocales, pero mis amigas esperaban a que me despidiera de él para irse todos juntos.
Él fue quien extendió una mano, y yo coloqué mi palma contra la suya. "Hansel" apretó alrededor de mi mano, y por un momento pensé que me iba a dar un apretón, pero curvó sus dedos bajo los míos y se llevó mi blanquísima piel a los labios. Un rayo de sol lanzó un destello rubio en su cabello.
Entonces sacó la lengua y me dio un lametón en el dorso.
-¡Buaghh!
Mi exclamación de asco arrancó risas en nuestros espectadores. Hansel permaneció impasible mientras restregaba mi extremidad en su preciosa camiseta Fruits Of the Loom de Avenged Sevenfold.
Aún así, como si hubiera visto la decepción en mis hombros, en mis ojos, o en el rictus mal disimulado de mi boca, volvió a cogerme la mano y tiró de ella. No me lo esperaba y por un momento me estrellé contra su pecho y sentí que me rodeaba con los brazos, así que aproveché y lo estrujé entre mis brazos, sintiendo el burbujeo de la risa en nuestro pecho.
Me alejé de allí con una sonrisa en el rostro. Pensé que la forma en que me había abrazado era muy poco amigable, pues había rodeado mi cintura con mucha fuerza y además estábamos muy cerca del otro.
Toda la sangre de mi cuerpo se me concentró en las mejillas, o así lo sentí yo, para variar, mis mofletes me traicionaban.
Iba en mi mundo cuando me topé de frente con mi "intento de olvido", Sky. La sangre huyó de mi rostro para regresar poco después, de golpe, hasta las orejas.
Sus ojos azules e inquisitivos me evaluaron de arriba abajo, y aunque sé que no debería hacerme sentir bien, no parecía nada satisfecho.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Down with the sickness

Nunca pensé que tendría algo thinspo. Tumblr, Twitter, Tuenti, Blogger.
Pero es satisfactorio. Extrañamente satisfactorio. Asqueroso. Me odio, pero me siento un poco mejor con esta mierda que me come la cabeza.
Estoy borde estos días. Ahí puedo admitir cosas que nunca diría a NADIE en voz alta.
Como si me fueran a escuchar.
En fin, me gusta ese sitio. Creo que me quedaré en mi Blog Thinspo unos días.
Hasta que vuelva a retomar mi mente "lógica", goodbye world.

martes, 22 de octubre de 2013

Geureol geomnida.

Yo te olvidaré.
A partir de hoy, lo voy a hacer.
No te conozco, jamás te he visto...
Nuestros caminos nunca se han cruzado.
Estoy bien, lo he olvidado todo,
estoy feliz con mi ajetreada vida,
he conocido a una persona maravillosa también.
Porque el amor siempre es así,
se desvanece después de un tiempo,
y ni siquiera puedo recordarlo...

Cuando un amor se va, otro viene
después de un tiempo,
seguramente sucederá.
Aún si duele ahora,
sanará poco después

Se olvidará. Yo también lo haré.

[Lee Jong Hyun - Geureol geomnida (CNBlue)]

lunes, 14 de octubre de 2013

Leave out all the rest.

De noche todo es más oscuro. Es más fácil estar triste cuando llueve. Es más fácil fingir cansancio si hace frío.
Pero las lágrimas no son síntoma de cansancio o sueño. Por eso me muerdo el labio y pulso el play, escuchando otra de esas canciones que están escritas para mí.

I dreamed I was missin'
You were so scared
But no one would listen
'cause no else scared

After my dreamin' I woke
up with this fear
What am I leaving
when I'm done here?

So if you're asking me I want you to know...

When my time comes
forget the wrong that I've done.
Help me leave behind
some reasons to be missed.

Don't resent me, and
when you're feeling empty
keep me in your memory,
leave out all the rest.

Don't be afraid
I've taking my beating
I've shared what I have made

I'm strong on the surface,
not all the way through.
I've never been perfect,
but neither have you

Forgetting all the hurt inside
You've learned to hide so well
pretending someone else
can come and save you from yourself.

Te quiero.

Te lo he dicho con el viento,
jugueteando como animalillo en la arena
O iracundo como órgano impetuoso;

Te lo he dicho con el sol,
que dora desnudos cuerpos juveniles
y sonríe en todas las cosas inocentes;

Te lo he dicho con las nubes,
frentes melancólicas que sostienen el cielo
tristezas fugitivas;

Te lo he dicho con las plantas,
leves criaturas transparentes
Que se cubren de rubor repentino;

Te lo he dicho con el agua,
vida luminosa que vela un fondo de sombra;
Te lo he dicho con el miedo,
te lo he dicho con la alegría,
con el hastío, con las terribles palabras.

Pero así no me basta:
Más allá de la vida,
quiero decírtelo con la muerte;
Más allá del amor,
quiero decírtelo con el olvido.


Luis Cernuda: Los placeres prohibidos.

domingo, 13 de octubre de 2013

"Rompí a llorar..."

Rompí a llorar.
Me encanta esa expresión. No se dice "rompí a comer" o "rompí a caminar". Rompes a reír o a llorar. Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos.

Them.

Me acuerdo, y sonrío. Me acuerdo aún más, y lloro.
Mientras estaba ocurriendo, tenía un miedo atroz a que se terminara.
Ahora que ha acabado, lamento que ya no vaya a suceder de nuevo.
Me acuerdo del bosque de la lectura, de las cosas tan bonitas que nos dijo nuestro profesor de inglés.
De los disfraces de granja en los carnavales.
Me acuerdo de todas las excursiones, caminando, hablando, conociéndonos.
Y del Camino, ese Antes y Después de mi vida entera. Me entra una añoranza terrible, una pena que no sé cómo acabará. No sé por qué echo tanto de menos a esas personas que solo eran temporales en mi vida, y yo lo sabía.
Extraño cotillear la vida de María, las cosas lindas de Luís, o que Elena siempre me llamase "cielo". O que Rodrigo se metiera conmigo, sobre todo eso. Rememorar el pasado con Amor, y conocer mejor a mis compañeros. Trece años de personas inolvidables.
Es solo por ellos que yo soy de la #Prom97Aljarafe.
Le doy gracias a esos chicos y chicas, mis amigos, que han contribuido en hacerme la persona que soy hoy.

Not you, not me, just memories.

Me gustan esos ojos que parece que sonríen.
Y esos labios que parecen hechos para besar.
Me gusta esa risa que surge en la barriga, como una cascada.
Y disfruto recordando las cosas que sé que ya he perdido.
Y mi mente parece no querer dejar de recordarme que me he enamorado de un loco.
Que me he enamorado de un imposible.
¿Que me estoy enamorando?
Y qué si desaparezco
Y qué importa si no te miro, si no me hablas.
Y si vivo de holas y adioses, y me hacen feliz.
Son solo sueños que viven en mi cabeza, y conjeturas que no saben andar siquiera.
Soy yo autoconvenciéndome.
Soy yo perdiendo la cabeza
Una niña creyéndose poeta, o algo.
Soy yo, nada
Soy nada, soy yo.
Y no sabe siquiera que existo.
¿Por qué me siento una mera herramienta en su vida?
¿Por qué dejo que crezcan ideas de las ideas?
¿Por qué no puedo dejar de pensarte, y de soñarte?

martes, 1 de octubre de 2013

Preguntas, cuestiones, interrogaciones, dudas.

Pues resulta que me siento un poco <<Hola, soy Savater y voy a enseñaros a ser guays solo diciendo cosas que suenan obvias con palabras facilitas>>
Vale, no, ahora en serio.
Esta tarde tuve mi primera clase de Coreano en el CEAO (Centro de Estudios de Asia Oriental). Como es habitual cuando un curso de lo que sea da comienzo, hubo un poco -mucho- de confusión con los grupos y los horarios. Así que pasó de sobrarme un cuarto de hora, a tener una hora y cuarto sin nada que hacer. Había dejado mi ejemplar de "Canción de hielo y fuego" en csa, no tenía libros de instituto para hacer los deberes. Solo un cuaderno en blanco, un reproductor de música, bolígrafos y dinero para un café.
Las herramientas perfectas para ser una "Savatera" y yo apenas intuyéndolo.
Total, que me senté en una cafetería medio vacía en la Ronda de Capuccinos, me pedí un café con leche para espabilarme un poco y saqué el cuaderno. "A ver si viene alguna de esas ideas geniales que luego puedo subir por ahí", pensé. Hace mucho que no escribo algo satisfactoriamente inteligente.
Sin embargo, a mi mente solo ocurrían sueños antiguos sin descifrar, textos narrados en una clase aburrida y poco más.
¿Yo, sin ideas para escribir?
Lo que mejor sé hacer, y cuando tengo tiempo no me sale. Apuré el café, ahogándome en mi frustración. Estos días muchos pensamientos han rebullido nerviosamente en mi cabeza y aún no los pongo en pie.
Ni siquiera el largo trayecto sirvió de gran cosa.
Total, que aguardé escuchando música y estudiando el contorno de las nubes. Disfruté de una hora y media muy relajada de "Annyeones haseyoes", "chonmanhaeyoes" y más vocabulario básico que a mí me sonaba solo por costumbre.
¡Por fin he tenido que esforzarme de verdad en comprender algo! ¡Por fin he podido quemar mi mente a pensamientos!
Una vez en casa, decidí leer cierta reseña de Savater para un trabajo de filosofía. El pasaje forma parte de uno de sus libros, y habla de algo que ya se ha mencionado en clase varias veces: preguntas fáciles y preguntas abstractas.
Yo puedo preguntarme "¿Qué es el tiempo?" también. Claro que puedo. Desvariaré y me comeré la cabeza un buen rato, pero no me quitará el sueño, no será algo que ronde mi cabeza todo el día.
Pero luego Savater relaciona el Tiempo con el ser humano. ¿Qué es el tiempo en mi vida? ¿qué soy yo?
Y yo pienso eso mismo en este instante. Escribiendo estas palabras en lugar de seguir con mi trabajo de filosofía. ¿Qué soy yo? alguien más en este mundo. ¿Quién soy yo?
Cuando preguntas ¿Quién es Óscar Wilde? yo te respondo: es un dramaturgo y un pensador. Es escritor, también.
Pero yo no soy mi profesión. Me dedico a estudiar, pero eso no me define, ¿o sí?
¿Soy escritora? no, soy aficionada.
¿Soy lingüista? chapurreo mi propia lengua y doy gracias por ello.
¿Soy pensadora? pensar, pienso. Pero no sé si pienso en las cosas adecuadas.
Savater preguntaría: ¿y qué es lo adecuado?
Y una pregunta lleva a otra. Ya estoy filosofando de nuevo.
¿Soy filósofa? Toda mi vida la he consagrado a aprender. Lo pienso. Es cierto. Mi pasado es escribir. Mi pasado son libros. Mi pasado es ir a clase, disfrutar en clase. ¿Y mi futuro? Acabar bachillerato, ir a la universidad, hacer un máster, viajar, seguir leyendo. Formarme, aprender, pensar, avanzar. Eso no me va a hacer más inteligente, porque yo más bien diría que la buena suerte se alió con mi intuición.
Hace unos años, si me hubieran preguntado por qué hago lo que hago, hubiera dicho que mi objetivo es estar más capacitada para desenvolverme en el mundo, o para tomar decisiones que me impliquen de lleno, o yo qué sé.
Hoy mi profesora de coreano, Yong Eun me ha preguntado: Y tú, ¿por qué estás en esta clase? ¿por la carrera? ¿porque te gusta viajar?
Y yo he respondido sin pensar: Porque me gusta, porque me lo paso bien.
Y me he dado cuenta de lo espontánea y sincera que ha sido mi respuesta. No lo hago por saber más, ni porque planee viajar a Corea de forma inmediata. No sé si mis estudios futuros estarán siquiera implicados con Asia. Solo sé que soy feliz aprendiendo cosas nuevas.
¿Quién soy? la respuesta debería implicar al menos un adjetivo: Soy una persona. Alguien feliz.

