Algunas veces, a ciertas horas del día, el sol atraviesa todos los cristales de esta casa simultáneamente y rebota en la blancura de las paredes con un brillo cegador. Su luminosidad parece entrar en mí de lleno, devolviéndome a la luz, a la vida, a la paz; entonces me siento a gusto en este sitio, entonces lo entiendo como mío, como mi hogar, mi refugio, mi batcueva.
Me encanta la luz de mi hogar.
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