Aquí está la embarazosa verdad a la que no sabía cómo darle forma, que no podía decir en voz alta y que ni siquiera se aplica a mí misma. Te pido que no me juzgues, ya es bastante complicado para mí esgrimir estas palabras tal y como son.
De manera lógica sé que el amor, en tanto compendio de deseo sexual, vivencias compartidas y reacciones químicas, es un fenómeno absurdo y maravilloso que puede suceder más de una vez en la vida con personas diferentes. Sé que ningún amor es más válido, auténtico o fuerte que otro y que no deberían valorarse en base a esos criterios; lo sé con todo mi cerebro, pero no con todo mi corazón. Por muy lógico y equilibrado que suene todo, yo siempre he sido una persona muy pasional...
Lo que quiero decir con esto es que tengo un modelo mental muy Disney - lo sé, blame the media - de amor único y verdadero. He leído sobre él, lo he visto, lo he descrito y lo he fantaseado. Yo misma pienso a menudo en esos términos: el amor de mi vida, el único, el verdadero y el definitivo. No quiero restar importancia a lo que hubo antes, pero de alguna manera mis certezas son así de descontroladas y siento que estoy viviendo una hermosa historia que solo acabará cuando deje de respirar.
Pero tan apasionadamente fantasiosa como soy, también me abruma la inseguridad de no ser tu Ella, así, en mayúsculas, porque no hay nada más doloroso en la conceptualización del amor imposible que, además de no recíproco, sea el definitivo. Y supongo que, de manera inconsciente (o no), desdeño las equilibradas explicaciones y narrativas de dos personas que han pasado media vida juntas y ya no son compatibles; es mucho más romántico pensar que esa mujer era tu Ella, pero tú no eras su Él.
Por tanto y como consecuencia casi reglada en las secuencias del amor único, tú la amarás toda tu vida y siempre llorarás su pérdida. Todo lo demás serán su marca blanca, planos sustitutivos del plato fuerte, como una barrita de Bicentury. Y ahora, el amor de tu vida se casa con alguien que no eres tú, reciclando vuestros planes de boda con un anillo idéntico al mío. Sería lógico que te doliera, tendría sentido que no pudieras pasar página. La has llorado durante años, la has añorado y has sufrido sus desdenes, sus conexiones con terceros, temiendo que encontrara a su Él..., y ahora ese momento ha llegado.
Así que ya lo ves, tremendo peliculón me he montado en mi cabeza. ¿A que mola? No tiene ningún sentido, considerando todo lo que te esfuerzas, te implicas y me quieres, pero nunca se me ha dado bien buscarle el sentido a las cosas, y por eso, amor de mi vida, a mí me afecta más que a ti. Esto es lo que te ha tocao.
Siento que tus sentimientos sean así, pero al margen de todo esto, no era mi Ella.
ResponderEliminarPienso que el camino que recorrí ha sido para que me encontrara con alguien como tú, con alguien que me quiera como soy, que me apoye en los momentos de flaqueza y que sepa darle forma a mi vida
No eres sustituible, ni eres un reemplazo, eres la persona que está al final de mi camino y con la cual, tengo la esperanza, de disfrutar un día como será , el día de nuestra boda.
No eres segundo plato, eres mi luz en esta vida que lo único que me da es oscuridad
Te amo, pingüinita❤️❤️
Echaba de menos tus comentarios ❣️ gracias
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