Filosfando.

"Ventajas de ser un marginado" es el título del último libro que he leído. Trata sobre un muchacho de quince años, Charlie, que escribe sobr su vida en forma de cartas anónimas. Podemos ver cómo Charlie cambia a lo largo del libro, hace amigos, coienza a fumar, se enamora, bebe alcohol por primera vez e incluso se ve expuesto a los efectos del LSD.
Charlie estaba en clase y escuchó una conversación entre dos compañeras. Versaba sobre alguien, un conocido de ambas que, aunque tenía la oportunidad, no mantuvo relaciones sexuales con alguien en una fiesta. Tal vez fuera por esto que Charlie llegó a la conclusión de que existían más personas como él y comenzó a dirigirse a este desconocido.
Porque no es una persona normal. No tiene amigos, su infancia no ha sido fácil, y no ve el mundo como el resto de las personas.
Al principio sus misivas me parecían casi infantiles por su sencillez y la carencia de vocabulario. Por doquier se cometían redundancias, y esa clase de oraciones largas y enrevesadas que solo un niño puede escribir. Sin embargo, conforme este personaje comienza a desarrollarse como persona, a "implicarse" (Como le insiste su profesor de Literatura) con el mundo y a pensar un poco más en lo que le rodea, descubrimos que es sencillamente brillante.
Charlie me ha mostrado mucho. Me ha enseñado a no buscar palabras rimbombantes y complicadas para las cosas que no sé explicar o no entiendo. A expresar sencillamente lo que siento, sin tapujos. Es brillante porque se percata de cosas que nadie ve. Es extremadamente sensible. Y sus cartas son de una sinceridad devastadora, porque no contiene tabúes, carece de todo sentido de la vergüenza. Cualquiera que las lea podría sentirse abochornado fácilmente. ¿Cuántas cosas habremos dicho, pensado o realizado sin pararnos a pensar en qué implican realmente? Te vuelves un poco más consciente de ti mismo después de este libro.
Puede parecer un poco tonto al principio, pero Charlie me ha dado mucho que pensar. En relaciones sociales, en mi modo de participar en la vida de las demás personas. Lo que al principio era una novela ligera que narraba jocosamente los cambios de un muchacho de quince años un poco torpe, se ha convertido en una reflexión sobre mí, y sobre el resto de la sociedad.
Es impactante porque hace que todos nos sintamos falsos. Sonriendo sin ganas, con mentiras piadosas..., Es como si a Charlie no le importase lo más mínimo lo que piensen de él. Pero no por prepotencia y chulería, sino porque no piensa en los demás de ese modo, sino como personas a las que hay que agradar y cuidar. No cree que nadie pueda reflexionar sobre él realmente, como si no se incluyera en el "todo" de la sociedad.
Supongo que está relacionado con la ética respecto a que Charlie es justo eso que no esperamos encontrar nunca, un ser con ética propia, incorrupto. Sin ser tocado por la sociedad. La gente que le ha hecho daño no ha cambiado su forma de ver las cosas y el mundo. Charlie no es un personaje precisamente feliz, es solo reflexivo. Nadie lo ha cambiado ni lo ha manchado.
Finalmente, mi conclusión es que esas son las ventajas de ser un marginado. Ser distinto, ser locuaz, sincero, puro..., sin mácula del resto del mundo.

lunes, 30 de septiembre de 2013

And then, nothing.

Miro mi estuche. Está plagado de recuerdos del año más maravilloso que pasé en el Colegio Aljarafe. Están los nombres de mis compañeros y amigos, los peregrinos. Hay un perro hecho de típex blanco, y yo pienso en Ana, que pintaba esos perros amorfos por todas partes cuando te dabas la vuelta. Sobre la silueta del Skater negro está escrito mi nombre, también con típex. O, al menos, una variante de mi nombre. Es el diminutivo que menos me gusta, por decirlo de forma delicada..., pero no lo he borrado. Sé que debería limpiar el estuche, pero es lo único que me queda de S. Eso, y un puñado de papelitos con mensajes como "Tráeme mañana el texto de lengua. PD: sonríe, princesa". Creo que lo último lo ponía para que no lo mandara al carajo.
Pero, ¿cómo hacerlo, con lo que me gustaba? o eso era al principio, porque ahora es una obsesión en toda regla.
Letras mayúsculas, blancas e irregulares. Supongo que intenté forcejear con él cuando lo escribió. Supongo, también, que no luché con demasiada fuerza.
Él, que disfrutaba haciéndome sonrojar y utilizando mis mejillas luego de radiador. Él, que me tocaba el pelo cuando me hacía dos coletitas. Él, que fue el único a que le gustaron cada uno de mis cambios radicales. Él, que me abrazaba de cuando en cuando. Él, él, él. Él, que me sonreía. Que bailó conmigo. Él, que me miraba con falsa preocupación y se disculpaba con fingida sinceridad.
Y, a pesar de ello, estaba loca por él.
Y, sin embargo, no sé qué ha pasado. No sé qué he hecho mal.
No sé siquiera si debería volver a pensarlo. Probablemente solo sean estupideces que tan solo están en mi cabeza, y debería pasar página y pensar en otra cosa. 
Probablemente tampoco haga mucho caso de absolutamente nada de lo que estoy sugiriendo....

Scared of what.

Jaleo.
Noté cómo se me subían los colores de nuevo. Sentí el calor rebullendo en mi interior y quise meterme debajo de una piedra.
A nadie le gusta que conjeturen sobre lo que siente por otra persona.
Creo que él debió notarlo. "Kote". Se tensó a mi lado, como si me avisara de lo que iba a suceder a continuación.
Un tirón, una sacudida y después silencio.
Me concentré. No podía abrir los ojos, algo suave y rasposo al mismo tiempo me presionaba los párpados. Olía a polvo de albero. Olía al instituto, pero también a sol, a tabaco, a marihuana. Olía a sí mismo, de una forma que se me quedaba pegada en las manos cuando le acariciaba el pelo. También a desodorante masculino, a colonia, y a calor.
Cómo desvarío, como si pudiera percibirse tanto solo con una brusca inhalación.
Sus brazos fuertes, sus piernas bajo mi cuerpo en horizontal. Menos mal que tenía los ojos tapados, si no lo más probable es que me hubiera parecido a una locomotora de vapor humana, o algo parecido.
Estaba incómoda, pero no me hubiera movido por nada en el mundo.
Sabía que Kote estaba hablando, percibía el vaivén de su pecho y el ronroneo de su voz en mi espalda; pero no podía oír sus palabras, el corazón me atronaba los oídos.
Yo no lo disfruté mundo. Cuando todos se marcharon, Kote no me soltó. Fui yo la que le dije que me dejase. No recuerdo por qué lo hice, pero ahora me arrepiento. Ahora que no entiendo sus indirectas, ahora que no sé siquiera si somos conocidos. Ahora que le saludo y ni siquiera me mira.
Esos ojos, que creía conocer mejor que nadie, ahora son ojos de nadie. Ahora no sé qué quieren decirme.
Son solo unos ojos bonitos, y nadie se enamora de unos ojos.

viernes, 27 de septiembre de 2013

#NoEstoyEnferma

" If you don't understand mental illness, good. Good for you. You shouldn't have to understand.
If you don't understand why some people just can't get up from bed in mornings, good. I hope you jump uot of bed every single day; ready to take the world by storm.
If you don't understand how someone could drag a blade across their skin, good. I hope you never that desperate to feel something.
If you don't understand what would drive a girl to keep starving herself despite everything she is, lost in the proccess, good. I hope you stay heavy, I hope you to be happy with yourself.
If you don't understand why he wont just go to church, or rehab, or find someone who can help him, good. I hope you always have somewhere to turn.
If you don't understand how someone can keep swallowing botthles of pills, trying knots in clothes, or standing at the hops of bridges, good. I hope you never that desperate fot relief.
If you don't understand, good.
Your not supposed to.
It's all fucking sick.
Thanks god for ignorance, it's healthy."

Who? Why!

Las personas a las que quiero se pueden contar con los dedos de las manos. Siete personas. Solo esas..., de las cuales cinco están emocionalmente desechas, una está enferma y dos viven a cientos de kilómetros de mí.
Y luego vendrá el bienintencionado mundo y se preguntará por qué soy como soy.
Y yo solo sonreiré para aquellos que estén a mi lado.

