jueves, 5 de junio de 2014

Change or exchange.

He decidido que quiero un cambio ya. Hace un tiempo que he pensado sobre lo mismo una y otra vez. Yo también quiero ser como Lucía, como Corina, como Naya, Sandra, Patri o como Nina. Quiero irme fuera. Y quiero irme ya. No soy de las que pierden el tiempo, no quiero unas vacaciones, yo lo que busco es mejorar mi inglés y cursas un año académico en el extranjero, un año académico que se convalidaría, obviamente.
Así que, decidida y animada, me he puedo a buscar ofertas. Lo único posible es un intercambio, y aquí surgen mis primeras dudas: ¿Qué haría mi familia con otra persona que no soy yo viviendo en casa? ¿y yo, soy lo bastante autónoma como para vivir un año lejos de todo lo que conozco? ¿y si me pasa como a Nina? Pero el instituto es el mejor momento de mi vida, cuando más puedo aprender, ¿no es así? ¿y si las cosas en casa van mal? ¿y si a mi madre le pasa algo y yo allí atrapada? ¿Y SI Y SI Y SI?
Ni aunque ahorrara todos los días de mi vida conseguiría dinero suficiente para pagarme uno de los exchanges de E.F a Estados Unidos. ¿9000? ¿2000 €? ¿eso es normal? ¿lo paga todo el mundo? Ni de coña consigo tanto dinero antes de los dieciocho (eso es el año que viene) porque después se vuelve más caro. Mucho más caro.
Cuanto más tiempo pasa, más me doy cuenta de que me siento un pelín atrapada aquí. Lejos de un instituto inmenso con cheerleaders, jugadores de rugby y mucho césped en el campus. Quiero enormes manzanas con viviendas tan grandes que toda mi casa quepa en la mesa de su cocina, con zumo de naranja y tortitas. Quiero poner en práctica todo lo que he aprendido tragándome millones de series americanas que son un poco coñazo solo por aprender. quiero quitarme el miedo. Quiero probarme a mí misma y hacer nuevos amigos. Quiero una clase de Escritura creativa como optativa en mi instituto, e ir de fiesta, y graduarme con un birrete. Ni siquiera me importaría tener que ir a la iglesia los domingos. Deseo acercarme a esa cultura capitalista y superficial, esa cultura de grandes abogados y genios que llevo tanto tiempo tratando de comprender mejor.
Necesito un cambio de aires, una enorme ruptura de mi adorada monotonía.
Quizá no soy tan virgo como yo pensaba.

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