jueves, 19 de julio de 2012

Esa soy yo.


Consuela saber que no eres único. Que no son tonterías de la edad. Consuela saber que hay más personas que sienten un estallido de júbilo en el pecho escuchando una canción. Y que les brillan los ojos cuando ven a sus grupos favoritos en un video, en la televisión o en internet. Consuela no ser la única a la que le gustan los peinados exagerados que tapan los ojos, que hay adultos, locos, famosos, llamémoslos como sea; que hay más gente que se pone cadenas y cruces góticas, más personas que desprecian el resto del universo tanto como tú. Más gente que le encantan los flequillos, aunque nos llamen emos y comerciales, y queremos vestir solo de negro, y ponernos botas militares y de plataforma, pantalones ceñidos y rasgados, maquillaje exagerado y tintes extraños. Somos cada día más los que vestimos con camisetas de grupos, nuevos o clásicos, comerciales o no, de rock o de heavy metal, góticos, heviatas o emos. No quiero que sean tonterías de la edad. Quiero cumplir 20 años y seguir poniéndome collares "de perro" y pulseras de tachuelas. Y quiero que nadie me mire mal por ello. Quiero poder escuchar a Andy Sixx y que los propios heavys no me insulten. Quiero dejar de ser un estereotipo peligroso, y seguir emocionándome cuando descubro una canción de amor debajo de esos gritos, seguir emocionándome con un estribillo un poco más tierno que lo demás, y enfurecerme y sentir ansias cuando un grupo clama por revolución, y odiar a la iglesia, odiar a nuestros gobernantes, odiar al mundo entero. Quiero teñirme como Jessica en Run Devil Run, ponerme tantas dilatas y tatuajes, tantos piercings y aros que no me quede un centímetro de piel sin agujerear ni teñir. Hacerme una cresta de colores, o raparme, llevar hevillas, tachuelas, cadenas, pinchos, conos, collares, pulseras, púas, afilarme los colmillos como Emeraude, cuyos dientes parecen los de un vampiro. Quiero ahorrar, sacarme el carné de conducir motos y tener una Harley Fatboy negra. Quiero una chupa de cuero, y coserle las insignias de mis grupos favoritos, mis amigos, mis compañeros de fatigas, de dolor y de alegría siempre que quisiera estar sola. Toda esa música que me ha hecho llorar mucho y sonreír más. Deseo comprarme una guitarra eléctrica como la de Synyster Gates y purgar mi desconcierto ante esas emociones envolventes que me desbordan, que me hacen enfadarme y llorar. Quiero aprender a tocar y a cantar, rasguear las cuerdas como en los solos de Slash hasta que me sangren los dedos. Quiero ser famosa, rica, aclamada, inaccesible, feliz. Y que mi forma de ser no sea una estrafalariez. Quiero que sea bonito, nuevo y exclusivo.

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