Perdóname, blog. Necesitaba desconectar de todo, también de ti. Necesitaba comprender por qué acudo a este refugio, por qué aquí me puedo expresar, aunque no seas humano, aunque acuda libremente a las personas de mi entorno. Necesitaba valorar por qué canalizar las emociones contigo es tan natural, incluso aquellas que no son de fácil evolución, como la rabia.
He comprendido que tengo que recurrir a ti con menos frecuencia, aunque le haya dado forma a mil entradas en mi cabeza estos últimos días. Por mucho que te necesite, por mucho que te eche de menos, quizá esta no es la forma más saludable del mundo de poner palabras a mi realidad. No tenerte a mi disposición me ha ayudado a identificar los problemas un poco más rápido, y a sentir la urgencia de transmitírselos a las personas a mi alrededor un poco antes, también.
Pero hoy te abrazo porque reconozco la paz en mi mente y me concedo este momento de serenidad y de reflexión para plasmar un poco de todo: de las vacaciones, de los problemas, de la calma, del aquí y del ahora.
Gracias.
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