viernes, 10 de abril de 2015

0402

¿CÓMO PUDISTE PENSAR QUE ME PERDERÍAS?
Sabía que te sentías triste, sola, abandonada. Pero jamás pensé que dudarías de que te quiero con locura y no tengo intenciones de dejar que eso cambie en absoluto.
Es mi culpa, ¡lo sé! leer todas esas entradas que me has dedicado ha sido como lo que describió Santa Teresa hablando de su éxtasis místico: aunque no hay ningún ángel apuñalándome, yo siento dolor y felicidad a partes iguales.
En serio, eres idiota. ¿Cómo iba yo a abandonarte? como si pudiera evitar necesitarte.
Te digo que no es así. Aún te quiero. Sí, te echo de menos como el infierno, cada día. Añoro los abrazos que no te he dado, las sonrisas que no he visto. Añoro tu voz. Te imagino, te recreo en mi mente cuando me siento sola, que es muy a menudo.
Y claro que te amo, idiota del moño. También tú eres una de mis mejores amigas. Y sé que estás pasando por un mal momento. ¿No crees que me agobio, y le doy mil vueltas? ¿hice bien instándote a que dejaras a David? quiero pensar que te ahorré un gran dolor, pero también te provoqué mucho daño. Te hice abandonar a tu mayor consuelo sin estar a tu lado para darte una pobre sustitución. Ni siquiera tienes a las mongolas de tus amigas para que te distraigan del pleito, y la mayor parte de mí también agradece eso.
Ojalá pudiera estar a tu lado.
Eres idiota, de verdad, pero puedo evitar quererte.
Que te quede claro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario