sábado, 1 de agosto de 2015

Dormir.

"¡No duermas tantooooo!"

¿Me quieres dejar dormir?
¿Qué más te da si me levanto a las once, a las doce o a la una? ¿qué te importa que duerma diez o doce horas? Si todas mis tareas están hechas...; mi dormitorio está limpio, las camas hechas y las sábanas cambiadas semanalmente, también la sala de estudio, y todas las semanas limpio algo más, sin importar a quién le corresponda, porque claramente sea quien sea no lo va a hacer.
¿Tanto te molesta que duerma toda la mañana después de haber terminado mi obligación principal (estudiar) con matrícula de honor? ¿después de pasarme todo el año estudiando sin pausas para comer o dormir? lo digo en serio, sin siestas, durmiendo dos o tres horas cada noche en lo peor de los exámenes finales. Y todavía entonces seguía haciendo mis tareas en el hogar.
Y es gracioso que nadie más mueva un dedo y esté bien considerado porque tienen que trabajar, como si yo me hubiera tocado las narices todo el año y lo que va de verano.

Esta familia no sabe relajarse, pero vamos, que no me importa un ápice. Seguiré durmiendo cuanto me plazca; tengo muy claras las cuentas conmigo misma.

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