Crawling

Pero, ¿qué sabréis vosotros de la desesperación? ¿alguna vez has tenido la sensación de que todo está perdido?
Da igual el camino que escojas, porque el final es bien visible. Solo que uno de los dos caminos es más prolongado. Una forma de no ver lo que nos esperas, con tanta curva como tiene el túnel.
¿Qué haces cuando crees que se acerca tu peor pesadilla? mejor dicho, ¿qué hago yo? ahora solo quiero llevarme las manos a la cabeza y relajar los músculos, cualesquiera que sean, que han mantenido el salado manantial de mis ojos callado, fluyendo dentro.
¿Conocéis acaso la desesperación del dolor? ¿la del sufrimiento emocional? ¿la de perder todo lo que os importa? ¿conocéis la soledad?
¡Oh, sí, recemos! ¡recemos y todo irá bien! ¿Toda mi vida se viene abajo y a ti solo se te ocurre pedirme que rece? ¡Si pudiera ver a vuestro Dios a la cara le escupiría! ¿dónde estaba él la primera vez que escuché a mi madre llorar? ¿dónde está cuando ella vomita? ¿dónde estaba hace unas horas, cuando escuchó ese definitivo "ya no podemos hacer nada por ti"? Vuestro Dios no apareció ninguna de las veces que lloré hasta dormirme porque creía que iba a perder el pilar en torno al que ronda mi vida. Dios no me palmeó el hombro en la sala de espera del hospital. ¿Y vuestro único recursos es decirme que vuestro bondadoso Dios la ha mantenido con vida? ¡Pues vaya vida! vida de horas y horas de cansancio y trabajo, vida de pobreza, vida de incertidumbre. ¿Quién quiere vivir para llorar entre cuatro paredes? ¿quién quiere la vida para consumirse entre unas sábanas? Somos muy egoístas y la apoyamos, le aconsejamos fuerza, le pedimos a todo lo pedible que ella no nos abandone. ¿Para qué? yo no aguantaría. Cuando me vaya, yo ya no sabré si sufren o no, ya no me importará. Yo no lo querría.
No voy a arrastrarme a ese Dios impasible vuestro, no voy a subirme a vuestra nube de chalados a que alguien "me escuche". No, lo que necesite, lo que haya que hacer, lo costearé yo por mis medios.
Se acabó que Dios se lleve mis méritos.
Esté o no esté, ¿qué importa? Como dijo Jace, estamos solos.
Solos.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

No-normal.

Ya no veo a mis amigas como tales, ya no.
Ya no salto a sus brazos, ni las echo de menos como antes.
Ya no veo nuevas amigas en las personas que me caen bien,
solo a gente manipulable..., o manipuladora.
Ya no sé tratar con la gente.
Hacer chistes, echar piropos o reír de forma natural.
He perdido práctica en este juego que es socializar.
He perdido mi posición manipulable, ahora soy yo quien mueve las piezas,
porque ahora sí que me doy cuenta de las cosas.

Y ya no necesito a nadie para ser feliz.

No, ¿verdad?

Me da igual quién llegue, de verdad. Me da igual si es un hada llamada Felurian, que lleva miles de años sin verse. Me da igual si viene Élodin, o si es un sacerdote del templo Blanco y Negro. Puedo incluso aprender el Lethani. Solo necesito uno de esos personajes que viven en los libros y tienen por costumbre hacer preguntas extrañas y estar un poco locos. Alguien que imbuya un poco de decencia y alguna que otra respuesta en este adormilado y retorcido cerebro mío, ¿no? aunque yo sola tenga que encontrar la respuesta.
En otras palabras, necesito alguien que me oriente un poco.
Quizá así suceda como en los libros, y al menos tenga las cosas claras. Mi siquiera necesito quedar por encima de los demás.
Pero eso no va a ocurrir, porque Felurian no existe, ni Élodin, ni yo soy Arya, ni nadie me va a ayudar en esta vida. ¿A que no?

jueves, 19 de septiembre de 2013

What the hell?

<<Es solo una amiga>> ¿Cómo que solo? ¿cómo que una amiga?
Resoplo y apago el ordenador. Con impaciencia, tamborileando con los dedos sobre la lustrosa superficie de la mesa del comedor. Golpeando el suelo con la blanda suela de mis All Star. De pronto me entra calor y abro la ventana, de forma que la brisilla vespertina refresque la habitación. Un haz de luz ambarina se recuesta perezosamente sobre los muebles, dejando que el polvo se adivine a través de ella, como si fuera una mujer lánguida y sensual con un vaporoso vestido blanco. Y muy poca decencia, claro.
A lo que iba. ¿Amiga? que yo sepa, a una amiga no la besas. A las amigas no les dices que las amas. No te quedas despierto sin importar el cansancio que arrastres para charlar "solo" con una amiga.
Por esto odio las redes sociales, y la forma que ha creado la sociedad de mentir, manipular, y convertir el amor en una inseguridad.
Cojo un libro del montón, pero mis pensamientos no logran enredarse con los hilos de la trama. Paso las páginas, ojeando sin leer, pero no sirve de mucho.
Y al final suspiro. Porque he de enfrentarme a mi cabeza y afrontar de una vez que me ha dolido.
A veces es difícil ser blanda, dulce y delicada. No, no es precisamente eso lo que me apetece ahora mismo.
<<¿Y qué diablos quieres, si no es un "buenos días, princesa"?>> me pregunto. Yo sola sé que no estoy siendo coherente.
No sirve de mucho pensar, tampoco. Las palabras que estoy escribiendo ahora tampoco son lo mejor que ha pasado por mi cabeza. Después de un verano de libros, libros, textos, idiomas y más libros, dos semanas sin una idea brillante que desarrollar en un viejo cuaderno me parecen una locura.
Ahora está bien, porque aún conservo mis sentidos. Aún puedo oír a Kyuhyun, Leeteuk, Donghae en mi oreja, preguntando "otoke?" (¿Qué hago?) y nunca me he sentido mejor y peor a la vez.
Aún puedo escuchar a mi mejor amiga. Su rostro en la pantalla luce igual, sano y moreno. Utah le está sentando bien, mejor que a mí los años que me esperan sin ella.
-¿Lo viste?-ella suspira y entrecierra los ojos, que tienen un matiz soñador-. Sería bueno si Chanyeol al fin se decidiera y él y Baekhyun podrían ser felices juntos...
Pero las palabras se desvanecen como burbujas de aire arrastradas por la brisa de mi ventana, y las sutiles vibraciones de las cuerdas vocales se pierden a mitad de camino, en algún lugar de la red.
En definitiva: la oigo, pero no la escucho.
Esta noche será peor, sin duda, cuando mi mente desentierre todos los recuerdos felices con sus cortantes y afilados bordes. Todos los recuerdos tristes, también.
Mejor será que acumule sueño. Va a ser una noche muy larga.

Retarded.

Estos días he recibido muchas protestas en Tuenti, Facebook y en Twitter con respecto al inusual retraso en la actualización de capítulos de mi fanfiction "Infinitely Yours" el que, os recuerdo, es un Super Generation (Super Junior + Girl's Generation) no un Lemon ni un Lime.
En primer lugar, disculpas por la demora, en breve subiré el décimo capítulo, o el noveno. He perdido la cuenta, la verdad.
En segundo lugar, el motivo es que no tengo dónde escribir. Las distintas reformas que están teniendo lugar en mi casa, especialmente en la zona de estudios, me dejan sin mi ordenador (un viejo dinosaurio de mesa). En él tengo las bases para continuar con la historia sin contradicciones: relaciones entre personajes, línea general del desarrollo de la historia, estructura por capítulos, imágenes, datos de la universidad de cada uno de los protagonistas..., etc. Así que no hay fic si no tengo ordenador, qué le voy a hacer yo.
A todo aquel que ande buscando el ya mencionado blog de fics, encontrará la información al final de esta entrada o en mi perfil de blogger. Estoy preparando una sorpresita más, a ver si el experimento da buenos resultados..., sí, ¡una K-Radio! algo parecido a lo que hacen en Generación Kpop, pero sin tanta charla de relleno y sin acento latino.
Creo que eso es todo. Tengo novedades, sí..., el problema es que pereza, sueño e instituto son una pésima combinación.
Si te gusta el pop coreano (kpop) y los FanFictions, visita mi otro blog haciendo click aquí .

viernes, 6 de septiembre de 2013

Meikyuu...

Abre tus brillantes ojos a esta noche silenciosa.
La misteriosa noche caerá sobre ti.
Se escuchan pasos acercándose,
como los de un gato negro.

Sobre la luz de la luna se dibuja una silueta,
y dice: "Vayamos por aquí"
con una gran sonrisa.

Una sombra de deseo cubrió la retorcida ciudad,
mientras el ángel vagabundo descendía.
Los fragmentos del amor
en los preciosos pensamientos que
sostuve en mis brazos no eran nuestro destino.
La felicidad es un sueño, ¿lo puedes ver?
Cuando llegue el momento en que
estés durmiendo en algún lugar
y tengas un dulce sueño...

No podrás verme.
No sabrás atraparme.
Soy como una mariposa perdida
Mis alas, ocultas, cantan por su libertad,
incluso a las personas que no pueden verlas.

Mi rostro reflejado en el espejo era
una consentida en ese tiempo,
pero ya no soy una niña
puedo desatar mi propio cabello.

Mi pecho se oprime por la tentación de
esa dulce fragancia a mi alrededor.
Las palabras perdidas fueron puestas
mágicamente en mis labios.

Las cosas preciosas
Las cosas importantes...
Ignóralas.
Rompe la llave de mi interior.

Por favor, destrúyela.
Destruye la llave que tiene la clave de mi secreto

jueves, 5 de septiembre de 2013

Black Diamond.

Dime cuál es tu mayor deseo,
la persona que más anhelas
con fuerza suficiente, sin bajar el volumen.
Trata de gritar más alto que nadie...
antes de que salga el sol.

Un nuevo día debe comenzar.

Baila con una sombra detrás de esa luz.
Esa es la única forma en que puedo tomar tus manos.

