miércoles, 9 de diciembre de 2015

Smurf.

Necesito pensar y ni siquiera puedo contarte qué es lo que me preocupa...
Tanto secretismo me pone enferma. Cuando mi corazón deje de cantar y bailar tango, probablemente también se sienta cansado y herido.

¿Por qué siempre es lo mismo? ¿por qué siempre me pasa a mí?

En momentos como este pienso en él más que nunca, y le necesito. Me ha estado dando consejos muy buenos, y hemos hablado más que nunca. Realmente se me hace inverosímil el haber pasado todo el verano sin él... solo por mi maldita estupidez.
Últimamente hemos tenido conversaciones muy profundas, y yo no dejo de darle vueltas a la cabeza, frustrada, porque todo lo que queremos es estar con el otro, y me he dado cuenta de que nuestras intenciones no son tan diferentes. Sueño despierta con sus brazos, con sus mimos, con sus ojos de caramelo líquido y con hacerle feliz cada día. Encajo con él mejor de lo que nunca lo he hecho con nadie, es justo lo que necesito y quiero en mi vida, su estabilidad y su calor... y solo el mar cruel nos aleja y nos separa, y yo le quiero tanto que a veces no me caben las emociones en el pecho y se salen por los ojos.

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