domingo, 20 de julio de 2014

Deep inside...

En el fondo lo comprendo a la perfección. Hay cosas que no desaparen ni siquiera con el tiempo.
Como Dear God, y tú cantándome, como muchas bromas y recuerdos comunes. Como que me llamaras "canija". Como la primera vez que me dijiste que me amabas, y que aún resuena en algún lugar de mi corazón. Y todas las veces que aún sueño contigo, con esos ojos que son como el Central Park en julio, y que vengas a rescatarme, y nos riamos de "Soledad", y lloremos con todas esas cosas que no queremos recordar aunque no nos quede otra opción. Como ese acento tan hermoso, en esa voz tan " hostiaputosamente dulce". Como el combustible del Death Bat.

Es increíblemente frustrante querer a alguien que no existe. No sé si fue su propia autocompasión, el tiempo, las circunstancias o la "cara de perezoso". No me importa. La persona a la que amaba se fue, llevándose consigo lo que quiera que me hiciera especial a sus ojos...
Y sumiéndome en la más terrible oscuridad durante mucho tiempo...

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