Entonces...
¿Qué es lo que deseas?
¿Qué es lo que estás buscando?
¿Es este resplandor que ha unido nuestras manos?
Viene del cielo, caído en desgracia, y viene a recoger
un diamante negro.

Con las manos temblorosas, te dedico esta plegaria.
A la persona que más anhelo
Como si fuera una muñeca, sin ningún propósito,
porque no puedo derramar ni una lágrima.
Incluso si duelen o están llenas de mentiras,
no voy a ceder a ellas,
solo mi verdadero yo está brillando ahora.
Y lo estoy desafiando.

Entonces...
¿Qué es lo que vas a cantar?
¿Qué es en lo que vas a creer?
Si comienzas a sentir confusión,
podrías acabar convertido en sobras.
Desde el cielo, con esta noche distorsionada,
agita un diamante.
Un diamante negro.


martes, 3 de septiembre de 2013

¿Qué sabes tú de mí?

¿Sabías que mi instrumento favorito es el Gayaggeum, porque contiene todos los sonidos del mundo?  ¿sabías que me sienta mal el picante? ¿que odio la cerveza y muchos vinos, pero que prefiero cosas mucho más fuertes? ¿sabes que me repugna la gente que fuma? ¿mi actriz preferida? ¿que me gusta trasnochar y el cola-cao frío? ¿sabías que el peor de mis sentimientos es la desilusión? ¿alguna vez te he dicho que una de mis mayores ilusiones es echarme un tinte fantasía? ¿o que amo leer yaoi, pero odio verlo, por ejemplo? ¿no te suena que me encanta invitar, y que prefiero las sorpresas si el regalo es para mí? Ah, ¿y que me encanta el olor de la gasolina, los abrazos, y hacer trenzas?
¿Sabías, por casualidad, que odio que me juzguen? ¿te suena haber leído, oído o intuído que estoy harta de que me decepcionen?

Tensión.

¿Suena a topicazo si digo que habría podido cortarse con un hacha? La tensión, digo.
Probablemente, lo sería.
Pero no se respira felicidad alguna en el ambiente, a pesar de que todo va "bien".
Odio que mis padres discutan. Lo odio, porque se están pareciendo a lo mismo que siempre critican. Lo odio porque es irrazonable, y porque yo pensaba que estábamos más allá de toda esa mierda.
Lo odio porque nunca lo he vivido de forma tan consciente como ahora.
Y porque soy débil, y no puedo esconder que me duele, no puedo intentar mantener a flote la conversación, no puedo hacer muchas cosas.
Estoy cansada ya de esta tensión, de esa forma cortante de dirigirse unos a otros. Y de los que despotrican contra las personas que yo quiero.
Si es necesario tener tabúes para que todo vaya bien, se establecerán los tabúes.
¿O no lo han hecho ya? ¿no sabemos todos qué nombres no debemos mencionar?
Pues yo no tengo pelos en la lengua, y eso es un problema.
Sigo pensando que yo, solamente, aislada de los sentimientos hacia otros y bla, bla bla..., creo que yo sería mucho más feliz si no existieran abuelos, tíos, cuñados y primos cabrones para amargar mi existencia.
Que las vidas ajenas no son cosa mía, al fin y al cabo.

Qué ganas tengo de que empiece el curso. Así al menos escaparé del melodrama y mantendré la mente en otra parte... unas seis horas al día.

Dafck?

De una larga secuencia de recuerdos, ideas, paranoias y conclusiones, solo ha una imagen en mi mente y un puñado de conjeturas.
No voy a decir qué es lo que vi, ni si debí o no ser consciente de aquello. Al principio fue la escena (y sus hipotéticas consecuencias) lo que más desasosiego me produjo. 
Ahora, un día y medio después de aquello, no se lo he contado a nadie. Mi reacción ha sido desmedida, como poco.
Lo primero que hice fue sentarme, pues sentí que me temblequeaba todo el cuerpo, como si fuera una réplica enorme y desestructurada de un flan de huevo. Mis manos no podían sostener nada, y una serie de flashes acudieron a torturarme. Aparqué aquello por el momento, no estaba sola y no quería responder a nada sin pensar antes.
Me fui a dormir pronto, ayer. De todo lo que sospeché y relacioné, solo una imagen me perseguía.
Probé leyendo. Probé con mil géneros musicales de distinta intensidad. Probé mirando al techo.
Al fin cerré los ojos, de forma más o menos definitiva. Juraría que el cielo estaba clareando casi, cuando ese único fotograma mental mío se instaló en la parte interna de mis párpados, produciéndome una de esas pesadillas sin sentido que yo asocio con el calor bochornoso de un día lluvioso, en medio del verano.
A pesar de que el aire acondicionado estaba puesto, me incorporé de golpe, empapada en sudor. A pesar de que yo nunca hablo en sueños, un grito pugnaba por abrirse paso hacia el exterior, enredado en mis dientes.
A pesar de todas las distracciones que me he auto-proporcionado, la idea todavía me afecta como si fuese una enfermedad. Me cuesta respirar, no puedo dormir, me entra fatiga. Se desliza entre líneas cuando leo, entre dos imágenes si veo alguna serie..., parece un mensaje subliminal.
Ni siquiera conseguí narrarla, escribirla, contarla.
Nadie sabe aún. Quizá debería confirmar mis sospechas de algún modo.
¿Por qué me afecta esto así?
¿Dormiré esta noche?
¿Por qué intento ponerlo en palabras y no puedo?
¿Por qué nunca parece el momento cuando de verdad es importante...?

sábado, 31 de agosto de 2013

Kingkiller Chronicle - Review.

No sabía absolutamente nada de Patrick Rothfuss ni de su obra cuando decidí ir a buscar algo que me entretuviese en la Casa del Libro, un día de septiembre del año pasado. Nadie me había hablado jamás de la "Crónica del Asesino de Reyes", ni de su autor, ni del "Nombre del Viento". Nada de nada.
Pero la cuestión es que ahí estaba. Destacaba por encima de los libros más fino y más infantiles de fantasía, y de esos tontos e insulsos romances diseñados solo para entretener a personas de mi edad. Libros como "La caída de los Reinos", que me leí en una tarde, y me dejó un decepcionante vacío  en algún lugar entre mis pulmones.
El verde y el negro combinaban la mar de bien, un grueso y caro tomo de tapa dura del que no había oído hablar jamás. Decidí arriesgarme, gastándome todo lo que había podido guardar con el fin de conseguir algo decente que leer.
La tarde siguiente, me tumbé en la cama, con los codos apoyados en el colchón, y abrí la primera página. Había escogido un muy buen ejemplar, cumplía todos mis criterios en cuanto a tamaño de la letra, encuadernación y tipo de papel. Las rugosidades bajo la yema de mis dedos me recordaron a mis primeros libros. No olía a libro nuevo, sino solo a papel, pude sentir su sabor leñoso al final de la lengua.
Todo desapareció entonces, y en lo que dura un parpadeo, mi padre irrumpió en la habitación en mi busca. Era la hora de cenar.
El libro me absorbió por encima de todo. No podía concentrarme estudiando, pues mi mente no dejaba de cavilar sobre los intrigantes aspectos de la personalidad del protagonista -cuyo nombre aún no sé pronunciar, casi dos mil páginas más tarde-, soñaba con él, con la historia y con las ciudades que Rothfuss describía para mí. Despierta y dormida, sus personajes, su entorno y sus normas me parecían casi tan reales como las mías propias.
Lo devoré con el ansia de un lector novato, totalmente enfrascada en la historia. era un libro ligero, pero condensaba mucha información. Era una obra de arte en papel. Te mantenía atrapado mientras estabas leyendo.
Sin embargo, casi un año ha transcurrido hasta que tuve en mis manos el segundo tomo. Mil doscientas páginas. Cobertura negra y roja. Tapa blanda. Y las mismas características en cuanto a letra y papel.
Lo primero que he pensado teniendo en mis manos este libro, es que no existe otro igual. Sé de las preferencias literarias de Patrick Rothfuss -similares a las mías- y no encuentro ninguna huella de otros autores en su prosa. Es su voz. Las mejores descripciones, las mejores personalidades, y la magia de hacer que un antagonista te sea simpático y un aliado de Kvothe te parezca pedante y amargado. No tengo ninguna prisa en leerlo, aunque para ser sincera, si de mí dependiera no haría otra cosa. Hacía mucho tiempo que no conseguía unas sensaciones tan vívidas de un libro. Hacía mucho que no se me contraía el estómago de miedo pensando en lo que va a pasar, ni me dolían los hombros de la tensión que soportan. Que pase algo bueno en la historia me mantiene de buen humor. Si pasa algo malo, me descubro pensando en qué haría yo. Un libro dentro de una historia, que a su vez está contenida en otro libro. Conozco la historia, las ciudades, las deidades y las leyendas, porque Kvothe y Rothfuss me las están contando. Sueño que vivo en Anker's, cerca de la ciudad de Imre y de la Universidad. O que paseo con Denna por las calles de Bajo Severen. Conozco canciones que jamás he escuchado, poemas de los que solo he leído que otros hablan.
Sí, con razón dicen que es el mejor libro de la década, aunque no he leído tanto como para poder afirmar lo mismo. Sí puedo decir que, tanto El nombre del Viento como El temor de un hombre sabio son dos de los mejores libros que he leído desde hace muchos, muchos, muchos años.

martes, 27 de agosto de 2013

Koizora.

