domingo, 11 de mayo de 2014

Goodnight, sweetheart, goodnight.

Sonríes, y en seguida miras al suelo, como si estuvieras avergonzado. Me gusta cuando tienes esa clase de expresión.
-Ey, quita esa cara.
Yo también me río. Me haces caso, y alzas la vista hacia mí, mordiendo tu labio inferior.
-Claro, Itziar.
¿Itziar?
Tus brazos se ciernen sobre mí, empujándome contra el respaldo del sofá. Tengo tus labios sobre la piel del cuello, impiden que me concentre. ¿De qué me suena ese nombre?
Y de pronto me veo reflejada en el espejo de la pared. Más bajita, más delgada, otras facciones más alargadas, otros ojos más grandes y lánguidos, otro cabello, claro y liso. Lo único que se corresponde conmigo es la expresión de espanto.
-Eh, para, pa... soy Cris, ¡Cris! ¿no lo ves?
-No, ella no. ¿No querías gustarme? ahora me gustas. Cris no es nada comparada contigo.

Y me despierto.
Una parte de mí quiere gritar.
Pero no lo hago.
Me limito a respirar profundamente, y a intentar dormir de nuevo.

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