viernes, 17 de noviembre de 2023

Said and done.

     En un por entonces te sueño y te recuerdo, entre sábanas y almohadones mullidos, en el vaho por dentro y lluvia por fuera; en el resuello vives, en las bocanadas sutiles de tu perfume, Sauvage, que me llegan a la nariz, fuego en los huesos blandos y el golpeteo sicalíptico de la piel. En mi melena rodeándonos como un velo, labios entreabiertos, suspiros frente a quejidos, esa boquita hinchada de comernos hasta las almas. En las empinadas laderas de la sierra alpujarreña las preocupaciones se desvanecían con los últimos estertores de un orgasmo denso, goloso.


Hace un año la vida era eso: comernos a manos llenas en cada esquina. El trabajo era una mierda y quizá he maquillado los recuerdos en exceso, pero al menos esas tardes de trastear con robotitos te hacían feliz. No había tanto mal humor, tanta queja, tanta ansia. ¿O sí, y lo he olvidado? Hace un año la vida era gris y tú mi vidriera de colores.

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