lunes, 1 de marzo de 2021

The Contract

A decir verdad, no habría sabido decir qué rezumaba más luz: el sol de mediodía que refulgía al otro lado de los cristales de nuestro nuevo apartamento, o sus ojos expectantes. ¿Qué sientes? me repetí la pregunta, tratando que localizar algún sentimiento dominante, de entre todos los que campaban a sus anchas por mi cuerpo; había algunas emociones más potentes que otras, de aquello no cabía duda, y cuando sentí que me escocían los ojos con lágrimas de alegría, me avergoncé de mí misma.
Acabé escondiendo el rostro en su cuello, y en ningún momento me había sentido más en casa que en aquel.

No hay comentarios:

Publicar un comentario