viernes, 16 de septiembre de 2022

Mindfulness.

     Todos los psicólogos parecen tener una extraña obsesión por eso del mindfulness, la terapia de la mente consciente de sí misma y de su entorno y bla bla bla. Solo escuchar el término ya me da una pereza inconmensurable. Solo de pensar en tumbarme boca arriba, respirar rítmicamente y contraer y relajar los músculos..., ya empieza a picarme todo, desde la raíz del cabello. Siempre me han parecido chorradas de yoguilates wannabes, pero...

Pero resulta que no. Dos técnicas se suman a mi abanico de estrategias antiestrés: centrarme en el aquí y ahora (qué va bien, qué me gusta de este momento, qué cosas me causan bienestar) y trasladarme mentalmente a mi lugar feliz.

Así que ya sabes, es posible que no responda. Si me ves con la mirada perdida, probablemente es que estoy chapoteando en la piscina natural de Punta Mujeres, bajo el sol suave de principios de otoño, soñando quizá con el paisaje espinoso, negro y verde de Lanzarote y saboreando una patita de pulpo antes incluso de la hora de comer. Si me necesitas, allí estoy. Por qué no.

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