miércoles, 6 de octubre de 2021

Escarnio.

     Hoy es la segunda vez que piso una casa y me asalta la sensación de que es la mía. La magia estaba pintada en sus paredes, sus mármoles y su luz. Pude vernos vivir, crecer y crear en ella; independientemente de la belleza de sus acabados. Pude ver comidas familiares y un par de pies dejando sus primeras huellas en el patio.

Pero, igual que aquella vez, no es posible. Nos despedimos de lo que pudo haber sido y no será - o no ahí, al menos. A veces se requiere mucho más que tiempo y esfuerzo ( 50.000 euros y dos avales) y no queda otra que aprender a tolerar la frustración de las aspiraciones frustradas.

Algo que siempre se me dio mal. 

Puede que me haya equivocado. Es probable que la magia esté mejor en los libros, donde pueda disfrutarla sin hacerme daño. Ahora tengo que lamerme las heridas y seguir buscando.

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