sábado, 31 de mayo de 2014

Por otros derroteros.

Es un período de actividad intensa, y como tal mi mente está borboteando con pensamientos que mezclan de todo: lo real con lo ficticio y lo imaginario, lo banal con lo trascendental, lo ajeno y lo propio. Así que así me encuentro pensando en la crisis de los misiles de cuba, como analizando la orientación "who do you wanna be?", poniéndome nostálgica con el pasado o resolviendo el enigma de Campbell Bradford. Mis aficiones se alternan sin orden ni concierto, pues antes de haber acabado un capítulo de mis Aguas Gélidas, tengo antojo de jugar a los Sims, y no bien se ha cargado la partida (vaya eternidad) he decidido que me conviene avanzar con TVD.
Y lo peor de todo este popurrí de incesantes ideas es que me encuentro pensando todo eso en los momentos menos oportunos (y aquí aflora mi lado virgo). Es muy yo estar estudiando y tener la cabeza en babia, o ponerme a pensar en mi futuro a la hora de dormir, o sobre cuánto echo de menos a Eddie en el metro (con lo susceptible que soy al llanto impulsivo....)
Y ahora, visto lo visto, no solo me paso con el sarcasmo y el autoanálisis sino que me encanta hacer aposiciones de cada puñetera frase que digo; mientras pienso algo que no tiene nada que ver, tal que "¿por qué no habrá una optativa de escritura creativa en mi instituto, como en los Estados Unidos?"

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