martes, 28 de marzo de 2023

¿Dónde estoy? ¿Qué estoy haciendo?

    Este ejercicio diseñado para ayudarme a dejar de disociar y traerme al presente me está regalando, poco a poco, momentos muy bonitos, aunque al principio me hacía sentir muy tonta y muy angustiada sin ningún motivo.


Estoy en la calle. Son las nueve menos cuarto de la noche y el sol se está poniendo detrás de mí. Estoy junto a una huerta de olivos recién podados. La temperatura es agradable, demasiado cálida para esta época del año. Acaban de regar y me llegan aromas y sensaciones propias del verano. Huele a sol, a tierra húmeda del riego reciente y un poco a polvo en suspensión de las obras cercanas. Donde estoy no escucho nada. Huelo las buganvillas esplendorosas que decoran la fachada de la finca a mi izquierda.

Estoy paseando a Deva. Es muy agradable porque está cansada y no tira de la correa, sino que me acompaña por una vez. Me duele un poco la espalda de la inmovilidad prolongada frente al ordenador, pero también siento las piernas fuertes, ágiles. Me doy cuenta justo ahora de que estas son mis condiciones favoritas para correr, el cuerpo me impide que me incline un poco hacia adelante, que elongue la columna y saque pecho, que alargue la zancada para sentir mi potencial y el aire aún cálido acariciándome la piel. Mis pulmones parecen listos para expandirse y recibir todo ese oxígeno fragante; pero solo se me escapa un suspiro nostálgico y casi compungido.


Aquí estoy. Esto hago.

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