miércoles, 22 de noviembre de 2023

Cañazos

     Cuerpo. No vemos lo mismo, ellos y yo, lo sé. Ellos y su interés vacuo que tanto me asquea. ¡Ah! si supieran lo que verdaderamente esconde la ropa, y tanta pose tan bien estudiada..., probablemente se asquearían. Estrías, piel fofa, arrugas, cicatrices, manchas. Este cuerpo que suscita tanto interés tan poco solicitado. Este cuerpo que intento aprender a cuidar y otros solamente quieren mancillar con sexo del malo, sin besos, sin caricias, sin susurros, sin amor.

¿Cómo hace la gente para tener sexo casual?

No me imagino abriéndome para nadie de esa forma. Ya no se trata ni siquiera de que me vean, sino de la inhibición de la confianza. De arquearme y gemir. Me gusta mi cuerpo por muchos motivos, uno de ellos es que es expresivo. Sin órdenes conscientes él expresa ese deseo con suspiros, con escalofríos, con gemidos, ofreciendo el cuello, ofreciendo el pecho, ángulos que pocas personas han visto y espero que muy pocas más (o mejor: ninguna más) lleguen a ver. 

Este cuerpo, que intento convertir en un templo, apreciarlo por todo lo bueno que puede ofrecerme a mí y al mundo..., este cuerpo no es solo el objeto de desahogo de un gorila calentorro. ¡Me niego!

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