viernes, 20 de julio de 2018

Reasons

De lo poco que recuerdo antes de quedarme dormida, es haber estado pensando en la ruptura del amigo de mi novio. Suspiré internamente. Supongo que, aunque ahora no parezca gran cosa, las rupturas nunca son fáciles; por un momento viajo atrás, muy atrás en el tiempo, y pienso en las lágrimas de Luca cuando le dejé, y el hecho de que rompiera con él por otro tío hace que el recuerdo sea aún más amargo. Otro tío que se largó al fin del mundo a acostarse con otra cuando puse fin a nuestra relación, y conté cada uno de los días que me costó purgar esa pequeña grieta que él había causado en mi corazón: 400 días, con sus 400 noches, que ahora parecen insomnes y plagadas de lágrimas. Como las que derramé cuando Ed me fue infiel, supongo. Se me escapa otro suspiro y por un momento reflexiono, más dormida que despierta, sobre lo frágil que puede ser una relación. Hoy duermes a mi lado, me susurras que me quieres, pero puede que la semana que viene... el mes que viene... ya no seamos nada. Por un momento se me rompe el corazón, aunque claro, no hay ningún motivo para pensar en tales cosas.
Para nosotros, no.

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