domingo, 3 de agosto de 2014

One more time.

Se inclina, a mi lado, las luces titilantes de la noche arrancando destellos de todos los colores de esos enormes ojos azules suyos.
-Si te digo que eres preciosa, solo estoy diciendo la verdad.
Dios mío.
Mi corazón se salta un latido, y luego reanuda la marcha a toda velocidad, lo siento latir por todas partes. Su brazo es cálido, abarca desde mi hombro izquierdo hasta mi cintura, por la derecha. No tengo frío, pero me siento bien acurrucándome contra él, con la cabeza contra su clavícula. Me muerdo el labio inferior, estoy nerviosa de nuevo, no puedo dejar quietas las manos. El esmalte de uñas, artísticamente bien combinado, relumbra con el reflejo de las luces de la calle.
Si te digo que eres preciosa, solo estoy diciendo la verdad
Vagamente recuerdo a mis amigas vitoreando esa audaz afirmación, de acuerdo con las palabras de mi amigo. La angustia comprime mi corazón de forma dolorosa, me siento como si estuviera ligando con él. O él conmigo. O ambos. Sea como fuere, es una cosa terrible, porque claro, él está saliendo con una buena amiga mía, y yo la quiero, pero...
...Miro esos ojos, el flequillo rubio cayendo sobre su mirada celeste, y todos los músculos de mi vientre se contraen. ¿Por qué a mí?
Recuerdo los primeros días del curso. Sus ojos azules estaban por doquier. Esa clase de comentarios también. Y ella, con su dulce sonrisa, mirándolo a él.
No, no, Cristina, joder, abre tus ojos. Sería como quitarle un caramelo a un niño... que se ha enamorado de él.
Además, yo no estoy enamorada de él, aunque su sonrisa me encienda el alma, y sus ojos hagan a mis tripas bailar la conga. No lo estoy, y ahora, bien lejos de esa boca tan... distrayente, lo veo claro. Veo a mi chico en el fondo de la pantalla, y algo cálido y expansivo se instala en mi pecho.
¿Ves? Estás enamorada de Ed, no de aquel otro.
Mi mente me habla en voz alta, la imagino con gafas de media luna retorciéndose sabiamente en su chaise longe. Y ahora, no podré hablar con ninguno de los tres sin sentirme culpable.
¡Ah!

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