Koizora (en español: Cielo de amor) es probablemente la película más triste que he visto en la historia de mis días. Mika es la protagonista, mantiene una historia de amor con Hiro. En dos devastadoras horas hay sonrisas, pero más lágrimas aún. La ex-novia celosa de él le hace la vida imposible a nuestra joven protagonista: paga a unos matones para que le den una paliza y la violen, divulga por el instituto que ella es una prostituta e incluso hace que pierda el bebé que Mika y Hiro están esperando, justo la víspera de navidad.
Más tarde y sin razón aparente, Hiro termina la relación con la pobre Mika, y ella -cómo no- queda destrozada. Se encierra en su mundo, arrumbada por la misma realidad, hasta que conoce a un joven universitario en una fiesta de Noche Buena.
Yuu, se llama. Ni siquiera recuerdo su apellido. Creo que soy la única persona que, hasta la fecha, se ha planteado alguna vez qué debió sentir Yuu.
Es un chico absolutamente normal. Cursa su segundo año en la universidad, es abierto, amable y sensato. Quiso la casualidad que aquella gélida Noche Buena, a Yuu le diera por fijarse en Mika. Era la única persona que no participaba en los juegos, que no se unía a la conversación. Estaba sentada junto a la ventana, removiendo perezosamente un vaso de Whiskey que no llegó a probar. Él se sentó a su lado y trató de hablarle, pero resultó que Mika era tan fría por fuera como por dentro. Pero eso nuestro inocente Yuu lo encontró intrigante, fascinante y muy triste. Quería protegerla, quería ver su sonrisa.
-Si alguien te declarase su amor, ¿cómo te gustaría que fuese?
Lo cierto es que muy sutil no era el hombre.
-Sosteniendo un gigantesco ramo de Baby's Breath y diciendo "te quiero"-y esa fue la respuesta más larga que le sonsacó a su interlocutora.
Así que Yuu se dio por vencido de momento, y se limitó a observarla cautelosamente. Un cuarto de hora antes de las doce, la chica se levanta, coge su abrigo y sin una palabra, desaparece.
Yuu no lo duda: se pone en pie y la sigue hasta lo que podría ser un parque, o las inmediaciones de un instituto..., de no estar enterrado por la nieve.
Lo que Yuu no sabe, claro, es que es el lugar simbólico donde Mika y Hiro suelen dejar un par de diminutos guantecitos rosas, junto a un muñeco de nieve, en el mismo lugar donde ellos se conocieron.
No, realmente no puede saberlo, así que deambula perdido y preocupado bajo la nieve, con un paraguas en la mano.
Alguien baja las escaleras a toda velocidad.
-¿Hiro?
Yuu nunca habría asociado ese tono ni esa voz a la pequeña Mika, siempre tan fría. Ella había pronunciado ese nombre <<¿Hiro? ¿de Hiroki? ¿quién será...?>> con calidez, con esperanza. Con miedo, suplicante.
Así que cuando ella apareció, aterida y empapada, ante él, se quedó sin palabras. Solo la envolvió en su abrazo, la resguardó de los pedazos de hielo que caían sobre sus cabezas, y la dirigió al coche.
-Vamos, te llevaré a casa.
Dentro del vehículo, ella se apretó la bufanda contra la cara y comenzó a sollozar con desesperación.
A partir de entonces, se diría que todo va "mejor". Yuu se esmeraba en darle clases cara a la universidad. Se  mantiene una buena relación con sus suegros, que se mostraron aliviados de que fuera un chico más "normal". La cuidaba, la protegía, le escuchaba. Un año después, (con ramo de Baby's Breath incluído) son novios. Algo más de tiempo, y Yuu elige un precioso anillo de oro blanco con un discreto diamante para Mika. Y ella, como si no estuviera muy segura de lo que hace, lo acepta. Prometida.
Otra Noche Buena más, Yuu se compromete a esperar en el vehículo mientras ella lleva su par de guantes -rosas y blancos- al mismo lugar que está vedado para él. Mika nunca habla del tema, pero tampoco hace falta. Yuu no va a presionarla, no.
Pero ha pasado ya una hora, y nieva mucho. ¿Y si se ha caído? ¿y si hay alguien...? las desalentadoras perspectivas preocupan a Yuu. Aunque, ¿quién iba a salir en una noche helada como esta? todos deberían estar con sus familias.
Yuu apaga el motor y baja de su coche. Sus pasos producen un crujido muy desagradable, pero él solo puede escuchar el rugido del viento en sus oídos. Pronto, divisa una silueta encogida y temblorosa junto a un difuminado bordillo de ladrillo rojo. Y dos pares de guantes.
-¡Mika!-Yuu alza la voz para que ella pueda oírle. Se agacha a su lado y toca delicadamente sus hombros.
Ella murmura algo, parece fuera de sí.
-...Bebé.
-¿Mika?
-¡Hiro ya no vendrá...más...a ver al bebé! Hiro...¡Hiro se va a morir!
Ella clava sus rasgados ojos negros en él y se pone en pie a una velocidad imposible.
-¡Tengo que ir a buscarle!
Yuu no puede evitarlo, la rodea con los brazos, creando una cárcel a su alrededor.
-¡No! ¡no, Mika! ¡si te vas, no regresarás!
Porque él lo sabe. Yuu no es tonto, sabe que Mika sigue enamorada de alguien que no es él. Sabe que perdieron a su bebé. Y ahora parece que su rival está enfermo.
Yuu y Mika forcejean. Y de pronto, escuchan un tintineo y se separan, como a cámara lenta.
Sobre la nieve, a un metro escaso, hay un anillo. De oro balnco, con un discreto diamante tallado en la parte más delgada del aro.
Ambos se miran, como hipnotizados.
-Lo...siento-murmura ella, agachándose para recuperarlo.
-No lo cojas.
Yuu casi no puede creerse que las palabras estén saliendo de su boca, pero es su voz. Puede sentir las burbujas de aire en la garganta, alzándose para expresar su voluntad.
-Qué clase de persona soy, impidiendo a la chica que amo encontrar la felicidad.
Mika se limita a mirarle. Toda su agitación ha desaparecido.
Entonces, Yuu se pone detrás suya y la empuja, poniendo su propio paraguas en su mano.
-Vete, Mika. Ve a buscarle.
-Gra...cias.
Yuu baja la vista. No quiere recordar su silueta de espaldas, corriendo bajo el cielo negro, sobre el suelo blanco. Se agacha y recoge el anillo del suelo, con delicadeza, con mimo. Pesa. Está frío.
Una ola de calor llena de vacío la mente del joven, que gira sobre sí mismo con un grito desgarrador y lanza la joya tan lejos como le permiten sus musculosos brazos.
Después de eso, no tiene fuerza. Yuu se inclina sobre sí mismo, se abraza las rodillas y comienza a llorar.

No sé qué vendrá a continuación, pues la historia continúa persiguiendo a Mika.
Ella y Hiro se gritan un rato, se sinceran y hacen las paces. Juntos disfrutan de la mutua compañía mientras el cáncer se lleva a Hiro. Solo tienen tres angustiosos meses de dolor, degradación, de despedidas y reconciliaciones. Mika dejó los estudios para cuidarle a tiempo completo. Aprendió a tejer, y pasó los días anudando lana para hacerle un gorro a mano.
Para Hiro hubo amor, y luego un cielo. Así pues, unos meses más tarde murió, condenando a su amada a la soledad y a la melancolía.
En esta historia, no hay final feliz para nadie.
Pero solo es una historia. En el mundo real, Mika iría a la universidad, y espero que unos años después hubiera encontrado la forma de olvidar.
Yuu se casaría con otra joven. Más jovial, más viva, y cuyo corazón le perteneciera por completo.
Los padres de Hiro, su hermana, nunca lo superarían, pero aprenderían a seguir adelante.

Y con el tiempo, nadie se acordaría de nada.

lunes, 26 de agosto de 2013

Crimson Day

Darkness brought, endless rain
Out in the cold I lost my way but storms won't last to clear the air
for something new, the sun came out and brought you brought...
A lifetime full of words to say
I hope that time will slow the passing day

I've wrong time over,
and I've been shamed with no words to find,
but if the sun will rise, bring us tomorrow,
walk with me... crimson day...

Don't speak, no use for words
lye in my arms and sleep secure
I wonder that you're dreaming of
 lands rare and far... a time must fly to reach the stars



domingo, 25 de agosto de 2013

Nadie como tú.

Nadie como tú para hacerme reír
Nadie como tú sabe tanto de mí
Nadie como tú es capaz de compartir mis penas, mis tristezas, mis ganas de reír
Tienes ese don de dar tranquilidad, de saber escuchar, de envolverme en paz.
Tienes la virtud de hacerme olvidar el miedo que me da mirar la oscuridad
Solamente tú lo puedes entender
En silencio y sin cruzar una palabra, solamente la mirada es suficiente para hablar
Nadie como tú para pedir perdón
nadie como tú valora esta canción
Nadie como tú me da su protección, me ayuda a caminar, me aparta del dolor
Tienes ese don de dar tranquilidad, de saber escuchar, de envolverme en paz...

~

Te esperaré.
No importa quién te bese yo te esperaré
No importa que me quieras yo te escucharé
Si tú me has dado tanto, yo te esperaré y te daré mi vida entera
Te esperaré
Te esperaré en las sombras siempre ahí estaré
No importa que tus ojos no me quieran ver
No importa quién te abrace, yo a ti te amaré y te daré mi vida entera
Porque mi amor está por encima de tanta traición
de tanto desprecio,
de toda razón
Porque el dolor que llevo dentro es todo tuyo y mío
¿Dónde estarán los besos que nos quedan por contar...?
Lo sabes tú, y nadie más...
Y al despertar me sentaré en mi lado del sofá, para esperarte una vez más.
Te esperaré.
Mi pena contenida la conoces bien.
También que si me dejas moriré de pie
No lloraré tu ausencia, solo esperaré y te daré mi vida entera.
Porque mi amor está por encima de tanta traición
de tanto desprecio,
 de toda razón
porque el dolor que llevo dentro es todo tuyo y mío
¿Dónde estarán los besos que aún nos quedan por contar?
Lo sabes tú y nadie más
Y al despertar me sentaré en mi lado del sofá,
para esperarte una vez más
¿Dónde estarán los besos que aún nos quedan por contar?
Lo sabes tú y nadie más.
Yo sin tu amor.... soy un montón de cosas menos yo...

Not again.

No. Te. Me. Acerques.

