domingo, 25 de agosto de 2013

No. Te. Me. Acerques.

Ana niimura Haider... ¿de qué se supone que debería sonarme ese nombre? ¿por qué me es tan familiar? Ni idea, pero un presentimiento acaba de ponerme el vello de los brazos de punta.
Quizá si viera alguna de sus fotos, si viera su cara... quizá entonces sabría de qué me suena tanto, ¿no?
<<Detente.>> hacía mucho que no oía esa voz en mi cabeza. La voz del instinto y la sensatez. <<Para, o dolerá. Sabes quién es, pero no quieres recordarlo nunca más.>>
Cómo se nota que mi especialidad es desoír las leyes de la lógica. Busco fotos. Encuentro fotos, sí, pero más que eso encuentro palabras. Nada es más revelador para mí que eso. Y esas expresiones, la cadencia, las comas. Todo eso me trajo mil y un recuerdos de mi época más oscura, más triste, desoladora.
¡Cuánto ha llovido! Adoraba a esa chica. La quería de verdad. Ella estaba enamorada de la misma persona que yo. Traté de ayudar. Me quité de en medio. Ella siempre amenazaba con desaparecer, y eso me rompería el corazón.
Deambulaba como una zombie, una muerta en vida, llorando por las esquinas. Sin comer, sin sueño, sin descanso.
¡Con razón no la recordaba! Hice mi mejor esfuerzo por enterrar el pasado, por seguir adelante. Eché a todos aquellos monstruos de mis pesadillas, de mi vida, de mis recuerdos. Hice un buen trabajo. Y ahora...¿qué? desconfianza, retazos de recuerdos que duelen demasiado para ser recordados y sopesados debidamente. ¿A qué has venido? ¿a recordar? ¿a preguntar? ¿a remover la mierda? ¿o es que de nuevo quieres quitarme lo que más quiero?
Si has venido a hacerme daño, vete.
Y luchando con el recuerdo de echarla de menos, trato de ser fría y seca, dudo, dudo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario