viernes, 17 de febrero de 2017

La dismorfia son los padres

Hay un vídeo que me ronda la mente continuamente desde hace unos días. En él, dos mujeres aparentemente se leen comentarios muy destructivos mutuamente. Una de ellas llora, la otra mantiene una expresión facial indiferente.
Realmente, no se están insultando mutuamente: los textos son pensamientos que ellas tenían sobre sus propios cuerpos, pero al dar la sensación de decirlo a otra persona, se puede apreciar hasta qué punto algunas personas son destructivas consigo mismas y el grado de tortura psicológica que afrontamos quienes odiamos nuestros cuerpos por encima de todo.

He pensado que no sería tan mala idea escribir todo lo que piense, sin filtros, sobre mí misma. Solo que no aquí, claro.

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