Ana niimura Haider... ¿de qué se supone que debería sonarme ese nombre? ¿por qué me es tan familiar? Ni idea, pero un presentimiento acaba de ponerme el vello de los brazos de punta.
Quizá si viera alguna de sus fotos, si viera su cara... quizá entonces sabría de qué me suena tanto, ¿no?
<<Detente.>> hacía mucho que no oía esa voz en mi cabeza. La voz del instinto y la sensatez. <<Para, o dolerá. Sabes quién es, pero no quieres recordarlo nunca más.>>
Cómo se nota que mi especialidad es desoír las leyes de la lógica. Busco fotos. Encuentro fotos, sí, pero más que eso encuentro palabras. Nada es más revelador para mí que eso. Y esas expresiones, la cadencia, las comas. Todo eso me trajo mil y un recuerdos de mi época más oscura, más triste, desoladora.
¡Cuánto ha llovido! Adoraba a esa chica. La quería de verdad. Ella estaba enamorada de la misma persona que yo. Traté de ayudar. Me quité de en medio. Ella siempre amenazaba con desaparecer, y eso me rompería el corazón.
Deambulaba como una zombie, una muerta en vida, llorando por las esquinas. Sin comer, sin sueño, sin descanso.
¡Con razón no la recordaba! Hice mi mejor esfuerzo por enterrar el pasado, por seguir adelante. Eché a todos aquellos monstruos de mis pesadillas, de mi vida, de mis recuerdos. Hice un buen trabajo. Y ahora...¿qué? desconfianza, retazos de recuerdos que duelen demasiado para ser recordados y sopesados debidamente. ¿A qué has venido? ¿a recordar? ¿a preguntar? ¿a remover la mierda? ¿o es que de nuevo quieres quitarme lo que más quiero?
Si has venido a hacerme daño, vete.
Y luchando con el recuerdo de echarla de menos, trato de ser fría y seca, dudo, dudo...

sábado, 24 de agosto de 2013

Baby's Breath

Por un momento bajé mi vista cansada a la mesa de madera negra. En ella había marcas mates donde habían estado mis dedos y zonas más lustrosas ahí donde habían caído mis lágrimas, redondas, imperfectas y feas.
Maldije un poco a mi mejor amiga por recomendarme los mejores fics. Siempre eran mis favoritos, pero tenían finales desoladoramente tristes y me dejaban lloriqueando durante horas, como si tuviera diez años otra vez y estuviera leyendo Memorias de Idhún.
Me di cuenta de que algunas cosas en ese fanfic me recordaban un poco a nosotras, porque somos hermanas también, aunque no tengamos ningún vínculo sanguíneo. Somos dos hermanas a las que han separado. Dos gemelas, porque nos conocemos mejor que nadie en este mundo. Porque, como dirían Azusa y Tsubaki, somos un alma dividida en dos cuerpos.
¿Es así como me siento yo, como Baekhyun? bueno, las situaciones son diferentes. Yo no corrí detrás de ella vociferando su nombre. Yo me di cuenta con el tiempo de que me sentía sola, muy sola. Fue entonces cuando me acurruqué y lloré, sin pensar apenas. No fue un llanto racional, solo sollozos convulsionados y apenas un puñado de lágrimas ardientes que me dejaron la visión empañada y los ojos rojísimos. No es un llanto como el de ahora, un auténtico e imparable torrente de lágrimas frescas. El llanto que acompaña a los recuerdos y a los pensamientos sensatos y reales
Así que supongo que por eso Baby's Breath nos ha calado tanto a las dos. Aquí dejo la experiencia de hoy, un extracto de un poema sacado del diario de Chanyeol en la historia, y dedicado a su hermano Baekhyun.


En la próxima vida,
si tuvieras que reencarnar en una hermosa persona
me gustaría reencarnar en un ángel.
Aunque sea invisible
y tú ames a alguien más,
me gustaría reencarnar en un ángel
para protegerte.

En la próxima vida,
si tuvieras que reencarnar en un hermoso pájaro
me gustaría reencarnar en un magnífico árbol.
Aunque tenga que esperar por ti en un lugar
me gustaría reencarnar en un árbol
donde tú puedas descansar cuando tus alas estén cansadas.

martes, 20 de agosto de 2013

Esto, y otras formas de sentirse mal.

Después de tantos besos, ese fue probablemente el más bonito de todos. El beso que no quería dar, no debía, no podía. Pero lo hice.
Sí, tenía muchas ganas. Podría sonar egoísta, pero no quería verle sufrir, y no sé si esa fue la mejor manera. Huelga decir que no estaba muy lúcida, una de las combinaciones explosivas de Juan fue a parar a mi torrente sanguíneo, trastornándome la coordinación y el habla, nublando mi vista y mis ideas.
Pero allí estábamos, y besaba muy bien. Era muy dulce, en ese roce, en su forma de estrecharme, sentí todo el amor que llevaba meses diciendo profesarme..., con sus cartas de amor, sus mensajes de buenos días, su paciencia y buen humor.
No lo sentí, creí sentirlo.
¿Y luego? me dije que lo intentaría. Haría el esfuerzo por los dos. Y cometí el error de no decírselo.
Una semana más tarde, no me hablaba al verme conectada. Diez días después, no respondía a mis mensajes.
Tres semanas más tarde, salía con una chica que, como es obvio, no era yo.
¿Por qué me sentí tan herida y decepcionada? El golpe fue un duro mazazo a mi confianza, a mi cariño. Las lágrimas, calientes y feas, amenazaron con derramarse por mi párpado inferior pero yo no las dejé emprender su viaje. No, al fin y al cabo, ¿cómo iba yo a llorar por alguien a quien nunca había amado?
Así que me obligué a pasar página. Me obligué a ser algo más inteligente.
Me obligué a recordarlo siempre, para la próxima vez...

Teenagers.

Es curioso detenerme a ver las similitudes con las personas de alrededor. Es decir, ¿realmente parezco una adolescente? Mira a las personas a mi alrededor. Todos tienen novios y novias, se van de fiesta, se emborrachan, tienen sexo.
Esa es otra cosa, el sexo. ¿Tanto me importa realmente que alguien en quien confío tenga una relación sexual con otra persona? fríamente, solo me parece algo físico. Pero no lo es, y yo tengo sentimientos. Antes quería que fuera especial. Ahora no me importa. Podría ser hoy, mañana, o dentro de diez años. Con el amor de mi vida o con el primero que me cruce en una noche solitaria de depresión de la mediana edad en un bar cutre cuyo suelo apeste a cerveza y serrín. Pero como damisela, espero que las cosas no acaben así. La verdad es que no es algo que me ponga nerviosa. No necesito velitas y sábanas nuevas.
Esto no es Gossip Girl y yo no soy una novata.
Pero lo cierto es que no deja de traerme sin cuidado. No suelo relacionarme tanto, y menos con hombres. Otra cosa en la que no me parezco nada en las personas de mi alrededor. ¡Miradme! en serio parezco un modelo a seguir, y no es algo que me emocione especialmente. Apenas salgo, me levanto temprano por las mañanas, limpio, aprendo cocina, estudio y cumplo con mis responsabilidades en ese sentido. Incluso disfruto aprendiendo cualquier idioma que se me antoje esa semana. Pero mi lado salvaje está bastante cabreado conmigo. No he cumplido los dieciséis y ya siento que lo peor de mi vida ya ha pasado, pero esa vocecilla insidiosa sigue ahí... <<¿Qué ha sido de aquellos días>> me pregunta. Y por las noches, cuando tengo los ojos cerrados y no puedo hacer nada para bloquearla, me lanza imágenes como fogonazos de mí misma haciendo lo que tan bien se me da: portarme mal. Recuerdos de cuando encendía hogueras, saltaba vallas, pasaba alcohol, mentía, apostaba con mis amigas quién se ligaba al sujeto de turno aquella noche. Muchas manos sobre mi cuerpo, sí. Supongo que eso también lo echa de menos, ¿eh? siempre ganaba. Siempre eran míos.
En medio de la calle, en un aparcamiento oscuro, en la cama, en un baño, entre arbustos..., supongo que muchos dan fe.
Quizá esto sí se parezca un poco a Gossip Girl. Y yo soy una especie de Serena Van Der Woodsen (salvo por el atractivo y los millones de dólares) rehabilitada, pero que no tiene muchos reparos en acostarse con el novio de su mejor amiga. Sí, lo cierto es que hasta en eso nos parecemos.
Pero, ¿y el otro lado de mí? el resto se sintió bastante contaminado, mancillado, durante mucho tiempo. Ahora, con la cabeza despejada y el estómago limpio, con algo parecido a un compromiso real y duradero entre manos... ¿no me siento una persona mucho más íntegra? Da gusto no tener razones para sentirme decepcionada de mí misma. Da gusto enorgullecerte de quién eres.
Así que, por el momento (y solo hasta el viernes) lo más salvaje de mi personalidad tendrá que esperar.

sábado, 17 de agosto de 2013

Y si...

Cuántos tipos de felicidad y de pérdida tan diferentes en tan poco tiempo.
Tantos años, y el mejor regalo de navidad de mi vida fue un "te amo" que lucho por olvidar con todas mis fuerzas.
¿Y si solo dejase de ser cobarde? ¿y si solo siguiera adelante? ¿y si solo te buscase de nuevo?
No, no va a funcionar.
Pero no es la primera vez que me quitan un sueño.

Radio.

