lunes, 24 de diciembre de 2018

2 de junio de 2017

Mi precioso bae,

¿Sabes esas películas románticas en las que uno de los protagonistas renuncia al sueño de su vida, o un ascenso, o algo así... por su pareja? Siempre que yo veía algo así, me molestaba muchísimo. Parejas hay muchas, pensaba, pero oportunidades como esas..., no tantas. Avalada por mi pragmatismo, pensaba que eso nunca me ocurriría a mí, porque si lo hiciera, la decisión sería fácil de tomar (aunque doliera). Mi hermana me decía a menudo que algún día me enamoraría y tendría que morderme la lengua.
¡Qué razón tenía!
Ahora lo entiendo todo, pero es que tú, una vez más, tienes esa virtud oculta de darle la vuelta a todas las cosas que alguna vez di por hechas. Mi carrera solo tiene sentido si me da la estabilidad necesaria para comprarte la luna si me lo pides, porque tu ilusión, tu bienestar, tú entero te has convertido en mi nuevo sueño, mi meta. Ahora veo por fin que desear paz y tranquilidad con el amor de mi vida para prosperar juntos no es una meta fácil, ni tampoco es poco ambiciosa, sé que tendré que esforzarme cada día hasta que me llegue el final. Has cambiado los parámetros de la felicidad, le has dado sentido y significado a esa palabra tan grandilocuente. ¿Te imaginas qué vacía sería mi vida si volviera a mi gran casa después de un gran día en mi gran empresa en esa gran ciudad extranjera... y mi hogar estuviera vacío?
Ya no necesito fama, prestigio, dinero ni reconocimiento público. Son cosas que anhelaba conseguir, que asociaba con el éxito. Quería ser brillante, llegar lejos y que la gente recordara mi nombre cuando hubiera muerto; pero como dice la canción, "if you remember me, everyone else can forget".
Sin embargo, esto no cambia quién soy. Competir y esforzarme en superar a todos y a mí misma forman parte de mi carácter, son rasgos que no van a desaparecer fácilmente, porque aunque adquiridos, los he interiorizado a lo largo de los años. Todo eso viene en el paquete, querido, lo tomes o lo dejes, yo solo sé que ahora mi vida y mi futuro se reescriben ante mí y tú eres la dirección que quiero que tome mi vida. Ya sea por casualidad o por elección.

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