sábado, 25 de febrero de 2023

ohne Bruder?

Mi pandemia tiene un nombre de tres letras. Por cruel que pueda parecer, pienso en los meses de primavera y verano de 2020 con nostalgia de ese encierro forzoso y cuanto más deformo los recuerdos de tanto visitarlos más ganas tengo de llorar y de revivirlo todo una vez más.

Mi pandemia no tiene intrusas y nada me faltaba o me sobraba entonces. Se hace tangible en la memoria y en la banda sonora. Incluso en los sabores de entonces.

Mi cuarentena fue feliz y felices fueron también los meses posteriores de paseos de ida y vuelta al gimnasio, de trote conjunto, de Coronas frías regando en el porche y de juegos bajo una mantita de retales, una y otra vez.

En esta tristeza que parece llenarlo todo encuentro confirmación de que aún me importa lo que sea de nosotros. Por encima del enfado, de la incertidumbre y de la frustración.

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