miércoles, 23 de abril de 2014

That Way

Siempre que ha ocurrido algo malo, he estado triste. Es lo natural al fin y al cabo, en caso contrario tendría un corazón de piedra y acero.
Pero siempre he sabido que pasaría. Que dejaría de llorar cuando tropezase, que las personas que me dejaran iban a ser sustituídas tarde o temprano. Solo quedaba echar de menos, y luego dejarlo ir.
Luego vendría algo nuevo, algo que me motivase lo suficiente, experiencias que quería sentir.
Pero esa consciencia no significa que deje de doler. Que pierda mi resistencia, y me desgaste. No quiere decir que haya momentos en los que no quiera seguir adelante para darle la oportunidad al tiempo de hacerme daño.
Como ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario