martes, 24 de octubre de 2017

Surrounded by geniuses.

No dejo de pensar en una reflexión que abre un capítulo de una serie que vi hace mucho tiempo. "Si tienes una habilidad, a los cinco años eres un genio. A los diez, increíble. A los quince, quizá aún puedas sorprender; pero a los veinte eres simplemente mediocre."

¿Es eso lo que me ha venido frustrando en los últimos tiempos? ¿el ataque indiscreto de la mediocridad? He crecido sabiendo que, de alguna manera, podía impresionar a las personas que estaban a mi alrededor. He evolucionado bajo expectativas ajenas de que algún día haría cosas que la mayoría no podría alcanzar y comprender. hasta ahora siempre me he adaptado a esos moldes de chica brillante que me impusieron desde que comencé a leer y escribir más y mejor que el resto, a hablar idiomas más rápidamente y adquirir conocimientos más deprisa que el resto. El sistema, mis profesores y familiares han estado siempre orgullosos; aunque mis compañeros a menudo me ignorasen, envidiasen o insultasen (cuando no trataran de aprovecharse de mi trabajo)

He crecido con una conciencia muy japonesa impuesta por mi familia: el trabajo es esencial para lograr cualquier cosa en la vida. Así que yo no hablaría de don o habilidad, o si lo hiciera, quizá me refiriese a mi propia habilidad como la capacidad de trabajar más intensamente que el resto.

¿Cuándo dejé de impresionar a los demás? ¿cuándo dejé de ser la persona que mejor realizara cualquier tarea, que hiciera las preguntas más agudas, que tuviera las ideas más inteligentes? ¿la que leía los libros más largos y complicados, tenía mejor vocabulario? ¿me volví mediocre cuando salí de mi burbuja y me uní a un mundo más amplio y diverso?

Y, sobre todo...¿qué me hace especial ahora?

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