sábado, 5 de noviembre de 2016

Unlikely alike.

Siempre me he resistido a pensar en mis amigos como la mayoría de personas a mi alrededor. No son personas que vienen y van y que interesan solamente cuando apetece y es necesario; para mí siempre ha sido importante tener gente en la que confiar, en la que invertir tiempo y esfuerzo... y realmente me duele cuando las cosas no van bien con mis amigos.

Estoy pensando en una persona en concreto, y ambos sabemos quién es. No me gustaría que esto se considerase indirecta, porque es simplemente mi blog y esto un asunto que me preocupa desde hace tiempo. No pretendo acusar a nadie ni mucho menos hacer daño...; es solo que tengo la sensación de que la relación que teníamos se ha enfriado mucho. Hemos hablado, tanto por teléfono como por escrito, durante todo el verano. Sinceramente, cuando estaba muy triste o agobiada pensaba en él, porque siento que nuestras experiencias vitales son hasta cierto punto similares y me entiende mejor que yo misma. Pienso en cómo sabe tocar las teclas indicadas para que se lo cuente absolutamente todo, y me siempre dice lo correcto para hacerme sentir bien y dejarme tranquila. Recuerdo alguna que otra noche en que me ha rescatado y he acabado deshecha en lágrimas en su coche, entre sus brazos.
Él sabe leerme.

No quiero que eso se pierda. Una parte de mi cabeza se empeña en culpar a alguien que quizá no sea tan mala persona como yo quiero pensar, y solo hoy me he dado cuenta de que he descuidado a una persona que me importa muchísimo y es mi culpa que nos hayamos distanciado. Sabía que necesitaba a alguien y quizá ella haya sido su mayor apoyo. Pensar en todas estas cosas me ha hecho darme cuenta de cuánto le echo de menos, cuánto le quiero y de qué forma le he fallado.

Tengo que hablar con él; tengo que decírselo todo.

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