viernes, 3 de junio de 2016

GEAO.

Ha sido un año tan maravilloso que apenas puedo creer que se esté terminando. Los días han pasado volando.
Si supiérais cuántas cosas han cambiado para mí gracias a este año...; pero no todas las cosas duran para siempre, y eso me hace sentirme triste. He establecido lazos con muchas personas increíbles que no han dejado de iluminar mis días con sus sonrisas, sus rostros y todos los momentos compartidos; desde las horas sueltas al sol, las clases divertidas o la "twitter-party" hasta las comidas, las salidas nocturnas, los eventos varios. Algunas de esas personas se marchan, porque este no es su lugar. No pasa nada, siempre podremos volver a vernos, excepto aquellas que se marchan más lejos...

Sinceramente, no esperaba volver a querer así a nadie. Mis padres en particular me han dicho alguna vez que la vida es así, la gente viene y va y aprenderé a dejar de encariñarme, o a no echarlas tanto de menos cuando se vayan. Yo, por otro lado, siempre he pensado que eso forma parte de mi carácter, y por eso me aferro tanto a los recuerdos. 
Pero, ¿cómo no hacerlo? ¿cómo no extrañar los chistes satíricos de Alicia cuando ya no esté sentada a mi lado? ¿y las (muy acertadas) pullitas de Sergio, o sus abrazos, que saben a hogar? ¿cómo no echar de menos las preguntas extrañas de Linda?
Podríais no haber sido tan buenos conmigo, no si pensábais marcharos, es casi cruel.

Supongo que poco me queda más que disfrutar de los que aún están a mi lado. La mano de Ale envolviendo la mía, la risa contagiosa de Almudena, la energía de Mei, mis desayunos con Marco. Son recuerdos que quiero atesorar, que me dan fuerzas y ganas cuando todo lo demás se tambalea, y me entran las dudas..., pero luego viene Mayka y me abraza, y Carmelo me da las mejores conversaciones, Marina baila para mí, y Juan siempre tiene una sonrisa para alegrarme la mañana. Todo es mejor con mis compañeros y amigos a mi lado.

No hay momento en que no me lo pase bien con vosotros, mis niños. Por favor, que esto no acabe nunca. Por favor, no os vayáis.

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