sábado, 9 de mayo de 2015

So far.

Estoy harta de no poder discutir con mi madre de nada. De que todo sea "ya te darás cuenta". No, mamá, mis pensamientos no son producto directo de la ignorancia. ¿Por qué no aceptas que mis opiniones son así y ya está? ¿por qué tienes que quitar criterio y razón a todas mis reflexiones?
Me haces sentir como si fuera una niña idiota. Mientras que yo pienso que simplemente diferimos en opinión, tú me dices cosas como "si estuvieras de acuerdo con esa postura serías totalmente ilógica" o "cuando madures verás que las cosas no son así". No todo el mundo tiene que opinar como tú y no por eso son idiotas.
No soy idiota.
¿Me quieres dejar que idealice? ¿por qué está tan mal que crea en el género humano, que tenga esperanza, que sueñe con que las cosas irán bien si me esfuerzo? ¿por qué tengo que considerar que el mundo es un lugar oscuro y su gente es mala? He conocido a malas personas y eso no ha cambiado mi filantropía, no mientras todavía existan muestras a mi alrededor de que las personas son creativas, solidarias, altruistas, trabajadoras.
¿Por qué no puedes aceptar opiniones ajenas? ¿por qué te cuesta tanto reconocerlo cuando estás equivocada? Vale, ya sé que lo he sacado de ti, pero nuestros grados de intransigencia son radicalmente opuestos.
Ay, diantre, quizá seré yo, que pienso demasiado y me enfado demasiado pronto estos días...

No hay comentarios:

Publicar un comentario