Música, uno de nuestros temas de conversación más frecuentes.
Eran las cuatro de la mañana de un sábado, delante del portátil de mi padre, en la cocina. Sólo se oía el rápido tecleo de mis manos mientras conversaba con mi chico por el chat de una red social. Las noches son nuestro momento feliz, porque es el momento en que podemos estar horas y horas hablando, y ya está.
Me dijo que se había puesto triste y analicé por dónde iba nuestra conversación. ¿Qué había dicho? Estábamos hablando de cómo lo íbamos a celebrar cuando nos veamos. Fuegos artificiales y una ficticia copita de champagne.
Él me lo explicó a renglón seguido: estaba escuchando un canal de música y pusieron "Vivir sin aire" una canción muy triste de Maná.
Casi quise reírme, pero no. Todo lo que le pone triste es malo, es feo. Aunque sea una canción.
Como no suelo escuchar mucha música en español, solo tengo amplia experiencia con La Oreja de Van Gogh, y agradecí (solo en parte) que él sacase el tema de "Jueves", esa canción que habla del atentado del once de Marzo en el tren.
Tras un largo titubeo, abrí otra pestaña y busqué YouTube entre los marcadores. Cuando se hubo cargado, tecleé el nombre de nuestro álbum. Rápidamente apareció esa imagen que tan bien conocía, la de Amaia Montero tumbada boca abajo en una cama de sábanas blancas.
Pensé que podría emocionarme cuando escuchase aquellas canciones que habían marcado mi infancia, pero no. No sé lo que sentí. Me encontré canturreando esas letras que me son tan familiares como mi propio nombre. ¿Cómo algo que me recuerda tiempos tan felices podría hacerme llorar?
Recuerdos que tanto me importan. Hablan de cosas que solo mi madre y yo podríamos entender. De cocina, infancia, de ajo, de risas, de nosotras. De tiempos mejores, más felices, más fáciles.
Pero para mí también hablan de noches en que mi mamá no estaba a mi lado, y yo no entendía muy bien qué es lo que le pasaba. Solo que la echaba de menos. Y no podía dormir sin mi discman al lado, reproduciendo una y otra vez nuestras canciones. Porque pronto -en una semana, un mes, quizás dos.- mamá iba a volver, y haríamos de comer los fines de semana las dos juntas, con nuestras canciones en la minicadena. Las canciones que hablan de rosas, café con sal, de un mosquito tonto y países ficticios.

Pues hala.

Alguien me dijo una vez que los ojos oscuros nunca pueden ser bonitos, ni siquiera con maquillaje, porque simplemente no resaltan.
Bueno, pues estos son mis ojos. Y son castaños.

Restart: 0.

Son palabras que me suenan grande. Soy una peregrina, lo dice en mi certificado, en latín. Soy peregrina del Camino de Santiago. ¿Por qué será que no termino de creérmelo?
Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, lo cierto es que me ha cambiado de verdad. En fin, tanto tiempo libre sin otra cosa que caminar y pensar tuvo que servir de algo, digo yo. Más que de algo, soy otra persona.
Desde que volví he querido hablar de ello. Y hablar significa escribir, narrar. Ni siquiera sé cómo empezar, todo lo que intentaba llevar a cabo me parecía una pobre cosita desnutrida que a duras penas lograba captar lo maravilloso del viaje. En primer lugar descarté el modo diario, sería demasiado largo y tedioso. ¿Debería hablar de mis impresiones? ¿Hacerlo día a día? Todo sigue tan fresco en mi mente como si estuviéramos a treinta de Abril, en el autobús de camino a casa. Como si fuera posible olvidarlo.
Así, sea como sea, trataré de plasmar de alguna forma todo lo que aprendí de otras personas y de mí misma. Todo lo que comprendí, lo que me sorprendió, lo que sentí. Todo lo que me emocionó, que no fue poco.
Como indico en el título de esta entrada, este es el primer volumen en que intentaré captar de manera comprensible -aunque no del todo, nunca con la suficiente precisión- por qué el viaje mereció la pena.
Supongo que podríamos tomar esto como una pequeña introducción, y explicar la metodología con que mi antiguo instituto, el Colegio Aljarafe, lleva a cabo las excursiones.
Se hace una excursión de variable duración y distinto destino desde que tenemos tres años hasta que cumplimos dieciocho. Normalmente, el destino está programado cada año, es una especie de tradición ir a esos lugares, así que te puedes hacer una idea de qué esperar. Por otros alumnos mayores, porque tú mismo investigues o únicamente por tu imaginación.
Aunque cada cierto tiempo los destinos varían, o cambian de lugar, os puedo contar cómo estuvieron estructuradas las excursiones de mis cuatro años en la secundaria: En primero viajamos a la Sauceda. En segundo visitamos el País Vasco. Hace dos años, en tercero, estuvimos en Marruecos. Y por último, como ya he mencionado, el Camino de Santiago.
Generalmente, muchos de nosotros tenemos claro a qué excursiones iríamos si nos viésemos obligados a elegir por algún motivo. Y yo nunca me planteé eso de pagar más de cuatrocientos euros por caminar unos ciento treinta kilómetros con unos compañeros a los que, antes de este precioso último año, no apreciaba en demasía (más bien al contrario)
Por lo tanto, no tenía ninguna expectativa en mente, porque hasta que no llegó Septiembre y nos mencionaron el viaje en la primera asamblea del curso yo no comencé a plantearme si merecía la pena. Hermanas y hermanos mayores de mis amigos decían haber regresado con otra visión del mundo, decían haber disfrutado más aún que en Marruecos, la excursión más estrella de la E.S.O. Y yo, que en ese momento me sentía absolutamente perdida dentro de mi cuerpo y de mi mente, me pregunté si no era eso lo que podría ayudarme a alejarme de todo cuanto conozco y pensar.
Y tomé mi decisión.
Una hora a la semana, durante las clases de Proyecto Integrado, hablábamos de nuestro destino. Los alumnos de primero de bachillerato nos daban consejos en las tutorías, nos hablaban de sus experiencias personales, nos animaban a realizar el viaje. También realizábamos las etapas online, consultando la duración, el desnivel, el destino, los albergues.
 Lo primero que me enamoró fue el verde. Por todas partes, árboles, arbustos, altos matojos de hierba del color del Jade. El paisaje era húmedo y frondoso, tan distinto de la seca aridez de mi tierra que tan poco me gusta. Y juro que no he vuelto a encontrar un paisaje así, los puentes de tosca piedra, los senderos de tierra en medio del bosque.
Con ayuda de mi familia, fui adquiriendo lentamente todo lo necesario: desde el saco de dormir, una cacerola y unas botas de montaña hasta calcetines, polares y ropa impermeable.
Quedaba una semana para el viaje y yo no estaba nerviosa. No lo había pensado mucho, con todas las festividades que me habían abstraído. Y ahora se acercaba la feria, y sus colores y volantes me absorbieron por completo. Durante todo el curso, había trabajado mucho con mis compañeros de curso. Había salido con ellos. Me había molestado en conocerlos mejor.
Los quería, aunque solo fuera un poco.
Y después de un par de meses de locura, fiestas y ferias, me encontré con que me iba al camino. Con mis amigos. La noche antes, todas las dudas y los nervios en que no había reparado me golpearon como una maza tosca y pesada. A pesar de todos los kilómetros que había caminado, a pesar de toda la preparación, no sabía lo dura que iba a ser, no sabía qué clima nos iba a coger, no sabía nada de nada.
Solo que me moría de ganas de que amaneciese.
[~To be continued...~] 

lunes, 12 de agosto de 2013

Aburrido.

Sí, así es cada momento, cada día, cada tarde. Esperando siempre a que los minutos se deslicen, tic, tac, tic, tac..., sin saber qué más hacer, a qué más jugar, qué más libros leer y releer.

Hopes.

El frío de la habitación nos arropa con su suave manto. Nos permite permanecer enlazados en el confuso nudo de brazos y piernas en que, inconscientemente, nos convertimos los dos. Los haces de luz que se derraman perezosamente por las amplias ventanas del salón dibujan las siluetas del polvo en el aire, tienen el dorado de una puesta de sol.
La película es aburrida. Muy aburrida. Recuerdo vagamente haberla visto antes, es una tonta comedia amorosa. O puede que los argumentos se repitan tanto que todas las películas me resulten iguales. Nunca me ha gustado mucho el cine, y menos aún la televisión.
Noto que él tampoco parece muy entusiasmado.
Sin embargo no me movería por nada del mundo. Con su brazo haciéndome de cojín en el cuello, sus dedos jugueteando con el lóbulo de mi oreja, lanzando escalofríos a lo largo y ancho de toda mi blanca piel. Sus piernas hacen una trampa con las mías, su mano libre me acaricia todo el cuerpo: los brazos, el cuello, el rostro, el vientre, las piernas. Siento la piel caliente y estremecida al mismo tiempo.
De pronto, en la pantalla, entra en escena un bebé. Una bolita pálida, de grandes ojos azules y pelusilla dorada en la cabeza. Por algún motivo sonrío al ver su risa musical, sus mofletes regordetes, su torpe manoteo. Y cuando alzo la cabeza en dirección a mi novio, descubro que me está mirando del mismo modo en que yo contemplo al bebé: con adoración, como si fuera lo más hermoso que ha visto en su vida. Siento que la sangre sube rápidamente a mis mejillas, sofocándome más, como si no me costase bastante concentrarme cuando me toca. Encima, sus ojos verdes tienen que clavarse en mí de ese modo...
Su voz de trae a la realidad.
-¿Te lo imaginas?-susurra. Y para dar más énfasis a sus palabras, me acaricia el abdomen con las yemas de los dedos.
Se me escapa un jadeo entrecortado. Sí, sí me lo imagino. Ahí, en nuestros brazos, cálido y sedoso. Un chico, tan guapo como su papá, con sus ojos verdes, la piel acaramelada, mis rizos castaños. Y el poderoso deseo que acompaña a esa imagen mental me estremece.
Él parece leer en mis ojos, como siempre, y la sonrisa se le congela en el rostro. Antes de que abra la boca para enumerar las ciento una razones por las que -de momento- es imposible, muerdo su labio y tiro de la carnosa superficie hacia mí.
-Ya, lo sé, es solo que tengo mucha imaginación.
-Y eres muy impaciente-corrobora.
No voy a dejarme en ridículo intentando rebatir eso, con un adorable pucherete de los que partirían a mi Eddie en dos, porque aún siento la electricidad allí donde mi piel toca la suya. El corazón me martillea a gran velocidad.
-Somos jóvenes, sin casa, estudios, independencia ni trabajo-cuento rápidamente- ¿me dejo algo?
-Bueno..
Sus manos comienzan a deslizarse lánguidamente bajo mi camiseta, y yo dejo que me tumbe, que roce mis labios con la misma sensualidad, bajando por mi cuello, acariciando mi pecho, deteniéndose algo más abajo del ombligo. 
-...tampoco tenemos práctica-finaliza, con expresión lasciva.
-A eso sí podemos ponerle remedio-acepto.
Y me dejo llevar al fin del mundo bajo sus manos.

viernes, 9 de agosto de 2013

[Rol]

