viernes, 6 de marzo de 2015

Even worse

Me siento peor todavía.
Sigo sin dormir bien, me despierto cada poco rato y tengo pesadillas contínuamente. Sueño con robos, con muerte, con soledad.
Esta semana parece que el objetivo es minar a mi estómago: el hambre y el dolor se alternan de forma repentina. A ratos tengo fatiga, y en otros momentos me comería a un buey. Me siento vulnerable e incómoda en mi propia piel y juraría que he perdido peso, porque los pantalones se me caen aún más. Ahora mismo estoy sintiendo retortijones y oigo gruñidos furiosos, y siento temblores de seísmo en las entrañas.
Mi espalda es un amasijo de contracturas y nudos. En parte por lo incómodos y rígidos que son los asientos en el instituto, especialmente las sillas del aula TIC; probablemente por las malas posturas en las que duermo ese breve sueño inquieto de las últimas tres semanas. Incluso sueño con exámenes.
Mis amigos se quejan de que no salgo. No Elena, tampoco los chicos del Juande, ellos saben por qué estoy pasando porque lo viven del mismo modo. Son otros amigos los que me recriminan mi encierro, o que no les hablo por whatsapp, ese tipo de cosas.
Mi madre, sin ir más lejos, estaba enfadada conmigo el miércoles. Me dijo que me había ido a la cama la noche anterior sin darle las buenas noches y había vuelto la cara para no mirarla. Pues bien, resulta que me dormí leyendo El Discurso del Método en el sofá, porque tenía examen de filosofía al día siguiente, y ni siquiera recuerdo cómo llegué a la cama.
Decía que durante algunos días no le hablaba, pero leñes, no he hablado con nadie. No me justifico, porque sé que mi abandono hacia mis amigos es real y está mal, pero yo no tenía la sensación de haber dejado de lado a mi familia. De hecho, ese mismo lunes me iba a la cama a las 11:30 p. m, tempranito para mí, y me quedé con ella hasta la una de la madrugada porque había estado estudiando y no la había visto en todo el día. Y el fin de semana, el domingo, estuve toda la tarde con ella y con mi hermano jugando al ordenador (Lara Croft Guarfians of Light, un título casi tan malo como el juego, que solo es divertido porque nos puteamos bastante mutuamente) y bromeando.
Reaccioné muy mal cuando me lo dijo, había tenido un día espantoso. Tuve un ataque de rabia impotente, luego de llanto y al final de angustia. No podía ni respirar. Suerte que mi hermana andaba por allí y vino inmediatamente a rescatarme y a calmarme, y yo me siento mal porque mamá no sólo no soltó su rabia y su pena sino que se sentía culpable y me pedía perdón.
Hoy he decidido meterme en la cama más temprano. Tengo la sensación de que voy a ponerme enferma y la semana que viene tengo exámenes de: Historia de España, literatura, latín, griego, historia del arte, inglés y lengua. La semana siguiente no es mucho mejor.
A veces pienso que no quiero acabar bachillerato para no irme del Juande, pero en estos momentos me siento tan agobiada y tan extenuada que solo quiero acabar de una vez.

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