sábado, 24 de agosto de 2024

Ay...

 Me enseñaste a soñar,

¡me hiciste tan feliz!

Me rompí como un cristal,

y me perdí...

Sangre y fuego

Un escalofrío me recorrió la espina dorsal en anticipación dolorosa.

Le di a mis ojos lo que querían y volví la vista hacia ÉL con disimulo. Una sucesión de parpadeos atónitos y de exclamaciones de sorpresa evidenciaron que el cambio no existía solamente para mí. Enfurruñada de mi propia curiosidad, dirigí tozudamente el rostro hacia la pantalla y contuve un suspiro mientras me forzaba a concentrarme..., en vano. Su mirada recorría mi piel dejando una estela de fuego en el contorno de mis hombros.

Estaba cerca, pero no podía olerle. Odiaba ese perfume que solo podía oler en sueños y cuyo recuerdo no lograma materializar. Lo odiaba tanto como lo añoraba.

Los mejores abrazos del mundo. Mi mejor amigo, el de la sonrisa bonita, los ojos verdes y las manos suaves.

Sentí mi corazón sangrar en algún lugar de mi garganta

martes, 6 de agosto de 2024

sentir lo intangible

Pensaba que hacer el amor era fácil, hasta que me deshice de amor. En caricias suaves, en dulces roces, dientes, sonrisas y bamboleos. En ritmos sincopados, yo perdí fibra, color y materia, y me quedé solo en carne temblorosa, en el aire de los jadeos y suspiros con los que nos calentábamos la piel.

lunes, 5 de agosto de 2024

De mi agenda: 21 de mayo.

Cuando Cristian rompió conmigo, entendí que había muchas cosas mal. Me había supeditado a la idea de amor, ese que tanto él como Diego me negaban: sin su atención, mi vida estaba como mutilada.

Moraleja: el amor no debe raptar todo lo que hay en nosotros.

Entender que soy más que la sombra que los acompaña me facilitó la terrible tarea de tragarme el miedo y ponerle a Diego los puntos sobre mas íes.

jueves, 1 de agosto de 2024

Crew

Y aunque ya no importa, ya no significa nada, llevo la crew en las manos. Uñas color tuquesa, o aguamarina, o neón (nunca lo supimos) que otros dicen que son mar y yo digo que son recuerdos felices.

Solo tú sabrías reconocer por qué, pero no las verás, así que qué más dará. Sigo haciendo esos pequeños gestos que son como guiños tristes a lo que fuimos, como una suerte de luto nostálgico. Siento que solo así me reconozco en echarte de menos y hago más humano al ser en el que te has convertido, recordándome que puedes ser bueno a veces.

Los duelos son así: largos, desiguales, intensos a veces, sumamente engañosos. Ya no tengo que hacerme la orgullosa y fingir que no te quiero, que no me duele, que no me arrepiento y a la vez no cambiaría nada de lo acontecido.