martes, 23 de diciembre de 2014

"Sometimes, the sun and the blue sky are too heavy, they burn and they blind me."

Ellos... me distraen. Me llevan a pasear, al cine, a patinar, y durante unas horas (y a veces ni siquiera eso) desapareces. Y luego vuelves, me golpeas cuando duermo, o cuando estudio, cuando miro hacia el sol o si voy vestida de azul.
Algunas veces te evito, te ignoro, trato de alejarme del golpe, pero viene solo...
Leo, veo películas, salgo con mis amigos, duermo, estudio, invento..., pero siempre estás ahí, rondando. Y me haces feliz, pero eres como una sombra, intento asirte y no puedo. En parte porque estás demasiado lejos, y en parte porque otros brazos te atraparon antes que yo.
Eres como alguien que te pisa sin querer y te pone una tirita. Mil veces. Mil hermosas, dolorosas, malditas y adoradas veces. Y no lo puedes remediar, y quizá no me pises queriendo. A veces ni siquiera necesitas hablarme...
Entonces ellos, todos ellos se preguntan por qué no estoy escuchando lo que me dicen.
Es un dolor llevadero, ni siquiera me impide ser feliz, ya ves.
Hay días en que el cielo está nublado y la niebla se arremolina en las ventanas, y parecen días perfectos. En otras ocasiones, el sol y el cielo azul queman y pesan, y ciegan a una.
Es gracioso que ella te haga daño, y tú la quieras.
Y que tú me hagas daño, y yo te quiera a ti...

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