domingo, 17 de marzo de 2019

Nothing but music.

En la euforia del momento, de las luces y los focos, del humo y el fuego. Miles de cabezas a mi alrededor, meciéndose, los brazos en alto, los bajos y golpes de batería retumbando en mi pecho. La voz rota, aguda, desigual, que solo puedo oír yo porque los altavoces se lo llevan todo. Una emoción desconocida que nace dentro y se subleva, y me invita a saltar durante horas, mi cuerpo se queja, pero yo no noto nada. Nada más que música.
¡Fantástico y malvado!


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