viernes, 18 de junio de 2021

Matrimonio estilo gashapon de los 90.

     La psique masculina no deja de ser un auténtico misterio para mí. Lo ha sido desde los "si te pega es que le gustas" hasta hoy, rodeada de hombres que se quejan de formar parte de grupos de Whatsapp en los que solo circulan bromas de fútbol y vídeos sexuales y/o de mujeres desnudas; si bien no dejo de cuestionarme cómo es que estos grupos existen si todos los aborrecen de tal forma.

No es que me extrañe la rancia misoginia del macho ibérico español de pura raza, no, me extraña la figura del hombre quejicoso que o bien llora porque no tiene pareja (y no folla) o bien llora porque lleva mucho tiempo casado (y folla menos todavía). Ni el primero se entera de que sus ambiciones conllevan esfuerzo, responsabilidad e inteligencia emocional ni el segundo llega a comprender que el tiempo pasa y, de estar soltero, nadie lo tocaría ni con un palo. Todo esto me hace pensar que ellos en realidad solo quieren sexo sin compromiso y sin esfuerzo por encontrarlo..., ¿por qué no se compran una muñeca hinchable, en tal caso?

Pertenezco a una generación en que la tónica general, si no la moda, es la de cuidar y adorar a las parejas. Una generación no exenta de hipocresía y maltrato, porque nada es perfecto; pero quizá sea por eso por lo que me cuesta tanto comprender que alguien pueda no amar y desear a su acompañante. Incluso habiendo estado en la situación, la infidelidad se me hace ajena (incluso la propia), puede que porque no se trataba de una pulsión exclusivamente sexual..., no, esa es mucho más fácil de ignorar. Fue diferente, fue el corazón llamando a su compañero.

Quizá no lo comprendo, quizá no lo asumo. La posibilidad de que se aburra de mí. Aún me domina la pulsión de la carne, de la piel que anhela el constante contacto con la suya. Las ganas de reírme y la sensación de que puede leer mi mente. ¿Tal vez porque es reciente? ¿tal vez porque es sano?

Supongo que todos ellos lo pensaron alguna vez. Cuando se enamoraron, cuando se casaron. Supongo que no somos una excepción, aunque nos sintamos así. Pienso que ambos estamos decididos a trabajar con esmero para cuidar esto que nos une...; ¿Será que es diferente, en tanto es único, especial y nuestro? ¿será que encajamos como no hemos encajado con nadie?

Qué bonito es sentirse comprendido, amado, seguro.

Qué bonita hace él mi vida.

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