miércoles, 12 de diciembre de 2018

21 de diciembre de 2016

Querido bae:

A veces me siento ansiosa sobre mi apariencia contigo. Hace poco me di cuenta de por qué, creo. El mes pasado, cuando fui a cortarme el pelo, estaba muy nerviosa por dentro porque no sabía si te iba a gustar o no, pero tú siempre me dices que te gusto de todas las maneras posibles, pero ¿Es eso verdad? ¿O solo lo dices para no ser "tóxico", como los modernitos de twitter, y por dentro fantaseas con cómo te gustaría verme en realidad?
Esto no encaja en lo que yo estoy acostumbrada, ¿Sabes? No te aburriré con los detalles, pero durante mucho tiempo he llevado el pelo y la ropa como otra(s) persona(s) han querido. Por un lado, estaba bien tener algo a lo que atenerse, algo que supiera que siempre iba a gustarle... Por otro lado, él se enfadaba cuando me cortaba, alisaba o recogía el pelo. Era muy agobiante.
Me gusta poder ponerme lo que me apetezca, aunque siga queriendo gustarte, impresionarte y sacarte un halago, me gustaría saber qué usar o qué ponerme a parte de sudaderas oversize para hacerte perder la cabeza. Debes saberlo, cada vez que me engalano es para ti y solo para ti, pero es porque yo quiero y no porque me sienta obligada (o haya sido DIRECTAMENTE obligada). Me encanta que no censures mis elecciones ni te enfades cuando llevo algo ajustado o con escote o algo así, aunque soy reservada para esas cosas. No sabía que esto era posible, y sobre todo, no sabía que iba a poder sentirme bien conmigo misma.
Pero es que eso es lo que tú haces: devolverme mi propia autoestima. Cuando me cuidas, cuando me deseas, cuando besas mis heridas, tú me sanas por dentro. Tú me das ganas de vivir.

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