Hay cierta paz en la forma en que el sol arrastra pinceladas de rubí por el cielo en su camino a esconderse tras el puente que anuncia la presencia de Portugal, al otro lado del río.
Hay algo de poético en la risa de tres hermanos que se quieren y se cogen de las manos después de comer, para sentir la sangre que los une bajo la piel.
Hay nostalgia en el silbido crujiente con que asciende y desciende el pecho dormido de mi padre, oloroso a seguridad, amor, tabaco y Hugo Boss.
Hay mucho de bueno en abrazarnos a pesar del sudor, después de devorarnos con ansia, añoranza, pasión y respeto; En alguien que se esfuerza por elegir la combinación aleatoria de cosas que más me gustan para cenar; En soñar despiertos con despertarnos juntos en la misma medida que soñamos con darnos el sí quiero.
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