sábado, 4 de febrero de 2012

Hmm

No, ya basta. Estaba realmente incómoda. Él no cesaba de repetir que yo era la chica perfecta, si me soltaba el pelo y me quitaba el maquillaje, y fuera más alta, y blah blah blah. ¿Dónde has estado toda mi vida?; Expresó a modo de pregunta. Buscándola a ella, a Elba; quise responderle yo. Pero cómo iba a decírselo así, si se suponía que me estaba haciendo un cumplido. Muchos conocidos del instituto debieron pensar cosas extrañas. Que Elba era mi novia como primera opción, que Carlos lo era, como segunda.
Pero era él quién pasaba su brazo por mis hombros, como si no me hubiera conocido esa misma tarde. Que era adorable, me dijo. No pasó mucho tiempo antes de que se fueran, y su beso fue demasiado confiado, demasiado prolongado. Mal situado, también. Cerca de la comisura de mi labio.
Desde fuera, parecíamos novios, estaba segura. Por más que intenté poner un poco de distancia, reiterando que tenía dueño(Para consultas y permisos especiales, acudan a la asistencia de Alejandro Castro, propietario de la aquí presente...)
Que no, tío, que mu bien, no me da la gana. Él dio por hecho desde el principio que yo no tenía novio ni pareja, dado mi comportamiento con Elba. Lo saqué de su error.
Pero eso pasó, y supongo que no tendré que volver a verle en algún tiempo.
¿No?

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