Hoy más que nunca me doy cuenta de la mágica casualidad que somos, de la rareza de esta oportunidad que me das. Que eres, soy y somos la excepción que confirma la regla, la prueba del millón. Agradezco la bendita coincidencia de encontrarnos aquí y ahora, de buscar lo mismo, de sentir las cosas en equivalente intensidad y comernos a besos por las esquinas aunque nos falte el aire de tanto querernos.
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