miércoles, 28 de noviembre de 2018

21 de mayo de 2016

Querido Ale:

Dice la ley de Murphy que todo lo que pueda salir mal, saldrá mal. Eso fue exactamente lo que me pasó a mí ayer: después de un día desastroso que me dejó al borde del colapso mental, tres tipos me bombardearon el móvil con súplicas absurdas de perdón y sexo mientras estaba contigo. Lo siento por eso. Y lo siento por mi aspecto, vaya fachas llevaba... Y mira que quería ir divina. Quería impresionarte. Mi careta se me cayó antes de que me la pusiera, fíjate.
Volví a casa caminando en una nube anoche, y te juro que no sé si dormí o no. No recuerdo haberme dormido, no recuerdo haber respertado..., Acabo de desayunar y ni idea de qué. ¿Y este despiste? Será quizá que solo pienso en una cosa. me encantaría poder meterme en mi cabeza y saber qué pensabas anoche, qué se te pasa por la cabeza con la luz de un nuevo día, si la cagué mucho, si se me rompió el filtro cerebro-boca, si a pesar del moño deshecho y la camiseta vieja causé una buena impresión. Al menos pusimos las cartas sobre la mesa, ya sabes a dónde voy, ahora la pregunta está en si estás dispuesto a intentarlo o no.
Sea como fuere, tú le pusiste el toque brillante a un día horrible. Y mereció muchísimo la pena.
Gracias.

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