lunes, 13 de septiembre de 2021

Tabúes.

Presión, presión, presión. Más presión. A veces solo quiero gritar y salir corriendo, pero me pesan las piernas y no me sale la voz. Lo que comenzó como una hipótesis, una mera idea peregrina a explorar, se está convirtiendo en el chivo expiatorio de las frustraciones concentradas durante los últimos dos años y medio. Presión y más presión concentrándose dentro de mí, como si fuera una olla rápida, para tomar una decisión precipitada e incierta que me saque de una realidad aburrida pero dócil. ¿Y si no estoy preparada? ¿y si no es lo que quiero? ¿y si no soy capaz? ¿y si me estoy aborregando?

Pero da igual cómo y cuánto lo diga. La maldita FPU se ha convertido en lo que tengo que hacer.

La nueva prioridad parece ser salir de donde estoy a toda costa; mientras, mis expectativas y mis prioridades chocan como nunca pensé que lo harían y yo me quemo entre los chispazos.


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