En cuanto publico el estado, veo un primer comentario suyo. Vaya, es la primera vez que coincidimos en diez días casi.
Empiezo a pensar en lo que haré. En esa sensación que me provoca todo esto. La sensación de estar perdida, de sobrar, de tener solo un par de razones para dejarme caer por aquí, medio muerta, una vez cada tropecientos días. La sensación de que este no es mi sitio, y la persona que vino a rol con todas sus ilusiones se perdió cuando "cambié" mi bias por primera vez. ¡Como si ella hubiera dejado de ser yo! Y me doy cuenta de que ya no soy feliz aquí.
Noto que me mareo, que empiezo a angustiarme sin motivo, y me marcho del comedor mascullando un seco <<con permiso>>. Siento todas las miradas en la nuca. Luego cojo un pijama amplio y fresquito y huyo al cuarto de baño.
Mientras me quito la ropa, me voy mirando al espejo. Es inevitable, ya que toda la pared es de cristal y me veo reflejada. Con la ingente cantidad de tiempo libre que he tenido estos días, me he cuidado mucho. Ahora luzco mejor que nunca. Mi piel sigue siendo tan blanca como siempre, pero se adivina una pincelada dorada en los brazos y las piernas, sonrojada en los pómulos. El pelo me ha crecido considerablemente, y el tinte vegetal ya se ha decolorado, dando lugar a una cascada de tirabuzones que rebotan contra mis hombros contínuamente, variando entre mi solo castaño natural y el dorado-rojizo que me confieren el sol y los tintes. De todas formas, me alegro de que las raíces asomen más de dos centímetros, de no ser por las fotos habría olvidado de qué color es mi pelo.
Entro en la ducha, de la que sale vapor en grandes volutas que dejan empañados los cristales, donde las gotitas parecen hacer carreras por ver quién llega antes al final.
A pesar del calor, una ducha caliente es lo que más me relaja. Dejo que el agua que cae del techo relaje los nudos de mis contracturados hombros, que convierta mi pelo en un río negro y acaricie mi suave piel.
Pero nada puede parar a mi mente, que se pasea entre los mejores momentos que he tenido con él, entre los motes más cariñosos, los <<Fresita>> <<Sirenita>> <<Gatita>>. Y evoco aquella única y dolorosa vez en que me dijo que me amaba, aunque fuera mentira, aunque fuera solo una noche. Cierro los ojos, y noto más agua en la cara, pero no sé si estoy llorando o no. ¿Por qué debería? Lo he tenido muy claro siempre, que ninguna de sus dos personalidades me va a querer nunca, que por más distancia que ponga entre nosotros siempre vuelvo..., porque realmente no quiero que se separe de mí. Imagino que sigue siendo esa ilusión que me hace seguir adelante, imagino que sigue siendo el porqué vuelvo.
Esto es muy parecido a llorar mientras sonríes. Cierro el grifo y me envuelvo en una toalla. Y la siguiente vez que me miro en el inmaculado cristal ya no veo a una chica más alta y más flaca, más mayor, ya no veo bucles castaño-dorados, ni siquiera un atisbo de bronceado bonito en mi blanquísima piel. Solo veo a una niña pequeña, anodina y gordita, con el pelo y los ojos oscuros, devolviéndose la mirada con gesto impasible.
Me apresuro a secarme, pendiente en todo momento del icono de las notificaciones de Tuenti, esperándole de nuevo. Parece que sólo sé hacer eso, esperar y echar de menos. Aparecer y desaparecer.
Luego me peino con los dedos y me acurruco bajo la colcha aferrándome al móvil. Sé que hace calor, pero no me apetece poner el aire. Mi piel está ligeramente húmeda de sudor, pero por dentro tengo frío.
Va a ser una noche muy larga.

domingo, 4 de agosto de 2013

Because I miss you.

El cielo es exactamente el mismo y los días parecen ser iguales,
lo único que ha cambiado es que tú ya no estás aquí.
Solo quería volver a sonreír, olvidarme de todo
como si nada de esto hubiese pasado
sonriendo al pasar de los días.

Te anhelo, te anhelo tanto...siempre te anhelo tanto...
Todos los días en soledad te llamo, te llamo tantas veces...
Te extraño, te extraño tanto...siempre te extraño tanto...
Supongo que ya se me ha hecho costumbre el decir tu nombre,
hasta hoy.

Sabía que debía dejarte ir, sin arrepentimientos.
Pero no puedo, no puedo, todavía no puedo dejarte ir...

Día a día siento que estoy muriendo. Dime, ¿qué puedo hacer yo?
Te quiero, te quiero, realmente te quiero.
Ni siquiera te lo dije una última vez, solo dejé que te marcharas.
Lo siento, lo siento, ¿puedes oírme?
Te quiero...

[Because I miss you - CNBLUE (Jung Yongwha)]

Always missin'.

¿Sabes cuando, en un momento determinado, echa la vista atrás y analizas la generalidad? Una impresión general, o algo así. A veces lo comparo con desenfocar la vista para darte cuenta de cuál es el objeto más brillante o más vistoso de un habitación. Lo que más llama la atención, pero que no ves a primera vista. Porque soy un poco tonta, supongo.
Y por eso mismo sé cuál es el sentimiento predominante de mi vida. Podría ser la ilusión, esa fugar alegría anticipatoria. O la angustia, porque soy muy propensa a agobiarme cuando no controlo hasta el último detalle de aquello que pretendo llevar a cabo.
Pero no, lo que más a menudo parece que siento, es el echar de menos a alguien. En momentos banales o en momentos más cruciales, siempre echo de menos a alguien.
No soy la típica persona que a menudo te encuentras por Twitter, esas chicas Tumblr que publican una foto así muy artística, difuminada y estrellada, llena de colores que se funden en una cromatografía como las que hacíamos en la Semana de la Ciencia en el colegio. Y en el centro de esa foto, con letras blancas y bastante impersonales, pondrá algo así como: <<A menudo quisiera volver al pasado. No para corregir o cambiar nada, sino para vivir de nuevo esa etapa en que era feliz y no lo sabía>>.
Pero yo nunca he sentido nada parecido. A veces me he acordado con nostalgia de los momentos felices, pero eso no quita que ahora siga experimentando alegría o felicidad con relativa frecuencia, por no decir prácticamente en todo momento..., y siempre que no piense demasiado en las circunstancias que me rodean. Soy feliz escuchando música, leyendo, viendo doramas y haciendo pasteles. Soy feliz cuando alguien sonríe por mi causa, y si me duelen los mofletes de sonreír. Sí, parece que me paso la vida sonriendo, ¿no?
Pero el dolor o la tristeza de echar de menos a alguien que forma parte de la vida es mucho más sutil. Solo aparece cuando hay algo -una mención, un objeto, un momento o una canción- que vienen a tu mente sin previo aviso, ¿no? entonces no solo desearías vivirlo de nuevo, sino que quisieras poder sentirlo de otra manera. Apreciarlo más. Porque entonces no sabías que se iba a acabar alguna vez, y sin embargo, ¿no sería angustioso vivir cada momento de tu vida como si fuera a ser el último?
Pero los momentos son especiales por las personas.
Por eso me da la sensación de que en este melancólico verano de encerrona doméstica -¡yuju!- me paso los días echando de menos a las personas que hicieron del verano pasado, por ejemplo, un tiempo mucho más feliz. Personas que ya no están, bien por circunstancias de la vida, bien porque ni ellas ni yo queremos vernos las caras.
Antes, echaba de menos a mi padre cuando se pasaba el día trabajando y no podía estar con él todo el tiempo que quisiera. Extrañaba a mi madre cada vez que no estaba a mi lado, pero era un sentimiento particularmente frenético, porque entonces ella solía estar muy malita y yo no podía hacer absolutamente nada. ¿Impotencia, frustración? ¿Cuál es la palabra exacta? Creo que no la hay, dado que cada persona vive sus sentimientos de una manera específica, y yo soy demasiado pasional. Como dice mi padre, pienso más con el corazón que con la cabeza.
También lo pasaba muy mal cuando mis hermanos se iban de viaje, y aunque me entrasen las lloreras malas típicas en mí, al menos tenía la certeza de que estaban despejando sus mentes. Al menos sabía que estaban donde querían y que iban a volver más felices y más relajados.
Extrañaba mucho al hombre al que amaba, cada uno de los cientos de días que no supe nada de él. Ahora echo de menos los brazos fuertes y morenos de mi peque en mi cintura, echo de menos sus besos ardientes, echo de menos su voz y su guitarra. Porque él fue mis estrellas cuando la luna se marchó, dejando una vasta extensión de infinito cielo negro.
Y ahora echo de menos a la persona que me enseñó lo que más feliz me hace, lo que comenzó como un tonto hobbie, pasó a obsesión y ahora se va a convertir en mi estilo de vida. No es nada parecido a cambiar mi personalidad por la suya, ni mucho menos, pero todo eso sentó muchas de mis bases con respecto a la amistad, el amor, y cosas tan absurdas como los cánones de belleza que ahora rigen muchos de mis gustos. Me enseñó cine, música, moda, fotografía, y más que eso. Me enseñó a tomarme las cosas con calma, a brillar solo sonriendo, a ser feliz con pocas cosas. Mi mejor amiga me enseñó paciencia y a decir que no a las cosas. Y ahora echo de menos alguien con quien olvidarme de todo, alguien que me haga reír, que me comprenda en esas cosas que absolutamente nadie sabe que existen siquiera. Alguien que haga de hermana pequeña conmigo, para obligarme a hacer de hermana mayor. Para aconsejarla, mimarla, reñirla y -con frecuencia- ser tan niña chica como ella.
La echo de menos, sí. Y rezo por volver a achucharla, a hacerle trenzas, por volver a cogerla de las manos y saltar y chillar cuando nos emocionamos solas. Tenga que esperar un año o veinte.
Aquí y en Pekín -nunca mejor dicho- siempre será mi mejor hermana, unnie, dongsaeng, onee, novia, esposa, gemela, HerHyo, xié, sistah, Beasr, amiga... Siempre seremos únicas, ¿verdad?
Saranghae, yeobong (sniff, sniff)