sábado, 14 de junio de 2014

Wondering

Por un momento sentí que me iba a deshacer, desaparecería mi alma hecha migajas mientras mi cuerpo se sublevaba y tomaba el control de mis jadeos, mis manos, de aquella gota de sudor recorriendo mi espalda, de mi cuerpo encorvado bajo el suyo y los besos apresurados repartidos por cualquier lugar. Era mi cuerpo el que decidía el ritmo, cuándo cerrar los ojos, la forma en que la sangre se aglomeraba en todas partes irradiando un calor imposible y podía oír mi propio corazón galopando en mis oídos.
Allí permanecimos durante horas, desapareciendo, curvándonos. Entre sonrisas, gemidos apagados , labios y lenguas y miradas fijas; evaporándome en el calor húmedo, elevándome a lo imposible.

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